Caesar se detuvo frente al primer restaurante que se topo, era un restaurante de cadena muy conocido aquí, yo había comido en alguno un por de veces, así que sabía que la comida era buena.
Yo me baje rápidamente del coche y camine al restaurante, tenía tanta hambre, desde ayer no había comido bien, mi madre me había obligado a comer solo un poco de fruta para que el vestido que usaría hoy me quedara perfecto.Entre al restaurante y me senté en una mesa que estaba vacía, Caesar se acercó y se sentó frente a mi.Un camarero se acercó a nosostros y nos tendió el menú, yo lo agarre de inmediato y ojee un poco lo que había.Caesar pidió rápidamente y le entrego el menu al camarero.— Yo voy a querer, pollo asado con salsa Peri - peri, acompañado de arroz, papas fritas y verduras, tambien quiero envoltura de pollo a la parrilla, de postre quiero el pastel de chocolate con helado — Le dije al camarero.Caesar me quedo mirando.— Tu no te podrás comer todo eso — Me dijo.Yo me rei, este tipo seguramente estaba acostumbrado a cenar con chicas que piden una ensalada y la dejan a la mitad.— También quiero un refresco grande, y salsa de la casa por favor — Le dije al camarero ignorando a Caesar.— En un momento vengo con su orden — dijo él camarero y se fue.— ¿Por qué me miras así? — Le pregunté.— ¿Cuánto pesas? — me preguntó.Yo lo pensé por un momento, si no estaba más, pensaba unos cincuenta y cinco, o tal vez un poco más.— ¿Como cincuenta y cinco, por qué? — Le pregunté.— ¿dónde piensas meter toda esa comida? — Me preguntó.— Eso a ti no te importa — Le respondí.— Has pedido un monton de comida, eso no cabera en tu estómago — Me dijo.Yo me recline en la mesa y lo mire a los ojos.— Solo mírame — Le respondí y me recosté en el espaldar de la silla.— No comerás ni la mitad — Volvió a decir.— Me da igual lo que tú creas, ahora no me molestes — Le pedí.— Apuesto cien euros a qué no te comes todo — Me dijo.Yo puse los ojos en blanco, este tipo me estaba tratando otra vez como una mascota.— No me conoces rinoceronte, puede que sea pequeña pero creeme, como demasiado, ¡pero acepto! — Le dije.Él camarero llegó con nuestra comida, la mesa quedó repleta de los platos humeantes con la comida, Caesar sonrió y nego con la cabeza.— Quiero ver cómo fracasas pequeño Chihuahua — Me dijo.Yo me encogi de hombros y empecé a comer, yo amaba la comida, comer era mi lugar seguro, la comida es lo mejor del mundo, es una lastima que mamá sea tan insistente en que no coma demasiado, según ella las damas deben comer poco.— Esto está delicioso — Le dije mientras mordía la jugosa piel del pollo, la salsa un poco picante era una delicia.— ¿Puedo pedir un poco más de pollo? — Le pregunté.— Ni siquiera has terminado de comer esas — me regaño.Yo seguí comiendo los muslos de pollo, pique un poco de arroz y de las papas, dejé a un lado el pollo y fui a las envolturas de pollo, estaban un poco sosas la verdad.— Les falta salsa — le dije a Caesar.Agarre la salsa que me habían dado y les puse un poco, mordí la envoltura y ahora sabía mucho mejor.— Está tan buena — dije mientras seguía comiendo.— ¿En tu casa te matan de hambre? — Me preguntó Caesar.Yo dejé la envoltura de pollo en el plato y mire a Caesar.— No, pero ayer no comí bien, y hoy solo comí algo de fruta, así que tengo mucha hambre, ¿te vas a comer eso? — Le pregunté señalando su plato con la ensalada.Le quite el tenedor y tome un poco de la ensalada, después me lo lleve a la boca y mastique lentamente.— Está bueno — Le dije y tome otro bocado más.— ¡Deja mi comida en paz! pareces una chica que lleva días sin comer — Me regaño.Yo le sonreí un poco y seguí comiendo, Caesar se veía cada vez más sorprendido, yo seguí comiendo sin prestarle mucha atención.— — — — — — — — — —Me cruce de brazos y observé con más atención a ese pequeño Chihuahua, la niña era más pequeña que mi hermana, tenía una cabellera rubia, que le llegaba hasta la cintura, unos ojos enormes azules, su pequeña nariz me recordaba a los dibujos animados, pero algo que si me impresionaba era su enorme boca, la chica parecía un ángel, pero comía como un camionero.— Deberías beber algo — le sugerí, ella me miró, tenía las mejillas hinchadas por la comida, unas mejillas rosadas y bastante tiernas.