Calli estaba cohibida, se sentía como una extraña en su propia casa, opinión acentuada cuando la mujer se desenvolvió como dueña y señora del lugar y ella solo se tratara de una invitada.
—Calliope, no estarás en tu antigua habitación, esa es ahora de mi hija Eugenia, tú te ubicarás en el ala izquierda de la casa —habló con firmeza Elora, como para evitarse cualquier reclamo.
—Yo...—empezó a decir, aunque sentía las palabras atragantadas en su garganta, y antes de agregar algo más la mujer tomó la palabra, impidiéndole hablar.
—La razón es simple, tú vienes aquí de visita, solo vas a durar poco tiempo, porque tu padre me dijo que vas a regresar a Londres para tomar los votos, ¿Verdad Dion? —pregunto sin dejar de mirar a su marido, quien permanecía a su lado.
El hombre se sintió un poco incómodo, no obstante, ante el pequeño golpe que recibió en el brazo de la mujer y su insistencia, no le quedó más alternativa, sino confirmar sus palabras.
—Si hija, es necesario que regreses a Londres, porque debes tomar tus votos, quiero verte consagrar tu vida a Dios. —concluyó el hombre con firmeza.
—Está bien papá, se hará como tú digas, ahora voy a descansar, estoy muy agotada —ante sus palabras Elora la detuvo.
—Puedes subir, sin embargo, te quiero en menos de dos horas para la cena —expresó la mujer con firmeza.
—Lo siento señora Elora, me gustaría mejor tomarme un descanso, si no es molestia, no tengo hambre porque comí en el avión —habló la joven sintiéndose un poco tímida, y al mismo tiempo temerosa de hablar.
Calli quería escapar para su propio espacio, no estaba acostumbrada a estar rodeada de mucha gente, porque incluso en el internado, a excepción de cuando estaban en clases que estaba rodeada de gente, el resto del tiempo permanecía en solitario, tenía una sola amiga, una chica española, pese a ello, tampoco era mucho el tiempo compartido.
—Vamos a dejar algo claro Calli, está casa no es un restaurante, si no comes en el horario pautado, entonces te quedarás sin comer, hasta la otra comida o hasta el día siguiente según sea el caso. Pensé que viniendo de un internado de monjas te habían enseñado disciplina, al parecer estaba equivocada porque no fue así —pronunció la mujer sin ocultar su molestia.
» Y yo hasta organicé una cena de bienvenida, incluso preparé la comida con mis propias manos, al parecer, lamentablemente mis esfuerzos han sido desdeñados, ¡No puedo tolerar semejante desaire! —se retiró del lado de ellos, de manera dramática aparentemente ofendida.
—¡Calli! —gritó su padre, haciéndola saltar asustada—. No voy a permitir bajo ningún concepto, que le hagas ese tipo de desaire a Elora, no quiero ver qué se siente mal por culpa de tu actitud indiferente, es mi esposa y todos deben considerarla y respetarla —la reprendió su padre.
—Papá, yo no le he hecho ningún desaire, solo me siento cansada, quería dormir ...—no obstante, al ver el rostro de enojo de su padre y su firmeza en la postura, como siempre terminó cediendo, no le gustaban los conflictos, por eso los evitaba al máximo.
» Está bien papá, lo siento no quería disgustarlos, yo bajaré a la hora pautada —señaló.
Complacido por su decisión, su progenitor, besó su frente.
—Gracias, hija, con eso conoces a Eugenia, una jovencita agradable, te va a gustar.
—Como digas papá —respondió la chica bajando su mirada en una clara docilidad.
La joven subió teniendo tantas interrogantes en su cabeza, quería preguntarle sobre su matrimonio, ¿por qué no le avisó? ¿Por qué se enteró mucho tiempo después? ¿Por qué nunca supo de la relación entre ellos? Sin embargo, Calli no se atrevió a hacer ninguna, le daba temor de su reacción.
Cuando entró a la habitación, se quedó sorprendida al ver su estado, se notaba que no fue arreglada, no solo tenía polvo, también humedad, una cama angosta y una serie de objetos viejos, porque al parecer lo tenían como un depósito.
Miró a un lado y vio las cosas que había tenido guardada en su habitación tiradas, fotografías de su madre, las cuales conservaba con tanto amor, estaban mojadas, deterioradas, las abrazó llevándola a su pecho y no pudo evitar las dos líneas de lágrimas rodar desde sus ojos. Podía salir y exponer a la esposa de su padre, mas no quería causarle disgusto, decidió mejor invertir el tiempo en limpiar, no tenía caso quejarse, si ella podía darle solución por sí misma.
