⤝MILA⤞
No he dejado de pensar en las palabras de Axel y menos en su descabellada propuesta. He tratado de apartarla de mi cabeza, pero es como un mantra que se repite una y otra vez.
A lo lejos, escucho el sonido insistente del celular; sin embargo, no estoy para sostener ningún tipo de conversación y lo más probable es que se trate de Axel. Dispuesta a continuar ignorando el sonido infernal del aparato, abro la llave y dejo que el agua aclare mis pensamientos.
Me cierro por completo y respiro varias veces para tranquilizar los alocados latidos de mi corazón. Esto solo es un juego de poder de Axel y aunque, quiero ayudarle a mantener el control de su empresa por la que ha trabajado incansablemente desde que tomó la dirección, no puedo acceder a su petición.
Giro la llave y el agua deja de caer, tomo una toalla y una de las batas que he dejado preparadas y es hasta entonces que escucho el sonido del timbre. Parece que alguien está desesperado y por un breve momento pienso en Axel. Aunque, dudo mucho que me haya seguido a casa.
Por otra parte, también puede tratarse de Zaria, mi prima quien recientemente acaba de llegar de Nueva York. Ante la insistencia del timbre, me doy prisa y salgo del cuarto de baño. La fina tela de la bata se amolda a mi cuerpo como una segunda piel, pero si se trata de Zaria, no hay ningún problema.
Maldigo mientras camino hacia la puerta, quien sea que toca de esa manera va a escucharme. Sin embargo, cuando giro el pomo y abro, lo primero que veo es el rostro de Axel.
Sus ojos se quedan clavados en los míos y un ligero escalofrío me recorre de pies a cabeza cuando desliza su mirada de mi rostro a mi cuerpo. Un nudo se instala en mi garganta y una bandada de aves aterriza en mi estómago.
—¿Qué demonios haces aquí? —pregunto. No es mi intención que mi voz suene tan dura, pero es esto o que Axel descubra que ya no solo tengo el cuerpo mojado.
Su mirada despierta un deseo ardiente en mi interior, algo prohibido e imposible.
—Necesitamos hablar —pronuncia. Su tono es ronco, como si tuviese algo atorado en la garganta.
—Creo que dejamos las cosas claras en la oficina. No voy a acceder a tu absurda petición, Axel. ¿En qué idioma lo entenderías? —cuestiono. No me muevo de la puerta, no tengo ninguna intención de dejarlo entrar, pero él se acerca tanto que puedo sentir su respiración sobre mi rostro y su cálido aliento golpea mi nariz cuando abre la boca.
—Déjame entrar —pide. Da un paso al frente, obligándome a retroceder dos.
—No deberías estar aquí —insisto, cuando Axel ya está adentro.
—No voy a insistir para que te cases conmigo. De repente he comprendido que es una total locura.
No sé como tomar sus palabras, hay un ligero malestar en mi pecho y no sé si de alivio o de desilusión.
—Entonces, ¿a qué has venido? —pregunto, alejándome. Un ligero frío me sacude y recuerdo que no estoy debidamente vestida—. Ya que insistes, dame unos minutos, voy a cambiarme —pronuncio antes de que diga nada.
Mis pasos son lentos, las piernas me tiemblan, pero llego a mi habitación sin que se me note el maldito nerviosismo. Escojo las prendas al azar, no es como si vaya a salir. Luego de que Axel se marche, solo me espera la cama.
Dejo de divagar y me doy prisa para volver a la sala para encontrar a Axel en el mismo lugar que lo dejé.
—¿Lista? —pregunta y asiento con un movimiento de cabeza.
—Cuéntame —pido para terminar con esto de manera limpia y rápida.
—El abuelo espera que asista a la cena de esta noche. Knox vino a mi oficina luego de que te marchaste para ponerme sobre aviso.
—Te lo dije. Daxton no es alguien que pierda el tiempo —respondo, me siento en el sillón incapaz de continuar de pie.
—Claro, pero el viejo pretende aplicármela. No llamará para invitarme, ¿cómo se supone que interprete eso? —pregunta—. Claramente, está dándole ventajas a Zane.
—Ha decidido jugar rudo y la culpa es tuya. No había necesidad de tantos escándalos, Axel. ¿Qué es lo que pretendes demostrar? ¿O es que estás enviando señales a alguien en específico?
