Me encontraba de frente a una puerta marrón, con el numero dieciocho gravado en ella. El lugar me parecía extrañamente conocido, mi corazón latía rápidamente, estaba muy nerviosa. Ruidos se escuchaban del otro lado, mi mano se movió sin mi permiso hacia la perilla, girándola lentamente, no estaba cerrado con llave. Entré con pasos lentos y silenciosos.
Pude percatarme que estaba en un hotel. Luego dar una pequeña caminata por ese corto pasillo antes del cuarto, la incomodidad por el olor a alcohol y cigarrillo en el ambiente, comenzó a molestarme en la nariz. Los gritos se hacían cada vez mas fuertes, al igual que el sonido de resortes, de lo que se notaba era una vieja cama.
Llegué al final de mi recorrido, quedando de pie frente a una asquerosa imagen.
Una bella mujer rubia dándome la espalda, moviendo su cuerpo sobre él, mientras yo estaba inmóvil a
La tasa caliente de café entre mis manos, el aroma de las flores, una ligera sensación de relajación, un lugar conocido, el cual sentía diferente, vacío. Así es mi primer día nuevamente en la florería.Llegué a asumir lentamente la ausencia de Laura, la ayuda de Maxi fue muy importante para mí y, el aferrarme al amor incondicional que sentía por Adrián, me hacía más fuerte para enfrentarme con el día a día.Pude reconstruir casi por completo el mes que pasé en blanco, los momentos que estuve con mi amado, paseos en la noche y el día, la ocasión en que decidimos formalizar nuestra relación, las noches incontables de pasión que pasamos en mi casa o su auto, ahora que lo pienso, aún no conozco su casa, pero en estos momentos de mi vida, es lo que menos me importa.Hoy no ha entrado ningún cliente, eso me ay
Su cuerpo estaba recostado en una cama, podía sentir una presión sobre ella, la vista se le nublaba, sus muñecas eran sujetas con los brazos sobre su cabeza, por una fuerte y gran mano, un inmenso calor se apoderaba de cada centímetro de su piel, mientras que la sensación de otra mano recorriéndola la hacía agitar. No lograba distinguir a aquel hombre sobre ella, pero si logro reconocer su voz. -Clara cariño, entiende de una vez-Decía entre suspiros, mientras se apoderaba de su inmóvil presencia-Tu eres mía y jamás puedes dejarme, estamos hechos el uno para el otro, ambos estamos rotos- No lograba reaccionar, ni tampoco pudo oponer algo de resistencia, mientras se movían sobre ella cada vez más rápido, mordiendo, explorando, lamiendo y tocándola como un pedazo de carne, no tenía manera de escapar de los brazos de Adrián. Las gotas de sudor caían sobre su inexpresivo rostro, la respiración de él se mezclaba con la suya, cuando se cansó de jugar con ella, como
Una dulce voz la despertaba-Clara, cariño, creo que será mejor que te levantes-Tomó su mentón y la besó. Él estaba de pie junto a su cama, le extendió una mano- ven, vamos-Su cuerpo se movía por voluntad propia, como si fuera una marioneta manejada por Adrián, su mirada estaba perdida y su rostro completamente serio e inexpresivo.Tomó la mano de quien la llamaba, había perdido toda la voluntad, ya no era más que una posesión, la cual estaba bajo el completo control de ese hombre.La dirigió hacia el baño, donde ya había preparada una gran tina de agua caliente.-Debes estar cansada, el agua caliente te relajara-El comenzó a quitarse la ropa, su cuerpo tenía varias cicatrices que antes Clara no había notado, eran quemaduras. Continuó por quitar el fino camisolín de ella. Clara estaba llena de m