— Jodete — Me respondió con la boca llena.Ella no solo comía como un camionero, también hablaba como uno, yo Intenté no reírme, esta chica era demasiado espontánea, es una lastima que sus padres la cohiban tanto.— Te ahogaras — Le advertí.Ella puso los ojos en blanco y siguió engullendo su comida.Le pase el vaso con el refresco, ella me lo quito de mala gana y empezó a beber.— ¿Te vas a terminar eso? — Me preguntó señalando mi Bowl con la ensalada que había pedido.Yo le acerque el bowl, ella lo acercó más y empezó a comerlo también, verla comer de esa manera había hecho que mi apetito se fuera.No podía entender como podía comer tanto, era muy impresionantes, está es la primera vez que conozco a alguien que come de esa manera.— ¿no te da miedo engordar? — le pregunté.Kendall dejo de comer y me miró a los ojos, ella me sonrió, un par de arruguitas se le formaron sobre las mejillas, haciéndola ver aún más inocente e inofensiva, algo que obviamente no era.— Nunca engordo, soy de esas que nacieron con metabolismo privilegiado — Me dijo y siguió comiendo.Cuando terminó de comer, miró a ambos lados del restaurante.— Creo que me empache mucho — Me dijo mientras acariciaba su vientre abultado.— Comiste como por tres, es lógico que ahora tengas malestar — Le dije.— ¿Nos vamos ahora o esperamos al postre? — Me preguntó.Cómo podía pensar en más comida si acababa de decir que estaba demasiado llena.— Nos vamos — Le dije y me levanté.Llame al mesero y le pagué la cuenta, Kendall se levantó también y se puso a mi lado.— deberíamos pedir el postre — Me sugirió.Yo envolví mi brazo en su pequeña cintura y la saqué del restaurante.— La próxima vez te llevaré a un buffet — Le dije mientras caminaba con ella.— No creo que haya próxima vez, tu no me agradas — me dejó en claro.Yo la solté y le di la vuelta para que me viera.— Tu tampoco me agradas, solo quería ser caballero — Le dije.Ella soltó una carcajada.— ¿Tu un caballero? ¡Ni en tu vida pasada lo fuiste! no seas iluso, tu lo que eres es un dolor en el trasero — Me dijo.— Y tu una mal hablada que van a castigar — le dije.Ella dejó de sonreír de inmediato, se dió la vuelta y camino al coche.Yo me sentí mal al instante que salieron esas palabras de mi boca, pobre chica.— ¡Apresúrate! — Me grito.Yo camine a ella lentamente, Kendall estaba recostada en el coche, el vestido blanco de pliegues se movía con el viento, parecía una muñequita de porcelana.— ¿Puedes darte prisa, o es que la rodilla no te deja? — Me grito.Una muñeca de porcelana muy molesta, apresure el paso y llegué al coche, me subí y espere a que ella también subiera.— ¿Que le vas a decir a mi papá? — Me preguntó.— Que quisiste ir conmigo porque tenías hambre — Le respondí.Kendall me dió un buen golpe en la parte de atrás del cuello.— Eres un desgraciado — Me dijo.— Cállate Kendall — Le pedí.Ella puso los ojos en blanco.— Tu no eres nadie para mandarme a callar, si me quedo en silencio es por mi propia decisión, no por ti — Me dijo y después se quedó en silencio.Está niña era todo un espectáculo.*Cuando llegamos a la capilla, varias personas incluidos los padres de Kendall estaban afuera, yo mire a Kendall y pude notar un poco de nerviosismo.Ella camino a su padre con la barbilla levantada, yo camine detras de ella, su padre apenas la vio camino con rapidez a ella y la agarro con agresividad por el brazo, yo estuve a nada de darle un empujón, el no tenía el derecho de tratarla de esa manera, aunque sea su padre.— ¡Me has dejado en ridículo! tu y yo teníamos un trato, pero veo que te da igual — Le dijo.— Señor Hanson, si se va a enfadar con alguien debería hacerlo conmigo, yo no conozco mucho Londres, y habia venido sin comer algo, su hija amablemente me llevo a un restaurante, no pensé que sería tan grave — Le dije.Él soltó el brazo de Kendall y me sonrió.— discúlpeme usted a mi, le debi explicar un poco sobre la ceremonia, pero que bueno que mi hija lo ayudo — Me dijo.Yo mire a Kendall, pero no podia ver su expresión ya que estaba de espaldas a mi.— Su hija es una mujer tan gentil, debería estar orgulloso de tenerla — Le dije.Kendall volteo a verme de inmediato, yo tuve que morder el lado interno de mi mejilla para no reírme, la expresión que ella me dió fue tan graciosa.