Sé que muchas querían un nuevo amor para Jen, pero el amor de ellos es irrompible, y si el ha estado con otras, pero seamos realistas casi ningún hombre espera casi tres años por una mujer...El estaba dispuesto a rehacer su vida, pero ella volvió poniendo su mundo y su corazón de cabeza de nuevo...Ah, sé que me odiaran por esto, pero este idilio es la calma que precede a la tormenta...
Jennifer StoneEntro a mi habitación y no puedo dormir, espero que en algún momento en entre de nuevo, mi vientre se contrae de la expectativa, lo necesito.Lo de esta mañana no logra clamar en lo absoluto las ganas que le tengo a mi ex, debería haberle dado la vuelta a la hoja hace mucho pero simplemente no puedo.Como si lo estuviese invocando el entra sigiloso en la habitación oscura, me da risa como se tropieza intentando llegar hasta la cama, yo puedo verlo fácilmente, porque mis ojos están acostumbrados a la oscuridad.—Creí que ya no quería venir.— Susurro.—¿Estás loca?, muero por pasar la noche entere contigo, haciéndote el amor una y otra vez.— Me responde, y sus simples palabras hacen que me mojeMe rio cuando comienza a besarme las piernas, yo lo estaba esperando absolutamente desnuda, el aun no lo sabe.—Shiiiii.— Nos va a escuchar todos.— Susurra como si eso fuese suficiente, en el momento del sexo los dos somos un poco escandalosos, amo escucharlo gemir de placer, mient
Jennifer StoneRegreso a mi humilde morada, y a mi realidad esa misma noche, cuando entro a mi habitación todo me parece deprimente.Me siento muy sola, pero es preferible estar sola que mal acompañada, mi madre siempre me está reprochando cosas y no quiero molestar en casa de mi amiga, su segunda hermana es un grano en el trasero—Abrazo a mi almohada, deseando que pase rápidamente el tiempo para que todos sepan lo que hay entre Samir y yo…Una vecina de mi madre que jamás en la vida me ha llamado me llama a media noche.—Elisa ¿Qué sucede?— Cuestiono.—Sabía que no lo sabias, esta tarde tu mama se desmayo entregando pasteles, está en el hospital sola.— Informa.—¿Está bien?— Cuestiono temblando de miedo.—No cariño, lo siento.— Me responde, me coloco un abrigo sobre el pijama unos zapatos y salgo corriendo para allá sin importa qué hora es.Cuando llego a la sala de espera, José esta allí, no quisiera dirigirle de nuevo la palabra después de todo lo que ha hecho, pero es un caso de
Daniella MillerNo entiendo que le sucede a Samir, ¿Cómo puede ser capaz de terminar conmigo?, me miro al espejo buscando un defecto y sinceramente no lo encuentro, soy hermosa ¡es un privilegio para cualquiera casarse conmigo!Tengo muchos hombres detrás de mí, y no sé que me sucede con Samir, desde que lo conocí me trato con indiferencia y eso ¡me volvió loca!, sé que es contradictorio pero no pude dejar de pensar en el, desde que nos conocimos.Por medio de mi padre logre acercarme, pero él nunca ha demostrado gran interés en mi, ni en las mujeres en general, a veces llegue a pensar que tenia gustos diferentes, hasta que un día me pidió que fuese su novia.Sé que todo es por interés económico, la fusión de la empresa de mi padre y la suya, nos haría imparables, pero no me importo…Sin embargo de un momento a otro me dice que lo mejor es que terminemos.No pienso aceptarlo de ninguna manera, no seré el hazme reír de todos, una llamada telefónica cambia todo.—Hola querida, se que tu
Jennifer Stone El día siguiente en la oficina mis compañeros de trabajo hacen el intento de tratarme como siempre. —Buenos días Jen ¿Cómo estás?— Me saluda la recepcionista. —Muy bien gracias a Dios.— Respondo y sigo adelante viendo el reloj —Debe ser duro ver a tu ex seguir adelante.— Suelta indiscreta, sonrió de forma falsa —Le deseo lo mejor a Samir, lo de nosotros paso hace mucho tiempo.— Le respondo pidiendo el ascensor. —No tienes que apurarte, hoy tu ex llega tarde intento avisarte pero no le cayó la llamada, va con su novia a ver a la obstetra.— Dice sin quitarme la vista de encima. —¿En serio?, lo imagino, mi teléfono se me cayó ayer y se daño por completo.— Respondió tratando cambiar el tema. —La señora Daniela está muy emocionada, quiere que sea niña.— Sigue la mujer, y sé que trata de molestarme. —Sería muy lindo, creo que voy mejor por un teléfono nuevo, el jefe se va a tardar.— Respondo y salgo de allí, no sé cuánto tiempo pueda soportar situaciones como esta. T
