No me moví un solo segundo de la casa de la Sra. Elisa hasta no ver a Caleb y saber que se encontraba bien. Por más en que ellos insistieron en que me fuera, no les hice caso y me dediqué a esperar a que los demás lobos salieron de la cabaña de Caleb para poder entrar. La Sra. Elisa y Augusto hablaban de cosas extrañas que no entendía ni en lo más mínimo, pero mi interés no estaba puesto en ellos, sino en la puerta de la cabaña.
Tres hombres salieron completamente desnudos de la cabaña, luego de varias horas de estar allí adentro con él. Me levanté de la tierra y corrí hacia el interior de ella sin importarme nada más que no fuera Caleb.
Al verlo mi corazón se alivió, pero al ver lo mal he
—Siento tanto interrumpirlos — una voz no hizo separar, pero Caleb no me soltó en ningún segundo—. Es momento de irnos.—No me parece conveniente que vayamos a tu casa, Augusto.—Mi padre está de acuerdo, no tienes nada de qué preocuparte.Caleb gruñó, apretándome contra su pecho mientras mi rostro ardía de vergüenza.—Está bien, si no hay más opción, ¿qué más da?—Es la mejor y la única que tienes, lobito celoso — su broma me sacó una risita.
Ver el brillo de sus ojos y sentir sus dedos trazar mi piel, me dejó la mente en blanco. No me moví ni un solo centímetro de mi lugar, esperando lo siguiente que se avecinaba. Me tomó de la barbilla suavemente y acercó su rostro al mío, dejando muy poca distancia entre nuestros labios.Deseo probar nuevamente sus labios, era lo que quería hacer, pero solo me quedé atontada viendo sus ojos e intercalando la mirada en sus labios. Sus labios me tientan cada segundo que va pasando.-Sé que para ti debe sonar pervertido, abusivo y extraño, pero me encanta cada centímetro de tu piel - mordió su labio por unos instantes-. El deseo que siento por ti no lo puedo describir. Cada día se hace más difícil no perder el control.
CALEBVerla dormida entre mis brazos es una de las más grandes dichas que he sentido desde que tengo uso de razón. Alicia llegó para ser esa felicidad que se me fue arrebatada, pero que también me deja entre la espada y la pared. No quiero y tampoco estoy dispuesto a perderla ahora que es completamente mía.Luego de haberle hecho el amor y marcarla en un arranque de histeria y furor, la traje conmigo a mi habitación y nos acostamos juntos. Ella tan pronto tocó la cama se quedó profundamente dormida, pero yo no pude conciliar el sueño por más comodidad y calidez que sintiera a su lado. Quiero disfrutarla mientras pueda. Quiero grabar cada centímetro de su hermoso rostro en mi memoria. Quiero proteger cada uno de sus sueños; quiero protege
ALICIAHe pasado los últimos días en cama, a causa de los malestares, luego de aquella mordida que dejó Caleb cuando me hizo el amor. Tan solo de recordarlo, todo mi ser se estremece. Su contacto, sus caricias, sus besos, la manera de tomarme suave y salvaje. Por más en que trate de no pensar en esa noche, las imágenes llegan por sí solas a torturar mi mente y quebrar mi corazón.Quizás hubiese sido diferente si Caleb no se hubiera alejado de mí tan abruptamente como lo hizo. Aunque lo haga para protegerme, no deja de ser extremadamente doloroso. No veo la alegría en ningún lado, a pesar de que el sol entre cada día a iluminar la habitación. Lo único que puedo contemplar frente a mí es un profundo vacío más u
Cada milésima de segundo que transcurría me faltaba el aire. Luchaba por poder moverme y liberarme, pero era imposible. Su lengua me tenía completamente inmovilizada. Solo me quedé ahí, a la espera que todo acabara.Las energías cada vez eran menos, la fuerza se escapaba de mi cuerpo con la presión que ejercía en mi cuello y me acercaba aún más a ella. Llena de impotencia y de dolor, dejé que las lágrimas brotaran de mis ojos. Me sentía tan patética al no poder hacer nada por ayudarlo y liberarlo de ese monstruoso demonio. Pensaba que podía hacer algo por él, pero realmente estaba muy equivocada. No hay nadie que pueda vencer el mal, cuando este ya ha sido sembrado y cosechado en la tierra.Desvié la mirada h
Una punzada de dolor atravesó mi pecho al escucharlo decir esas palabras sobre Caleb. Eso no puede ser cierto. ¿Cómo es posible que ya no esté con nosotros?—¡No te le acerques! — rugió Augusto volviendo a su estado natural y sacándome de mis pensamientos—. Por fin te muestras ante nosotros.—Ah, pero miren quien es; el patético lobezno con ínfulas de Alfa — sonrió torcido.—Aléjate de ella.Torció el cuello hacia un lado y se enfocó en Augusto.—Me llevaré a mi mujer. Además, conmigo no hace falta actuar rudo, yo no soy el estúpido de Caleb que se deja manipular por todos — aunque se escuchara calmado, su advertencia no pasó desapercibida.—Trae de vuelta a Caleb. Tu no debes tomar el control de su cuerpo, solo eres su lobo. Te lo ordeno.Soltó una risa desc
—Pero... pero...—Pero, ¿qué, mi reina? — me miró fijamente y sonrió ladeado—. ¿Te incómoda mi aspecto?—No, no es eso.—¿Entonces?No tenía ni la menor idea de qué decirle. Aún sigo impactada por lo que me ha dicho y todo lo que ha pasado en un abrir y cerrar de ojos. Ni en mis peores pesadillas sería capaz de estar con ese lobo mitad humano. Mi corazón solo le pertenece a Caleb; y a nadie más que a él me entregaré en cuerpo y alma, así ese lobo comparta su cuerpo.—¿No te parece que primero deberíamos conocernos? No sé nada de ti. No sé si me haga entender.—Te aseguro que uniéndonos nos vamos a conocer muy a fondo — acarició mi mejilla—. Te llevaré a tu habitación. Date una buena y larga ducha y luego te ense&ntild
Mientras esperaba a que el reloj sonora, voy peinando mi cabello frente al espejo. No sé por cuánto tiempo me he estado pasando el cepillo, pero de aquí no pienso mover ni un solo músculo hasta que Azura no aparezca y me saque de dudas. ¿Será que estoy haciendo bien en confiar en él? Después de todo él solo busca tomar mi alma.Akira no ha aparecido por aquí, por lo que he podido estar tranquila durante la gran parte de la...—¿Qué caso tiene? Si de igual modo allá afuera parece ser siempre de noche entre tanta negrura — dejé el cepillo encima del tocador y recliné un poco la cabeza hacia el espejo.—Alicia... — el reloj sonó al tiempo en el que Azura apareció de la nada y sin avisar en el interior del espejo.—¡Mierda! — grité a todo