La mujer se fue acercando a Calli poco a poco, manteniendo la mirada fija en ella, por un momento la chica se quedó viéndola con duda, era la misma voz de la mujer que la buscó en la puerta del apartamento de Ares, y pese a que Elora le había dicho que no le hiciera caso porque era una resentida, que solo quería mal ponerlo, algo en su interior le repetía que no era cierto. Se quedó viendo a la mujer a los ojos, su mirada era limpia, los tenía de color chocolate como los suyos, aunque los suyos eran más claros, ella le inspiraba confianza, no le parecía una mala mujer, le tendió la mano y ella alzó la suya para tocarse los dedos, más cuando casi se iban a palpar, Ares colocó su mano en el antebrazo y la hizo bajar la mano.—Adara… vete de aquí, si no lo haces me veré obligado a mandarte a echar con los de seguridad… pese a que no lo creas y a pesar de cómo te comportaste en el pasado te guardo cierta consideración por el pasado que compartimos, pero no juegues con tu suerte. No te met
Ares dio varios pasos, debatiéndose entre regresar dónde estaba Elora y complacerla o irse con Calli, miró hacia la limusina con preocupación, no sabía que estaba sucediendo, no obstante, sintió una fuerte opresión en el pecho, miró a uno de los guardaespaldas y tomó una decisión, sabía que las consecuencias de lo que haría serían nefasta, pero después lidiaría con eso.Diez minutos después, entró a la habitación, antes de dar su tercer paso la mujer se le lanzó encima y lo abrazó.—¡Espera Elora! —exclamó Ares, tratando de liberarse de su agarre—. Quiero que hoy sea diferente, gírate, déjame cubrirte los ojos y de allí voy a ir acariciándote poco a poco. Hoy te haré la mujer más feliz del mundo.Esas palabras causaron emoción en Elora, se giró de nuevo frente a él y lo abrazó por el cuello, uniendo sus labios con los suyos. Ares volvió a alejarla, se colocó detrás de ella y cubrió sus ojos con una venda.—Espera un par de segundos —abrió la puerta de la habitación—. A partir de este
Respiró profundo, para tratar de disolver ese nudo que presionaba su garganta.—¡No Calli! Lo único que tengo de dios es el nombre y de uno no muy bueno, porque mi padre era un obsesionado de la mitología griega y quiso ponernos a todos sus hijos nombre de algunos dioses, no soy un ser superior, ni soy inalcanzable, soy una persona malvada, egoísta, vengativa. Sin embargo, tú si eres muy superior a mí —le dijo acariciando suavemente su mejilla, para después unir sus labios suavemente con ella—. Eres muy valiosa Calli, mucho más a cualquiera, tienes cualidades tan extraordinarias que hoy día las personas no tienen, tú eres como una especie de ser celestial o fantástico, nunca pensé que en el este mundo tan dañado existiera alguien como tú. La abrazó con tanta fuerza como si quisiera grabársela en la piel.—Tengo sueño Ares, no quiero dormirme, me encanta hablar contigo, aunque a la vez siento que tus palabras son como una especia de arrullo —volvió a bostezar.—Duerme mi pequeña hada,
Hefesto se quedó viéndolo con incredulidad, le costaba creer en las palabras de su hermano, sencillamente, porque Ares no era hombre de enamorarse, una sola vez le pareció verlo enamorado, fue de la madre de sus hijas, aunque más tarde el amor se fue tan rápido como llegó, por eso aparte de por sus dos hijas, nunca lo vio expresar amor por ninguna mujer, las cambiaba como hacerlo de calcetines o ropa interior, no creaba vínculo con nadie a excepción de con Elora, con quien tenía una especie de conexión, sin embargo, no era amor.—¡Estás mintiendo! —exclamó Hefesto, obstruyéndole el paso.—Es tu problema si no quieres creerme, ¡Apártate del medio! Respecto a lo otro no te preocupes, ya veré como soluciono eso —bordeó a su hermano pasándole, por un lado, y caminó por las escaleras del avión con la chica en brazos.—No le vayas a hacer daño, por favor —pidió Hefesto, mirándolo subir.La aeromoza le indicó los asientos y Ares negó con la cabeza.—No, a ella voy a recostarla en la cama de
