Andrew—No sabes lo que quiero hacerte en este momento —Su respiración se corta al escucharme, pego mi masculinidad a ella para que sienta la manera como mi cuerpo la desea.—Andrew… —No la dejo hablar y pego mis labios a los suyos.Me olvido de todo, en donde estamos, solo somos nosotros dejándonos llevar por el deseo que sentimos esta noche. Mis manos quieren dirigirse a cada parte de su cuerpo, aunque no quiero esperar más, no quiero montar una escena en la discoteca, me separo de ella y beso su mejilla.—Te deseo, y no sabes lo que me costó separarme de ti, pero no es el lugar —Angelina asiente, todavía aturdida.Paso mi mano por su cintura y vamos en busca de Juan, necesito informarle que nos iremos, no puedo estar un segundo más sin estar perdido entre el cuerpo de mi mujer, lo encontramos junto a varias mujeres que no dejan de elogiarlo, al verme, una morena abre los ojos y me mira fijamente, no lo presto la más mínima atención, pero Angelina se intenta alejar pero no se lo per
AndrewMe levanto de la cama con la idea extraña de que alguien nos mira, y es absurdo, la casa está muy bien custodiada y mi habitación es de la más segura, pero no podía dejar a un lado esta sensación en mi pecho.Beso la mejilla de mi esposa y me dirijo al baño, lavo mi cara y cepillo mis dientes, la noche que pase con mi mujer fue la mejor, sentirla tan mía me hizo ver lo maravillosa mujer que es, escucho que tocan la puerta y salgo del baño, no quiero que despierten a Angelina. Abro y me encuentro con la sirvienta.—Señor, disculpe que lo interrumpa —Espero que sea algo urgente— La señorita Zoe desea ver a la Señora Angelina.—Ya bajo.Se retira y cierro la puerta, paso mi mano por mi cabello estresado con ver a esta mujer en mi casa, estoy harto de que solo quiera arruinar mi matrimonio con Angelina. Me visto y acomodo mi traje, me acerco a mi esposa y acaricio su mejilla, ella se queja y se acomoda del otro lado, me rio. Salgo de la habitación y bajo las escaleras, me encuentro
Angelina Tocan la puerta y Andrew se levanta para abrir, la sirvienta entra con el desayuno y mis ojos se iluminan al ver la comida. Dejan todo en la mesa por orden de mi esposo y se retira, dejándonos nuevamente en nuestra burbuja de amor, me siento y agarró un pedazo de manzana.—No quiero salir de esta habitación si me tratarán así —digo con humor.—Es lo que te mereces, ¿Cómo te sientes? —. Sé a lo que se refiere, me sonrojo y bajo la mirada.—Bien.—¿Solo eso? —Odio cuando se pone de preguntón a querer saber todo.—No hablemos de ese tema, es algo… —Me quedé callada por varios minutos, sus cejas se fruncen y me causa risa—. Incómodo.—Pero soy tu esposo —Me recuerda.—Andrew… —le riño suavemente —Está bien —Levanta las manos.El desayuno está delicioso y no dejo de probar todo con gusto, mi teléfono suena y Andrew me lo pasa, su cambio de humor cambia al ver que es Zoe.Miro por varios segundos el teléfono y dejo que suene.—Eres más importante, no quiero una discusión entre n
AndrewAngelina se quedó dormida en mis brazos, el viaje a casa era silencioso y mi mente no dejaba de pensar en lo ocurrido hace unos minutos fuera de la empresa. No tengo enemigos, no he tenido problemas con nadie y no entiendo quien en su sano juicio es capaz de hacernos tal bajeza. El auto se detiene, muevo a Angelina para que despierte. Abre los ojos y me mira.—Llegamos a casa, mi amor —Beso sus labios con delicadeza.—¿Quién crees que fue capaz? —Su pregunta me sorprende, no quiero que se preocupe por eso.—No sé —digo— Fue algo que nos tomó por sorpresa, pero… —Acaricio su mejilla— No quiero verte preocupada por esto, quiero que estés tranquila.—Está bien.Salimos del auto, y nos encontramos con una no grata sorpresa de bienvenida. Zoe está en la entrada de nuestra casa, esta mujer no se cansa de molestar. A Angelina no le agrada en absoluto que Zoe este aquí, y lo noto en la manera como cada músculo de su cuerpo se tensa. —Estaba cansada de tus desplantes ¿Me alejas por u