Piper es un tema que Axel prefiere mantener en el baúl de los recuerdos, pero hace diez meses se ha casado y desde entonces, las cosas se fueron a la m****a con Axel.
—No digas tonterías. Soy un hombre libre y puedo hacer lo que se me venga en gana.
—¡Maldición! Si es como piensas, ¿por qué te quejas tanto?
Los ojos de Axel se detienen y me escanean con sumo cuidado e interés.
—Lo acepto, he sido un descuidado de m****a y también soy el responsable de que Daxton Ridley esté pensando en Zane como heredero. ¿Eso quieres escuchar? —me pregunta con recriminación.
Sin embargo, esa es la verdad.
—Axel.
—Cumpliré con lo que mi abuelo pide, pero no será a su manera. Ven conmigo a esa cena.
—Y, ¿en calidad de qué quieres que te acompañe? —le cuestiono—. No puedo llegar siendo tu asistente.
—Eres mi amiga e irás como tal. Necesito ganar tiempo, Mila. Entiendo que no quieras arriesgarte con lo primero, pero, ¿esto? Esto si puedes hacerlo por mí…
Si tan solo Axel tuviera una mínima idea de lo que sus peticiones causan en mí, quizá no las haría o tal vez, se alejaría. ¿Por qué tenía que ser todo tan complicado?
—Por favor, Mila.
Respiro profundo. No tengo voluntad para negarme. Además, no me está pidiendo nada del otro mundo, tampoco es la primera vez que voy a una cena familiar como su amiga.
—Bien, deja que me ponga decente y por favor, Axel. No me salgas con sorpresas —pido con seriedad.
—Te lo prometo —murmura con una sonrisa en los labios. Una sonrisa que debió bastarme para saber que algo estaba cocinándose en su cabeza.
No demoro y en quince minutos vuelvo a la sala. No hay más intercambio de palabras entre nosotros. Axel toma mi cintura de forma posesiva, como si temiera que en cualquier momento fuese a escaparme.
Un silencio sepulcral se instala desde que subimos al coche y se extiende durante todo el trayecto. La tensión inunda el poco espacio y cuando finalmente llegamos, doy un respiro de alivio que llama la atención de Axel.
—No tienes que hacer o decir nada. Solo sé mi acompañante.
—Tu escudo —le corrijo y él sonríe.
Si no estuviera en esta situación, juro que habría terminado con las bragas mojadas; sin embargo, por primera vez, me he convertido en un manojo de nervios.
—Vamos —dice, empuja ligeramente mi espalda y caminamos juntos.
Los lujos de la residencia no me sorprenden, pero si lo hace la presencia de cuatro hermosas mujeres en la sala, acompañadas por sus respectivas familias.
—¿Mila? —la voz de Daxton deja en claro que no me esperaba. No puedo culparlo, si alguien es responsable, no es otro que Axel Ridley.
—Hola, Daxton, un placer volver a verte —digo. Tonta, como si hubiera pasado meses sin verlo—. Creo que no es un buen momento para visitas —pronuncio, obligándome a sonreír.
—De ninguna manera, es el momento indicado. Necesito a alguien imparcial para que no se me acuse de ser un hombre injusto.
La persona menos imparcial en este momento soy precisamente yo; sin embargo, no respondo, gracias a la llegada de Zane, quien viene acompañado de una hermosa y joven dama. La mujer sonríe cuando se acerca a Daxton, es claro que, quiere impresionarlo.
La tensión en la habitación se puede cortar con el filo de una navaja. El cuerpo de Axel se tensa cuando Zane le sonríe con burla.
—Contrólate —le susurro al oído.
Axel gira el rostro para mirarme y nuestros labios quedan tan cerca que puedo recoger el olor de la menta y el whisky en su aliento. La mezcla es perfecta, me marea un poco y todo parece desaparecer, lamo mi labio mientras la garganta se me seca, ¿acaso piensa besarme?
