IVANNAMe sentía traicionada, usada, y la persona más estúpida del mundo. ¿Cómo es que no me di cuenta antes?Pero lo quiero, no puedo seguir mintiéndoles a mis padres y mintiéndome a mi misma.—Te creí más inteligente, no pensé que un idiota engreído como ese te enredará con facilidad, Ivanna —espeta mi hermano, con el ceño fruncido.Seguía molesto conmigo, no le voy a llevar la contra, ya que tenía razón en todo, pero tampoco lo voy a dejar que me insulte o me falte al respeto. Santino siempre había sido un chico honesto y cariñoso, ahora no sabía que estaba pasando con él, cada rato despotricaba en contra Demon y para acabarla terminaba recordarme lo tonta que había sido por caer.―Suficiente, Santino ―lo callo mi padre antes de que continuara con sus reclamos.―Pero padre…―He dicho que suficiente ―lo corta de inmediato ―No puede ser que no te des cuenta lo mal que se ve tu hermana, y tú la sigues atacando con el mismo tema. Ivanna se ha dado cuenta de su error, y está arrepentida
ADAMO/DEMON Estaba al borde de la locura, a nada de perder la cabeza por darle tantas vueltas al mismo asunto. Golpee la puta bolsa de boxeo durante más tiempo, era la única manera de sacar toda mi frustración y, aun así, no había acabado de sacar todo, no tenía suficiente, continuaba sintiéndome una m****a, ni esto estaba ayudando. Solté dos últimos golpes, lo que me hace falta es una pelea, eso es lo único que me puede ayudar. Estaba exhausto y de todas maneras no estaba funcionando, mi mente estaba en otra parte. «No, no puedo llevar su sangre, no puede ser eso posible. Esto es una broma de mal gusto». Pero las palabras de Rosso sonaron tan sinceras, no hubo ni un poco de burla en lo que confeso. Sé que debo enfrentar ese tema, pero no estaba listo para hacerlo, la verdad tampoco quería hacerlo. Estaba por comenzar mi sexta ronda de boxeo con el saco, cuando Maykel irrumpió en la sala de boxeo. ―Vamos, entrena conmigo ―dije una vez que se colocó frente al saco. May y yo tenía
IVANNANuevamente, las tres familias estaban reunidas en la misma mansión. Tenía tiempo que no miraba a todos juntos, incluso los había extrañado demasiado, pues en sí, formábamos una gran familia.Los hombres se habían reunido en el despacho de mi padrino, mientras que las mujeres estábamos charlando en el salón grande de varias cosas.Mi madre se estaba poniendo al día junto con mi madrina. Su hermana Alexa no dejaba de hablar y preguntarle cómo estaba, luego de que supo la noticia de lo que le había ocurrido, no dejaba su expresión preocupante.A pesar de ser ya adultas y ser madres, ella seguía preocupándose por su hermana, al igual mi madre que la apreciaba de la misma manera.Anto y yo, también nos pusimos al día, por supuesto que omití algunas cosas, ya que no quería que hiciera una tempestad por motivos que muy pronto se iban a solicitar.Sobre lo referente a Adamo, no había tenido la oportunidad de hablar a solas con mi madrina, tenía que hacerlo lo más pronto posible, antes
ADAMOEstar en este sitio era como si me trajera recuerdos. Recuerdos que no recordada, sin embargo, en mis pesadillas siempre estuvieron presente, era abrumador, pero una parte de mí se sentía en sereno, como el hecho de que esto era lo que estaba esperando toda mi vida.No me espere el recibimiento espontáneo de la mujer que dice ser mi madre. A pesar de que no la conocía del todo, el tiempo que la trate me di cuenta de que es cariñosa y que transmite una armonía intensamente relajante, un aura pura que a su lado me hace sentir en paz y en casa.Es como si este abrazo lo haya necesitado tanto como lo hacía para ella también.―Por fin te tengo entre mis brazos, mis plegarias al final fueron escuchadas ―su voz tiembla un poco al igual que su labio inferior, conteniendo sus lágrimas ―No sabes la felicidad que meda tenerte devuelta, hijo mío ―se apartó para verme, con sus manos pequeñas tomo mi rostro entre ellas.No estaba acostumbrado a ningún tipo de afecto, si lo que viví con Ivanna
