Angelina Tocan la puerta y Andrew se levanta para abrir, la sirvienta entra con el desayuno y mis ojos se iluminan al ver la comida. Dejan todo en la mesa por orden de mi esposo y se retira, dejándonos nuevamente en nuestra burbuja de amor, me siento y agarró un pedazo de manzana.—No quiero salir de esta habitación si me tratarán así —digo con humor.—Es lo que te mereces, ¿Cómo te sientes? —. Sé a lo que se refiere, me sonrojo y bajo la mirada.—Bien.—¿Solo eso? —Odio cuando se pone de preguntón a querer saber todo.—No hablemos de ese tema, es algo… —Me quedé callada por varios minutos, sus cejas se fruncen y me causa risa—. Incómodo.—Pero soy tu esposo —Me recuerda.—Andrew… —le riño suavemente —Está bien —Levanta las manos.El desayuno está delicioso y no dejo de probar todo con gusto, mi teléfono suena y Andrew me lo pasa, su cambio de humor cambia al ver que es Zoe.Miro por varios segundos el teléfono y dejo que suene.—Eres más importante, no quiero una discusión entre n
AndrewAngelina se quedó dormida en mis brazos, el viaje a casa era silencioso y mi mente no dejaba de pensar en lo ocurrido hace unos minutos fuera de la empresa. No tengo enemigos, no he tenido problemas con nadie y no entiendo quien en su sano juicio es capaz de hacernos tal bajeza. El auto se detiene, muevo a Angelina para que despierte. Abre los ojos y me mira.—Llegamos a casa, mi amor —Beso sus labios con delicadeza.—¿Quién crees que fue capaz? —Su pregunta me sorprende, no quiero que se preocupe por eso.—No sé —digo— Fue algo que nos tomó por sorpresa, pero… —Acaricio su mejilla— No quiero verte preocupada por esto, quiero que estés tranquila.—Está bien.Salimos del auto, y nos encontramos con una no grata sorpresa de bienvenida. Zoe está en la entrada de nuestra casa, esta mujer no se cansa de molestar. A Angelina no le agrada en absoluto que Zoe este aquí, y lo noto en la manera como cada músculo de su cuerpo se tensa. —Estaba cansada de tus desplantes ¿Me alejas por u
AngelinaMe desperté a causa de un fuerte dolor de cabeza, llevo mi mano a mi frente y así darme un poco de alivio, me levanto, voy al baño y lavo mi cara. Al salir me despojo de mi ropa y voy al closet para buscar algo más fresco para ponerme, encuentro un vestido color verde y me lo coloco, unas sandalias a juego y me hago un moño alto. Salgo de mi habitación y cuando estoy bajando las escaleras, mi celular suena.—¿Hola? —Respondo, no tengo el número agregado.—Angelina, soy Ricardo ¿Cómo estás?—Bien ¿Qué desea? —Su llamada me sorprende.—Necesito que vengas a mi casa, Andrew se sintió mal y … —No lo dejó terminar.—¿Qué tiene?—Mejor ven.—Ya salgo para allá —Cuelgo la llamada sin esperar una respuesta de su parte.Bajo las escaleras a toda prisa y salgo de la casa, uno de los guardaespaldas me observa y al verme tan preocupada se acerca a donde estoy.—¿La puedo ayudar en algo, Señora? —dice.—Llévame a la casa de mi suegro, es urgente.Subo al auto, el viaje se me hace largo, q
Andrew Estoy desesperado, como sucedió todo esto. Me coloco la ropa y bajó rápidamente las escaleras, al ver a mi padre y Cecilia celebrando como si todo esto fuera un juego, me hizo odiarlos.—¿Están felices? —Mi voz los sobresalta. Cecilia me mira con miedo, y me alegra que lo sienta, porque me va a pagar cada lágrima de Angelina. —Creíste que me iba a olvidar de tu traición, estabas muy equivocado, hijo —dice con burla mi padre. —Todo esto es por una mujer que jamás te quiso, que jamás sintió amor por ti, solo asco —Le recuerdo. —¡Ella me amaba! Después de tu madre, ella me hizo sentir vivo, no te importo alejarla de mí —Sus reclamos me repugnan. —Eres un completo desgraciado, y tú… —Señalo a Cecilia— No sabes con quién te metiste —Me acerco a ella y la tomó con fuerza de la barbilla—. Siempre fuiste una cualquiera para mí, no eres nadie al lado de Angelina. Sus ojos no dejan de mirarme con terror, la suelto y salgo de la casa, necesito buscar a Angelina y saber que está bie
