Mientras esperaba a que el reloj sonora, voy peinando mi cabello frente al espejo. No sé por cuánto tiempo me he estado pasando el cepillo, pero de aquí no pienso mover ni un solo músculo hasta que Azura no aparezca y me saque de dudas. ¿Será que estoy haciendo bien en confiar en él? Después de todo él solo busca tomar mi alma.
Akira no ha aparecido por aquí, por lo que he podido estar tranquila durante la gran parte de la...
—¿Qué caso tiene? Si de igual modo allá afuera parece ser siempre de noche entre tanta negrura — dejé el cepillo encima del tocador y recliné un poco la cabeza hacia el espejo.
—Alicia... — el reloj sonó al tiempo en el que Azura apareció de la nada y sin avisar en el interior del espejo.
—¡Mierda! — grité a todo
Sentí el cuerpo ligero una vez cobré el sentido de la razón, pero seguía inmersa en la oscuridad. Los parpados me pesaban. Un agudo dolor se estableció en mi cabeza. Es como si de repente todas las energías se hubieran esfumado de mi cuerpo. No podía mantenerme en pie.—¿Qué me hiciste? — la voz me salió en un hilo.—Descansa, pronto estarás bien — me depositó en una superficie blanda, más no sabía si se trataba de la cama o no—. Es muy interesante lo que hay en tu alma.—¿Qué quieres decir con eso? — me ahogaba con el poco aire que había en mis pulmones. ¿Qué fue lo que me hizo ese demonio?—Pronto vendré, trata de hacer todo lo posible para no unirte a Akira — desapareció, lo supe por la
ALICIA Han sido días difíciles; la oscuridad, la soledad, la tristeza, la impotencia de no poder hacer más me han estado pasando factura. No hay momento que no me sienta fatal cada que lo veo y no es él quien está a mi lado. Todos los días vivo sumergida en una profunda oscuridad; una la cual es imposible de ver un poco de luz. Este castillo se ha vuelto una prisión tanto de vida como de muerte. Es asfixiante estar en un lugar cerrado, donde no hay luz, ni aire. Mucho menos puedo salir a caminar, porque la oscuridad me tragaría si llego a poner un solo pie por fuera.Huir de Akira se vuelve cada vez más difícil, no solo por el hecho de que, si nos unimos, perdería a Caleb para siempre, sino también porque he empezado a sentir odio, rabia y asco hacía él. No tolero verlo o tenerlo cerca. Sus besos y sus abrazos me p
El calabozo donde Akira me trajo es el doble de oscuro, frío y tétrico que el resto del castillo. No hay ni una sola vela iluminando el espacio tan reducido en el cual llevo por largos e incontables días. La única compañía que tengo son los platos repletos y podridos de comida que una mujer me trae cada día para que coma. El olor en el aire es nauseabundo y húmedo.Akira aún no ha aparecido, pero tampoco importa si lo hace o no. Me haría un inmenso favor si me deja morir, aunque eso signifique romper la promesa a Caleb. Su recuerdo es lo único que me mantiene con fuerza, porque de no ser así, yo misma hubiera arremetido en contra de la palabra de Dios.En mi corazón aún tengo mucha fuerza de seguir hasta poder liberar a Caleb de ese bestia o demonio, o lo que sea, pero la razón reconoce que no nunca podré hacerlo. ¿Cómo? Si con su fu
Luego de varios días, Akira me dejó salir del calabozo, como si nada hubiese ocurrido. Ha estado comportándose más empalagoso que antes. No hay momento en el día que no esté encima de mí. Parece ser que sí le dolió hacer lo que me hizo, más no siento que su arrepentimiento sea sincero. Hay ciertos momentos en el día que me parece ver a Caleb, pero es más porque él usa su imagen., no porque realmente sea él.Nos encontrábamos cenando, por lo que su acercamiento tan repentino me puso un poco nerviosa. Más cuando me da esas miradas tan profundas. Luego de lo que pasó en la biblioteca, no ha intentado ni besarme ni tocarme. Parece conformarse con los abrazos que siempre me da.—¿Quieres cenar conmigo mañana? He estado pensando en estos últimos días, y creo que estaría bien salir un poco del castillo.
Nunca me había visto en una situación similar, más cuando el rostro del hombre que amo es quien está tan fuera de sí. El hecho de que no sea verdaderamente él, hace que todo sea mucho más frustrante y doloroso. Akira es un demonio y mitad hombre lobo, es un ser que me ha demostrado el poco corazón que posee en su interior. Es más, ¿tendrá algún corazón que palpite de remordimiento por el sufrimiento de los demás? Su más grande deseo es saciar ese placer de tener quien le brinde más poder del que de por sí ya tiene. Su único objetivo es arrebatarme la vida para volverse un ser invencible, poderoso y envenenado para ver arder el mundo bajo su poder.—Detente, por favor — le pedí, pero oscurecido por el deseo y la rabia, me besó rudamente a la par que sus manos se movieron con brusquedad por todo mi cuerpo—. Me est&aa
—Mas poder que yo, ¿eh? — no sé cómo lo hizo, pero se escapó de la parálisis convirtiéndose en un extraño polvo negro.—Akira está volviéndose cada vez más fuerte. ¿Estás segura que podremos llevarlo de vuelta, madre?—No, pero hay que intentarlo — el demonio tomó una forma femenina muy hermosa, de ojos tan azules como el cielo y de cabello tan negro como la noche—. Ya sabes lo que tienes que hacer, ¿verdad, Alicia?—Sí, tengo muy claro lo que debo hacer.—Perfecto. Permítele la entrada a ese costal de pulgas para que cumpla con su parte del trato.–Sí, madre — Azura desapareció y me dejó a solas con su madre.—Caleb se manifestó, no sé cómo lo hizo, pero logró salir por pocos minutos — fue lo primero que sali&oa
AUGUSTOTodo había sucedido en una mínima fracción de segundo. Verlos caer destrozó gran parte de mi corazón. Alicia se había convertido en alguien muy importante para mí en tan poco tiempo, y Caleb, a pesar de que no fuera él, era mi amor desde hacía mucho tiempo atrás. Quise ir tras ellos y lanzarme en ese vacío que volvía poco a poco en convertirse en una espesa e infinita oscuridad, pero los demás miembros de mi clan no me lo permitieron.—¡Aseguraste sus vidas, maldito demonio! — el agudo dolor que se estableció en mi pecho, no me permitió quedarme por más tiempo de pie.—Esto era una posibilidad. Haces demasiado show, perro pulgoso — la reina de las tinieblas, abrió su boca y de ella salió despedida una larga y delgada lengua que em
CalebNo sé cuánto tiempo había transcurrido luego de ese trance tan extraño en el que me encontraba la última vez en la que cobré conciencia, pero poco a poco empezaba a despertar y sentir dolor en el cuerpo. Alicia fue la única quien me estuvo acompañando en mis sueños.—¿Alicia? — susurré.—Tu querido amado por fin despertó. Es una pena que mencione otro nombre, ¿no lo crees?—¿Podrías callarte? Nadie pidió tu opinión. Es más, aun no comprendo qué demonios haces aquí.—No estés a la defensiva siempre. Estoy tratando de ayudar.—Sigue sin convencerme que lo hagas a cambio de nada.—¿Y quién dijo que no quiero nada a cambio?—¿Augusto? — abrí los ojos p