Calli bajó del avión privado de su familia sintiéndose un poco nerviosa, no era fácil para ella volver a casa y enfrentarse al mundo exterior, después de haber pasado tantos años enclaustrada, en un internado de monjas en Londres, dónde las únicas visitas recibidas durante esos seis años, fue la de su familia.
Y allí se hubiese mantenido, si no es por la intervención de su hermano Dorian, quien habló con su padre para que le permitiera salir, pues este estaba empeñado en consagrar a su única hija a una vida religiosa.
Por eso durante todo ese mes iba a tener la libertad que nunca tuvo, luego de ese tiempo debía regresar a su prisión, si no lograba convencer a su padre, esperaba que con la ayuda de sus hermanos, sobre todo del menor, pudiera lograrlo.
Caminó con premura para chequear su llegada en la casilla de migración, sin embargo, su mirada estaba centrada en suelo, por eso no se dio cuenta cuando de repente chocó con un sólido cuerpo, ya se hacía de bruces en el suelo, si no es por unas fuertes manos masculinas que la sostuvieron para no caer.
—¡Cielo santo! Por favor, disculpe, ¡Qué torpe soy! —exclamó la chica sintiendo morirse de vergüenza, por eso no era capaz de levantar la mirada del suelo.
Sorpresivamente, sintió una mano, ubicarse debajo de su mentón y levantarle el rostro, dónde se encontró con los ojos más impresionantes que había tenido la oportunidad de ver en su vida, eran una mezcla de avellana y verde, se sintió hipnotizada por ellos, la boca se le secó y no pudo evitar recorrer cada una de las facciones de su rostro.
Al hombre no le calculaba más de treinta años, con una nariz lisa y recta, labios gruesos, mandíbula cuadrada, cara muy angulosa, con rasgos marcados, piel verde oliva, todo en su cuerpo exudaba masculinidad, no pudo evitar una corriente de excitación recorrerla, y era entendible nunca tuvo contacto con el sexo opuesto, a excepción de sus familiares, los cuales para el caso práctico no se contaba.
El hombre tenía una expresión de dureza, sin embargo, no pudo evitar los fuertes latidos de su corazón, sentía sus pulmones a punto de colapsar el aire le faltaba y se puso peor cuando lo vio sonreír y escucharlo hablar con una voz gruesa.
—¡Te tengo pequeña! —exclamó.
El contacto del hombre en su piel, le produjo una intensa ola de calor, la cual se propagó por todo su cuerpo, como si fuesen brasas encendidas.
Habló, pero su voz salió chillona, ni ella misma la reconocía.
—Mmm-muchas gracias —pronunció a duras penas.
—No te preocupes, no ha sido nada — dicho eso siguió por el lado contrario hacia donde ella se dirigía.
Sin embargo, su corazón no dejaba de latir como loco, estaba tan distraída que se quedó parada como boba sin chequearse, hasta que uno de los trabajadores de su padre la sacó de su ensoñación.—Señorita, pase por migración, para que sellen su pasaporte, por favor —fue allí cuando reaccionó.
—¡Oh sí! —exclamó, salió de allí a la limusina dónde estaba esperándola su hermano.
—¡Mi gatita! —exclamó su hermano.
Ella salió corriendo a abrazarlo emocionada, él la alzó y le dio varias vueltas, sin embargo, para ella fue visible la profunda tristeza en sus ojos, cuando la soltó.
—¡Dorian hermano! —lo abrazó de nuevo aferrándose a su cuerpo, él la estrechaba con fuerza y acariciaba sus cabellos, sintiendo un poquito de paz en su atribulado corazón.
» ¿Qué pasa Dorian? Te siento triste ¿Dónde está Basha? ¿No vino contigo a recogerme? Quería conocerla en persona —su hermano movió la cabeza negando mientras las lágrimas comenzaron a rodar por sus ojos, para seguidamente responderle privado del llanto con la voz en un susurro.
