ADAMOEstar en este sitio era como si me trajera recuerdos. Recuerdos que no recordada, sin embargo, en mis pesadillas siempre estuvieron presente, era abrumador, pero una parte de mí se sentía en sereno, como el hecho de que esto era lo que estaba esperando toda mi vida.No me espere el recibimiento espontáneo de la mujer que dice ser mi madre. A pesar de que no la conocía del todo, el tiempo que la trate me di cuenta de que es cariñosa y que transmite una armonía intensamente relajante, un aura pura que a su lado me hace sentir en paz y en casa.Es como si este abrazo lo haya necesitado tanto como lo hacía para ella también.―Por fin te tengo entre mis brazos, mis plegarias al final fueron escuchadas ―su voz tiembla un poco al igual que su labio inferior, conteniendo sus lágrimas ―No sabes la felicidad que meda tenerte devuelta, hijo mío ―se apartó para verme, con sus manos pequeñas tomo mi rostro entre ellas.No estaba acostumbrado a ningún tipo de afecto, si lo que viví con Ivanna
ADAMO—Deja te explico, mi amor —intenta acercarse, sin embargo, ella lo detuvo señalando con su mano.—Explícame entonces, y nada de mentiras, Dante —dijo molesta —No estoy para soportar ni una más.—Solamente escúchame y te explicaré todo, nena.Negó retrocediendo cuando él quiso tomar su mano.—No, ni se te ocurra—dijo rotundamente —Y no te atrevas a volver a mentirme, Dante —molesta, lo señala con el dedo.No le quedó de otra que volver a su lugar y verla desde allí. Con una expresión neutral la observó.—Nunca lo he hecho y no lo haré ahora —le recuerdo —Todo lo que hago es protegerte, proteger a nuestra familia.—¿A base de mentiras? ¿Te parece que eso es proteger? —Lillie elevo su voz.—Que no maldita sea —gruño, pasó sus dedos por su cabello oscuro, suspiro profundamente antes de continuar —Si estuve en Rusia antes y después, pero no sabía lo que iba a pasar, si hubiera sabido lo que iba a pasar no me hubiese marchado.Ella apretó sus ojos y labios, tratando de calmarse mientr
IVANNAMe siento en el sofá con los ojos fijos en Adamo. Está sentado fingiendo escuchar la conversación de su madre y su hermana mientras me mira. No hemos tenido tiempo de estar solos, de hablar y arreglar las cosas.Si es que hay algo entre nosotros. Yo lo sentía de esa manera, pero no sé qué piensa él, que siente.Ha estado callado casi siempre, mayor tiempo perdido en sus propios pensamientos, y sé que después de lo que pasó y de lo que supo, está procesando todo mentalmente.Estoy feliz por él, por Anto y mi madrina, aunque no podía decir lo mismo para mi padrino y a Ale. No sé que estaba ocurriendo con ellos. Dante se había ido, tanto Leo como papá se ofrecieron a acompañarlo, sin embargo, él les ordenó que se quedarán en sus lugares.Mamá dijo que era lo mejor, pues estar solo lo iba ayudar a pensar mejor las cosas. Puede ser que sí, pero muchas veces necesitamos a esa persona que amamos a nuestro lado para superar o lidiar algo. Ahora a mi padrino le había tocado navegar solo
ADAMO Los hombres de Caruso me conducen hasta el estacionamiento, nos detenemos cuando llegamos a un auto completamente negro. —El señor ha dicho que entre, ahí podrán hablar mejor —anuncia uno de sus hombres. ¿Qué demonios quiere este tipo conmigo? —No —me negué —Si quiere hablar que sea aquí mismo. No iba a hacer lo que él quisiera, no obedecía órdenes de nadie que no fuera mi Capo, y este maldito estaba muy lejos de serlo. Aunque sea un lugarteniente de la organización vecina con la que hemos trabajado algunas veces, no le corresponde darme órdenes. Un gesto de desagrado recibo por parte del hombre de Caruso, pero no réplica en contra de mi respuesta. Le asiente a otro. Mis músculos se tensaron cuando varios de ellos me rodearon con sus armas desenfundadas, pero en posición baja, solo esperando una orden para que las alcen y así dispararme. La puerta del auto blindado negro se abre y baja de ahí Caruso, son contadas las veces que lo había visto antes, se miraba más viejo que