Un cuarto blanco, con una pequeña ventana abarrotada entre abierta, para dejar salir el humo del cigarrillo que se acumulaba en el lugar, una mesa de madera en el centro, dos personas sentada frente a frente en cada punta de ella, el suelo se cubría de cenizas y el aire se sentía viciado. Se miraban de manera penetrante, expresando un completo odio el uno hacia el otro.Varios minutos pasaron hasta que uno se dignó a hablar- Sabes que esto no nos llevará a ningún lado ¿Verdad? Maxi-sonrió con una mueca de lado.El ceño del hombre frente a él se frunció-No eres más que un maldito desgraciado-Adrián soltó una pequeña risa, en modo de burla, mientras expulsaba humo- ¿Acaso estas en condiciones para llamarme de esa manera? Dime ¿Quién eres tú para juzgar mis acciones? –-Soy la persona que va a pelear hasta lo últi
Una imagen familiar, ella nuevamente de pie frente a una puerta, pero esta vez no era de un hotel, era la habitación de su antigua casa. Se repetía aquella escena, pero en un lugar diferente. Los sonidos que se filtraban hacia el exterior llegaron a sus oídos, los mismos gemidos, la misma ruidosa cama, no quería entrar, estaba aterrada, sabía perfectamente lo que vería del otro lado. Intentó salir corriendo, pero su cuerpo no respondía. Posó su mano en la perilla, sus extremidades temblaban, mientras giraba lentamente, las pupilas se dilataron y las lágrimas comenzaron a salir, mordiéndose los labios abrió la puerta lo más lento posible. Luchaba contra el control que su cuerpo ponía sobre su mente, pero solo lograba hacerse daño, a la vez que, de su labio comenzó a escaparse un fino hilo rojo a causa de fuerza que ejercían sus dientes.-Tengo miedo-Era la fra
Los rayos del sol asomaban por la ventana abierta del cuarto, las aves cantaban anunciando un nuevo y bello día. Clara entre abrió sus ojos, su garganta le dolía, llevó una de sus manos para frotarse el cuello, tratando de aliviar ese ardor, pero no parecía surgir efecto.La pequeña de diez años, recordaba todo lo sucedido la noche anterior, sabía que en ese momento alguien la había llevado a su cuarto. Se levantó bruscamente, su cuerpo se sentía entumecido, comenzó a observar a su alrededor, encontrando pequeñas huellas de barro que entraban y salían de su habitación.-No fue un sueño- se dijo a sí misma en un tono apagado.Tomó una prenda de ropa, para luego comenzar a borrar todas las marcas, antes que su madre fuera a verla.Unos pasos comenzaron a resonar a lo lejos del pasillo, los nervios se apoderaron de ella, hacién
Adrián caminaba impaciente por la casa, haciendo eco por todo el lugar, mientras encendía un cigarrillo tras otro, llenando sus pulmones de tabaco una y otra vez con desesperación, para intentar calmar la ansiedad. El ambiente se llenaba de humo, no podía controlar sus emociones, estaba furioso.Clara se encontraba sentada, como una muñeca de adorno, mientras él la observaba de reojo al pasar.-Cariño, no me veas a si- Decía a esa mujer, que en realidad estaba perdida con sus ojos en la nada-Sabes que no puedo dejarte ir-Seguía su camino, de un lado a otro, como una fiera enjaulada- ¡SILENCIO! - gritó- ¡NO TE ATREVAS A COMPARAME CON SU MADRE! - como si estuviera entablando una conversación con alguien.- ¡YO NO LA DAÑARIA COMO LO HIZO ESA PERRA! ¿COMO TE ATREVES A COMPARARME CON ELLA? -Arrojó la colilla al suelo para luego pisarla,
Dulces sonrisas, llenaban su vida, minutos que apaciguaban la desesperación que guardaba en su corazón, inmensas ganas de recibir afecto, sin la sombra de la culpa por detrás.Sus mañanas y tardes, en compañía de su amigo Maxi eran lo mejor del día, un brillo de paz la cubría, al menos en ese corto periodo, a pesar que solo compartían el mismo camino, eran momentos de óseo que no cambiaría por nada.La culpa y las dudas caminaban a su lado, susurrándole al oído.¿Esta bien que sientas tanta felicidad?¿Crees que mereces sonreír de esa manera?¿Cuánto mas crees que durara esto?Miles de pensamientos la atormentaban, con cada paso, con cada segundo que compartían juntos, pero al girar la vista y ver a esa persona tan alegre, que le sonreía lleno de inocencia, todo aquello que la sacaban de si, se encerraba