Señora Stone —Buenos días, señor Soleimani la señora Stone ya está fuera de peligro, con los cuidados necesarios pronto estará como nueva— Informa la enfermera a Samir No sé que hace llamándola eso me molesta demasiado, ella cuelga uno una sonrisa satisfecha y da media vuelta encontrándose conmigo de frente. — ¿Qué hace usted de pie? ¡Esta de reposo absoluto!— Chilla alterada. — ¿Qué haces tú informándole de mi estado al inútil de Samir?— Cuestiono yo con las manos en la cintura, si no me mato el primer infarto, los disgustos lo harán Solo escuchar el nombre del tipo ese me revuelve las tripas.—El señor Samir es quien paga por mis servicios como enfermera, que no son nada baratos y además corrió con todos los gastos que tuvo usted en la clínica— Me informa ella. — ¿De dónde sacaría el dinero?, el no tiene donde caerse muerto...— Suelto, con la idea de devolverle cada centavo, no me gustaría deberle un favor a ese inútil — ¿Hablamos del mismo hombre? Creo que no, el señor Soleima
Jennifer Stone Esta cercanía con Samir esta volviéndome loca, lo amo y me ama ante todos está felizmente comprometido con Daniella y yo estoy acá a las sombras…Intento por todos los medios posible en no ceder, no estoy dispuesta a convertirme en su amante, no es justo para mí. Apenas le entrego el café de la mañana, comienza mi tortura…Nuestros dedos se rozan y nuestro cuerpo habla lo que nuestros corazones gritan, mi piel se eriza y me aparto rápido. —Delicioso. — Susurra, saboreando el café, así comienza mi jornada laboral, Alguien toca la puerta él dice –Adelante— La persona abre la puerta y lleva un hermoso ramo de margaritas, —La señorita Jennifer Stone. — Pronuncia el repartidor, no necesito ser adivina para saber de quién es, pero ninguno sospechara que las flores me las envía Samir. —Soy yo. — Le digo recibiéndolas, no sé si reír o llorar, estas son cosas pequeñas que me mantiene enamorada. —Firme acá por favor. — Dice el repartidor, las coloco en mi escritorio y firmo.
Jennifer StoneSalgo de mi trabajo con muchas emociones encontradas, se que debería alejarme de Samir, que es lo correcto, el va a tener un hijo con otra mujer, debería darle la oportunidad de ser feliz con una familia completa.Pero algo dentro de mí lo impide, solo imaginar no verlo más, hace que mi corazón se comprima del dolor, no fue fácil dejarlo ir la primera vez, pero tenía mucha rabia, dolor…Esta vez solo prevalecen los sentimientos que se negaron a morir, y están más fuertes que nunca.Cuando estoy a una cuadra del trabajo, Samir detiene su BMW a mi lado baja la ventanilla y me ordena.— Sube.— Serio.—Estoy cansada quiero ir a casa.— Le respondo, tratando de evitar caer en la tentación de nuevo, si subo a ese auto seguramente terminare en su cama.—¿Por qué tienes que llevarme la contraria en todo? O subes o te subo.— Me apretando el volante con fuerza.—No serias capaz.— Respondo viendo hacia los lado nerviosa.—¿Quieres probar?— Cuestiona determinado abrien
Jennifer Stone.Salgo con una caja con mis cosas de la oficina, al medio día como lo habíamos planificado, mis amigas se me acercan y comienzan a darme palabras de apoyo.—Sabemos que esto solo es una confusión, seguiremos investigando para encontrar al verdadero culpable. — Promete Martha. —Agradezco que confíen en mí. — Murmuro limpiándome la nariz, últimamente estoy muy sensible yo no soy así de llorona, normalmente.—Te conocemos bien, sabemos que eres incapaz de hacer algo como eso, no entiendo como el señor Samir te despidió sin antes investigar bien todo.— Se queja Marie—Confió en Dios, entre cielo y tierra no hay nada oculto, tarde o temprano la verdad saldrá a la luz— Respondo un poco desganada, este plan de Samir no me gusta, pero sé que es lo mejor que podemos hacer por ahora.En ese momento se acerca Daniella con sus aires de superioridad— Botarte es lo menos que te mereces, Samir debió enviarte a la cárcel, allí es donde deben estar las personas como tu. — Asegura, vién