Calli mordió su labio inferior con una expresión de timidez, tomó un mechón de su cabello y se lo acomodó detrás de la oreja, estaba cohibida, sentía su rostro arder de la vergüenza, su corazón golpeaba con violencia en su pecho, porque nunca imaginó que un hombre como él pudiera fijarse en ella, aunque no sabía si era muy pronto, no tenía idea de cómo se daban las relaciones de pareja, al final se dejó llevar por la atracción y esas sensaciones que el hombre la hacía sentir.—Sí, acepto ser su n-novia —expresó con una sonrisa que iluminó su rostro, mientras Ares sonrió con satisfacción, no por la respuesta en sí, sino porque significaba el inicio de su venganza.—Empieza entonces por tutearme, llámame Ares —con esas palabras acercó su boca a la de ella, unió sus labios a los suyos en un suave beso, el cual interrumpió, alejándose de inmediato al sentir una especie de corriente recorrerlo.—Lo siento Ares ¿Hice algo malo? —preguntó preocupada porque a él le haya desagradado el beso.
Calli sintió su corazón palpitar con fuerza en su pecho, sus piernas parecían como hojas que estuviesen siendo mecidas por la acción del viento, se puso pálida, después de un tiempo, no supo calcular cuánto, se obligó a abrir los ojos y un pequeño grito salió de su boca, mas antes de poder detallar bien la imagen, se abrió la puerta y la figura imponente de Ares llenó la habitación.La vio palidecer y se acercó a ella, tomándola del brazo, no contaba con que la joven se apartara y se dirigiera a las enfermeras.—Por favor enfermera… —titubeó sintiéndose nerviosa por lo que haría—. No deseo recibir ninguna visita.Mientras ella hablaba con la enfermera, Ares vio el teléfono celular en la mano, se lo arrebató y vio las imágenes suyas con Elora. Apretó los dientes con rabia.“Maldita mujer, con su putería va a destruir mis planes”.Calli miró la expresión en el rostro del hombre y se dio cuenta de que es verdad.—Salgan todos, quiero estar sola —susurró percibiendo sus lágrimas las cuale
Ares decidió llevar a Calli de nuevo al apartamento, luego que la dieron de alta, subieron al auto e hicieron el recorrido tomado de las manos, pero en completo silencio, sin embargo, él no dejaba de verla por el rabillo del ojo, no se perdía detalle de sus expresiones, ella sonreía feliz y de repente se sintió atraído por esa sonrisa, si la hubiese conocido en otras circunstancias, quizás se habría enamorado.La ayudó a bajar del auto, le tomó la mano y juntos caminaron al ascensor.Apenas se cerró la puerta, tomó su rostro la vio por unos segundos y unió su boca con la de ella, se introdujo con su lengua en la boca, y succionó su lengua, fue un contacto avasallador, profundo, la devoró como un hambriento, al mismo tiempo la alzó un poco y se retorció contra ella, haciéndola sentir la fuerza de su excitación.—Te deseo, aquí y ahora —le dijo y la chica se sintió nerviosa.—No. Yo quiero ser tu esposa antes de dar ese paso, es fornicación hacerlo sin antes casarnos, eso me dijo la mad
Estaba dándole las instrucciones de llamar a Elora a su asistente, cuando la puerta del despacho empezó a ser golpeada y la voz de su esposa se escuchó. —Sé que llegaste y estás allí, ábreme que debemos hablar —gritó la mujer golpeando con más fuerza la puerta. —¡M@ldita mujer! ¿Por qué tiene que aparecerse justo ahora? Trata de entretenerla y llama a Elora y dile que venga, he decido hablar con ella personalmente, esa no es una conversación que debamos tener a través de una llamada telefónica.Respondió pensando que quizás Elora podía ayudarlo a bajar esa enorme erección en su pantalón, que le había dejado la chiquilla inexperta. "No vengas ahora con eso, te ha calentado más que cualquier otra mujer", refutó su conciencia con burla. —Está bien señor Kyriakidis, lo haré como me está ordenando —su asistente salió por la otra puerta, dejándolo solo en el despacho. Apenas quedó solo, su mente se llenó de imágenes sobre la chica en su apartamento, dio un golpe en la mesa furioso, mie
