Estaba dándole las instrucciones de llamar a Elora a su asistente, cuando la puerta del despacho empezó a ser golpeada y la voz de su esposa se escuchó. —Sé que llegaste y estás allí, ábreme que debemos hablar —gritó la mujer golpeando con más fuerza la puerta. —¡M@ldita mujer! ¿Por qué tiene que aparecerse justo ahora? Trata de entretenerla y llama a Elora y dile que venga, he decido hablar con ella personalmente, esa no es una conversación que debamos tener a través de una llamada telefónica.Respondió pensando que quizás Elora podía ayudarlo a bajar esa enorme erección en su pantalón, que le había dejado la chiquilla inexperta. "No vengas ahora con eso, te ha calentado más que cualquier otra mujer", refutó su conciencia con burla. —Está bien señor Kyriakidis, lo haré como me está ordenando —su asistente salió por la otra puerta, dejándolo solo en el despacho. Apenas quedó solo, su mente se llenó de imágenes sobre la chica en su apartamento, dio un golpe en la mesa furioso, mie
Elora miró a Adara con una expresión amenazante, por lo cual esta terminó intimidada, sabía que la otra mujer era una alimaña peligrosa, y aún le faltaba mucho por descubrir.—No es nada Ares… Tengo tiempo que no contacto con esta mujer, solo sé que está casada con Dion Markou y es tu amante ¿Cómo has podido caer tan bajo? —lo interrogó la mujer mirándolo de forma despectiva.—Definitivamente, Adara, eres una mujer sorprendente, no es halago, sales diciendo que he caído bajo por tener como amante a Elora y ¿Tú que tienes que decir? Porque hace un momento aceptaste compartir cama con ella para estar conmigo, por si no te has dado cuenta eso te convierte en la más hipócrita de todas las mujeres —refutó Ares.—¡Si lo hice! ¿Sabes por qué? Porque aún tengo sentimientos hacia ti y era la única manera de volver a acostarme contigo, porque conmigo sola no ibas a querer estar —expresó con un atisbo de dolor en su expresión.—Es bueno que lo tengas claro, hubo un tiempo en el cual fuiste lo má
Ares la tiró en la cama, comenzó a devorar su boca con pasión, chupaba sus labios como un poseso, al tiempo que restregaba su pen3 en su pelvis, sacándole a la chica un gemido mezcla de sorpresa y excitación al sentir la dureza del hombre. Calli sintió miedo, ella no quería entregarse aún a él, porque no estaban casados, ella quería primero ser su esposa ante Dios y los hombres y allí si estaría preparada parada ese paso, sin embargo, era inevitable sentirse abrumada por la personalidad de Ares, era tan arrolladora que temía terminara convenciéndola, porque el hombre tenía la capacidad de nublar sus sentidos al punto de anular todos sus pensamientos y convicciones. Ese hombre tenía la impresión que podía ser su bendición y maldición al mismo tiempo y eso la llenaba de un profundo temor. Ares ajeno a los pensamientos de la chica y a ese miedo que ella percibía, se abandonó a la pasión, se dejó desbordar, porque siempre fue un hombre sexualmente activo y desde hacía un par de días no
Salió de allí alejándose de ella como si cientos de demonios lo persiguieran, no sin antes pasar seguro a la puerta del departamento, aunque ese acto no lo hizo intencional fue más un acto involuntario.Se fue a un bar, dónde pidió una botella de Whisky con un vaso y se sentó en una de las mesas más apartadas aledaña a un rincón de la barra a tomársela, llamó a su hermano Hades para pedirle que fuera a acompañarlo, pero su hermano tenía el celular apagado.Los recuerdos empezaron a inundar su mente, desde el mismo momento cuando supo que Adara estaba embarazada de sus gemelas, los recuerdos sobre sus hijas, sobre todo los de Basha y la imagen de ella ya sin vida, su promesa de hacer sufrir y pagar a los culpables, eso le causaba un constante estado de desesperación.Luego el rostro de Calli, su momento de intimidad con ella, las sensaciones que percibió en el preciso instante en que comenzó a tocarla, y cuando se introdujo en su cuerpo, eran las emociones más intensas que había tenido