Con todo el cansancio de su cuerpo, comenzó a limpiar y a mover objetos, no solo en la habitación, sino también en el baño, sin embargo, se concentró tanto, que las horas se pasaron sin darse cuenta, cuando vio el reloj, tenía más de cinco horas trabajando y no cumplió la palabra dada a su padre, lo cual la hizo sentir mal, porque seguramente iban a pensar que lo engañó a propósito.
En ese momento, su estómago gruñó producto del hambre, sacó una toalla y ropa limpia, mientras caminaba, sintió un leve mareo y se agarró de la pared, se lo atribuyó a la falta de alimento y al cansancio.
Una vez duchada y vestida, bajó a la cocina, pero todo estaba recogido, cuando iba a revisar la nevera, apareció su madrastra de manera sigilosa, por lo cual no la escuchó, sino cuando habló.
—¡No escuchaste mis palabras! Mi casa no es restaurante, si no bajaste a comer a la hora, debes esperar mañana, ni siquiera puedes tomar agua del refrigerador, aquí hay reglas ahora, debes cumplirlas, no puedes hacer lo que te da la gana —expresó la mujer mirándola con odio—. ¡Nadie te manda a quedarte dormida!
—No estaba durmiendo, sino arreglando la habitación, porque no la mandaron a arreglar —habló la chica, con un tono de voz suave, demasiado apacible.
—¿Vas a acusarme? —la agarró por el brazo y la empezó a hamaquear —¡Anda! Ve y me acusas, nadie va a creerte, no tienes prueba, ya todo está limpio y mientras estabas aquí, mandé a sacar las bolsas de basur4 de tu habitación. Eres demasiado estúpida para enfrentarte a mí. Si quieres comer, ve a la calle, sin embargo, ni se te ocurra molestar a los choferes para eso.
» Y si crees que tu hermano te defenderá estás equivocada, ese no puede ni con su alma, es un muerto en vida, lo tiene bien merecido, por ser el causante de la muerte de Basha, aunque ni eso la va a librar de la furia del padre de la chica —espetó con malicia.
—¡¿El padre de Basha?! ¿Quién es su padre? ¿Usted sabe algo de ellos? —preguntó, sintiendo lástima por esa familia, seguramente estarían sufriendo por la pérdida de su hija, pero ella no podía ayudarlos, nadie podía hacerlo, sintió una opresión en el pecho, y hasta contuvo las lágrimas, las cuales amenazaban con brotar de sus ojos, producto de la tristeza.
—¿Quién te dice que deseo contarte? Ni siquiera deseo establecer ningún vínculo contigo, si no quieres terminar involucrada en algo desagradable, debes regresar pronto a tu convento, si haces caso omiso a mis palabras, después no vayas a decir que no te advertí.
Dicho eso, se retiró, dejándola en la cocina pensativa, con hambre y sin permitirle prepararse ni un poco de comida, no tuvo más alternativa, sino irse a su habitación.
Un par de horas después, debió levantarse, el hambre no la dejaba tranquila, sentía como si su propio estómago estuviera comiéndose las paredes estomacales. Revisó en su cofre, sacó su cartera con un poco de dinero que tenía guardado, lo metió en el monedero y salió.
Elora la vio, sonrió y sin pérdida de tiempo, marcó un número.
—La chica ya está saliendo de la casa, es toda tuya, espero ser muy bien recompensada por eso—habló con coquetería.
"—Tengo muchas formas de recompensas, a su tiempo te dejaré escoger cómo prefieres ser recompensada", le respondió una áspera voz de hombre al otro lado de la línea.
*****
Ares sonrió con malicia, ese momento, no esperaba desaprovecharlo, porque la ratoncita se encontraba vulnerable, fuera de su cueva, justo en la trampa donde la quería tener, pensó. Colocó el GPS y siguió la ruta, marcó otro número telefónico, cuando fue atendido dio la orden.
—El objetivo salió, ya sabes lo que deben hacer, no deben causarle daño físico, solo hacerla sentir mucho miedo —dicho eso cortó con una sonrisa.
Siguió conduciendo, se estacionó relativamente cerca donde pudiera ver todo lo que sucedía, vio a la chica siendo robada por los dos hombres, la despojaron de sus pertenencias, incluso de su calzado, solo cuando ellos se fueron, retomó el recorrido, se estacionó justo a un lado donde ella gritaba asustada.—¡Ayuda! ¡Auxilio! Por favor, alguien que me ayude —gritaba desesperada, mientras las lágrimas bañaban sus mejillas.
Cuando lo vio acercarse, salió huyendo, él corrió detrás de ella, la retuvo entre sus brazos, tratando de calmarla.
