AndrewAmelia se quedó dormida esperando a su madre. Ana no aparece y estoy preocupado.Agarró a mi hija en brazos y salgo del despacho. Subo las escaleras y entró en mi habitación colocándola con cuidado en la cama, besó su frente y la dejó un momento sola para ir a ver qué ha pasado con Ana. Al bajar las escaleras, aparece ella y su semblante me indica que está avergonzada de hacer todo esto a mis espaldas.—Hasta que te dignas aparecer —Cruzó los brazos— ¿Era necesario ir a verla?—Claro que sí, no puedes permitir que ella piense lo peor de ti, no lo mereces. —Me acerco y alzó su barbilla.—Te dije que no lo hicieras, lo que pase entre nosotros no es tu asunto —La suelto y le doy la espalda— No te metas en esto, yo buscaré la manera de solucionar todo con ella —murmuró.—Dejando que sus padres tomaran la decisión de alejarla de ti —Aplaude— Te admiro.—¿De qué estás hablando, Ana? —La dieron de alta hoy, me tomé el atrevimiento de ordenarle a los guardaespaldas que lo siguieran, m
AngelinaLos recuerdos junto a mis padres llegaron a mi mente al entrar a la casa que por tantos años fue mi hogar. El ama de llaves subió mi maleta a mi habitación, observaba todo de nuevo, la decoración fue cambiada y ahora es más hogareña, miro a mi madre y me dedicó una cálida sonrisa que recibo gustosa. Mi nana aparece y sus ojos se llenan de lágrimas al verme, un sollozo se escapa y me acerco, la estrecho contra mí y beso su mejilla.—Perdón por dejarte sola, mi niña.—Necesitaba pelear mis propias batallas sola, nana —Limpio sus lágrimas.Mi madre frunce el ceño y noto lo incómoda que se siente al verme así junto a mi nana. Nunca se han llevado bien a pesar de que ha trabajado con nosotros varios años y me ha criado como una hija, no estoy lista para sacar conclusiones apresuradas, así que decido dejar todo a un lado y esperar hablar con mi madre al respecto.Me separó de mi nana y subo a mi habitación. Abro la puerta y me sorprendo de que todo esté como lo deje, incluso mucho
AndrewOtro golpe llega, gimo del dolor que me causa. Mi padre está en una esquina viendo a su hijo ser golpeado y no hace nada por detener a la escoria que me mira con burla. —Levántate, parásito —Me grita— Defiéndete y sé un hombre.Me limpio la sangre que sale de mi boca y me río.—Al menos no soy el monigote de una mujer y un violador —Mi padre cerró los puños con fuerza— Cuando obtenga de ti lo que desea, te trataran como el perro que eres.Cuándo intenta golpearme de nuevo. La puerta del sótano donde me tienen, se abre.—¡Ya basta! —Le exige la escoria de mujer que me sonríe— Sal, quiero estar a solas con él.—Como ordene, preciosa.Sale y Zoe se acerca.—Eres el único que puede acabar con todo este sufrimiento —dice— Solo tienes que estar conmigo.—Prefiero soportar cada golpe que humillarme al estar con alguien como tú, no entiendes que desde el primer momento que te conocí, solo sentí repulsión hacia ti—Su mirada se oscurece— No eres nadie al lado de Angelina.Recibo una cac
Angelina Lágrimas corrían por mis mejillas. Escucho los quejidos de Andrew a causa del dolor que está sintiendo en este momento y me hace querer matar con mis propias manos a Álvaro. Cómo fue capaz de hacerle tal atrocidad a su hijo. Cuando llegamos a la cabaña sentí una sensación extraña, algo malo estaba pasando dentro. Por esa razón no me detuve ante los gritos de la policía y entré al jardín. Mi mundo se derrumbó al ver a Andrew siendo lastimado por su padre.Ver cómo luchaba por su vida, cada golpe en su rostro me lastimaba. El hombre que lo tenía sujeto logró escapar. Álvaro y Zoe intentaron hacer lo mismo, pero no lo lograron, la policía entró a tiempo y los capturó. Zoe gritaba para que la soltaran, limpie mis lágrimas y me levanté. Me acerqué a dónde la tenían, mi mano impactó en su mejilla.—Pagarás por todo lo que nos has hecho —Su mirada es fría— Al final no obtuviste lo que quisiste.—Eso crees —Asegura— Dañe lo que en ustedes estaba empezando, y eso, querida, me satisf