ADAMO —¿Adamo, estás bien? En todo el camino no dije ni una sola palabra, la noticia me había tomado por sorpresa. ¿Casarme yo? Está demente ese maldito si cree que yo haré esa estupidez. Y mucho menos voy a creer eso de lo del embarazo, si es que lo está. Ese mocoso no es mío, estoy seguro de eso. Solamente tomo la mano de Ivanna y le doy un ligero apretón, la llevo a mis labios y beso su dorso, es mi modo de tranquilizarla. No puedo revelar esa noticia, es mejor ignorar y seguir. En cuanto baje del auto y lo rodeé para abrir la puerta de Ivanna, uno de los hombres de Diablo se me acercó. —Joven Adamo, tiene una visita. Frunzo las cejas. Odio que se dirijan de esta manera a mí. —¿Quién es? ¿Quién demonios me iba a visitar? No esperaba a nadie y tampoco tenía gente cercana que pudiera interesarse en venir hasta aquí, pues me encontraba en otro país muy lejos de Las Vegas. —No sé, solamente dijo que era un amigo. Está hablando con su madre en el salón principal... No termine
IVANNA Últimamente, Adamo ha estado muy extraño, distante y callado, no sé que está pasando con él. Lleva casi toda la semana huyendo de mí, puedo estar segura de eso. Cuando por fin lo halló solo, y se percata de que estoy presente, se va. ¿Soy yo la del problema? Pero si es así, ¿qué fue lo que hice? Con respecto a la relación con su madre, todo marcha muy bien, excelente diría yo. Lillie siempre lo toma en cuenta y hay momentos donde él la acompaña a algún lugar cuando sale. Se han hecho muy unidos en tan poco tiempo, y es de entender, mi madrina quiere disfrutar cada segundo con su hijo ahora que lo tiene nuevamente. Sobre Alessio aún no hemos tenido contacto alguno, y por esa parte, mi madrina está preocupada. No tener a todos sus hijos juntos es como volver al principio como cuando se llevaron a Adamo. En ocasiones la veo llorar, aunque quiere mostrarse fuerte y feliz para Anto y Adamo, por dentro no está todavía bien; sé que aún no está preocupada y triste. Mamá y ella, su
ADAMOFue lo mejor.Haberle dicho aquello y haberle hablado de aquel modo había sido lo mejor para ella. Al principio me odiará, pero con el tiempo lo olvidará todo. Soy consciente, que cuando se entere el golpe será muy duro para ella, y lo que menos quiero es que sufra.La única forma es que me odie para que olvide todo lo que pasó entre nosotros y pueda continuar con su vida, esto es lo mejor para Ivanna. Aunque me sea difícil renunciar a ella.Maldita sea, me había encaprichado con ella. La quería de nuevo, ya sea sobre mi regazo, o yo encima de su maravilloso cuerpo o como demonios sea, pero estar con Ivanna era todo lo que quería ahora.No sé cómo voy a hacerle cada vez que la tenga cerca, el no tocarla será una tortura, de hecho ya estaba sintiéndolo de esa manera.Luego de no haber podido pegar el ojo en toda la madrugada, decidí salir e irme al gimnasio de luchas que hay en Sicilia, antes de que amaneciera para no cruzarme con nadie más.Al volver ya pasaba de las seis de la
ADAMOMis músculos seguían tensos. Después de que llegue a la locación, me quedé un poco sorprendido, pues no pensé que Caruso iba a hallar un lugar en todo Sicilia para reunirse conmigo.Y de esa manera fue. El sitio estaba a las afueras de la ciudad, se trataba de un hotel pequeño y nada llamativo, había hallado el lugar correcto para esconderse de la organización Italia.Mis ojos estudiaron el área. Dos de los hombres de Caruso me empujaron al interior del hotel llevándome a lo que parecía una oficina. La puerta se abrió y me dejó ver a tres hombres, uno de ellos era Caruso y los otros dos sus guardias principales que le acompañaron aquel día.Los otros malditos me vuelven a empujar, pues me había quedado situado a cierta distancia.Gruñó en el instante cuando uno de ellos ejerce más fuerza para conseguir que avance.Clavo mis ojos en Caruso. Su forma parecía relajada, a diferencia de la mía.—¿Dónde está? —es lo primero que solté cuando me coloque frente a él.—Primero hablemos —d