la parte dos de esta historia se publicara a partir del próximo mes estén muy atentos y muchas gracias por todo su apoyo.
— Es una mierda — Bufó molesto, al mismo tiempo que arrugaba con fuerza el papel entre sus manos. Ya ni sabía cuántas veces había leído aquella carta y seguía sin comprender lo que en ella estaba escrito.Una pequeña ola de tranquilidad cubrió su corazón cuando el abogado le informó que su padre le había dejado un mensaje. El hecho de que se enfatizara que el contenido de esa carta no podía ser revelado a nadie más, le dio la esperanza de que esa complicidad compartida con su padre no había desaparecido con su muerte.Una vez más, su padre le daba fuerzas, incluso después de su partida. Sin embargo, la decepción, la confusión y ciertos toques de ira se apoderaron rápidamente de él después de leer esas palabras.Lo peor de todo, y con lo que no podía lidiar, era la frustración de no tener respuestas sobre lo que se decía en la carta. El único que podía responder esas preguntas era su padre, pero él ya no estaba.Extendió la carta una vez más y volvió a leerla con la misma esperanza que
CAPÍTULO 2JUEGOS TURBIOS— ¡Madre superiora! ¡Madre superiora! — gritaba una de las hermanas del convento de Nuestra Señora del Socorro, al mismo que alzaba su hábito y corría como alma que lleva el viento por uno de los tantos pasillos del edificio.Cualquiera pensaría que intentaba ganarle al tiempo, evitar una catástrofe; pero ya no había nada que hacer, el destino comenzaba su curso.---Después de todos los últimos sucesos, la muerte de su padre, el sepelio, las desafortunadas noticias y pese a todas las dudas que rondaban su cabeza, Itzam logró conseguir un poco de paz.Se consolaba a sí mismo diciendo que no tendría que ver a esa mocosa nunca en la vida. Si bien el testamento estipulaba que los dos estuvieran presentes, tenía una loca idea para evitar verse cara a cara con la bastarda de su difunto padre.Cobijado por el silencio y la tranquilidad de su departamento, Itzam dormía profundamente por primera vez en varios días, cuando el repiqueteo de su teléfono lo trajo de vuel
CAPÍTULO 3¡VAMOS A CASARNOS!Aferrada al cuello de Itzam, quien no podía estar más confundido, la joven no dejaba de llorar, balbuceaba palabras ininteligibles.La humedad de su cuerpo y el llanto desconsolado pronto incomodaron a Itzam, quien con poca delicadeza la apartó. Su rostro no expresaba más que repulsión hacia el mal aspecto de la joven; el cabello y la ropa le escurrían, su cara se desfiguraba en un puchero, empapado de agua, lágrimas y mocos.— Lo… lo sien…to — balbuceaba entre lágrimas — No… puedo …— ¿Quién eres? ¿Y qué haces en mi casa? — la rudeza y falta de amabilidad en la voz de Itzam lograron que el llanto de la chica cesara de inmediato; esta lo miró confundida unos segundos antes de agachar su rostro avergonzada.— Qué tonta — exclamó con timidez. — Estaba tan emocionada por conocerte al fin… olvide que no nos conocíamos en persona. Digo, yo me moría por verte, claro que no quería que fuera así — las palabras salían de su boca como una cascada una tras otra. — S
CAPÍTULO 4CRUSHEl llamado a la puerta salvó a Itzam de responder a esa pregunta y a Milenka de escuchar una terrible verdad.Algo desaliñado, con rostro cansado, pero sin perder la elegancia que lo caracterizaba, Rigo apareció tras la puerta. Apenas vislumbró la presencia de Milenka, el alma pareció volverle al cuerpo.— Pero mira nada mas cómo estás, te vas a resfriar — señaló con preocupación. Tomó el saco que descansaba en su antebrazo y la rodeó con él, en un gesto de protección.— ¿Puedes darme un poco de agua? — pidió con tono amable a Itzam mientras lo reprendía con la mirada.— Claro, por allá — señaló hacia la cocina, dando por entendido que tendría que ir a buscarla él mismo. Aunque pareciera el peor de los anfitriones, Itzam estaba decidido a no mostrar ninguna amabilidad hacia esa joven.Bajo la atenta mirada de Itzam, Rigo fue a buscar el agua. No tardó ni un par de minutos en regresar con ella. Junto a Milenka tomó asiento en el sofá.— Dime, ¿cómo estás? Tanta atenci
