—Es normal, y admirable. Para mí las mujeres que se autocomplacen antes de estar con personas que no les aportaran nada. Se ganan mis respetos.—¿Te acabas de describir? —volvió a acostarse y se cubrió.—Golpe bajo gordita. —Nos quedamos callados—. Lo siento Onely, no…—Tranquilo. Se te escuchó bonito. Y ese vibrador no lo he usado. —volvió a poner su cabeza en mi pecho.—Entonces, ¿para qué compraste algo tan grande?—Me lo regaló Amira de cumpleaños, yo no tengo necesidad de utilizarlo.—¿Te das placer con la mano?—Te dije que no tenía necesidad.—Deja de ser puritana. Te quedaste aquí escuchando mis gemidos por morbosa. —volvió a reír.—Eso no te lo discutiré. Vine a dejarte la pomada, sin embargo, comenzaste a hacer sonidos raros. ¿Puedo hacerte una pregunta? —No me va a gustar, pero, aun así, afirmé—. ¿Tu sultán se endureció por mí? —Me atreví a abrazarla.—Sigue duro de hecho.—¿Por mí? —Ya estás jodido.—Sí —puedo jurar que la sentí sonreír.—Debo confesarte algo. —escondió su
Escuché el ruido de los que se iban, pero no quise salir… ¡Eh! Pero qué depresión existencial la que tenía. En verdad si estaba jodida con mi Chocolate… ¡Ea Ave María, pues!, en qué momento me ilusioné tanto.Detesto tanto sentirme vulnerable, detesto cuando una situación me recuerda la soledad en la que vivo, ¿cómo pudo lograr Yasar Ortega, sin aviso, estuviera tan adentro en tan poco tiempo? ¿Qué pasó contigo, Amira? Siempre has sido centrada, ecuánime, al pan, pan y al vino, vino. Y ves a un delicioso chocolate… ¿Qué hizo él distinto? «Defenderte». —habló la voz interior y como un tsunami los recuerdos del pasado regresaron.Mi padre era el que siempre me defendía, pero esa vez no pudo, desde ahí alejé a todo el mundo. Las verdaderas personas a las que les permito llegar a mi vida eran porque me protegían, era el bendito patrón de protección. —comencé a llorar en silencio.Yasar sin conocerme me protegió y por eso para mí fue un requisito superado. Para mi protección personal era r
No sé qué horas eran, el sol ingresaba por la ventana, Pomelo no estaba a mi lado, sin embargo, el brazo de mi Chocolate espeso me rodeaba la cintura, como pude me moví y ahora lo miraba de frente. —iban a hacer las doce del mediodía. Reparé a Yasar, era un negro atractivo, le acaricié la ceja. —Pero mírame, pues, como pendeja consintiéndolo.—No vuelvas a llorar, Amira.—Como… —señaló la cámara.—Se me pasa rápido, no te preocupes.—No había podido dormir desde que nos fuimos de viaje hasta ahora que lo hice desde las cinco y media. Desperté hace poco y me estaba quedando dormido de nuevo.—¿Volviste a tomar tu pastilla?—Tu aroma es mi pastilla. —Yo bien empendejada y ¿él me sale con estas?— Lamento no haberte llamado. Y no es excusa, pero Rosa me tenía tan enojado y no quería que se diera cuenta de ti. Si ha pasado días y noches enfrente de Yaro Segurity, solo para seguirme cuando me viera. Eso lo hace una mujer peligrosa.—No te preocupes, lo de nosotros…—Ni se te ocurra decir qu
Con la policía buena, avalada por Operación Aroma, ya que eran policías limpios y eso nos tranquilizaba. Realizaron un cerco de seguridad, mientras esperábamos a que llegara el general Acosta para poner a la señora Yuri y familia bajo su custodia, como testigo para el caso que vamos a ir armando; derrotaremos a quien sea que esté detrás de esto por el tema legal, demostrándole al país que el bien siempre gana. Luego de eso cada uno iría con su familia para sacarlas del país y también gestionar la partida de las familias de ellas. En mi caso, mi Morena me pidió el favor. De todo lo que debemos hacer me disgustaba tener que hablar con Sofía, cada vez que le pido este tipo de encuentros piensa que vamos a volver. Y nada más lejos. —El rostro de mi Morena vino sin previo aviso, me gustaba esa mujer. Me gustaba mucho—. Antes de llamar a la madre de mi hijo, hablaré con ella.Desde la silla donde me encontraba veía a Yaro hablando con su hermana menor. Daniela se puso al frente de los nuev