Ares suspiró, sabiendo que lamentablemente no podía olvidarse de su venganza, era imposible desistir de ella, no iba a dejarla a un lado estaba obligado a ejecutarlo, se lo debía a Basha, además, no podía terminar enamorándose de la mujer por cuyas venas corría la sangre del hombre responsable de su muerte. Cerró su corazón a todas esas emociones, que amenazaban con brotar de su interior y expresó con un tono de voz más dura de lo que esperaba. —Termina de arreglarte para que vengas a nuestra boda… intenté traer a tu padre para que estuviese con nosotros en este momento tan especial, pero no pudo estar, se fue de viaje y no podrá acompañarnos. Pese a ello, ya todo está arreglado, al llegar te encontrarás con tu boda de ensueño. —¡Está bien allí estaré! No sabes lo ansiosa que estoy de ser tu esposa… ya verás que te haré el hombre más dichoso del mundo —pronunció la chica esbozando una sonrisa, que iluminó su rostro, siendo evidente que no podía ocultar su creciente alegría. Hablaro
La mujer se fue acercando a Calli poco a poco, manteniendo la mirada fija en ella, por un momento la chica se quedó viéndola con duda, era la misma voz de la mujer que la buscó en la puerta del apartamento de Ares, y pese a que Elora le había dicho que no le hiciera caso porque era una resentida, que solo quería mal ponerlo, algo en su interior le repetía que no era cierto. Se quedó viendo a la mujer a los ojos, su mirada era limpia, los tenía de color chocolate como los suyos, aunque los suyos eran más claros, ella le inspiraba confianza, no le parecía una mala mujer, le tendió la mano y ella alzó la suya para tocarse los dedos, más cuando casi se iban a palpar, Ares colocó su mano en el antebrazo y la hizo bajar la mano.—Adara… vete de aquí, si no lo haces me veré obligado a mandarte a echar con los de seguridad… pese a que no lo creas y a pesar de cómo te comportaste en el pasado te guardo cierta consideración por el pasado que compartimos, pero no juegues con tu suerte. No te met
Ares dio varios pasos, debatiéndose entre regresar dónde estaba Elora y complacerla o irse con Calli, miró hacia la limusina con preocupación, no sabía que estaba sucediendo, no obstante, sintió una fuerte opresión en el pecho, miró a uno de los guardaespaldas y tomó una decisión, sabía que las consecuencias de lo que haría serían nefasta, pero después lidiaría con eso.Diez minutos después, entró a la habitación, antes de dar su tercer paso la mujer se le lanzó encima y lo abrazó.—¡Espera Elora! —exclamó Ares, tratando de liberarse de su agarre—. Quiero que hoy sea diferente, gírate, déjame cubrirte los ojos y de allí voy a ir acariciándote poco a poco. Hoy te haré la mujer más feliz del mundo.Esas palabras causaron emoción en Elora, se giró de nuevo frente a él y lo abrazó por el cuello, uniendo sus labios con los suyos. Ares volvió a alejarla, se colocó detrás de ella y cubrió sus ojos con una venda.—Espera un par de segundos —abrió la puerta de la habitación—. A partir de este
Respiró profundo, para tratar de disolver ese nudo que presionaba su garganta.—¡No Calli! Lo único que tengo de dios es el nombre y de uno no muy bueno, porque mi padre era un obsesionado de la mitología griega y quiso ponernos a todos sus hijos nombre de algunos dioses, no soy un ser superior, ni soy inalcanzable, soy una persona malvada, egoísta, vengativa. Sin embargo, tú si eres muy superior a mí —le dijo acariciando suavemente su mejilla, para después unir sus labios suavemente con ella—. Eres muy valiosa Calli, mucho más a cualquiera, tienes cualidades tan extraordinarias que hoy día las personas no tienen, tú eres como una especie de ser celestial o fantástico, nunca pensé que en el este mundo tan dañado existiera alguien como tú. La abrazó con tanta fuerza como si quisiera grabársela en la piel.—Tengo sueño Ares, no quiero dormirme, me encanta hablar contigo, aunque a la vez siento que tus palabras son como una especia de arrullo —volvió a bostezar.—Duerme mi pequeña hada,