CAPÍTULO 5HERENCIAFue muy poco lo que Itzam logró dormir aquella noche. El simple hecho de ser consciente de que a unos cuantos metros se encontraba una persona que para él era completamente extraña, sumado al enigma que la rodeaba en cuanto a su origen y la relación con su padre, le quitó el sueño.Estaba decidido a hacer todo lo que fuera necesario para resolver aquel enigma, no solo porque buscaba deshacerse de esa mocosa, como la llamaba, sino porque, aunque no quisiera admitirlo, toda la situación le causaba cierta intriga.Aquello era solo la punta del iceberg de todas sus preocupaciones. También estaba el hecho de cómo iba a explicar la presencia de Milenka en su vida. Hasta que ella no se fuera de ahí, corría el riesgo de que sus amigos y su familia se enteraran. ¿Qué iba a decirles?«Tampoco es como que tengan que saberlo. La mantendré oculta y listo», se dijo a sí mismo con cierto optimismo. Más que su familia, sus amigos eran quienes frecuentaban más su departamento, y es
CAPÍTULO 6PERFUME DE OTRA MUJERPara Milenka, la mañana fue un vaivén de emociones, entre la tranquilidad y la euforia. Era la primera vez en toda su vida que dormía hasta media mañana, en el convento siempre a las seis de la mañana ya estaba lista para la primera misa del día.En cualquier momento tendría que volver a la escuela, Itzam lo había dejado claro; pero mientras llegaba ese día, ella estaba decidida a disfrutar del ocio al máximo.La euforia se hacía presente cada vez que caía en cuenta de dónde se encontraba y con quién, el hombre con el que había soñado desde que tenía 13 años, por el que suspiraba y estaba convencida de que era el amor de su vida, futuro esposo y padre de sus hijos. No podía con tanta felicidad.Aprovechó que Itzam no estaba
Un par de horas más tarde, la ardua y tortuosa espera de Milenka llegó a su fin. Itzam cruzó por la puerta irradiando masculinidad, una presencia que le hizo latir el corazón al instante.— ¿Qué haces aquí? — creyó que, siendo tan tarde, encontraría dormida. Se había quedado más tiempo en la oficina para evitar verla cuando llegara.— Te estaba esperando — respondió Milenka con voz tenue, controlando sus ganas de gritar y exigir una explicación sobre su futura hija.— ¿Para qué? — Itzam la observó. Ya no era la chiquilla desgraciada y llena de mocos que había visto la noche anterior. La que tenía frente a él lucía más fresca, con el cabello suelto y acomodado perfectamente sobre sus hombros. La palidez de su rostro había sido reemplazada por unas mejillas sonrojadas, una mirada brillante y unos labios pequeños de color cereza.«Es bonita» lo traicionó su pensamiento.— ¿Es mi ropa? — alegó para distraer su mente de aquel desliz.— Mmm… si… quería tomar un baño y me incomodaba usar l
— Cham, cham, cham — llamaba Milenka con insistencia a la puerta de Itzam — ¿Ya despertaste? Es hora de irnos.Milenka, que estaba pegada a la puerta, por poco se va de boca cuando esta se abrió de golpe. Un adormilado y malhumorado Itzam apareció tras ella.— Son las siete de la mañana — señaló con evidente molestia.— Al que madruga, Dios lo ayuda — respondió ella con una sonrisa extendida por todo su rostro.— A ti no te va a ayudar — respondió él amenazante.— Assh, se nos va a hacer tarde, ni siquiera te has bañado.— Ni siquiera estaba despierto. Y de hecho, pienso volver a dormir. Las tiendas abren hasta las nueve…— Podemos ir a desayunar antes — sugirió ella.— Bien, ve y espérame abajo — La pobre chica ni siquiera sospech&oacu