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Mama insistió que Caesar y yo nos sentamos en la última banca de la capilla, estábamos literal en el lugar más caluroso de todos, el vestido que yo tenía era tan sofocante, quería salir corriendo y tirarme a una piscina.aún no entiendo por qué no ponen un puto aire acondicionado en este lugar, desde que murió la abuela se hace aquí la ceremonia, pero cada año era más y más caluroso.— Dios, cuando se necesita que llueva no lo hace — se quejo Caesar.Yo saqué mi abanico de mano y empecé a abanicarlo en mi cara.Caesar volteo a verme de inmediato, yo le sonreí y seguí abanicandome.— hace algo de calor — Le dije.Caesar me quito el abanico y empezó a usarlo él.este tipo era un bruto totalmente.— Mucho mejor — Dijo.Yo respire profundo, no iba a caer en su juego.— ¿cuando se acaba esto? — Me preguntó en voz baja.— En la noche — Le dije.Caesar me miró con los ojos muy abiertos.— Apenas son las diez de la mañana — Dijo.Yo me encogi de hombros.— si no sabes de qué va algo, es mejor decir que no — Le dije con una sonrisa.El estómago de Caesar sono y no pude evitar reírme, las personas que estaban delante de nosotros voltearon a verme.Yo me puse sería de inmediato.— Dime que comiste algo — Le pregunté.Caesar puso mala cara y se acomodo en el asiento.— No, yo pensé que sería algo diferente, no que terminaria en un horno en el fin del mundo — Me dijo.— No pensé que esto sería tan divertido — Le dije.Saque de mi bolso unas galletas que había guardado, y me la metí a la boca, mastique lentamente la pequeña galleta.Por experiencia había aprendido que en días como estos se debía llevar algo de comer.— Está delicioso — Le dije a Caesar.— Esto te va a salir muy caro — Me amenazó.Yo lo mire a los ojos y le sonreí.— Deberías actuar como el adulto que dices ser y no amenazar a una chica indefensa como yo — Le dije.Le quite el abanico de un jalón y volví a abanicarme.— No es una amenaza princesita y de indefensa no tienes nada — Me dijo.Las personas delante de nosotros volvieron a voltear y una de las señoras me hizo seña que me quedara en silencio.— Lo siento — Me disculpé.La señora nos miro mal otra vez y volvió a girar la cabeza para seguir viendo al sacerdote.Las horas pasaron tan lentamente, yo cada cierto tiempo miraba a Caesar, el pobre parecía una Cuba, las gotas de sudor bajaban por su frente acumulándose en su espesa ceja negra.El sacerdote dió la orden para ponernos de pie, ahora tendríamos un pequeño break para tomar algo e ir al baño.— Eres una mentirosa — Me dijo Caesar mientras se levantaba.— Aun no se ha terminado, así que te aconsejo que si quieres ir al baño lo hagas ahora — Le dije.Caesar salio de la capilla antes que las demás personas y yo fui tras él para reírme un poco más, este viejo verde era muy divertido.— Dime que hay un restaurante cerca de este lugar —Yo negué con la cabeza, el restaurante mas cercano estaba a una hora de aquí, y dudaba mucho que él le diera tiempo de ir y venir.— tu vienes conmigo — Me dijo.Yo me rei.— Estás loco, yo no puedo irme, pero si quieres lárgate estás en todo tu derecho — Le dije y me di la vuelta para volver a la capilla.El brazo de caesar se enredó en mi cintura y me cargo, Mi espalda estaba pegada a su enorme pecho, yo empece a patalear y golpear su brazo.— Bajame rinoceronte — Le grite.— si sigues moviendote, te juro que le diré a tu padre que intentaste huir — Me amenazó.Yo me quedé quieta de inmediato, no podía permitir algo así.— No podemos ir a ningún lado, yo creo que tengo unas galletas en el bolso, bájame y te las doy — Le propuse.— ¿Peso ciento díez kilos, de verdad crees que unas galletas van a satisfacerme? — Me preguntó.— ¡No puedo ir contigo! — le dije ya con desesperación.— ¿dónde carajos está mi coche? — Preguntó él a la nada.— Caesar por favor, yo no puedo ir contigo, me voy a meter en problemas por tu culpa — Le dije.Caesar siguió caminando conmigo hasta que encontró su coche.— ¡No iré a ningún puto lado, Suéltame infeliz! — Grite.— ¡Auxilio me están secuestrando! — Grite con todas mis fuerzas.Caesar me tapo la boca con su enorme mano.— Baja la voz — Me ordeno.Yo asentí con la cabeza, el quitó su mano de mo boca y yo volví a gritar.— ¡Que te quedes en silencio carajo! — Me ordeno.Yo hice silencio de inmediato.— No puedo ir contigo, papá va a castigarme — Le dije.Caesar me recostó en su coche y me miró a los ojos.— ¿Castigarte? Eso sí sería divertido de ver — Me dijo con una sonrisa.Yo lo empuje con todas mis fuerzas.— Eres aún peor que Félix — le dije y me di la vuelta para volver.— Si das un paso más, te juro que le inventare algo tan jodidamente grande a tu padre que jamás volverás a ver la luz del sol — Me amenazó otra vez.Yo me detuve y me voltee a verlo, respire profundo y camine a él a regañadientes.Conociendo a mi padre, se que cualquier cosa que Caesar le diga la creerá.