—¿Con tantos adultos?Nos quedamos callados, los recuerdos de lo vivido antes de su partida me han hecho cambiar de ropa interior en dos ocasiones.» Onely… no fue fácil para ella. Y tuvo un gran encontrón con Jabir. Tu amigo dijo que deseaba escuchar música y beber un par de cervezas.—Mierda, entonces si fue fuerte. Jabir puede tener varios defectos, pero bebedor no es uno de esos. —volvimos a quedarnos callados.Tenía la sensación de tener esas ganas de preguntar y no hacerlo por pena. Cuál adolescente con su primer noviecito.—Yaro, ¿has pensado en lo que ocurrió en la oficina?—¿Cuándo degusté tu sabor?Menos mal no me ve. El calor subió por el cuerpo de manera instantánea.—Sí.—Salvo por los minutos en el operativo, no he dejado de hacerlo y para serte honesto, Salomé me muero por repetir y terminar.—Entonces no te tardes.—¿Permiso para ingresar a tu habitación a la hora que llegue?—Permiso concedido.En el televisor salía la palabra última hora.—Lo sacaron en la emisión de
—Cría fama y acuéstate a dormir que ella trabaja sola. —Nos reímos—. Sin embargo, ando pensando en lo que le haré a la pichurria de Benjamín cuando lo vuelva a ver. —Sus ojos brillaron.» Te juro que he considerado viajar a Miami nada más que para ir a cortarle el miembro y pedirle a Onely que le haga un juego de aretes, cadena y anillo con los pedacitos en que le dejaré su falo. —No era mentira, esos han sido mis pensamientos contra el pirobo ese. Pero hoy no ha sido—. Tú andas muy feliz, cuéntalo.—He pasado hablado mucho con Yaro. —Me miró con picardía—. No es una mentira lo mucho que me atrae ese hombre. Es que es todo —hizo mímicas de fuerte y grande.—Desde que lo viste le echaste el ojo.—Así es. Llegarán en la madrugada, pero eso ya debes de saberlo. Tú y Yasar pasan copulando.¡Ay! Por Dios bendito, el pecho se me apachurró y no tenía derecho a hacerlo. Afirmé para ocultar el arremezón de sentimientos.» Me echaré un sueñito. Ese sancocho que hiciste estuvo delicioso. —Grac
No perdía nada con verificar si su habitación estaba con el cerrojo puesto. Una vez llegué me di un baño y antes de meterme en la cama recordé lo hablado con Salomé, lo mucho que me ha tenido pensando en ella. De solo recordarla creció una parte de mi anatomía.Me puse una pantaloneta, la camiseta en la mano y me lancé en busca de lo que he anhelado, puede que no pase ahora. Son las dos de la mañana, no obstante, el dormir con ella… Eso era otra cosa, Yaro.Llegué hasta la puerta. —Si estaba cerrada te devuelves y… — Abrí. Te acuestas a dormir, solo dormir con ella y ya no hay vuelta atrás Yaro Lozano. Ingresé, cerré la puerta detrás de mí con seguro. Me acosté a su lado, la sentí sonreír. Volvió a acomodarse como esa noche, su mano la puso en mi pecho, su cabeza en mi hombro y esa familiaridad que ha surgido entre nosotros desde un inicio se plasmó de nuevo. La abracé, le di un beso en la frente, me acomodé mejor, sentí un beso en mi pecho.—Es rico saber que ya estás cerca.—Descans
Jabir me miraba pensativo. Se encogió de hombros.—Se habían quedado dormidas en la hamaca.—Pues Amira se encuentra enojada conmigo.—No piden el consejo.Yaro llegó recién bañado, tomado de la mano de Salomé, quién también estaba con el cabello mojado. Mira nada más, ellos sí que se extrañaron.» Sigan nuestro ejemplo. Ya somos bastante grandecitos como para ponernos a esperar a ver si funciona. —miró a Yaro.—¿Me estás pidiendo que les diga algo? —Salomé lo miró y se echó a reír—. Tú eres el del sermón.Jaló a la que logró derrumbar sus barreras. Porque él no se arriesgaría a faltar a su palabra de no mezclar trabajo con relaciones si en verdad no le gustara demasiado, desde un inicio supe que se interesaría en ella, me alegra por mi amigo. Ya era hora de que renaciera su vida. Luego el capitán nos miró. —Tú, —me señaló—. Aclara lo que quieres con Amira. Y tú, —señaló a Jabir—. Si no le vas a caminar de manera correcta a Onely, deja libre el camino a José, el muchacho es correcto