Angelina Mi mirada se fija en las pequeñas gotas que caen por la ventana de la cafetería. Bebo el café en un silencio que, aunque para algunos puede causar incomodidad, para nosotros es un momento de paz. Ana bebé su café y suspira un par de veces.—¿Crees en las segundas oportunidades? —Me giro, centrándome en ella— No pienses mal, jamás habrá algo entre Andrew y yo, solo somos amigos —Me aclara— Pero… ¿Hay una oportunidad para ustedes?Esperó unos segundos antes de responder a su pregunta.—No es fácil, Ana —Dejé la taza en la mesa— Mi amor por él está intacto, pero dañado. Solo quería ser feliz a su lado, y pasaron tantas cosas que me lastimaron y no sé qué hacer. —Mis lágrimas luchaban por salir— ¿Qué debo hacer? Ya no quiero seguir luchando por una relación que no tiene futuro, al menos no en este momento.Ana me agarra la mano con fuerza.—Lamento que te sientas así —expresó—. Y es válido sentirse desesperada con toda esta situación que has pasado. Si para ti, lo correcto es es
Angelina El avión aterrizó, agarro mis cosas y salgo. Necesito ver a mi madre, y saber que tendré su apoyo si estoy embarazada. Esto no me puede estar pasando, ¿qué voy a hacer con un hijo y lejos del padre? No, no, no, esto tiene que ser una broma de mal gusto. El chófer me abre la puerta del auto y subo.—Pasa por una farmacia —le ordené al chófer.Necesito salir de dudas, o de lo contrario, enloqueceré esperando.Los minutos pasan y el auto se detiene. Miro por la ventanilla y un nudo se forma en mi garganta. No puedo hacerlo sola.—Lo haré después.Él chófer me mira. Apartó la mirada y suspira, encendiendo nuevamente el auto.Abro la cartera y saco mi teléfono, lo enciendo y veo miles de llamadas de Andrew y algunas de Juan. Necesito cambiar de número, no sirve de nada alejarme de él y seguir contestando cada una de sus llamadas. Lo guardo nuevamente y cierro los ojos.¿En qué momento mi vida se convirtió en una montaña rusa? ¿Qué debo hacer para lograr ser feliz de una vez por t
Angelina Los nervios los tenía a flor de piel. Mi madre caminaba por toda la habitación y me tiene nerviosa.—¿Ya? —Es la tercera vez que me pregunta.—No.Le hablé a mi madre de la sospecha que tenía de un posible embarazo, no espero que fuera yo la que tomará la decisión. Llamó a la sirvienta y le ordenó que fuera con el chófer a la farmacia y comprará dos pruebas de embarazo.Así que, aquí estamos, esperando saber si seré madre. Mi celular suena anunciando que la hora ya pasó y es hora de saber el resultado. Mi mamá se detiene y me mira.Levantó la toalla que tenía encima de la prueba y vi el resultado.—¿Seré abuela? —La pregunta de mi madre me hace volver a la realidad.—Por el momento no.Cuando está por hablar, la puerta se abre. Es la sirvienta.—El señor acaba de llegar, está preguntando por ustedes.Mi madre me mira.—Es mejor no decirle nada a tu padre de esto.Asiento y juntas salimos de su habitación. Al bajar las escaleras mi padre nos recibe con una sonrisa. Abre los b
Andrew Hoy es mi última consulta y me siento mejor de lo que espere estar algún momento.—¿Cómo te sientes después de varios meses en terapia, Andrew? —El psicólogo me sonríe.—Mejor, hablar de mi madre y de la relación que tuve con mi padre después de su muerte me ayudó a entender muchas cosas.—¿Ahora qué harás? —Él sabe la respuesta, pero le gusta cotillear sobre mi vida amorosa.—Iré en busca del amor de mi vida.Deja su libreta en la mesa y se levanta, yo hago lo mismo. Lleva su mano a mi hombro.—Espero de todo corazón que todo sea mejor a partir de hoy, me agrado ser parte de tu recuperación para sanar y ser un mejor hombre para ella.—Gracias a ti por no rendirte y seguir.Nos abrazamos. Esteban se volvió más que mi psicólogo, mi amigo y le estaré agradecido toda una vida.Palmeo su hombro y salgo del consultorio. Al salir del edificio, veo a Ana recostada en el auto y a su lado Juan, mi amigo la tiene sujeta de la cintura. —Me empalaga tanto el amor entre ustedes ¿Y Amelia