—Tranquila, todo está bien, te tengo y no voy a dejarte sola —la sostuvo y la abrazó con fuerza.
Ella se sentía y se veía tan pequeña, por un momento sintió remordimientos por sus futuras acciones, sin embargo, imaginarse el rostro de su hija le hizo desechar cualquier duda que pudiera tener, sobre su venganza, porque ella también era inocente antes de ser destruida por Dorian Markou.
El viento sopló y alzó unas cuantas hebras del cabello de la chica que seguía aferrada a su cuerpo rozando su rostro, fue inevitable inhalar su olor, un aroma dulce y sutil de las violetas con flores blancas.
"Lo lamento mucho, Calliope Markou, pero tú debes pagar por la muerte de mi hija, soy un firme partidario de la ley del Talión, y de su fórmula ojo por ojo y diente por diente, no habrá nadie quien te pueda salvar".
«No es posible tomar venganza de una villanía sino cometiendo otra.»
Petrus Borel.Calli estaba demasiado aterrada, sentía sus piernas entumecidas, pensaba que podía caer desplomada en cualquier momento, no vio venir a los atracadores, a decir verdad ella no estaba acostumbrada al mundo exterior, ni a las maldades a las cuales podía estar expuesta una persona inocente, por eso caminó con confianza sin sospechar que sería objeto de ese ataque.Por más gritos emitidos, nadie acudió en su ayuda para evitarle ser despojada de sus pertenencias, incluso sus zapatos también les fueron arrebatados, por ello quedó descalza, sin dinero, estaba aún sufriendo de la impresión, cuando un hombre apareció, con el susto no lo reconoció al momento, y empezó a correr pidiendo auxilio, creyó que se trataba de otro de los atracadores quien quizás se había regresado para causarle daño, él la alcanzó y la sostuvo en sus brazos, entretanto pronunciaba palabras tranquilizadoras.La jovencita se relajó entre sus brazos, con su voz, su aroma, sus mejillas se sonrojaron, sentía su cuerpo arder
Calliope sintió la mano del hombre en su sex0 y pegó un pequeño brinco, una parte de ella quería salir corriendo, no le parecía correcto lo que estaba sucediendo, pero otra parte de ella, la curiosa, la que de cierta manera se sentía falta de afecto, añoraba sentirse querida, sentía su cuerpo arder, pero al mismo tiempo no pudo dejar de visualizar a la madre superiora."—Calli nunca dejes a un muchacho tocarte allí, si no es tu esposo, porque eso solo está reservado para cuando te unas en matrimonio con el hombre a quien amas.".Recordar esas palabras, fueron como una especie de balde de agua fría para ella, le sostuvo la mano para evitar sus caricias y con la otra mano lo empujó para apartarlo de ella.—No, por favor para esto no está bien... Apenas si lo conozco y la madre superiora siempre me ha dicho…—¿No tienes criterio? ¿Debes invocar las palabras de otra persona y dejarte influenciar por ella? Creí que eras una mujer, no una niña.La voz del hombre era dura, al mismo tiempo d
Calli no pudo evitar sus nervios ante las agresivas palabras del hombre, al punto de que producto de sus nervios terminó haciendo un desastre, sintió su corazón paralizarse súbitamente, sobre todo cuando lo vio acercarse con violencia, la tomó del brazo, la haló con fuerza y la arrojó hacia un lado, sin la mínima consideración.La joven cayó de bruces encima de una mesa, por reflejo ella quiso arrodillarse y sostenerse, pero con el impulso que llevaba, terminó partiendo también el cristal, se cortó las palmas y la muñeca de su mano derecha donde un vidrio se le clavó y la sangre comenzó a surgir a borbotones.Intentó levantarse mas era tan torpe que perdió el equilibrio y se cortó también las rodillas, la sangre empezó a surgir ahora de sus manos y piernas, cuando ella vio que estaba herida, un gemido se ahogó en su garganta.—Estoy herida —balbuceó en voz baja.No obstante, Ares no estaba interesado en Calli en ese momento, sino en las fotografías de su pequeña tiradas en el piso por
Por un momento un atisbo de culpa se abrió paso en el interior de Ares, se dio cuenta de que ella era demasiado joven, y aunque era mayor a Basha, su rostro denotaba más inocencia al de su hija.Sacó un pañuelo de su traje y lo ató con fuerza en su muñeca para evitar que la sangre siguiera fluyendo.—Hades, llama a emergencias, esto requiere de atención médica inmediata —ordenó sin ninguna expresión en su rostro.Mientras su hermano salía, se quedó viéndola por unos segundos, la alzó con cuidado y la llevó a la antigua habitación de Basha, no pudo resistir la tentación y terminó acariciándola, pasando sus nudillos con cuidado por sus mejillas, era tan suave que le daba la impresión de estar tocando copos de algodón.—Siento mucho que seas un daño colateral, en esta guerra entre los Kyriakidis y los Markou. Lamentablemente, Calli, no puedo dejarte ir, debo destruirte como Dorian lo hizo con mi hija y luego de eso, voltear para jamás volver a ver. Terminando de decir esas palabras, en