ADAMO—Deja te explico, mi amor —intenta acercarse, sin embargo, ella lo detuvo señalando con su mano.—Explícame entonces, y nada de mentiras, Dante —dijo molesta —No estoy para soportar ni una más.—Solamente escúchame y te explicaré todo, nena.Negó retrocediendo cuando él quiso tomar su mano.—No, ni se te ocurra—dijo rotundamente —Y no te atrevas a volver a mentirme, Dante —molesta, lo señala con el dedo.No le quedó de otra que volver a su lugar y verla desde allí. Con una expresión neutral la observó.—Nunca lo he hecho y no lo haré ahora —le recuerdo —Todo lo que hago es protegerte, proteger a nuestra familia.—¿A base de mentiras? ¿Te parece que eso es proteger? —Lillie elevo su voz.—Que no maldita sea —gruño, pasó sus dedos por su cabello oscuro, suspiro profundamente antes de continuar —Si estuve en Rusia antes y después, pero no sabía lo que iba a pasar, si hubiera sabido lo que iba a pasar no me hubiese marchado.Ella apretó sus ojos y labios, tratando de calmarse mientr
IVANNAMe siento en el sofá con los ojos fijos en Adamo. Está sentado fingiendo escuchar la conversación de su madre y su hermana mientras me mira. No hemos tenido tiempo de estar solos, de hablar y arreglar las cosas.Si es que hay algo entre nosotros. Yo lo sentía de esa manera, pero no sé qué piensa él, que siente.Ha estado callado casi siempre, mayor tiempo perdido en sus propios pensamientos, y sé que después de lo que pasó y de lo que supo, está procesando todo mentalmente.Estoy feliz por él, por Anto y mi madrina, aunque no podía decir lo mismo para mi padrino y a Ale. No sé que estaba ocurriendo con ellos. Dante se había ido, tanto Leo como papá se ofrecieron a acompañarlo, sin embargo, él les ordenó que se quedarán en sus lugares.Mamá dijo que era lo mejor, pues estar solo lo iba ayudar a pensar mejor las cosas. Puede ser que sí, pero muchas veces necesitamos a esa persona que amamos a nuestro lado para superar o lidiar algo. Ahora a mi padrino le había tocado navegar solo
ADAMO Los hombres de Caruso me conducen hasta el estacionamiento, nos detenemos cuando llegamos a un auto completamente negro. —El señor ha dicho que entre, ahí podrán hablar mejor —anuncia uno de sus hombres. ¿Qué demonios quiere este tipo conmigo? —No —me negué —Si quiere hablar que sea aquí mismo. No iba a hacer lo que él quisiera, no obedecía órdenes de nadie que no fuera mi Capo, y este maldito estaba muy lejos de serlo. Aunque sea un lugarteniente de la organización vecina con la que hemos trabajado algunas veces, no le corresponde darme órdenes. Un gesto de desagrado recibo por parte del hombre de Caruso, pero no réplica en contra de mi respuesta. Le asiente a otro. Mis músculos se tensaron cuando varios de ellos me rodearon con sus armas desenfundadas, pero en posición baja, solo esperando una orden para que las alcen y así dispararme. La puerta del auto blindado negro se abre y baja de ahí Caruso, son contadas las veces que lo había visto antes, se miraba más viejo que
ADAMO —¿Adamo, estás bien? En todo el camino no dije ni una sola palabra, la noticia me había tomado por sorpresa. ¿Casarme yo? Está demente ese maldito si cree que yo haré esa estupidez. Y mucho menos voy a creer eso de lo del embarazo, si es que lo está. Ese mocoso no es mío, estoy seguro de eso. Solamente tomo la mano de Ivanna y le doy un ligero apretón, la llevo a mis labios y beso su dorso, es mi modo de tranquilizarla. No puedo revelar esa noticia, es mejor ignorar y seguir. En cuanto baje del auto y lo rodeé para abrir la puerta de Ivanna, uno de los hombres de Diablo se me acercó. —Joven Adamo, tiene una visita. Frunzo las cejas. Odio que se dirijan de esta manera a mí. —¿Quién es? ¿Quién demonios me iba a visitar? No esperaba a nadie y tampoco tenía gente cercana que pudiera interesarse en venir hasta aquí, pues me encontraba en otro país muy lejos de Las Vegas. —No sé, solamente dijo que era un amigo. Está hablando con su madre en el salón principal... No termine