No era yo. ¡Ea Ave María! Sí que estaba jodida por los celos que no debía tener por ese morenazo. No éramos nada, no tenía derecho a prohibirle. Él se podía acostar con quién lo desee y aquí estaba con las entrañas a punto de carcomerme el aparato digestivo. Aunque he de reconocer por Dios bendito, que el malestar era porque no me escribió.De tanto pensar en lo ocurrido y mi actuar, debo ser honesta conmigo misma. Me dolió que no le importara y quiero importarle. Ese era mi malestar. Salomé y Lía recibieron mensajes todo el tiempo, mientras que yo no recibí ni los buenos días. Su olvido no fue por mucho trabajo. Su ausencia de mensajes o una llamada fue un mensaje claro para mí. Fue una respuesta silenciosa y clara de un; no eres tan importante. Llegó alguien que sí lo era y por eso me olvidé de ti… ¡Eso fue lo que me dolió!, y no debía sentir nada, pero mi chocolate me gustaba demasiado aumentando aún más mi propio problema.Lo nuestro era un acuerdo sexual, no sentimental como Lí
Ellas sabían lo que hacían, trabajaban muy sincronizadas. Cruzamos la mirada todos nosotros.—Director, a su celular le acabo de enviar información muy relevante y certera. No como la mentira que acaban de decir del mayor Juárez. Tiene un minuto para que interrumpa el noticiero y se retracte de la calumnia que acaban de decir y le pidan disculpa a la familia del mayor, de lo contrario sabe qué haremos pública dicha información. Le quedan cincuenta y tres segundos. —colgaron.—Salomé, para la próxima ponme a decir palabrotas, amiga.—Palabrotas nunca las dirás, en este contexto, ya conoces a la agencia. Amira le mostró a Yasar lo que leyó. Al mirar a Salomé me hizo sacar pecho. Adoro la inteligencia en las mujeres. —Los noticieros en ambos canales interrumpieron la transmisión para que los directores de cada uno tomasen la vocería y con sus rostros completamente rojos se retractaban de la barbarie que hicieron, pidieron disculpas por lo ocurrido y se fueron a comerciales. —Salomé vo
Yaro detuvo la conversación ahí, buscó mi boca mientras le acariciaba un lado de su costilla. Eso lograba levantárselo. Ese gesto fue el inicio de una noche increíble. En la soledad de la playa, bajo la oscuridad de la noche, con el sonido a fondo de las olas y el deseo de nuestros cuerpos, la ropa fue desapareciendo. Solo deseaba tenerlo en mis entrañas. Con este encuentro sería la cuarta vez que lo hacíamos en el día. Para ser honesta, he deseado lamer por completo a este monumento de concreto. Sus manos apretaron mis nalgas y al presionar hacia él sentí la dureza de su miembro en el abdomen. Mientras nuestras bocas se devoraban, sus manos se introdujeron desde atrás a mi entrada. ¡Por el crucificado! Este tipo si sabía lo que era dar placer sin restricciones.Con solo acariciarme convertía mis entrañas en agua. Su dedo, proveedores de placer, hacían estragos en la parte baja de mi cuerpo, generando un torrente de sensaciones indescriptibles. Ansiaba lo que venía, ese derroche de
Lo besé, estos días dormir a su lado, desnuda, sentir a cada momento como a él le gustaba mi piel y eso me agradó mucho. Quitó las sábanas para iniciar su recorrido cuesta abajo. Guillermo nunca me besó mi entrepierna.En cambio, Gamal no la ha omitido en nuestros encuentros sexuales, no hay noche donde no haya quedado exenta de su lengua. De manera literal, Gamal se había devorado todos mis fluidos. También me he percatado de lo mucho que le gusta mi trasero.Su lengua comenzó a jugar con mi intimidad, lo mordía mientras sus dedos comenzaron una alucinante invasión. ¿Por qué no podía aguantar más sus caricias? Mi experto boxeador me hacía llegar al clímax en segundos.—Eres deliciosa Lía.Me dio la vuelta para darle placer a mis nalgas, el cual saboreaba a su antojo. —Detestaba comparar, pero a Gamal le encantaba tomarme, hacerme suya. Mientras que con Guillermo solo era lo básico, lo necesario para satisfacerse él. En cambio, mi caballero boxeador no me penetraba hasta no regalarme