— Es la crianza que le hemos dado, ahora sí no es molestia me gustaría que siguiera acompañándonos — Me dijo.Yo asentí con la cabeza, agarre el brazo de Kendall con gentileza y la lleve dentro de la capilla.— a este paso, vas a deberme hasta la vida — Le dije.Kendall me miró y después hizo una mueca de desagrado.Yo me senté en el lugar de antes junto a ella, recosté mi espalda en el espaldar de la silla y mire al frente dónde un sacerdote estaba diciendo tantas cosas buenas de la señora, que parecían fantasiosas.— Tu abuela debió ser un ángel igual que tú — Le dije a Kendall.Ella agachó la cabeza y empezó a reír bajito, Yo mire a un lado, por qué si la veía estoy seguro que iba a reírme a carcajadas, esta chica de verdad que era algo.Al día siguiente llegué temprano a la universidad, para mí sorpresa ya Barbie estaba allí, ¿que le habrá pasado? Camine con rapidez a ella y me senté a su lado.— ¿Y tu qué tienes? — Le pregunté.Ella me miró y después recostó su cabeza en mi hombro.— Me duele el pezón — Me dijo.Yo puse los ojos en blanco y la aparte de mi, Barbie y el anciano eran demasiado activos sexualmente.— Viviano quería hacerlo está mañana, pero te juro que ya las piernas no me daban, así que huí — Yo respire profundo.Barbie y su mala costumbre de decir ese tipo de cosas.— Se me había olvidado preguntar cómo te fue en la luna de miel — Le pregunté.— ¡Genial! Visitamos tantas playas, y en cada una hicimos el amor — Me dijo soñadora.— Que raro que Clau aún no haya venido — Le dije para cambiar de conversación.— Si, que raro — contesto Barbie.— Tal vez se le pagaron las sábanas — comento Barbie.Yo asentí sin dar importancia.— ¿Que tal te fue a ti ayer? — Me preguntó.Estaba debatiendome en decirle lo de
Las chicas y yo salimos del aula de clases, yo tenía sueño y hambre, así que me iba a ir directamente a la casa.— Chao niñas — Les dije apenas salimos del campus de la universidad.— ¿Que hace Caesar aquí? — Preguntó Barbie.Yo me detuve en seco y mire al tipo, el estaba a un lado de su coche hablando por teléfono, hoy estaba vestido con un traje a la medida color negro, la luz del sol se reflejaba en su cabello castaño haciendo notar un par de motas doradas en el.— Tal vez viene a verte a ti — Le dije.Barbie le gritó y el volteo a vernos.— Tu hermano es muy sexy — Dijo Clau.— claro que no — Respondí de inmediato.Caesar empezó a caminar a nosotros, él llegó, le dió un beso en la cabeza a Barbie y saludo a Clau.— Vámonos — Me dijo mirándome a los ojos.— ¡Estás loco! — Le dije.Caesar envolvió su brazo en mi cintura y me levanto.— Nos vemos hermanita — Le dijo él.Barbie y Clau me quedaron mirando sin comprender, pero es que yo tampoco estaba comprendiendo de qué va todo esto.
Me puse la pijama y salí de la habitación, tenía hambre.Camine a la cocina y allí estaba Caesar tomando café y leyendo algo.— ¿Que cenaremos? — Le pregunté.Él dejo de leer y me volteo a ver.— No lo sé tú, pero yo ya he comido algo, agarra lo que quieras del refri y preparate algo — Me dijo.Yo me lo quedé viendo.— No se cocinar, prepárame algo tu — Le dije descaradamente.La sonrisa de Caesar apareció lentamente.— Entonces tienes dos opciones, o pides algo o te acuestas sin comer, porque yo no voy a prepararte nada — Me dijo.Yo puse lo ojos en blanco y camine al refri.— Eres medio inútil Caesar — Le dije.— ¿Disculpa, Lo dice la chica que no sabe cocinar? — Me preguntó.— Si, lo dice esa chica — Le respondí.Saque del refri algunos ingredientes para hacer un sándwich, no es por nada pero me quedaban deliciosos.— Apartate — Le pedí.Empecé a prepararme el sándwich, Caesar me miraba con una sonrisa torcida, este tipo me ponía de los nervios.— Deja de mirarme — Le pedí.— Solo e
Caesar estaba en la puerta del apartamento esperando por mi, yo pasé sobre el y camine con rapidez al ascensor.— Te vas conmigo, ya te dije que no te harás nada estúpido — Me dijo.— No me haré nada estúpido, pero si algo lindo — Le dije.— ¡Kendall! — Me grito.Yo seguí caminando y espere el ascensor, cuando se detuvo en mi piso entre y le pique el botón para que bajara, Caesar se subió al ascensor rápidamente antes que bajara.— No te harás nada, de eso me voy a encargar yo — Me dijo.De verdad que Caesar daba mucha pereza, este tipo necesitaba una buena sacudida.— ¿Te gustan las alturas? — Le pregunté.César me miró y nego con la cabeza.— Este fin de semana me tírate de un acantilado, deberías venir — Le dije.— Prefiero mil veces que te hagas el tatuaje — Me dijo.Yo sonreí un poco, este tipo había abierto la caja de Pandora y ahora tenía que aguantar todos sus males.— ¿Eres muy anticuado, cuando fue la última vez que te divertiste? — Le pregunté.— me divierto de manera sana,