⤝MILA⤞Nuestros ojos siguen fijos, el uno en el otro, la tentación de cerrarlos es tan abrumadora y el deseo de probar sus labios lo es aún mucho más. Solo tengo que dejarme llevar, basta un segundo para tener lo que siempre he anhelado y deseado. El sabor de su prohibida boca.Mi cuerpo se tensa como la cuerda de un violín y un atisbo de lucidez se cuela en mi cabeza. ¿En qué diablos estoy pensando? Me separo ligeramente del cuerpo de Axel, lo suficiente para romper la tensión que se ha creado entre nosotros.Me pregunto si alguien más lo ha notado o solo he sido yo.—Mila —susurra, acercándose de nuevo.Un nudo se instala en mi garganta.—Ni se te ocurra —murmuro en respuesta y tan bajito, solo para sus oídos. Él me sonríe y se aleja un poco. Dejo escapar el aire que no sé que estoy reteniendo mientras siento las mejillas de mi rostro calientes. Ha sido un momento… incómodo.—Qué sorpresa, primo. Siempre muy bien acompañado —pronuncia Zane a manera de saludo—. Mila, un placer
⤝MILA⤞«Mila y yo vamos a casarnos.»Dejo de preocuparme por Zane y el temblor de su copa de manera instantánea. Las palabras de Axel retumban en mis oídos como una fuerte explosión. Siento que el mundo se detiene, que la respiración se me queda atrapada en la garganta y que mi corazón late desbocado dentro de mi pecho.—¡¿Vas a casarte?! —repite Zane, incrédulo.—¿Cuántas veces tengo que repetirlo? Todos aquí han escuchado perfectamente la noticia —responde Axel, dispuesto a continuar con su mentira.La mano de Axel busca la mía. Estoy en shock y no reacciono a tiempo. Sus dedos aprietan los míos suavemente, pero con la suficiente firmeza para evitar que me aleje.Me siento traicionada. Axel me ha engañado con premeditación. ¡Él sabía perfectamente a lo que venía! Y yo, como una tonta, creí que solo le iba a hacer ganar tiempo.El enojo, el dolor y el amor se mezclan en mi interior con una rapidez abrumadora; sin embargo, sigo sin pronunciar palabra.Los ojos de Daxton están fijos en
⤝MILA⤞Tras las felicitaciones por la boda, Axel me lleva de regreso a casa. El trayecto transcurre en un silencio tenso, tan denso que podría cortarse con el filo de una tijera. ¿Cómo pudo traicionarme de esa manera? Confié en él y ahora tengo el corazón herido.Aún siento el calor de sus labios sobre los míos y el hormigueo recorriendo mi cuerpo. ¿Cómo diablos haré para olvidar? ¿Cómo le explico a mi corazón que todo esto no ha sido más que un juego para él?Sumergida en mis preguntas y pensamientos, no soy consciente del momento en que Axel estaciona el auto en el parqueadero de mi edificio hasta que escucho su voz.—Llegamos.No le respondo. Abro la puerta y, sin despedirme, salgo del auto como si el diablo me pisara los talones. Necesito alejarme de Axel, necesito reconstruir las barreras que me tomó años levantar y que, en una sola noche, fueron derribadas sin piedad.—¡¡Mila!! —grita. Escucho la puerta del coche cerrarse y los pasos apresurados de Axel detrás de mí.No me deten
⤝AXEL⤞Estaciono el auto y recargo la cabeza sobre el volante. Ni siquiera sé cómo llegué sin provocar un accidente durante el trayecto. Nunca imaginé que Mila iba a reaccionar tan mal. Soy muy consciente de que no debí lanzar el anuncio de esa manera; antes tenía que convencerla de aceptar. Ahora, solo he empeorado las cosas y conociendo a Mila, no va a perdonarme así amanezca arrodillado frente a su puerta.Levanto la cabeza y un grito de furia sale de mi garganta mientras golpeo el volante con mis puños. Respiro varias veces para tranquilizarme y salir del coche. De todos los lugares a los que podría ir, decido venir al que menos imaginé mientras conducía, pero ya estoy aquí y hablar con alguien quizá me ayude.Camino hacia el ascensor, presiono el botón y espero con las manos en los bolsillos. Las puertas no demoran en abrirse y entro. Agradezco no tener que compartirlo con nadie, me recargo contra el metal y cierro los ojos. Inevitablemente, recuerdo el beso.Mi cuerpo se tensa y
