Soraya siente una gota de sudor resbalándose por su mejilla y su corazón empieza a latir con fuerza en su pecho.La han pillado vagando por ahí.¿Qué va a pasar ahora?—Te he hecho una pregunta —la voz se escucha de nuevo.Esta vez se arma de valor y se gira para enfrentar a su opresor, que resulta ser un guardia del castillo.—Yo… soy en realidad… Yo… —balbucea por el nerviosismo.—Vuelve al dormitorio —le ordena.Soraya asiente con suavidad y vuelve al dormitorio.—Si sabes lo que te conviene, no salgas de este dormitorio de nuevo, porque perderás toda esta comodidad y acabarás en el calabozo —le advierte.Al oír sobre la mazmorra, el miedo se apodera de ella. Sabia lo terrible que era estar en una mazmorra. No le gustaría que la encerraran allí.—Prometo no volver a salir nunca más. Pero, por favor, ¿puedes decirle al alfa Ace que me gustaría hablar con él? Es muy importante. Por favor —le suplica, y el chico asiente con la cabeza antes de cerrarle la puerta en la cara.Todavía no
—¿Cómo está? —cuestiona Beta Nicolás en cuanto entra a la oficina de su Alfa.En realidad, le sorprende verlo allí. Habían quedado en volver a encontrarse durante la cena.—¿De qué estás hablando?—Soraya, por supuesto. Me dijeron que la encontraron vagando por el pasillo.El rumor, en efecto, se propagó como un reguero de pólvora.—Ah, sí. Por supuesto que te lo han dicho. Ella está bien. De hecho, ahora está durmiendo.—Ya veo…—Simplemente no quiero que cause ninguna conmoción entre los guardias solteros.—Sí, no querríamos eso.—Pero entonces… ¿por qué esto se siente mal?—¿Qué te pasa? —pregunta preocupado, y Ace deja escapar un suspiro exasperado.—Yo queriendo entregársela a King Lycan. No sé por qué, pero después de todo lo que me has explicado siento que… No, lo que estoy haciendo es lo correcto. Es su feromona de ladrona la que me hace pensar todas estas cosas.De verdad tiene que dejar de acercarse demasiado a esa chica. Nubla su juicio. Sus feromonas lo hacen decir cosas q
—Gracias, amor. Muchas gracias.—Por nada. —Rompe el contacto y se acerca a la cama—. ¿Cómo estuvo tu día?—Todavía no ha terminado, pero estoy exhausto. Los acontecimientos que han ocurrido hoy son abrumadores. En este momento, me vendría bien una siesta.—Lamento eso.—No es nada, amor. Ya me he acostumbrado. Solo necesito un poco de descanso y volveré a la normalidad.—Está bien. Pero antes de que descanses, ¿puedo hacerte una pregunta?—Sí, continúa. Ella se levanta de la cama y camina hacia él.—Entonces, me preguntaba, ahora que estamos aquí, con mi hermana, ¿cuándo piensas entregársela a King Lycan? —inquiere con calma.Ace deja escapar un profundo suspiro y se masajea la frente.Ya no está tan seguro de eso. La conversación que mantuvo con Nicolás hace un tiempo le tocó la fibra sensible. Tiene razón: todo eso es injusto para Soraya.Va a tomarse las cosas con calma. Solo se la va a dar cuando ella esté tranquila y el rey alfa supremo le dé paso libre.—Bueno, cariño, lo har
—¿Qué está pasando aquí? —la pregunta sale volando de la boca de Alfa Ace en el momento en que entra y ve a Mia agarrándose ambas mejillas. Parece que está a punto de estallar en lágrimas.Escuchó el sonido de un golpe cuando abrió la puerta. Ahora que está en esta habitación y mira a las dos chicas entiende lo que pasó.Soraya acaba de darle una bofetada a Mia.¡Qué audacia la de esa chica!Siente un gruñido moldearse en su garganta mientras se acerca a ambas chicas.—¿Qué crees que estás haciendo? —le pregunta Ander desde dentro, y Ace se detiene en seco.—¿No puedes ver que la ladrona acaba de lastimar a nuestra compañera? —responde en su mente, y Ander deja escapar un gruñido enojado.—Mia no es nuestra compañera. Te lo advierto, Ace, ¡no lastimes a nuestra compañera Soraya! ¡No te atrevas! —le advierte, y él lo deja fuera de inmediato, sin pensarlo dos veces.Entiende por qué actúa de esa manera si lobo. Todo se debe a la feromona de la ladrona de Soraya. Le hace decir cosas que