Elora miró a Adara con una expresión amenazante, por lo cual esta terminó intimidada, sabía que la otra mujer era una alimaña peligrosa, y aún le faltaba mucho por descubrir.—No es nada Ares… Tengo tiempo que no contacto con esta mujer, solo sé que está casada con Dion Markou y es tu amante ¿Cómo has podido caer tan bajo? —lo interrogó la mujer mirándolo de forma despectiva.—Definitivamente, Adara, eres una mujer sorprendente, no es halago, sales diciendo que he caído bajo por tener como amante a Elora y ¿Tú que tienes que decir? Porque hace un momento aceptaste compartir cama con ella para estar conmigo, por si no te has dado cuenta eso te convierte en la más hipócrita de todas las mujeres —refutó Ares.—¡Si lo hice! ¿Sabes por qué? Porque aún tengo sentimientos hacia ti y era la única manera de volver a acostarme contigo, porque conmigo sola no ibas a querer estar —expresó con un atisbo de dolor en su expresión.—Es bueno que lo tengas claro, hubo un tiempo en el cual fuiste lo má
Ares la tiró en la cama, comenzó a devorar su boca con pasión, chupaba sus labios como un poseso, al tiempo que restregaba su pen3 en su pelvis, sacándole a la chica un gemido mezcla de sorpresa y excitación al sentir la dureza del hombre. Calli sintió miedo, ella no quería entregarse aún a él, porque no estaban casados, ella quería primero ser su esposa ante Dios y los hombres y allí si estaría preparada parada ese paso, sin embargo, era inevitable sentirse abrumada por la personalidad de Ares, era tan arrolladora que temía terminara convenciéndola, porque el hombre tenía la capacidad de nublar sus sentidos al punto de anular todos sus pensamientos y convicciones. Ese hombre tenía la impresión que podía ser su bendición y maldición al mismo tiempo y eso la llenaba de un profundo temor. Ares ajeno a los pensamientos de la chica y a ese miedo que ella percibía, se abandonó a la pasión, se dejó desbordar, porque siempre fue un hombre sexualmente activo y desde hacía un par de días no
Salió de allí alejándose de ella como si cientos de demonios lo persiguieran, no sin antes pasar seguro a la puerta del departamento, aunque ese acto no lo hizo intencional fue más un acto involuntario.Se fue a un bar, dónde pidió una botella de Whisky con un vaso y se sentó en una de las mesas más apartadas aledaña a un rincón de la barra a tomársela, llamó a su hermano Hades para pedirle que fuera a acompañarlo, pero su hermano tenía el celular apagado.Los recuerdos empezaron a inundar su mente, desde el mismo momento cuando supo que Adara estaba embarazada de sus gemelas, los recuerdos sobre sus hijas, sobre todo los de Basha y la imagen de ella ya sin vida, su promesa de hacer sufrir y pagar a los culpables, eso le causaba un constante estado de desesperación.Luego el rostro de Calli, su momento de intimidad con ella, las sensaciones que percibió en el preciso instante en que comenzó a tocarla, y cuando se introdujo en su cuerpo, eran las emociones más intensas que había tenido
Ares suspiró, sabiendo que lamentablemente no podía olvidarse de su venganza, era imposible desistir de ella, no iba a dejarla a un lado estaba obligado a ejecutarlo, se lo debía a Basha, además, no podía terminar enamorándose de la mujer por cuyas venas corría la sangre del hombre responsable de su muerte. Cerró su corazón a todas esas emociones, que amenazaban con brotar de su interior y expresó con un tono de voz más dura de lo que esperaba. —Termina de arreglarte para que vengas a nuestra boda… intenté traer a tu padre para que estuviese con nosotros en este momento tan especial, pero no pudo estar, se fue de viaje y no podrá acompañarnos. Pese a ello, ya todo está arreglado, al llegar te encontrarás con tu boda de ensueño. —¡Está bien allí estaré! No sabes lo ansiosa que estoy de ser tu esposa… ya verás que te haré el hombre más dichoso del mundo —pronunció la chica esbozando una sonrisa, que iluminó su rostro, siendo evidente que no podía ocultar su creciente alegría. Hablaro