Como un cachorro

Alfa Ace estaba reflexionando sobre las muchas cosas que dijo Soraya a las que no hizo caso, pero no se quedó tranquilo. Sus palabras siguen resonando en su mente y siente que empieza a perder la cordura.

Cuando le dio las dos prendas para oler, en efecto, una tenía el olor de la feromona tenue que siempre percibe en Mia y la otra no poseía otro olor alguno. Además, siempre notó que la ropa de Mia nunca parecía haberle quedado como debía, pero aquello no lo hizo pensar en nada. Solo imaginó que era su elección de ropa.

Cuando Soraya y Mia estaban en esa habitación, la única persona cuya feromona podía obtener era Soraya. Lo atraía hacia ella. Solo la diosa de la luna sabía cuánto se resistía. En el momento en que preguntó cuál de sus nombres llamaba su lobo «compañera», Ander gritó su nombre en su cabeza, mas él no dijo nada.

Ni siquiera quiere hablar de las cosas que sintió cuando la besó.

Todo eso no puede estar sucediendo en vano.

Cuando una loba tiene la identidad de ladrona, sign
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP