Obviamente ambos ex se siguen amando...¿Podrán olvidarse?, ¿O se resignaran a seguir con sus vidas amando a otros.?
Jennifer StoneAmbos pedimos unos tortelines acompañado de vino rosado, de no sé qué año…Debe costar un mucho dinero pero sé que el hombre frente a mí eso no le mortifica.Muchas personas románticas dicen que el dinero no da la felicidad, pero por mi parte pienso que ayuda mucho, ya que puedes estar tranquilo con la seguridad de que tienes como responder ante una emergencia.Una de las cosas que me tenían mortificada era esa supuesta deuda de mi padre, gracias a Dios ese señor ya no se va a volver a meter conmigo gracias a mi ex—Mis hijos son algo muy importante para mí, yo daría mi propia vida por ellos si es necesario. — Comenta Alex y eso a mí me parece muy dulce.—Me encantaría conocerlos. — Le respondo.—Tengo unas fotos de ellos acá. — Me dice él, sacando el celular, para verlos me tengo que acercar más, las imágenes muestras a dos niños un varón de unos cinco años y una niña de tal vez tres.—Son preciosos, se parecen mucho a ti. — Le digo sin pensar.—Gracias. — Responde el u
Jennifer StoneRespondo a ese beso por un corto tiempo luego hago uso de toda mi fuerza de voluntad y lo empujo con todas mis fuerzas, no me voy a convertir en un objeto para el—Samir ¿qué es todo esto? ¿Qué haces aquí? ¿Qué estas intentando?— Chillo de forma atropellada—No paro de vueltas a algo ¿y si hubiese todo sido diferente? , podríamos haber formado una familia hace mucho, alguna vez piensas en lo que nos estamos perdiendo.— Responde con preguntas—No pienso eso jamás, déjame en paz ¿Qué pretendes con todo esto?, no voy a convertirme en tu amante.— Le aclaro con voz quebrada, Él no luce del todo bien se ve desesperado.—¿Porque sigues molestándome, no eres feliz con Daniela o qué?— Agvrego al ver que no dice nada, es como si no pensara bien lo que hace.—No soy feliz, que no lo vez con ella no siento la mitad de lo que siento contigo.— Se atreve a contarme Lo único que creo es que se ha convertido en un descarado, estoy indignada de que el venga justo en el momento que deci
Jennifer Stone. A las dos de la mañana los secuestradores llaman a mi madre para que haga entrega del dinero, y le advierten que debe ir sola. Me muero del miedo y la desesperación por ella, me quedo en casa comiéndome las uñas, mientras miro por la ventana de la casa, esperando que ella y mi hermano lleguen. Un auto negro se detiene, y lanzan a mi hermano golpeado al piso, no importa cuánto mal me haya hecho verlo así me rompe el corazón, corro a la puerta y abro para ir por él. —La próxima vez que quieras jugar asegúrate de tener el dinero.— Le grita el conductor que se había bajado del auto, antes de darle una patada. Yo niego con la cabeza, se que de José se puede esperar cualquier cosa, pero siempre me sorprendo. —Mi madre llega en el momento que el auto se va—¡Hijo mío! ¿Que te hicieron?— Dice llorando y abrazándolo. Estoy tan molesta que tengo ganas de darle otra patada, ella lo abraza sin importa que mancha su ropa de sangre. Lo han golpeado mucho pero no logro sentir l
Jennifer Stone—No quiero ir.— Gimoteo abrazada a mi almohada, mientras Adriana da vueltas por mi habitación.—Tienes que ir, no puedo creer que él te haya invitado a su compromiso, sabe que te hará daño.—Expresa ella tan molesta como yo, apenas es medio día.—Puedo decir que estoy enferma.— Comienzo a buscar excusas.—se burlara de ti y dirá que eres una cobarde, o peor aun dirá que lo sigues queriendo y por eso te duele verlo con otra.,— Suelta Adriana y esa frase me hace poner de pie inmediatamente, antes muerta que admitir que aun amo a Samir, sobre todo después de todo lo que me ha hecho.—Eso jamás.— Respondo recomponiendo mi cara.—ESA ES LA Jen que conozco, además podemos darle una cucharada de su propio chocolate.— Me dice ella entregándome el teléfono.—¿A qué te refieres?— Cuestiono y ella rueda los ojos—Cinco segundos más adentro de la barriga de tu madre en el momento del parto y serias especial.— Me dice—Oye.— Me quejo por que con esas palabras me dijo que soy medio pe
Jenifer Stone —Cuando vuelvo a la mesa, noto que Alex esta como nervioso —¿Qué sucede?—Cuestiono de inmediato. —Me da pena decírtelo, se que aún es temprano y la celebración apenas comienza.— Comienza a balbucear. —¿Tienes que irte?— Cuestiono. —Sí, ah lo siento…Los niños están llamándome, no pueden dormir si no me ven.— Asegura y yo asiento, no sé porque pero siento que miente. —Está bien, también fue suficiente para mi, espero mi jefe me deje descansar mañana.— Respondo serena tomando mi cartera de la mesa. —Que bueno eres una mujer comprensiva, doy gracias a Dios por haberte conocido.— Expresa ofreciéndome su brazo. Rio con suavidad,— No me conoces en lo absoluto…Soy muy impaciente.— Confieso. —Pero me encantas, eres preciosa.— Me halaga. Estoy de mal humor pero sonrió, se perfectamente que Samir sigue cada uno de mis pasos, no puedo mostrarme triste seria un triunfo para él. —Sabes una cosa, me encantan los niños y quisiera un día conocer a los tuyos.— Informo, el por un
Jennifer Stone.—No quiero ir allá sinceramente.—Me quejo con mi amiga Adriana en mi habitación.—Es tu mamá y la está pasando muy mal sola, no la puedes dejar nos está esperando.— Responde mi amiga con las manos en la cintura.—No estoy diciendo que no voy a ir, te estoy diciendo que no quiero…son dos cosas diferentes.— Le respondo, terminándome de arreglar.—Quede impresionada con la propuesta que le hizo tu ex a su novia.— Me dice ella—No hablemos de eso por favor, él se atrevió a darle a ella todo lo que me negó a mí.— Expreso resentida.—Bueno tú no te quedaras atrás, el señor Alex es más bello que Samir y esta tan forrado como él, te dará la vida que siempre has merecido.— Me asegura—El problema es que no siento nada por el.— Le aclaro.—Hay Amores que nacen con el tiempo.— Me responde ella, dándome ánimos.—¿Conoces a alguno?— Cuestiono.—Por supuesto, mis padres son el ejemplo de ello, mis abuelos los casaron ellos se adiaban y mira como terminaron, somos tres hijas y ellos
Jennifer Stone —Hay yo quede con hambre.— Se queja Adriana cuando nos vamos en su auto. —No podía quedarme allí, No puedo creer que mi madre todavía siga empeñada en eso.— Expreso entre dientes, mientras mi teléfono comienza a repicar, miro el identificador y es mi mama, no quiero que siga atormentándome por lo que apago el teléfono. —Te entiendo, sería horrible que te casaras con él, serias muy infeliz.— Me dice ella, mientras maneja. —Vamos a comer a cualquier lugar.— Sugiero. —Tienes razón, no podemos morirnos de hambre.— Responde contenta, ambas podemos pagar ella tiene un empleo excelente y yo ahora también, por lo menos el pago es excelente. —Estoy comenzando a construir una panadería, era para ella, y mira con lo que me salió.—Estoy muy decepcionada de lo que ella me hizo, a veces pienso que no soy su hija, me trata como una mercancía. —Cada quien da lo que tiene en el corazón, tu eres una de las mejores personas que conozco, siempre has dado el cien por ciento de ti.— Me
Jen Stone Mi madre todavía quiere mortificarme, apenas encendí el teléfono me llegaron cuarenta mensajes de ella, solo leí dos, el resto los borre seguro contenían la misma basura. —¿Cómo puedes dejar ir así la oportunidad de tu vida?, Mateo te aceptara a pesar de estar defectuosa.— Boqueo indignada al leer el primero, de verdad no se que tiene mi madre en la cabeza y sobre todo no sé lo que tiene en el corazón. Leo el siguiente y me quedo sin palabras –Tu padre estaría avergonzado de ti al ver en lo que te has convertido.— Esas palabras fueron dardos a mi alma… Parece que no sintiera ningún tipo de sentimientos por mí, o no se diera cuenta de lo mucho que me lastima, respiro profundo y borro todos los mensajes que en dejo. Nada bueno pueden contener, con dos fue suficiente para hacerme llorar ¿Cómo no puede ponerse por un momento en mis zapatos? El lunes cuando voy a trabajar comenzó una guerra fría entre mi ex y yo, solo nos hablamos por cosas del trabajo y casi no me dirige la