IVANNADeseé algo imposible.Había deseado que lo nuestro hubiese sidodestinado para amarnos por siempre. Pero si amarlo duele, significa que no fuimos hechos para estar juntos.Si alguna vez lo vuelvo a ver... solamente espero, que crucemos como unos desconocidos.Debo tener solo estos pensamientos, pensar que no estamos destinados, para que se vaya apagando poco a poco este sentimiento.Prefería cerrar los ojos cuando el jet comenzó a moverse, mamá y yo ya estábamos de vuelta acomodadas en nuestros asientos, en espera de que el avión ascendiera.Cuando por fin consigo relajarme al poner la cabeza en el respaldo, el jet se detiene de repente. Abrí los ojos observando nuestro alrededor para comprobar que estaba sucediendo, nadie salió de la cabina para avisarnos algo o la joven encargada de atendernos tampoco apareció.—¿Que estará pasando? —cuestiono mi madre inquieta y se desabrochó el cinturón para ponerse de pie, antes de que lo consiguiera la puerta del jet se abrió —¿Pero, qué.
ADAMOTodo es una jodida mierda. No debería estar aquí, pero lo hago, todo sea por protegerlas, protegerla a ella.Qué jodidos, nunca dejaré de pensar en Ivanna, aún estado con otra no podré. Cada cosa, palabra o momento me la recuerda, esto es jodidamente difícil.—¿Baby, estás bien? —la voz chillona e insoportable de mi futura esposa me hace volver al presente, le echo una mirada con desdén antes de poner los ojos en el cura que está enfrente de nosotros —Siga padre —lo anima, ya que había hecho una pausa por mi distracción.El tipo parlotea unas palabras más mientras mi mirada se pierde en el vacío, solo escucho su voz, pero no le pongo atención a ninguna de sus putas palabras.La maldita boda la organizaron en una capilla a lo lejos de Sicilia, pensaban que si no estábamos en el territorio principal de Diablo, nada podía interferir en sus planes, pero no estoy muy seguro de ello.Todo Italia es de Diablo, y no hay poder alguno que detenga un ataque si desea dar la orden, hasta imb
Se sacrificó por mí, había recibido esa cuchillada para salvarme. M****a, mi madre estaba inconsciente y con una herida de cuchillo en el pecho. Yo debí haber recibido ese ataque, en vez de ella. Me salvó, dio su vida por mí... El lugar quedó vacío, el maldito corbatero de Krait y su gente huyó en cuanto Lillie cayó, pues se habían salido con la suya. —Rápido hay que llevarla a la clínica —bramo Dante —Muévanse imbéciles —le dijo a todos. Sin esperarlo mi morena aparece junto con Antonella. Se acercan hasta a mí. —¿Mamá? —Anto le habla entre llanto —Mamá te necesito, ahora no por favor, no me dejes... —se le rompió la voz y se dejó caer a mi lado. Ivanna me miro con tristeza. Quisiera abrazarla y besarla, pero seguía sosteniendo a mi madre entre mis brazos. —¿Cómo estás, no estás herido? —pregunto ella con su voz dulce, negué. —Ahora que has llegado estoy un poco mejor —confesé —No te vayas, te necesito —suplique. Ella forzó una sonrisa pequeña, pero no dijo nada. Sabía que a
Nací para esto. No sé si lo llevaba en la sangre o no, no conocía mi verdadero origen, solo sé que fui desterrado como un maldito estorbo. Los que debieron cuidar de mí cuando era pequeño, y quiénes supuestamente eran mis padres, nunca existieron. No sabía nada de ellos, tampoco es que me haya importado, absolutamente nada de ellos lo hacía.Lo único que sabía era, que por mis venas corría odio y por mis puños sangre cada vez que exterminaba a mis adversarios cuando subía a la jaula de luchas, dónde acostumbraba a venir todas las noches. Esto se había convertido parte de mí, de mi vida.Este lugar era mi refugio, lo que necesitaba, lo único que tenía. Era un maldito que aniqui
ADAMO/DEMON15 años después.Actualidad.La sangre cubría mis manos, yacía un cuerpo sin vida bajo mis pies. Pálido, en un charco carmín, que para mí significaba solo una cosa, veneración y satisfacción. Mis ojos estaban puestos en mis puños sangrientos, sin ver nada más a mi alrededor. Escucho los gritos y aclamaciones, que son solo para mí.Me alejé de allí y salí de la jaula que se encontraba casi bañada de sangre. Di un saltó, para situarme fuera y caminé sin mirar a nadie. Me dirigí a mi lugar habitual, dónde acostumbró a ir luego de terminar una pelea. Nunca festejaba, porque todas las peleas las ganaba y no necesitaba hacerlo, llevaba años sin perder una. Los golpes, la sangre y el estar siempre solo, me convirtieron en una pared de hierro, una que nad
IVANNAMe quede concentrada mirando el aparador de ropa en una de las tiendas del shopping center de New York.Llevaba horas comprando ropa con mi madre, pues estaba terca de que necesitaba un vestido nuevo para mi decimoctavo cumpleaños, de la cual me harían una fiesta.—Madre no quiero ese vestido, es demasiado horrendo —me quejo mientras miraba esa prenda de tono rosa escandaloso.Esos colores le iban más a mi prima, por su tez pálida y el color azul de sus ojos, pero sé que ella estuviera a favor mío, pues tenía gustos muy especiales. En cambio, yo tenía la piel en tono canela, idéntica a la de mi madre. Éramos muy parecidas físicamente.—Ivanna, hemos recorrido todas las tiendas y nada que te decides. Ya solo nos queda hoy para conseguirlo —se&n
ADAMO/DEMONUn par de horas más tarde, nos encontramos con los demás. Cada quien estaba abstraído en sus asuntos, sin prestar atención a nuestro alrededor, ni yo que siempre solía estar pendiente de todo.La pelinegra que tenía sentada en mi regazo se había llevado toda mi atención desde que llegamos. Maldito Brian, había tenido razón, era buena en lo suyo.Tenía frente a mí a la hija del lugarteniente de Kansas, ¿qué hacía en este territorio? Ni idea, y tampoco me importaba, lo único que lo hacía era su boca rodeando mi polla para luego de eso follármela duro contra el azulejo del baño de este lugar.Si maldita sea, estaba jugando con fuego, pero solo sería un polvo de una vez y nunca más la volvería a ver, eso esperaba.
IVANNA—¿Qué? ¿Por qué? —exclame —Habíamos dicho que iría a ese viaje, tanto tú cómo papá estuvieron de acuerdo —le recuerde a mi madre.Suspiro y bajo su mirada. Al parecer papá se había echado para atrás y ahora ya no quería que fuera al concurso de talentos en las Vegas.—Lo siento, hija —se disculpó —Tu padre ha cambiado de parecer. Ya te dije el porqué, como igual la fiesta de tu cumpleaños se pospondrá, hasta nuevo aviso.—No es justo —me queje y no era por la fiesta, eso la verdad me venía importando de menos.Nada en este mundo era justo, ahora debía frustrar mis sueños por el simple hecho de