Angelina No soporto esta vida. —¿Serás tan estúpida como para atentar contra tu vida, Angelina? No deberías arruinarlo todo por una pataleta —Me acerco a él. —¡Mi vida se arruinó desde que acepté ser tu esposa! —grito— ¡Te odio! —Es la primera vez que estamos de acuerdo en algo —anuncio—. Al menos trato de llevar todo con calma cuando se refiere a esta matrimonio —Agarra su maletín y se levanta— Deja de comportarte como una niña y madura de una vez por todas.Dejándome un sabor amargo, abandona la casa. Mis lágrimas comienzan a salir y tengo la sensación de que mi mundo se desvanecerá cada día, sin encontrar una solución a todo lo que estoy experimentando.Odio a Andrew y detesto a mis padres por no liberarme de esta condena. Me levanto y me dirijo a mi habitacion. Entro y me tumbo en la cama, cierro los ojos y me imagino libre de esta tortura matrimonial, siendo feliz y alejada de las personas que hacen de mi vida un infierno.Mi teléfono suena y observo su nombre en la pantalla,
AndrewMaldigo el día en que mi padre me obligó a casarme con esta niña malcriada. Su manera tan irrespetuosa de hablarme me molesta, así como sus juegos y su forma de hacerme enfadar. No la soporto.—Quiero a todos en la sala de reuniones en cinco minutos —Mi secretaria asiente y se retira.Busco los documentos necesarios que voy a necesitar. Deseaba finalizar la negociación pendiente con la empresa D Clores, aunque no deseo tener cerca al arrogante de Leonardo, no puedo hacer más que soportarlo. Sé de su vínculo con Angelina, por esa razón no lo quiero cerca de ella. Puedo soportar todo de ella, menos que me sea infiel con un niño mimado. Tocan a la puerta y mi secretaria entra.—Todos están en la sala de reuniones, señor Andrew.—Está bien, adelántate. Necesito hacer unas llamadas antes.Llamo a la casa y ordeno a mi ama de llaves que prepare todo para la cena y se encargue de que Angelina esté lista a tiempo. Lo último que quiero es que la cena sea un escenario desastroso debido a
Angelina No podía soportar más estar en su regazo; me sentía incómoda. No obstante, no quería iniciar una discusión, y mucho menos delante de sus socios. Ya era tarde y sus deseos de continuar la noche no se evaporaban; mis ojos se cerraban. —Puedes irte a descansar —me susurró Andrew al oído. Asiento y me levanto. Me despido de sus amigos y camino hacia mi habitación. Los ojos se me cerraban solos y no tenía fuerzas. Si no fuera por mi nana que me ayudó, me habría quedado dormida en las escaleras. Ella me ayudó a ponerme el pijama, me metí en mi cama y cerré los ojos. Solo sentí un beso en mi mejilla y ya no tuve conocimiento de más.**** Las ventanas fueron abiertas y me quejé. Aun era temprano y quería seguir descansando.—Angelina es hora de levantarse —Me gire y le di la espalda—. Sabes que me molesta cuando haces eso. —Lo lamento, tengo mucho sueño. Andrew me tuvo despierta hasta muy tarde con sus estúpidos amigos —exclame.—Lo comprendo —dice mi nana—. Pero los niños del
AngelinaSu voz me produjo un escalofrío. Odio lo qué me hace sentir cuando está cerca.—Eh... —¿Qué debo hacer? Es mejor decir la verdad, no tengo opción— Estaba en el orfanato.—¿Cómo? —Se cruza los brazos y siento que me sofoco.—Todos los sabados llevo regalos y comida a los niños del orfanato —digo. Tratando de que mi voz suene fuerte. Andrew me sonríe.—Está bien —responde con firmeza— Estaré en el despacho, no quiero que me molesten.Asiento, respiro varias veces y observo a mi nana. Está impactada, no puede creer que allá tomado también que le haya mentido con respecto a mis salidas al orfanato. Tomo la mano de mi nana y subimos a mi habitación, me asomo por la ventana que está en mi cuarto y miro al cielo.—¿Qué estás haciendo? —dice mi nana.—No hay tiempo de lluvia —Sigo mirando.—No seas ridícula —Se ríe.—¿No lo escuchaste? ¡No me dijo nada! —exclame. Aún no lo superó.—Estuve presente si no recuerdas —Mira mi armario y escucho como se queja— ¿Es enserio?—¡No es mi culp
