Que bueno que el hermano de Jen se marcho, hay personas que es mejor tener de lejos...A veces también aplica a los ex..¡Gracias por apoyarme y seguir esta historia! ustedes son las mejores las amo
Jennifer Stone—No quiero ir.— Gimoteo abrazada a mi almohada, mientras Adriana da vueltas por mi habitación.—Tienes que ir, no puedo creer que él te haya invitado a su compromiso, sabe que te hará daño.—Expresa ella tan molesta como yo, apenas es medio día.—Puedo decir que estoy enferma.— Comienzo a buscar excusas.—se burlara de ti y dirá que eres una cobarde, o peor aun dirá que lo sigues queriendo y por eso te duele verlo con otra.,— Suelta Adriana y esa frase me hace poner de pie inmediatamente, antes muerta que admitir que aun amo a Samir, sobre todo después de todo lo que me ha hecho.—Eso jamás.— Respondo recomponiendo mi cara.—ESA ES LA Jen que conozco, además podemos darle una cucharada de su propio chocolate.— Me dice ella entregándome el teléfono.—¿A qué te refieres?— Cuestiono y ella rueda los ojos—Cinco segundos más adentro de la barriga de tu madre en el momento del parto y serias especial.— Me dice—Oye.— Me quejo por que con esas palabras me dijo que soy medio pe
Jenifer Stone —Cuando vuelvo a la mesa, noto que Alex esta como nervioso —¿Qué sucede?—Cuestiono de inmediato. —Me da pena decírtelo, se que aún es temprano y la celebración apenas comienza.— Comienza a balbucear. —¿Tienes que irte?— Cuestiono. —Sí, ah lo siento…Los niños están llamándome, no pueden dormir si no me ven.— Asegura y yo asiento, no sé porque pero siento que miente. —Está bien, también fue suficiente para mi, espero mi jefe me deje descansar mañana.— Respondo serena tomando mi cartera de la mesa. —Que bueno eres una mujer comprensiva, doy gracias a Dios por haberte conocido.— Expresa ofreciéndome su brazo. Rio con suavidad,— No me conoces en lo absoluto…Soy muy impaciente.— Confieso. —Pero me encantas, eres preciosa.— Me halaga. Estoy de mal humor pero sonrió, se perfectamente que Samir sigue cada uno de mis pasos, no puedo mostrarme triste seria un triunfo para él. —Sabes una cosa, me encantan los niños y quisiera un día conocer a los tuyos.— Informo, el por un
Jennifer Stone.—No quiero ir allá sinceramente.—Me quejo con mi amiga Adriana en mi habitación.—Es tu mamá y la está pasando muy mal sola, no la puedes dejar nos está esperando.— Responde mi amiga con las manos en la cintura.—No estoy diciendo que no voy a ir, te estoy diciendo que no quiero…son dos cosas diferentes.— Le respondo, terminándome de arreglar.—Quede impresionada con la propuesta que le hizo tu ex a su novia.— Me dice ella—No hablemos de eso por favor, él se atrevió a darle a ella todo lo que me negó a mí.— Expreso resentida.—Bueno tú no te quedaras atrás, el señor Alex es más bello que Samir y esta tan forrado como él, te dará la vida que siempre has merecido.— Me asegura—El problema es que no siento nada por el.— Le aclaro.—Hay Amores que nacen con el tiempo.— Me responde ella, dándome ánimos.—¿Conoces a alguno?— Cuestiono.—Por supuesto, mis padres son el ejemplo de ello, mis abuelos los casaron ellos se adiaban y mira como terminaron, somos tres hijas y ellos
Jennifer Stone —Hay yo quede con hambre.— Se queja Adriana cuando nos vamos en su auto. —No podía quedarme allí, No puedo creer que mi madre todavía siga empeñada en eso.— Expreso entre dientes, mientras mi teléfono comienza a repicar, miro el identificador y es mi mama, no quiero que siga atormentándome por lo que apago el teléfono. —Te entiendo, sería horrible que te casaras con él, serias muy infeliz.— Me dice ella, mientras maneja. —Vamos a comer a cualquier lugar.— Sugiero. —Tienes razón, no podemos morirnos de hambre.— Responde contenta, ambas podemos pagar ella tiene un empleo excelente y yo ahora también, por lo menos el pago es excelente. —Estoy comenzando a construir una panadería, era para ella, y mira con lo que me salió.—Estoy muy decepcionada de lo que ella me hizo, a veces pienso que no soy su hija, me trata como una mercancía. —Cada quien da lo que tiene en el corazón, tu eres una de las mejores personas que conozco, siempre has dado el cien por ciento de ti.— Me