Calli mordió su labio inferior con una expresión de timidez, tomó un mechón de su cabello y se lo acomodó detrás de la oreja, estaba cohibida, sentía su rostro arder de la vergüenza, su corazón golpeaba con violencia en su pecho, porque nunca imaginó que un hombre como él pudiera fijarse en ella, aunque no sabía si era muy pronto, no tenía idea de cómo se daban las relaciones de pareja, al final se dejó llevar por la atracción y esas sensaciones que el hombre la hacía sentir.—Sí, acepto ser su n-novia —expresó con una sonrisa que iluminó su rostro, mientras Ares sonrió con satisfacción, no por la respuesta en sí, sino porque significaba el inicio de su venganza.—Empieza entonces por tutearme, llámame Ares —con esas palabras acercó su boca a la de ella, unió sus labios a los suyos en un suave beso, el cual interrumpió, alejándose de inmediato al sentir una especie de corriente recorrerlo.—Lo siento Ares ¿Hice algo malo? —preguntó preocupada porque a él le haya desagradado el beso.
Calli sintió su corazón palpitar con fuerza en su pecho, sus piernas parecían como hojas que estuviesen siendo mecidas por la acción del viento, se puso pálida, después de un tiempo, no supo calcular cuánto, se obligó a abrir los ojos y un pequeño grito salió de su boca, mas antes de poder detallar bien la imagen, se abrió la puerta y la figura imponente de Ares llenó la habitación.La vio palidecer y se acercó a ella, tomándola del brazo, no contaba con que la joven se apartara y se dirigiera a las enfermeras.—Por favor enfermera… —titubeó sintiéndose nerviosa por lo que haría—. No deseo recibir ninguna visita.Mientras ella hablaba con la enfermera, Ares vio el teléfono celular en la mano, se lo arrebató y vio las imágenes suyas con Elora. Apretó los dientes con rabia.“Maldita mujer, con su putería va a destruir mis planes”.Calli miró la expresión en el rostro del hombre y se dio cuenta de que es verdad.—Salgan todos, quiero estar sola —susurró percibiendo sus lágrimas las cuale
Ares decidió llevar a Calli de nuevo al apartamento, luego que la dieron de alta, subieron al auto e hicieron el recorrido tomado de las manos, pero en completo silencio, sin embargo, él no dejaba de verla por el rabillo del ojo, no se perdía detalle de sus expresiones, ella sonreía feliz y de repente se sintió atraído por esa sonrisa, si la hubiese conocido en otras circunstancias, quizás se habría enamorado.La ayudó a bajar del auto, le tomó la mano y juntos caminaron al ascensor.Apenas se cerró la puerta, tomó su rostro la vio por unos segundos y unió su boca con la de ella, se introdujo con su lengua en la boca, y succionó su lengua, fue un contacto avasallador, profundo, la devoró como un hambriento, al mismo tiempo la alzó un poco y se retorció contra ella, haciéndola sentir la fuerza de su excitación.—Te deseo, aquí y ahora —le dijo y la chica se sintió nerviosa.—No. Yo quiero ser tu esposa antes de dar ese paso, es fornicación hacerlo sin antes casarnos, eso me dijo la mad
Estaba dándole las instrucciones de llamar a Elora a su asistente, cuando la puerta del despacho empezó a ser golpeada y la voz de su esposa se escuchó. —Sé que llegaste y estás allí, ábreme que debemos hablar —gritó la mujer golpeando con más fuerza la puerta. —¡M@ldita mujer! ¿Por qué tiene que aparecerse justo ahora? Trata de entretenerla y llama a Elora y dile que venga, he decido hablar con ella personalmente, esa no es una conversación que debamos tener a través de una llamada telefónica.Respondió pensando que quizás Elora podía ayudarlo a bajar esa enorme erección en su pantalón, que le había dejado la chiquilla inexperta. "No vengas ahora con eso, te ha calentado más que cualquier otra mujer", refutó su conciencia con burla. —Está bien señor Kyriakidis, lo haré como me está ordenando —su asistente salió por la otra puerta, dejándolo solo en el despacho. Apenas quedó solo, su mente se llenó de imágenes sobre la chica en su apartamento, dio un golpe en la mesa furioso, mie