Angelina No soporto esta vida. —¿Serás tan estúpida como para atentar contra tu vida, Angelina? No deberías arruinarlo todo por una pataleta —Me acerco a él. —¡Mi vida se arruinó desde que acepté ser tu esposa! —grito— ¡Te odio! —Es la primera vez que estamos de acuerdo en algo —anuncio—. Al menos trato de llevar todo con calma cuando se refiere a esta matrimonio —Agarra su maletín y se levanta— Deja de comportarte como una niña y madura de una vez por todas.Dejándome un sabor amargo, abandona la casa. Mis lágrimas comienzan a salir y tengo la sensación de que mi mundo se desvanecerá cada día, sin encontrar una solución a todo lo que estoy experimentando.Odio a Andrew y detesto a mis padres por no liberarme de esta condena. Me levanto y me dirijo a mi habitacion. Entro y me tumbo en la cama, cierro los ojos y me imagino libre de esta tortura matrimonial, siendo feliz y alejada de las personas que hacen de mi vida un infierno.Mi teléfono suena y observo su nombre en la pantalla,
AndrewMaldigo el día en que mi padre me obligó a casarme con esta niña malcriada. Su manera tan irrespetuosa de hablarme me molesta, así como sus juegos y su forma de hacerme enfadar. No la soporto.—Quiero a todos en la sala de reuniones en cinco minutos —Mi secretaria asiente y se retira.Busco los documentos necesarios que voy a necesitar. Deseaba finalizar la negociación pendiente con la empresa D Clores, aunque no deseo tener cerca al arrogante de Leonardo, no puedo hacer más que soportarlo. Sé de su vínculo con Angelina, por esa razón no lo quiero cerca de ella. Puedo soportar todo de ella, menos que me sea infiel con un niño mimado. Tocan a la puerta y mi secretaria entra.—Todos están en la sala de reuniones, señor Andrew.—Está bien, adelántate. Necesito hacer unas llamadas antes.Llamo a la casa y ordeno a mi ama de llaves que prepare todo para la cena y se encargue de que Angelina esté lista a tiempo. Lo último que quiero es que la cena sea un escenario desastroso debido a
Angelina No podía soportar más estar en su regazo; me sentía incómoda. No obstante, no quería iniciar una discusión, y mucho menos delante de sus socios. Ya era tarde y sus deseos de continuar la noche no se evaporaban; mis ojos se cerraban. —Puedes irte a descansar —me susurró Andrew al oído. Asiento y me levanto. Me despido de sus amigos y camino hacia mi habitación. Los ojos se me cerraban solos y no tenía fuerzas. Si no fuera por mi nana que me ayudó, me habría quedado dormida en las escaleras. Ella me ayudó a ponerme el pijama, me metí en mi cama y cerré los ojos. Solo sentí un beso en mi mejilla y ya no tuve conocimiento de más.**** Las ventanas fueron abiertas y me quejé. Aun era temprano y quería seguir descansando.—Angelina es hora de levantarse —Me gire y le di la espalda—. Sabes que me molesta cuando haces eso. —Lo lamento, tengo mucho sueño. Andrew me tuvo despierta hasta muy tarde con sus estúpidos amigos —exclame.—Lo comprendo —dice mi nana—. Pero los niños del
AngelinaSu voz me produjo un escalofrío. Odio lo qué me hace sentir cuando está cerca.—Eh... —¿Qué debo hacer? Es mejor decir la verdad, no tengo opción— Estaba en el orfanato.—¿Cómo? —Se cruza los brazos y siento que me sofoco.—Todos los sabados llevo regalos y comida a los niños del orfanato —digo. Tratando de que mi voz suene fuerte. Andrew me sonríe.—Está bien —responde con firmeza— Estaré en el despacho, no quiero que me molesten.Asiento, respiro varias veces y observo a mi nana. Está impactada, no puede creer que allá tomado también que le haya mentido con respecto a mis salidas al orfanato. Tomo la mano de mi nana y subimos a mi habitación, me asomo por la ventana que está en mi cuarto y miro al cielo.—¿Qué estás haciendo? —dice mi nana.—No hay tiempo de lluvia —Sigo mirando.—No seas ridícula —Se ríe.—¿No lo escuchaste? ¡No me dijo nada! —exclame. Aún no lo superó.—Estuve presente si no recuerdas —Mira mi armario y escucho como se queja— ¿Es enserio?—¡No es mi culp