Soraya no sabe cuánto tiempo se ha permitido aliviar algo del dolor que atormenta a su alma llorando, pero sabe que ha llorado más de lo que puede. Sus glándulas lacrimales deben estar agotadas y su corazón late con fuerza. Ni siquiera quiere hablar de lo que pasa en su pecho en ese instante. Su corazón, en definitiva, va a dejar de latir pronto.¡Ver al alfa Ace comportarse como un tonto hechizado es desgarrador!Muere diez veces cada vez que se pone del lado de Mia en una discusión. No tiene idea del tipo de persona que es Mia. Ella es manipuladora y mala. La odia hasta la médula y hará todo lo que esté a su alcance para hacerle la vida imposible. ¿Por qué no puede verlo?Sabe que Mia es una chica preciosa, pero eso no es razón suficiente para que él la elija en lugar de a ella.«¡Soy su compañera, por el amor de la diosa luna! ¿Por qué no puede aceptarlo?», pregunta al vacío en un suabe susurro que apenas es audible.Sinceramente, no cree que pueda vivir así.Pensó que estaría en p
Soraya ahora mismo estaba en un dilema. No sabe si salir corriendo o quedarse y probar suerte para hacerle entender al alfa Ace que es su compañera. Es muy confuso. Ahora mismo se pondría a llorar, pero parece que sus glándulas lacrimales no funcionan bien. Lo único que puede hacer es darle demasiadas vueltas al asunto.Ya es de noche. El reloj de arena marca las siete. Espera poder dormir un poco, pero duda que lo consiga.Su vida es tan patética que la hace reír.Primero fue adoptada y criada por personas que no le mostraron amor ni rectitud. Luego fue rechazada por su pareja. Su propia pareja eligió estar con su hermana de crianza, la misma hermana que ayudó a hacer su vida miserable en el pasado. Jura que, si alguna vez las tornas cambian y tiene que vengarse de Mia, la matará con sus propias manos y no se arrepentirá.Ella es peor que un monstruo, y solo la diosa de la luna sabe cuánto la odia.El sonido de su puerta al abrirse la saca de sus pensamientos. Sus ojos se dirigen all
Cuando llegan al final del pasillo, se encuentran con un par de guardias patrullando, y en cuanto los ven, se apresuran a interrogarlos, pero en el momento en que ven a Mia todos se detienen en seco y se inclinan. Soraya pone los ojos en blanco con fuerza cuando ella sonríe con orgullo.—Me encantaría ver al antiguo beta.—Por aquí, luna —responde uno de los guardias, y los conduce por las escaleras.Soraya odia el hecho de que todos se dirijan a ella como luna. Mia no es su luna, es ella. Sin embargo, incluso si se lo dice no le creerán porque Mia ya ha jugado con todos.Tras subir la escalera, el guardia les abre paso hasta una puerta doble. Todo el vello de su cuerpo se eriza cuando se detiene ante ella y se gira para mirarlos.—Esta es la habitación. No se encuentra en un estado muy estable, por lo que será recomendable que solo entre la ladrona —aconseja.—No te preocupes, entraré con ella —propone Mia, y el guardia asiente con la cabeza mientras abre la puerta.—¡Mia, esto es un
Alfa Ace no sabe de quién son las lágrimas que lo hacen sentir miserable en ese instante, si las de Soraya o las de Mia. Las dos chicas lloran, y le duele el corazón, pero no tiene idea de quién es el dolor para que le duela el corazón.Estaba en su oficina firmando unos documentos cuando un dolor agudo recorrió su corazón. Podía sentir que su pareja era lastimada en algún lugar. De inmediato, un guardia irrumpió en su oficina, jadeante, y le dijo que las dos chicas habían ido a la habitación del antiguo beta, quien había sido destituido en su primer año de servicio cuando perdió a su pareja y fue remplazado con su actual beta. Abandonó lo que hacía y corrió allí para verlo con sus propios ojos.Lo que presenció le destrozó el corazón en un millón de pedazos.Kai iba a matarlas si no hubiera intervenido.¿En qué pensaban? ¿O en qué pensaba Soraya al llevar a su hermana allí?, reflexino para sua adentros Alfa Ace.—¡Está mintiendo! —se oye la voz sollozante de Soraya, y la mira con una