ALICIA
He pasado los últimos días en cama, a causa de los malestares, luego de aquella mordida que dejó Caleb cuando me hizo el amor. Tan solo de recordarlo, todo mi ser se estremece. Su contacto, sus caricias, sus besos, la manera de tomarme suave y salvaje. Por más en que trate de no pensar en esa noche, las imágenes llegan por sí solas a torturar mi mente y quebrar mi corazón.
Quizás hubiese sido diferente si Caleb no se hubiera alejado de mí tan abruptamente como lo hizo. Aunque lo haga para protegerme, no deja de ser extremadamente doloroso. No veo la alegría en ningún lado, a pesar de que el sol entre cada día a iluminar la habitación. Lo único que puedo contemplar frente a mí es un profundo vacío más u
Cada milésima de segundo que transcurría me faltaba el aire. Luchaba por poder moverme y liberarme, pero era imposible. Su lengua me tenía completamente inmovilizada. Solo me quedé ahí, a la espera que todo acabara.Las energías cada vez eran menos, la fuerza se escapaba de mi cuerpo con la presión que ejercía en mi cuello y me acercaba aún más a ella. Llena de impotencia y de dolor, dejé que las lágrimas brotaran de mis ojos. Me sentía tan patética al no poder hacer nada por ayudarlo y liberarlo de ese monstruoso demonio. Pensaba que podía hacer algo por él, pero realmente estaba muy equivocada. No hay nadie que pueda vencer el mal, cuando este ya ha sido sembrado y cosechado en la tierra.Desvié la mirada h
Una punzada de dolor atravesó mi pecho al escucharlo decir esas palabras sobre Caleb. Eso no puede ser cierto. ¿Cómo es posible que ya no esté con nosotros?—¡No te le acerques! — rugió Augusto volviendo a su estado natural y sacándome de mis pensamientos—. Por fin te muestras ante nosotros.—Ah, pero miren quien es; el patético lobezno con ínfulas de Alfa — sonrió torcido.—Aléjate de ella.Torció el cuello hacia un lado y se enfocó en Augusto.—Me llevaré a mi mujer. Además, conmigo no hace falta actuar rudo, yo no soy el estúpido de Caleb que se deja manipular por todos — aunque se escuchara calmado, su advertencia no pasó desapercibida.—Trae de vuelta a Caleb. Tu no debes tomar el control de su cuerpo, solo eres su lobo. Te lo ordeno.Soltó una risa desc
—Pero... pero...—Pero, ¿qué, mi reina? — me miró fijamente y sonrió ladeado—. ¿Te incómoda mi aspecto?—No, no es eso.—¿Entonces?No tenía ni la menor idea de qué decirle. Aún sigo impactada por lo que me ha dicho y todo lo que ha pasado en un abrir y cerrar de ojos. Ni en mis peores pesadillas sería capaz de estar con ese lobo mitad humano. Mi corazón solo le pertenece a Caleb; y a nadie más que a él me entregaré en cuerpo y alma, así ese lobo comparta su cuerpo.—¿No te parece que primero deberíamos conocernos? No sé nada de ti. No sé si me haga entender.—Te aseguro que uniéndonos nos vamos a conocer muy a fondo — acarició mi mejilla—. Te llevaré a tu habitación. Date una buena y larga ducha y luego te ense&ntild
Mientras esperaba a que el reloj sonora, voy peinando mi cabello frente al espejo. No sé por cuánto tiempo me he estado pasando el cepillo, pero de aquí no pienso mover ni un solo músculo hasta que Azura no aparezca y me saque de dudas. ¿Será que estoy haciendo bien en confiar en él? Después de todo él solo busca tomar mi alma.Akira no ha aparecido por aquí, por lo que he podido estar tranquila durante la gran parte de la...—¿Qué caso tiene? Si de igual modo allá afuera parece ser siempre de noche entre tanta negrura — dejé el cepillo encima del tocador y recliné un poco la cabeza hacia el espejo.—Alicia... — el reloj sonó al tiempo en el que Azura apareció de la nada y sin avisar en el interior del espejo.—¡Mierda! — grité a todo
Sentí el cuerpo ligero una vez cobré el sentido de la razón, pero seguía inmersa en la oscuridad. Los parpados me pesaban. Un agudo dolor se estableció en mi cabeza. Es como si de repente todas las energías se hubieran esfumado de mi cuerpo. No podía mantenerme en pie.—¿Qué me hiciste? — la voz me salió en un hilo.—Descansa, pronto estarás bien — me depositó en una superficie blanda, más no sabía si se trataba de la cama o no—. Es muy interesante lo que hay en tu alma.—¿Qué quieres decir con eso? — me ahogaba con el poco aire que había en mis pulmones. ¿Qué fue lo que me hizo ese demonio?—Pronto vendré, trata de hacer todo lo posible para no unirte a Akira — desapareció, lo supe por la
ALICIA Han sido días difíciles; la oscuridad, la soledad, la tristeza, la impotencia de no poder hacer más me han estado pasando factura. No hay momento que no me sienta fatal cada que lo veo y no es él quien está a mi lado. Todos los días vivo sumergida en una profunda oscuridad; una la cual es imposible de ver un poco de luz. Este castillo se ha vuelto una prisión tanto de vida como de muerte. Es asfixiante estar en un lugar cerrado, donde no hay luz, ni aire. Mucho menos puedo salir a caminar, porque la oscuridad me tragaría si llego a poner un solo pie por fuera.Huir de Akira se vuelve cada vez más difícil, no solo por el hecho de que, si nos unimos, perdería a Caleb para siempre, sino también porque he empezado a sentir odio, rabia y asco hacía él. No tolero verlo o tenerlo cerca. Sus besos y sus abrazos me p
El calabozo donde Akira me trajo es el doble de oscuro, frío y tétrico que el resto del castillo. No hay ni una sola vela iluminando el espacio tan reducido en el cual llevo por largos e incontables días. La única compañía que tengo son los platos repletos y podridos de comida que una mujer me trae cada día para que coma. El olor en el aire es nauseabundo y húmedo.Akira aún no ha aparecido, pero tampoco importa si lo hace o no. Me haría un inmenso favor si me deja morir, aunque eso signifique romper la promesa a Caleb. Su recuerdo es lo único que me mantiene con fuerza, porque de no ser así, yo misma hubiera arremetido en contra de la palabra de Dios.En mi corazón aún tengo mucha fuerza de seguir hasta poder liberar a Caleb de ese bestia o demonio, o lo que sea, pero la razón reconoce que no nunca podré hacerlo. ¿Cómo? Si con su fu
Luego de varios días, Akira me dejó salir del calabozo, como si nada hubiese ocurrido. Ha estado comportándose más empalagoso que antes. No hay momento en el día que no esté encima de mí. Parece ser que sí le dolió hacer lo que me hizo, más no siento que su arrepentimiento sea sincero. Hay ciertos momentos en el día que me parece ver a Caleb, pero es más porque él usa su imagen., no porque realmente sea él.Nos encontrábamos cenando, por lo que su acercamiento tan repentino me puso un poco nerviosa. Más cuando me da esas miradas tan profundas. Luego de lo que pasó en la biblioteca, no ha intentado ni besarme ni tocarme. Parece conformarse con los abrazos que siempre me da.—¿Quieres cenar conmigo mañana? He estado pensando en estos últimos días, y creo que estaría bien salir un poco del castillo.