Adrián caminaba impaciente por la casa, haciendo eco por todo el lugar, mientras encendía un cigarrillo tras otro, llenando sus pulmones de tabaco una y otra vez con desesperación, para intentar calmar la ansiedad. El ambiente se llenaba de humo, no podía controlar sus emociones, estaba furioso.
Clara se encontraba sentada, como una muñeca de adorno, mientras él la observaba de reojo al pasar.
-Cariño, no me veas a si- Decía a esa mujer, que en realidad estaba perdida con sus ojos en la nada-Sabes que no puedo dejarte ir-
Seguía su camino, de un lado a otro, como una fiera enjaulada- ¡SILENCIO! - gritó- ¡NO TE ATREVAS A COMPARAME CON SU MADRE! - como si estuviera entablando una conversación con alguien.
- ¡YO NO LA DAÑARIA COMO LO HIZO ESA PERRA! ¿COMO TE ATREVES A COMPARARME CON ELLA? -
Arrojó la colilla al suelo para luego pisarla,
Dulces sonrisas, llenaban su vida, minutos que apaciguaban la desesperación que guardaba en su corazón, inmensas ganas de recibir afecto, sin la sombra de la culpa por detrás.Sus mañanas y tardes, en compañía de su amigo Maxi eran lo mejor del día, un brillo de paz la cubría, al menos en ese corto periodo, a pesar que solo compartían el mismo camino, eran momentos de óseo que no cambiaría por nada.La culpa y las dudas caminaban a su lado, susurrándole al oído.¿Esta bien que sientas tanta felicidad?¿Crees que mereces sonreír de esa manera?¿Cuánto mas crees que durara esto?Miles de pensamientos la atormentaban, con cada paso, con cada segundo que compartían juntos, pero al girar la vista y ver a esa persona tan alegre, que le sonreía lleno de inocencia, todo aquello que la sacaban de si, se encerraba
La luz blanca segaba mis ojos, hoy, hacia más frio de lo normal, mis pies descalzos estaban helados, labios morados, pero con una bella sonrisa dibujada en ellos, la cual solo muestro para él, quien me mira en aquel rincón, siempre tan silencioso, tan puro y en paz.Como no amarte si, recorres cada pasillo de mi mente y observas mis pasos, como esperando por mí, susurrando palabras suaves a mi oído. Como no amarte si, eres lo único que me ha quedado, en esta despiadada existencia.Aún recuerdo aquella vez que, prometiste no irte y has cumplido con eso, aunque nadie más pueda disfrutar de tu presencia.Escucho como pronuncias mi nombre cada noche, extendiendo tu mano.-Ven conmigo- me dices dulcemente, pero no puedo liberar mis brazos, no logro moverme. Mis ojos, se llenan de lágrimas por la impotencia.-Lo he intentado-contesto en llanto-juro que lo he intentado, pero no puedo--
Intentaba correr, pero mi cuerpo no respondía, mis pies eran pesados, sentía como fuera estando siendo comprimida, soltando espasmos musculares involuntarios, me sentía aprisionada por algo, mi respiración se aceleraba, y a lo lejos, podía distinguir una voz.-Cla-No podía escuchar muy bien ¿Quién era?-Clar-¿Acaso alguien me estaba llamando?-Clara. Despierta-Abrí mis ojos y allí estaba, recostada en mi cama, mientras Laura sacudía mi cuerpo -Amiga, pensé que no iba a poder despertarte, estabas gritando y no sabía que hacer-Me incorporé en la cama -no es nada, tuve una pesadilla muy extraña-me puse de pie- pero ¿qué haces aquí Laura? -dije mientras me dirigía al baño para asearme.Ella me miro confundida- ¿Qué acaso no sabes qué hora es? - se cruzó de
Mis pasos hacían eco en mi cabeza, como si mis oídos estuvieran tapados, la jaqueca me estaba matando, mis ojos no distinguían el camino, a causa de una luz blanca y cegadora, seguía en este lugar tan conocido para mi mente. El frio en mis pies, me recordaba que todavía podía sentir, no sabía hacia donde iba, pero comencé a correr sin rumbo, todo era extraño, no se notaba el comienzo del suelo o paredes.- ¿Acaso estoy muerta? - Pensé para mí misma.Mi cuerpo se detuvo en seco, cuando una fuerte corriente eléctrica, me invadió por completo, una, otra y otra vez y, de un segundo a otro, volví.Las lágrimas en los ojos de Laura, caían como cascadas.-Amiga. Gracias a dios, despertaste-Me dijo mientras, me tomaba en sus brazos.Las cortinas del pequeño cuarto, se mecían suavemente por la briza, el lugar era