— Solo espero que te pase lo peor, y pido a dios que este presente para verlo — Le dije.Caesar agarró mi barbilla y levantó mi cabeza.— Tal vez sea alrevez y yo sea él que disfrute viendo cómo sufres — Me dijo.— Ahora sube al coche, y no te preocupes por tu padre, ya le inventare algo para que no te castigue — Me dijo.Yo aparte su mano de mi de un manoton y fui a subirme al coche.Caesar subió también y arranco de inmediato.— No me mires así, deberías estar agradecida que te saque de ese lugar, ¡dios! Tu familia está loca, ahora entiendo porqué eres así — Me dijo.— Eres una rata, la peor de todas, ni siquiera sabes lo grave que es para mí no estar allí — Le dije con frustración.Caesar volteo a verme.— ¿Que es lo peor que pueden hacerte, quitarte la tarjeta? — Me preguntó con burla.Yo puse los ojos en blanco, no iba a caer tan bajo como para decirle nada de mi vida personal a este rinoceronte.5Caesar condujo en completo silencio, yo no comenté nada, no quería escuchar su voz, ahora lo único que me preocupaba era mi papá, sabía que iba a castigarme.— ¿Pequeña Chihuahua que pasa? estas muy callada — hablo Caesar.Yo voltee a verlo de inmediato, como se atrevía este infeliz.Me quite el cinturón de seguridad y empecé a golpearlo con los puños, Caesar empezó a protegerse con una de sus manos, mientras se reía.— Voy a chocar por tu culpa — Grito.Yo volví a sentarme y lo mire mal.— ¿Que? — Me preguntó.— Eres repugnante, un bastardo, viejo verde, te desprecio — Le dije con rabia.— ¿Por qué pequeña Chihuahua? — Me preguntó.Yo me quite el zapato y empecé a golpearlo en la espalda con el.— ¡No me digas así! — Le grite.— ¡Lo siento! — Dijo entre risas.— Eres peligrosa — Me dijo.Yo lo fulmine con la mirada.— No te metas conmigo o te irá muy mal — Le advertí.— ¿Mal en que sentido? Matarme dudo que lo hagas — Me dijo.Me recosté en el asiento y mire por la ventanilla, prefe
Caesar se detuvo frente al primer restaurante que se topo, era un restaurante de cadena muy conocido aquí, yo había comido en alguno un por de veces, así que sabía que la comida era buena.Yo me baje rápidamente del coche y camine al restaurante, tenía tanta hambre, desde ayer no había comido bien, mi madre me había obligado a comer solo un poco de fruta para que el vestido que usaría hoy me quedara perfecto.Entre al restaurante y me senté en una mesa que estaba vacía, Caesar se acercó y se sentó frente a mi.Un camarero se acercó a nosostros y nos tendió el menú, yo lo agarre de inmediato y ojee un poco lo que había.Caesar pidió rápidamente y le entrego el menu al camarero.— Yo voy a querer, pollo asado con salsa Peri - peri, acompañado de arroz, papas fritas y verduras, tambien quiero envoltura de pollo a la parrilla, de postre quiero el pastel de chocolate con helado — Le dije al camarero.Caesar me quedo mirando.— Tu no te podrás comer todo eso — Me dijo.Yo me rei, este tipo
Al día siguiente llegué temprano a la universidad, para mí sorpresa ya Barbie estaba allí, ¿que le habrá pasado? Camine con rapidez a ella y me senté a su lado.— ¿Y tu qué tienes? — Le pregunté.Ella me miró y después recostó su cabeza en mi hombro.— Me duele el pezón — Me dijo.Yo puse los ojos en blanco y la aparte de mi, Barbie y el anciano eran demasiado activos sexualmente.— Viviano quería hacerlo está mañana, pero te juro que ya las piernas no me daban, así que huí — Yo respire profundo.Barbie y su mala costumbre de decir ese tipo de cosas.— Se me había olvidado preguntar cómo te fue en la luna de miel — Le pregunté.— ¡Genial! Visitamos tantas playas, y en cada una hicimos el amor — Me dijo soñadora.— Que raro que Clau aún no haya venido — Le dije para cambiar de conversación.— Si, que raro — contesto Barbie.— Tal vez se le pagaron las sábanas — comento Barbie.Yo asentí sin dar importancia.— ¿Que tal te fue a ti ayer? — Me preguntó.Estaba debatiendome en decirle lo de
Las chicas y yo salimos del aula de clases, yo tenía sueño y hambre, así que me iba a ir directamente a la casa.— Chao niñas — Les dije apenas salimos del campus de la universidad.— ¿Que hace Caesar aquí? — Preguntó Barbie.Yo me detuve en seco y mire al tipo, el estaba a un lado de su coche hablando por teléfono, hoy estaba vestido con un traje a la medida color negro, la luz del sol se reflejaba en su cabello castaño haciendo notar un par de motas doradas en el.— Tal vez viene a verte a ti — Le dije.Barbie le gritó y el volteo a vernos.— Tu hermano es muy sexy — Dijo Clau.— claro que no — Respondí de inmediato.Caesar empezó a caminar a nosotros, él llegó, le dió un beso en la cabeza a Barbie y saludo a Clau.— Vámonos — Me dijo mirándome a los ojos.— ¡Estás loco! — Le dije.Caesar envolvió su brazo en mi cintura y me levanto.— Nos vemos hermanita — Le dijo él.Barbie y Clau me quedaron mirando sin comprender, pero es que yo tampoco estaba comprendiendo de qué va todo esto.