Ella sonrió feliz ante las palabras de Ares, le gustaba esa forma de tratarla, se sentía tan bien juntó a él. —Ares, yo nunca podría vivir sin ti, sé que es poco tiempo conociéndonos, pero lo que siento por ti es tan fuerte que si algún día me faltaras o supiera que tu amor no es verdadero, preferiría tirarme a un río y morir —expresó con seriedad y el cuerpo de Ares se estremeció de miedo.Él la levantó acostándola en su pecho.—¡Nunca vuelvas a decir eso Calli! Prométeme que jamás atentarás contra tu vida —pidió Ares con miedo. Ella lo vio tan asustado y solo sonrió.—No te asustes tontito, eso en la vida nunca va a suceder, porque jamás me vas a dejar y tú me amas de verdad ¿Cierto? —preguntó.No obstante, Ares se sentía miserable, ni siquiera pudo responder a esa pregunta, porque sabía que no sería sincero, pese a que ahora tenía ciertos sentimientos por ella, no podía evitar el miedo a que Calli descubriera en algún momento sus razones para haberla buscado, es no lo dejaba estar
El cuerpo de Ares se tensó al escuchar la voz de Calli, sobre todo por las preguntas que ella le estaba formulando, llegó de forma tan silenciosa que no la escuchó, se levantó de la arena y se giró hacia ella, sin poder simular la sorpresa que le ocasionó su llegada.Su mente estaba en blanco, no sabía que responderle, porque ni loco le diría la verdad, no ahora cuando decidió darse una oportunidad y quería ver hasta donde lo llevaba esa relación.La tomó de la mano, sin decir nada, la acercó a su cuerpo, se escondió en su cuello y comenzó a besarla.—¿Me dirás quien es esa Basha? ¿Por qué le decías que lo lamentabas? —al volverla a escuchar preguntar, sintió un poco de nervios.Los engranajes de su cerebro se activaron, su conciencia corrió en su auxilio «Quizás puedas optar por una verdad a medias», le dijo mentalmente, mientras trataba de construir una nueva verdad ajustada lo más posible a la realidad, incorporó la cabeza y se quedó viéndola a esos ojos tan expresivos que daban la
El cuerpo de la joven se estremeció, sintiéndolo incendiarse como si se tratarán de leños en una fogata, Ares la giró dejándola boca abajo, comenzó a besarla recorriendo su espalda, al mismo tiempo que sacaba la punta de su lengua y probaba su exquisito sabor. La chica arqueó su columna hacia arriba para darle mayor acceso.Un suave jadeo salió de la boca de Calli al sentir el contacto del hombre en su cuerpo, el corazón de Ares golpeaba su pecho de manera frenética.—Mi hermosa y dulce Calli, eres increíble, nunca pensé encontrar la perfección en ti —pronunció el hombre de manera seductora, hasta llegar al hueco de su columna dónde se deleitó acariciando con suavidad su derrier.El cuerpo de la pequeña Calli tembló producto de la excitación, mientras él descendía hasta llegar al punto ciego de su cuerpo, ella gimió intentando alejarse, pero él la retuvo sosteniéndola por sus caderas, de allí bajó hasta llegar a ese hinchado botoncito que recorrió con su lengua.Su intimidad se humed
Egan, terminó sentándose de golpe en la silla al escuchar las palabras de Ares, por un momento, se quedó por completo mudo, no sabía ni que decir, le parecía increíble todo lo que estaba ocurriendo.—Egan ¿Estás allí? ¿No vas a decir nada? —inquirió Ares, sin poder controlar esa sensación de peligro.—¡Mierd4! —fue la única expresión de sorpresa que pudo pronunciar Egan.Aunque siempre trataba con respeto a su jefe, en ese momento se podía decir que estaba prácticamente en shock, porque nunca, durante el tiempo que tenía de conocer a su jefe, le escuchó decir que estaba enamorado de alguien.—Es lo mínimo que provoca mi confesión, lo sé… Egan tienes que ayudarme, por favor, necesito liberarme de ese matrimonio, debo buscarle un sitio hermoso, seguro para llevar a vivir a Calli, lejos de la ciudad, donde ni siquiera sea posibles las comunicaciones, donde ni Adara ni Elora lo sepan, no quiero contacto entre ellas.El hombre sabía que era una locura, casi un secuestro lo que estaba haci