AndrewMi mirada no puede apartarse de Angelina. ¿Cómo se le ocurrió salir de casa? La escucho quejarse en susurros. Abro la puerta y entramos, la llevo a la sala y la ayudo a sentarse.—¿Te duele mucho? —Le pregunto mientras, al mismo tiempo, me inclino a revisar su tobillo.—No tienes que molestarte en ser amable conmigo —se queja.—Por que no haces silencio y me permites revisar —Tiene las orejas rojas por la rabia, pero para mi sorpresa, no dice nada.El ambiente se vuelve un poco incómodo. Muevo su tobillo de un lado a otro y masajeo la parte afectada. La miro a los ojos y veo que sus mejillas están rojas.—¿En qué estás pensando? —le pregunto.Ella abre los labios, pero no dice nada. Simplemente me observa, y realmente me molesta. Carraspea y se acomoda en el mueble.—¿Está todo bien? —Miro su tobillo.—Sí.Me levanto y Angelina intenta hacer lo mismo, pero el dolor es intenso, y antes de que ella caiga al mueble, la sostengo en mis brazos.Nuestros rostros están a solo centímet
Angelina No durmió en casa. Me la pasé en vela durante toda la noche, esperando que Andrew apareciera. Mi nana entra en mi habitación, abre las ventanas y cruza los brazos con mucha molestia mientras me mira fijamente. —No deseo un sermón y mucho menos a esta hora de la mañana —digo.—¿Desde cuándo amaneces pendiente de un hombre como Andrew? —Es mi esposo —afirmo, saliendo de la cama.—Sabes de lo que te hablo, Angelina —Mi nana me recrimina—. No debes estar pendiente de lo que haga o deje de hacer.—¿Por qué estás molesta? —le pregunto— Siempre has dicho que debo arreglar mi matrimonio y tratar de llevarme bien con Andrew, ahora sales con esto y la verdad no comprendo tu actitud está mañana.—No deseo que tengas sentimientos por él y te lastime.Al mirar sus ojos, confirmo que me dice la verdad. Me acerco y agarro sus manos.—No lo amo, y nunca lo haré —exclamo— Solo deseo llevarme bien con él y dejar las discusiones a un lado. —Está bien —Besa mi frente y sale de mi habitación
Andrew La copa que tengo en mis manos refleja la lujuria que tengo por Angelina. Esa mujer con un carácter de mierda, está acabado con mi estabilidad y dejando en mi sensaciones que jamás pensé tener por una mujer como ella. Me levanto y llevo mis manos a mi cabello con desespero, logrando que varios rizos caigan de manera natural por mi frente, la puerta se abre y entra Cecilia. Una sonrisa seductora aparece en sus labios y se a lo que ha venido. Lleva años trabajando para mi, nos hemos acostado con frecuencia, es buena en la cama y, por esa razón ha sido mi amante durante todo este tiempo, le pasa el seguro a la puerta y camina hasta estar a centímetros de mi. Coloca sus manos en mi pecho y se inclina para besarme, se lo permito por un breve instante.—Mi cama te extraña —susurra. —Dime algo que no sepa —Muerdo su oreja y un gemido se escapa—. Pero no puedo permitir que Angelina se entere. —Es tan tonta que jamás vera lo que pasa entre nosotros —Me molesta la manera que habla d
Andrew Pase la noche en el Bar. Karina me dejó su habitación y se fue a la casa de una amiga, se lo agradecia, no quería regresar a casa y continuar discutiendo con Angelina. Observó la hora en mi reloj y ya es tarde, enciendo el teléfono y recibo diversos mensajes de Cecilia. Me levanto y despeino mi cabello, la puerta se abre y entra Katrin con el desayuno, lo deja en la cama. —¿Dormiste bien? —Si, muchas gracias por escucharme. —Eres mi amigo, Andrew —Comienzo a desayunar. —¿Saldrás? —La miro y está más arreglada de lo normal. —Si, tengo asuntos que resolver. No tengo nada que decir, aunque nos conocemos de años, su vida siempre ha sido privada delante de mis ojos, y respeto eso, es su mundo y no tengo derecho a nada.Termino de comer y me levanto. —Ora por mi para que la fiera que está en casa no me mate hoy —Le digo en broma. —Solo vete y trata de arreglar las cosas con tu esposa. Salgo del club y el chófer espera por mi. —¡Buenos Días, señor! —¡Buenos Días!Abre la