97. Mi otra mitad⤝Z & A⤞⤝AIDEN⤞Quiero creer, necesito confiar en las palabras de Zaria, pero, ¿a mi edad, realmente puedo permitírmelo? Aunque estoy seguro de mis sentimientos hacia ella, no puedo evitar preguntarme: ¿cuánto durará lo que ella siente por mí? ¿En qué momento las diferencias de edades van a separarnos? En algún momento sé que va a suceder.Zaria es una mujer joven, hermosa, apasionada. La única que ha sido capaz de despertar en mí el deseo, la pasión. Las ganas de volver a amar, pero siendo justos y honestos. No le he dicho toda la verdad. No sabe que Livia no es hija mía, no soy capaz de confesárselo y ni siquiera sé la jodida razón. Tal vez porque no quiero que me vea con lástima o decepción al darse cuenta de que no soy el hombre que cree. Al final solo fui un idiota en manos de Caroline. Un payaso. Le perdoné lo imperdonable con el único propósito de que mis hijos tuvieran a su madre. Sin embargo, tarde me di cuenta del error que cometí. No se puede obligar a
98. La nieta de mi novio⤝Z & A⤞⤝ZARIA⤞Con premura y algo de torpeza, recojo mi ropa del piso y me cubro el pecho con la blusa mientras Aiden atiende la llamada. Su rostro palidece y mi corazón se estremece cuando escucho el nombre de Nova salir de sus labios.Quiero preguntar y saber lo que sucede con ella, pero las palabras se quedan atoradas en mi garganta cuando Aiden vuelve a hablar.—¿Un accidente? —pregunta, mirándome con los ojos asustados, su mano tiembla visiblemente—. ¿Cómo está? —vuelve a preguntar, esta vez con más urgencia, recogiendo sus pantalones para vestirse.Ni siquiera me molesto en correr al cuarto de baño para limpiarme. Eso se puede esperar, pero el asunto de Nova no y por la expresión de Aiden, las cosas no parecen alentadoras.—Voy para allá —dice, cuelga el teléfono y termina de colocarse los pantalones.—¿Qué ha pasado con Nova? —pregunto, buscando mi bolso con la mirada y las llaves de mi auto.—Es Nova, sufrió un accidente mientras salía del restaurante
99. Hice lo que tenía que hacer⤝Z & A⤞⤝AIDEN⤞Comunicarme con Knox no ha sido nada fácil y convencerlo de venir al hospital mucho menos, pero finalmente, lo consigo. Ahora todo lo que puedo hacer es sentarme, esperar a que llegue y tener noticias de Nova.La culpa me castiga sin piedad, jamás debí pedirle que dejara la seguridad del apartamento. Esto no habría pasado si hubiese manejado las cosas de otra manera. Fui descuidado y egoísta.Me levanto incapaz de continuar sentado y camino de un lado a otro, mirando hacia la entrada, esperando ver llegar a Knox o a Zaria, de quien no he sabido nada en los últimos veinte minutos. También espero ver a alguien salir de la sala de operaciones para darme información, pero no hay nada, ni una sola señal de los médicos o enfermeras.La angustia oprime mi pecho, es la misma sensación que tuve cuando Knox me avisó del accidente de Livia en Texas, hace unos meses. Es la misma impotencia de no poder entrar, sostenerle la mano y prometerle que todo
100. Volvemos a San Antonio⤝MILA⤞Las últimas semanas de nuestra luna de miel, han sido como un sueño. De Antigua Guatemala, nos trasladamos a San Juan La Laguna, visitando cada uno de los pueblos vecinos. Conociendo su historia.Más tarde, nos trasladamos a Cobán, en Alta Verapaz donde visitamos el Biotopo y las hermosas lagunas de Semuc Champey. No cabe duda de que el tiempo pasa volando cuando se disfruta en pareja y con amor.Tres semanas después de haber llegado a Guatemala, aterrizamos en Flores, en el departamento de Petén, donde pensamos pasar nuestros últimos días, conociendo la ciudad maya que se esconde entre sus vastos bosques.—¿Cansada? —pregunta Axel, acariciando la cuerva de mi vientre. Ahora, con diez semanas de embarazo, se ha hecho notar.Tendremos que dar un par de explicaciones al volver, pero estoy completamente segura de que nuestras familias estarán felices con la llegada de nuestro bebé.Tan felices como Axel y yo estamos mientras esperamos para conocerlo.—U