Pude sentir los rallos del sol entrar por mi ventana, mi cuerpo aun estaba húmedo, pero la peor parte se la ganó el saco de Adrián. Me llené de vergüenza, pero no me arrepentía, me sentía tan relajada y renovada, como si verdaderamente, él hubiera estado en mi cama.La rutina siguió de manera normal, después de refrescar mi piel bajo la ducha, me observé al espejo y pude divisar, una pequeña marca en mi cuello, tomé algo de maquillaje para cubrirla y así, seguí con mi día, como si la noche anterior, solo hubiera sido un sueño, una dulce pesadilla que torturaba mis entrañas.Llegué a la florería y luego de ingresar, la puerta se abrió de tras de mí.-Muy buenos días amiga- Allí estaba ella, con su hermosa sonrisa, llena de vida y luz.-Laura. No te esperaba tan temprano-Pude ver su dul
Las gotas de lluvia eran suaves, el aroma a tierra mojada refrescaba los sentidos. Esa tarde, estaba decidida a cerrar temprano, pero la campañilla de la puerta de entrada sonó, para dar aviso de la llegada de un cliente.-Buenas tardes-dijo un joven de ojos verdes y cabello castaño.-Pase señor por favor, déjeme ofrecerle algo para secarse- dije mientras me giraba.- ¿Clara? – El tono de asombro fue muy obvio.Me giré a verlo un poco sorprendida- ¿Lo conozco? --No puedo creer que seas tú- una bella sonrisa se dibujó en sus labios-Es triste que no m recuerdes-Recorrí su rostro con cuidado, mientras exploraba por mis recuerdos. Sus rasgos eran finos, pero varoniles, ojos verdes como la pradera y cabello marrón, no muy alto ni muy bajo, tenia un pequeño lunar, en la mejilla, que jugaba con la mueca de sus labios. Un joven atractivo.-Discu
La noche era fría y desolada, mi mente divagada en todo lo ocurrido anteriormente, las acciones de Adrián, junto con sus palabras, me llenaba de dudas.Mis pasos hacían eco, mientras que mi camino era guiado por la poca luminaria de las calles. Mi vista era hacia el frente, pero no estaba observando. Me sentía nerviosa, llena de angustia, por alguna razón, me sentía vacía.Seguí tratando de calmar el caos de mis pensamientos, hasta que el sonido de unos pasos que venían cerca de mí, me trajo de golpe a la realidad.Pude distinguir una persona a los lejos, estábamos viniendo por el mismo camino de manera frontal, en este viejo puente, al cual llegué sin darme cuenta.Estaba intranquila, pero seguí. Aquella sombra se detuvo y se giró de frente al barandal, algo no estaba bien. Colocó sus manos una por una en aquel viejo metal, que lo separaba del agua, y
Mi cuerpo se movía por inercia, siguiendo la misma rutina de todos mis días. Levantarme, bañarme, cambiarme y bajar a la cocina. Mi corazón estaba hecho añicos y mi mente divagaba, los dolores de cabeza ya no me afectaban, así que dejé la medicación.Desde hace dos semanas que no salgo de casa, y poco a poco mi mente va llenando los espacios vacíos.Me senté esperando que el agua de mi café estuviera caliente, mientras escuchaba la puerta de entrada abrirse, unos pasos presurosos se acercaban.-Clara. Buenos días, espero que hayas podido descansar-Mire a un dulce ser parado frente a mi-Maxi- Susurre.-Se que quizás estas cansada de verme-Sonrió-pero dije, que no iba a dejarte sola-Dejó sobre la mesa unas bolsas con víveres-Traje todo lo necesario para hacerte algo delicioso-Desde que paso lo de Laura no se ha ido, solo sa