Jen Stone Mi madre todavía quiere mortificarme, apenas encendí el teléfono me llegaron cuarenta mensajes de ella, solo leí dos, el resto los borre seguro contenían la misma basura. —¿Cómo puedes dejar ir así la oportunidad de tu vida?, Mateo te aceptara a pesar de estar defectuosa.— Boqueo indignada al leer el primero, de verdad no se que tiene mi madre en la cabeza y sobre todo no sé lo que tiene en el corazón. Leo el siguiente y me quedo sin palabras –Tu padre estaría avergonzado de ti al ver en lo que te has convertido.— Esas palabras fueron dardos a mi alma… Parece que no sintiera ningún tipo de sentimientos por mí, o no se diera cuenta de lo mucho que me lastima, respiro profundo y borro todos los mensajes que en dejo. Nada bueno pueden contener, con dos fue suficiente para hacerme llorar ¿Cómo no puede ponerse por un momento en mis zapatos? El lunes cuando voy a trabajar comenzó una guerra fría entre mi ex y yo, solo nos hablamos por cosas del trabajo y casi no me dirige la
Jennifer Stone —Si me hubieses hecho caso desde el principio no hubieses pasado por esa humillación.— Me dice el caminando a mi lado, me detengo e intento golpearlo, el corre y yo detrás como unos locos. —¡Me las vas a pagar!— Chillo y me quito los zapatos de tacón y se los lanzo, pero no le pego. El se carcajea al verme tan molesta y yo me pongo mas brava. —¡Cuando te agarre me las vas a pagar!— Le grito, persiguiéndolo de forma inmadura, y comenzamos a correr alrededor de un árbol. —¡Maldito, deja que te agarre cobarde!— Grito como si hubiese perdido la razón y el se detiene abruptamente, tropiezo con él y caigo de nalgas en el suelo, lastimándome. —¡Todas las cosas malas que pasan en mi vida son tu culpa!— LO acuso y me pongo a llorar. El se pone de rodillas y me dice—No me escuchaste.—, tomo un puño de tierra y se lo lanzo a la cara. —¡Estás loca!, chilla cegado. —Sí y todo es culpa tuya.— Le respondo, riendo cuando me levanto el también lo hace y me abraza. —No podía dej
Jennifer Stone En silencio disfruto el olor del perfume de mi ex, durante todo el camino, después de media hora estoy frente a un imponente mansión No digo nada, pero estoy impresionada, le me abre la puerta como siempre y un mayordomo nos abre la puerta de la entrada, trato de no mirar demasiado. En ese momento mi némesis entra a la sala— ¿Qué hace esta mujercita aquí?— Cuestiona altiva señora Soleimani. —Yo la mande a llamar ¿Algún problema?— Cuestiona el señor Soleimani como respuesta. —No la quiero en mi casa. — Puntualiza con los puños apretados. —Pues lo lamento mucho, porque ella se quedara durante un tiempo aquí— Informa Samir — ¿Qué?— Gritamos las dos al unisonó —De ninguna manera. — Repetimos como si estuviésemos sincronizadas. —Los informes de mis investigadores determinaron que el accidente de mi padre fue provocado y todos a mi alrededor, corren peligro. — Explica. — ¿Qué tengo que ver yo en eso?— Cuestiono con la voz temblorosa. —Que tú conoces toda la informa
Jennifer Stone Nos bañamos juntos después de nuestra reconciliación Samir sonríe como un niño y me llena de besos haciéndome sentir que para nuestro amor nada es imposible. Después que nos vestimos el me mira queriendo decirme algo boquea sin saber cómo hacerlo.—Dime lo que tengas que decirme de una vez.— Exclamo preocupada, no puede ser nada bueno. —No sé como decírtelo.— Me explica, desordenando su cabello. —Dilo y ya.— Digo con el pulso acelerado. —Debemos mantener nuestra relación en secreto por un tiempo.— Me dice y mis ojos casi se desorbitan, ¡quiere ocultarme, le doy vergüenza! Es lo primero que pasa por mi cabeza. —No soy de las mujeres que hacen las cosas escondidas y me conoces.— Le respondo caminando de un lado a otro en la habitación, me siento usada, ¡fui tan estúpida! —Detente que no es lo que tú piensas.— Me dice sujetando uno de mis brazos para que no siga con ese ataque nervioso, tengo ganas de salir corriendo de este lugar. —¿Qué pienso según tu?— Cuestgiono