Llegamos a la agencia, cada uno tomó una camioneta, era consciente de la mirada de mi compañero, pero no iba a hablar del tema. Tanto Yaro y Gamal ayudarán a sacar a las familias de sus mujeres. Onely no tiene por qué pedirme ese favor, sin embargo, me hubiera gustado si lo hubiese hecho.—¡Jabir! Es mejor que sueltes el pasado hermano. Nos vemos mañana y salúdame a tus padres.—Lo mismo para los tuyos.En la parte de atrás de los autos guardamos los maletines con las armas. Llamé a mamá para saber si estaban en la casa o en alguna de las empresas.—Bendición, mamá.—Mi amor, que Dios te bendiga. ¿Llegaste de esa misión? —cerré un ojo.Encendí el auto y salí detrás de Gamal, quien tocó la bocina para despedirse, le respondí igual. Sé que papá no pondrá problema, pero mamá… Así como era de amorosa, lo era de demonia.—Viejita.—Cariño, viejita la cédula, y esa lambonería no presagia nada bueno.—¿Dónde andan? Debo hablar con ustedes.—¡Tienes embarazada a alguien! ¡Juan Carlos! El niño
Jugaba con Gibran en el agua. Se montaba en mis hombros y se lanzaba. Las damas estaban tomando el sol. Lía Luz nos hizo señas para que saliéramos.—Me toca el medicamento.—Te la llevas bien con ella. —El niño afirmó—. Me alegra, tu papá está muy ilusionado.—Lía es linda, la otra no lo era. Y quiero que papá ya no esté solo. —sonreí—. No me molesta que forme una relación.—¿Y si la relación prospera y se casan, luego tienen otro hijo? No lo digo amigo para que te preocupes, sino para que te visualices en que serás el hermano mayor y debes ser un buen hermano.—¿Tener un hermano?—¿No te gustaría?Se encogió de hombros. Salimos y en efecto Lía le dio el medicamento.—Ya no me duele la cabeza.—Pero termínenos el tratamiento por cuarenta y ocho horas.—¡Yasar! —Mi tacita de leche me llamó—. Tu celular ha sonado, mucho.—Hubieras contestado.Se me quedó mirando. Alzó una de sus cejas. Me puse a su lado y por costumbre nuestros cuerpos se acercaron, la abracé, ella se recostó en mi pech
—Sí, a ella y a sus amigas.—Conocí a Salomé Carvajal cuando era una niña. Los gemelos jugaron con su hermanito.—¿Entonces cuidas a la hermana de Javier? —afirmé ante la pregunta de Edric.—Fui amiga de Amelia Sambrano de Carvajal.—¿Fuiste amiga de su mamá? —El mundo era muy pequeño. —Claro. Me dolió mucho ese accidente, pero…—Antonella. —Mi padre al mirarla negó.—Todo lo que me puedan decir se los agradeceré, hay mucho misterio en su vida.—¡La vida es un puto pañuelo! —exclamó mi madre—. Averigua sobre su tío. Emilio Carvajal. Lo que te diga de mi parte serán especulaciones.—Lo haré. —¿La estás cuidando a ella? —tomó otro pan—. Te quedaron muy ricos, hijo.—A ella la cuida Yaro. Yo debo cuidar a Onely Ospina, la viuda del senador Braulio Quintero.—Ellos fueron condenados por narcotráfico. —Se miró con mi padre. Hay gato encerrado.—Lo que me puedan decir, así sea especulaciones, se los agradezco. Y GEACC fue quien los encerró. Les explico esto para que comprendan la grav
Habíamos trabajado en la búsqueda de la exesposa del teniente y estaba en Villavicencio, su última ubicación era de dos semanas, teníamos una dirección, según los servicios públicos. Todo se lo había enviado a Yaro. Eran las siete de la noche.Lía nos llamó para cenar, al llegar al comedor el niño venía mirando su celular cuando gritó y salió corriendo de regreso a la habitación. Quedamos desconcertados, fue Onely quien tomó el celular de Gibran y al mirar abrió los ojos.—¿Quién es Sofía?—Su madre —respondimos Lía y yo.—Parece que la mataron. —¡Puta mierda!Tomé el celular. Lía corrió en dirección del niño y Onely se fue detrás de ellos. Salomé y Amira se quedaron mirando. En efecto eran unas fotos muy crueles, demasiado amarillistas y son el menor respeto, además no consideraron que las vería un niño.—¿Yasar?—Esta mierda se jodió, linda.Pasé las imágenes a mi dispositivo móvil, eliminé todo rastro del celular del niño. Apagué la ubicación para que no dieran con nosotros, saqué