11Las chicas me estaban esperando, yo camine a ellas y me senté en la mitad de ambas, Barbie me dió un golpe en el brazo.— ¿Desde cuando tienes algo con mi hermano? — Me preguntó.Yo la mire despectivamente.— Yo no tengo nada con él, mi papá le pidió que me cuidara — Barbie levantó una ceja.— ¡te lo juro! ¿tu hermano es un dolor en el trasero, como te lo aguántate tantos años? — le pregunté.Aguantar a Caesar más tiempo de lo requerido era perjudicial, ahora entiendo porqué Barbie se fijó en Viviano.— O sea que mi hermano es como tu niñero — Me preguntó.Yo asenti con la cabeza.— si, pero no te preocupes, lo trataré bien para que no se traume — Le dije para tranquilizarla.— ¡kendall! — Me regaño.— Él está en esto por idiota, no es mi culpa, él se lo busco — Le dije.La alarma para entrar a clases sono y las tres nos levantamos para ir al aula de clases.— — — — — — — — — —Estaba estresado por esa niña, ahora no solo tenía que mantenerla con vida, también tenía qie evitar que s
12Caesar se fue a su habitación apenas llegamos a su apartamento, yo me arrastre a la mia adolorida, odiaba admitirlo pero Caesar tenia razón, está m****a dolía como el infierno.Me saque la blusa con extremo cuidado de no lastimarme y la dejé a un lado, fui al baño y me mire los pezones, estaban tan rojos.Trate de tocarlos pero tan solo el roce de mis dedos era doloroso.— Al menos se ven lindos — Le dije a mi reflejo.Salí del baño y busque algo holgado entre mis cosas, pero no tenía nada, eso era un enorme problema, ya que no iba a aguantar algo apretado.Me di la vuelta y salí de la habitación con el pecho desnudo, Caesar ya me había visto, así que no había problemas con que no tenga nada puesto.Yo entre a la habitación de Caesar, él volteo a verme de inmediato.— ¿Que haces aquí? — Me preguntó.Él me quedo mirando y después apartó la mirada de mi.— Préstame algo de tu ropa, nada de lo que tengo es cómodo — Le pedí.— Agarra lo que necesites — Me dijo aún sin mirarme.— Se te h
13Cuando llegue a la universidad más tarde esa mañana, Clau y Barbie me quedaron mirando con extrañeza, yo ignore su gesto y me senté frente a ellas en la mesa que estaba en la cafetería de la universidad.— ¿Como hiciste para que te crecieran los pechos tan rápido? — Me preguntó Clau.Yo le sonreí de oreja a oreja.— Me perfore los pezones — Les dije.Ambas se quedaron mudas por un momento y después empezaron a reír.— ¿No te dolió? — Me preguntó Barbie.— Solo un poco, ustedes deberían hacerlo también — Le sugerí.Barbie me miró de arriba a bajo.— ¡Estás loca! seguramente duele muchísimo y por eso nos dices que también lo hagamos — Me dijoYo empecé a reír.— Casi me muero cuando perforaron el primero, creo que hasta llore — Le dije.— ¿Porque lo hiciste, acaso conociste a alguien que le gustan esas cosas? — me preguntó Clau.— Quería hacerlo, se ven muy lindos, duele horrible pero se ven bien y eso es lo importante —Les dije con una sonrisa.— ¿Oye y mi hermano? — Me preguntó Barb
14Caesar no me había dirigido la palabra en toda la mañana, yo sabía que estaba furioso por lo de anoche, pero que culpa tenía yo de que le dijeran viejo, el debería estar feliz de que lo confundieran con mi padre, no cualquiera tiene una hija tan linda como yo.Me fui al recibidor dónde él estaba, Caesar estaba leyendo algunos documentos sentado en el sofá.Yo me acerque a él y me le senté en las piernas, él me miró con desaprobación pero no me dijo nada.— Caesar tengo hambre — Le dije.Él no respondió y siguió leyendo los documentos que tenía en la mano.— No pareces mi papá, era más como un tío, uno que tuvo mi abuelo fuera del matrimonio y por eso es que eres un poco más joven que mi papá — le dije.Caesar dejo de leer los papeles y me quedo mirando.— ¿Se supone que eso me hará sentir mejor? — Me preguntó.Yo Asentí con la cabeza, tal vez así se le pasará el mal genio y decida cocinar algo.— Me acabas de decir bastardo — Me reprocho.Yo puse los ojos en blanco, que hombre más d