Angelina Carlota me comunicó que Andrew vino y preguntó por mi. Agradezco que no le haya dado la oportunidad de verme, sé lo persistente que puede llegar a ser cuando quiere algo. Tocan la puerta y me levanto para abrir, la sirvienta trae una charola con frutas y pan tostado.—La señorita Carlota me ordenó que le trajera la cena —La dejo pasar y la colocó en la mesita.—Gracias.—Se me olvidaba, esto es para usted —Me pasa un sobre y lo tomo—. Su esposo insistió en qué se lo entregará.—No debiste recibir nada, pero no es tu culpa.La sirviente se avergüenza y sale de mi habitación. Abro la carta y un nudo en la garganta se forma.No sabes cómo estoy sufriendo al tenerte lejos. Solo te quiero recordar que lucharé por nosotros y sabrás que lo que viste solo fue una trampa de mi padre y Cecilia. Te quiero, siempre lo hice y espero pronto logremos estar juntos.Las lágrimas corrían por mi mejilla sin detenerse, no soporto tener que vivir esto. Es tan difícil creerle después de todo lo
AngelinaJuan me abrazó y lloró por todo lo que está pasando en mi vida. No quiero seguir sufriendo y esperando lo bueno de personas que no darían nada por mí.—Debemos ir a la clínica —Me alejo y niego varias veces, no quiero ir —Estoy al tanto de lo que está pasando entre Andrew y tú, pero no puedes dejarlo solo en este momento, puedo jurar que él no lo haría contigo.Sus palabras me hacen sentir peor.El chófer le entrega las llaves de su auto a Juan.—¿Vamos? —Si le digo que no, estoy segura de que respetará mi decisión, pero tiene razón, quiero estar cerca de Andrew, aunque mi corazón esté lastimado por su traición, no deseo dejarlo solo.—Está bien.Me sonríe y subimos a su auto, viajamos en completo silencio, me duele la cabeza, el no probar bocado ayer ni hoy me está pasando factura.—¿Puedes pasar por la farmacia por unas pastillas para el dolor de cabeza y un jugo? —Asiente, sin dejar de mirar la carretera. Aparcamos en una y cuando estoy por bajar, su mano me detiene.—Ir
AngelinaLa tarde llegó y mis ojos se cerraban a causa del cansancio que tenía. Juan fue a comprar comida, me alegra tenerlo conmigo en este momento.Armando viene con varias enfermeras, al verme, se despide de ellas y viene hacia donde estoy.—¿Cómo está tu esposo? —Me dedicó una tierna sonrisa y se sienta.—Bien, debe quedarse esta noche aquí —digo.—Me alegro mucho —Un silencio se hace presente y me incomoda.Se levanta y me siento mal por no entablar una conversación con él, con todo lo que está pasando en mi vida, me siento sin ánimos de hablar.—Debo seguir con mi guardia, cualquier cosa que necesites no dude en buscarme y la ayudaré en lo que desee —Su amabilidad me sorprende.—Gracias.Lo veo irse y no pasa mucho tiempo cuando Juan aparece con dos bolsas, se sienta y deja una silla libre entre los dos. Abro una de las bolsas, el olor me llena y siento que estoy viviendo nuevamente, no espero mucho tiempo y lo abro, agarro el cubierto y comienzo a comer ante la atenta mirada de
AndrewEstoy impresionado por la actitud de Angelina con Zoe, estar en cama y no poder hacer nada para ver lo que está pasando me tiene molesto. Bajo la pierna y cuando intento hacer lo mismo con la otra, entran Angelina y Juan.—¿Qué crees que haces? —Me reprende Angelina.—Me tenías preocupado.—Estoy bien —Se sienta en el sillón— Solo deseo irme de esta clínica.—No eres la única —murmuró.El Doctor entra y más atrás un hombre bastante joven, mi esposa abre los ojos y no entiendo su actitud. Juan se ríe de la situación y me confunde aun más.—¿Cómo está el paciente hoy? —El Doctor deja las carpetas en una mesita que está junto a la cama.—Bien Doctor, solo un poco cansado —digo.—No es para menos, la sustancia que tenía en su organismo más el alcohol no fue una buena combinación, está vivo de milagro —Lo miró sin entender de lo que está hablando.—Puede explicarse mejor, Doctor.—Como le expliqué a su esposa cuando lo trajeron, en su sistemas se detectó una droga muy fuerte —Mi vis