⤝MILA⤞El sonido estridente e insistente de la alarma me despierta. Abro los ojos con dificultad, aún afectada por el llanto de anoche. Maldigo a Axel una vez más antes de incorporarme del sillón.Mi cuerpo protesta, adolorido, y fulmino con la mirada el sillón, como si tuviera la culpa de la horrible noche que pasé.Con más determinación de la que realmente siento, me dirijo a la ducha. Me despojo de mi vestido arrugado, dejándolo en el suelo mientras camino. Enciendo la llave, y la lluvia artificial empapa mi cuerpo.Cierro los ojos para bloquear los recuerdos recientes. No quiero pensar en Axel y, mucho menos, en el desayuno con Daxton Ridley el fin de semana.Me concentro en recordar mi agenda para hoy. Ocupar mi mente en el trabajo es la mejor terapia. Y no, no estoy exagerando con mi reacción. Casarse no es cualquier cosa, y aunque la idea de una novia falsa fue mía, jamás consideré incluirme en la ecuación. Axel tiene tantas mujeres en su lista como escándalos. ¿Acaso no sintió
⤝MILA⤞Un escalofrío me recorre de pies a cabeza. Zane no está bromeando, lo puedo adivinar en el brillo de su mirada. Este hombre está dispuesto a todo con tal de hacerse con el control de Ridley Energy Solutions Inc.—¿No dices nada? —cuestiona.Me obligo a sonreír para disimular el nerviosismo que se instala en mi estómago. Tengo que tener mucho cuidado, cualquier cosa que diga, Zane no dudará en usarla en mi contra.—Ya te lo he dicho, Zane. No voy a discutir contigo un tema que no te compete.—¡Es mi maldit0 problema, Mila! —grita. Aprieto los dientes cuando su mano se cierra con más fuerza sobre mi piel.No me cabe duda de que dejará una marca notoria en mi brazo.—Solo estás fingiendo para ayudar a Axel a mantener el control de la compañía —insiste.Zane me ataca sin piedad, espera que en cualquier momento cometa un error que le dé la ventaja. Tengo que alejarme antes de que todo esto se vaya al carajo.Aún estoy furiosa con Axel, pero bajo ningún motivo voy a permitir que Zane
⤝AXEL⤞He pasado la peor noche de mi vida, contando los minutos para que el sol vuelva a alzarse sobre la ciudad y encontrarme con Mila. Por ella, vengo a la oficina más temprano de lo habitual. Conozco muy bien su rutina y sé que le gusta ser la primera en llegar, sin embargo, no lo hace esta mañana.Le marco a su celular y, aunque suena, Mila no atiende mi llamada. Camino por mi oficina, alboroto mis cabellos con frustración y miro la hora en el reloj. Se está demorando demasiado en llegar y el desayuno se va a enfriar.Aún no puedo creer que haya seguido los consejos de Soren, pero él tiene toda la jodida razón. Si no convenzo a Mila de que acepte casarse conmigo, no habrá nada que hacer. No pienso casarme con nadie que no sea ella.Camino hacia mi escritorio y tomo el celular de nuevo. Marco el número de Mila y espero lo que me parece una eternidad, pero ella vuelve a ignorarme. ¡Esto nunca había pasado! ¿Por qué precisamente tuvo que suceder ahora? Fui un idiota, lo admito; sin e
⤝MILA⤞Mi corazón se acelera como si hubiera una manada de caballos galopando en mi pecho. El beso es desesperado. No es suave ni calculado. Es una súplica muda, un intento de arrancar a Axel de la oscuridad en la que está sumido. Sus labios tensos se relajan poco a poco contra los míos. Sus manos, que aún tiemblan por la rabia, se aferran a mi cintura con fuerza, como si yo fuera el único ancla que lo mantiene en la realidad.La idea es maravillosa…Cierro los ojos y dejo que la sensación de su calor me envuelva. Sé que este no es ni el lugar ni el momento, pero es lo único que puedo hacer para evitar que Axel cometa una locura.Sé muy bien que tengo que darle muchas explicaciones después de esto, pero por el momento no me importa. Ya me las arreglaré para justificar mis acciones.Cuando nos separamos, su respiración es pesada, como si estuviera haciendo un esfuerzo sobrehumano para mantener el control. Sus pupilas están dilatadas. Su frente se apoya en la mía y, aunque su cuerpo sig