Me puse la pijama y salí de la habitación, tenía hambre.Camine a la cocina y allí estaba Caesar tomando café y leyendo algo.— ¿Que cenaremos? — Le pregunté.Él dejo de leer y me volteo a ver.— No lo sé tú, pero yo ya he comido algo, agarra lo que quieras del refri y preparate algo — Me dijo.Yo me lo quedé viendo.— No se cocinar, prepárame algo tu — Le dije descaradamente.La sonrisa de Caesar apareció lentamente.— Entonces tienes dos opciones, o pides algo o te acuestas sin comer, porque yo no voy a prepararte nada — Me dijo.Yo puse lo ojos en blanco y camine al refri.— Eres medio inútil Caesar — Le dije.— ¿Disculpa, Lo dice la chica que no sabe cocinar? — Me preguntó.— Si, lo dice esa chica — Le respondí.Saque del refri algunos ingredientes para hacer un sándwich, no es por nada pero me quedaban deliciosos.— Apartate — Le pedí.Empecé a prepararme el sándwich, Caesar me miraba con una sonrisa torcida, este tipo me ponía de los nervios.— Deja de mirarme — Le pedí.— Solo e
Caesar estaba en la puerta del apartamento esperando por mi, yo pasé sobre el y camine con rapidez al ascensor.— Te vas conmigo, ya te dije que no te harás nada estúpido — Me dijo.— No me haré nada estúpido, pero si algo lindo — Le dije.— ¡Kendall! — Me grito.Yo seguí caminando y espere el ascensor, cuando se detuvo en mi piso entre y le pique el botón para que bajara, Caesar se subió al ascensor rápidamente antes que bajara.— No te harás nada, de eso me voy a encargar yo — Me dijo.De verdad que Caesar daba mucha pereza, este tipo necesitaba una buena sacudida.— ¿Te gustan las alturas? — Le pregunté.César me miró y nego con la cabeza.— Este fin de semana me tírate de un acantilado, deberías venir — Le dije.— Prefiero mil veces que te hagas el tatuaje — Me dijo.Yo sonreí un poco, este tipo había abierto la caja de Pandora y ahora tenía que aguantar todos sus males.— ¿Eres muy anticuado, cuando fue la última vez que te divertiste? — Le pregunté.— me divierto de manera sana,
11Las chicas me estaban esperando, yo camine a ellas y me senté en la mitad de ambas, Barbie me dió un golpe en el brazo.— ¿Desde cuando tienes algo con mi hermano? — Me preguntó.Yo la mire despectivamente.— Yo no tengo nada con él, mi papá le pidió que me cuidara — Barbie levantó una ceja.— ¡te lo juro! ¿tu hermano es un dolor en el trasero, como te lo aguántate tantos años? — le pregunté.Aguantar a Caesar más tiempo de lo requerido era perjudicial, ahora entiendo porqué Barbie se fijó en Viviano.— O sea que mi hermano es como tu niñero — Me preguntó.Yo asenti con la cabeza.— si, pero no te preocupes, lo trataré bien para que no se traume — Le dije para tranquilizarla.— ¡kendall! — Me regaño.— Él está en esto por idiota, no es mi culpa, él se lo busco — Le dije.La alarma para entrar a clases sono y las tres nos levantamos para ir al aula de clases.— — — — — — — — — —Estaba estresado por esa niña, ahora no solo tenía que mantenerla con vida, también tenía qie evitar que s
12Caesar se fue a su habitación apenas llegamos a su apartamento, yo me arrastre a la mia adolorida, odiaba admitirlo pero Caesar tenia razón, está m****a dolía como el infierno.Me saque la blusa con extremo cuidado de no lastimarme y la dejé a un lado, fui al baño y me mire los pezones, estaban tan rojos.Trate de tocarlos pero tan solo el roce de mis dedos era doloroso.— Al menos se ven lindos — Le dije a mi reflejo.Salí del baño y busque algo holgado entre mis cosas, pero no tenía nada, eso era un enorme problema, ya que no iba a aguantar algo apretado.Me di la vuelta y salí de la habitación con el pecho desnudo, Caesar ya me había visto, así que no había problemas con que no tenga nada puesto.Yo entre a la habitación de Caesar, él volteo a verme de inmediato.— ¿Que haces aquí? — Me preguntó.Él me quedo mirando y después apartó la mirada de mi.— Préstame algo de tu ropa, nada de lo que tengo es cómodo — Le pedí.— Agarra lo que necesites — Me dijo aún sin mirarme.— Se te h