101. ¡Tú eres el culpable!⤝MILA⤞«Podría hacerlo, podría darle mi apellido.»Me quedo de una pieza al escuchar a Axel y, por primera vez, en relación con Nova y su bebé, me siento incómoda con la situación. No soy alguien egoísta y tampoco mezquina. Pero no estamos hablando de cualquier cosa, sino de reconocer a un bebé como hijo propio.Es una acción muy loable, pero…—Es algo que tengo que hacer, Mila. Quiero proteger a la bebé de Nova —insiste. Un nudo sube a mi garganta, está tan decidido que dudo mucho que algo de lo que diga lo haga cambiar de opinión; sin embargo, tengo algo que decir.Libero mi mano de su agarre y me aclaro la garganta, tratando de que el nudo desaparezca y me permita hablar; pero siento la lengua pesada, como si una roca la aplastara.—Dime algo, no te quedes callada, Mila —pide, buscando de nuevo mi mano. La voz del capitán se escucha por el altavoz, ordenando colocarnos los cinturones de seguridad para aterrizar.Su mirada fija sobre mí, quema como el mism
102. ¿Y el padre de la bebé?⤝MILA⤞La sorpresa y el miedo me paralizan mientras Axel esquiva un nuevo golpe, detiene el brazo del desconocido muy cerca de su mentón. Las venas de su cuello se marcan por la fuerza ejercida mientras el tipo lo fulmina con la mirada.El enojo y la rabia en sus ojos son evidentes. Las facciones de su rostro se marcan por la presión de sus dientes.—Tú eres el único culpable de que mi hermana esté pasando por esto. ¡Por tu culpa fue echada de casa! —grita, finalmente revelando su identidad.—¡Basta! Este no es un lugar para sus escándalos. Si no se tranquilizan, llamaré a seguridad —grita una de las enfermeras que se acerca por el alboroto formado.—Aiden, haz algo —pido. No puedo arriesgarme a intervenir, aunque sé muy bien que Axel es muy capaz de defenderse, le viene bien un par de golpes para que entienda mi postura.No siempre puede dar la cara por su hermano, porque va a arriesgarse a esto.—Él no es Knox —pronuncia Aiden, saliendo de su shock—. Él
⤝MILA⤞El sonido de la puerta al abrirse y cerrarse con un golpe sordo hace que levante la mirada. Frunzo el ceño al encontrarme con el rostro desencajado de mi jefe y mejor amigo. Axel Ridley.Con calma y sin ninguna maldita prisa, cierro la carpeta con los documentos que revisaba antes de la abrupta interrupción.—¿Se puede saber el motivo por el que irrumpes en mi oficina sin llamar? —pregunto, prestándole toda mi atención.Axel es un tipo hermoso, como si al nacer los dioses lo hubieran llenado de gracia, elegancia y un maldito carácter de mierda. Afortunadamente, siempre estoy en el lado opuesto de su furia.¡Ah! Se me olvidaba mencionar que, también es todo un playboy y un jodido imán para los escándalos que tienen a su abuelo al borde de un ataque cardiaco. Y no dudo que sea el mismo motivo por el cual esté en mi oficina.Axel da tres vueltas, como un perro rabioso, e ignora mi pregunta. Me levanto de la silla y camino unos pocos pasos, recargo la cadera contra la fina madera d
⤝MILA⤞Axel se detiene bruscamente, sus dedos metidos entre sus alborotados cabellos están congelados y sus ojos se abren por completo, con un brillo peligroso en ellos.—Es lo más absurdo que he escuchado. No puedo arriesgarme a contratar a una mujer para que se haga pasar por mi novia y luego por mi esposa. ¡Nada me garantiza que no hablará sobre el acuerdo! Es una espada de doble filo, Mila.Lo sé muy bien.—Entonces, será mejor que pienses en una solución y que sea rápido. Tu abuelo no va a esperarte sentado, te apuesto lo que quieras a que en este momento debe estar organizando una fiesta para invitar a todas las solteras de San Antonio.Axel gruñe en respuesta, sabe que tengo toda la razón.—Para tener una amiga como tú, prefiero una enemiga —murmura en tono bajo.—Lo siento, prefiero ser sincera y si eso te hiere, perdóname —respondo con una sonrisa al verlo achicar los ojos que, me recuerdan a un felino grande y peligroso.—¿En qué diablos estaba pensando cuando te acepté como