—Basha no vendrá, nunca más podrás verla ¡Ella no está! Porque Basha se suicidó —pronunció Dorian, mientras Calli se quedaba estática, completamente sorprendida y sin saber qué decir.
Hasta después de mucho tiempo
—No entiendo, ¿Por qué sucedió eso? ¿Por qué una niña con tanta vida y alegría tomó esa decisión? —preguntó sin poder procesar la noticia.
Le parecía demasiado cruel que una persona tan joven, apenas empezando a vivir la vida tomara una decisión tan drástica.
—¡Yo fui el culpable! Ella se mató por mi culpa, porque yo...—hizo una pausa como si estuviera sintiendo un profundo dolor, respiró profundo y siguió hablando — la engañé, estaba en mi apartamento cuando ella fue a darme una noticia y yo estaba teniendo sexo con Iliana, la traté muy mal, dije cosas que no sentía porque estaba herido porque me engañó y ...—hizo una pausa como si el dolor le impidiera hablar—. Salí a buscarla para pedirle perdón y una nueva oportunidad, mas no la encontré.
» Nunca la imaginé capaz de tomar una decisión tan extrema, se veía fuerte, guerrera, a quien nadie podía derribar ¿Y sabes qué es lo peor?
» Basha estaba esperando un hijo mío. Por eso jamás voy a perdonarme el haber sido el instrumento que acabó con la vida de mi propia sangre, ahora solo me queda vivir con las consecuencias de mis actos, hasta un día cuando el remordimiento termine destruyéndome.
El resto del recorrido lo hicieron en absoluto silencio, cada uno sumido en sus propios pensamientos, hasta llegar a la casa, su padre la estaba esperando en la entrada con una expresión sonriente, caminó corriendo para abrazarlo, sin embargo, se detuvo de repente al ver parada junto a él, a una mujer como de treinta y seis años.
—Hija te presento a tu nueva madre, Elora. Mi amor, ella es mi única hija, Calliope —habló su padre emocionado, pero enseguida la mujer lo refutó.
—No es tu única hija Dion, recuerda que ahora tienes también a Eugenia y no debes hacer distinción entre ellas —expuso la mujer con firmeza.
—Sí, tienes razón mi amor —respondió sumiso su padre, besando la frente de la mujer.
A Calli, poco le faltó para abrir su boca de par en par, porque nunca en sus dieciocho años de existencia vio a su padre en esa actitud sumisa. Giró la vista hacia su hermano Dorian pidiéndole una explicación silenciosa, sin embargo, este no dijo nada, solo hizo un gesto de indiferencia con sus hombros, para segundos después seguir su camino al interior de la casa, dejándola a ella no solo confundida, sino con un presentimiento de que sus problemas solo acababan de comenzar.
«No entiendo por qué tengo constantemente este presentimiento de un desastre inminente». Zelda Fitzgerald.Calli estaba cohibida, se sentía como una extraña en su propia casa, opinión acentuada cuando la mujer se desenvolvió como dueña y señora del lugar y ella solo se tratara de una invitada. —Calliope, no estarás en tu antigua habitación, esa es ahora de mi hija Eugenia, tú te ubicarás en el ala izquierda de la casa —habló con firmeza Elora, como para evitarse cualquier reclamo.—Yo...—empezó a decir, aunque sentía las palabras atragantadas en su garganta, y antes de agregar algo más la mujer tomó la palabra, impidiéndole hablar.—La razón es simple, tú vienes aquí de visita, solo vas a durar poco tiempo, porque tu padre me dijo que vas a regresar a Londres para tomar los votos, ¿Verdad Dion? —pregunto sin dejar de mirar a su marido, quien permanecía a su lado.El hombre se sintió un poco incómodo, no obstante, ante el pequeño golpe que recibió en el brazo de la mujer y su insistencia, no le quedó más alternativa, sino confirmar sus palabras.—Si hija, es necesario que regreses a Londr
Calli estaba demasiado aterrada, sentía sus piernas entumecidas, pensaba que podía caer desplomada en cualquier momento, no vio venir a los atracadores, a decir verdad ella no estaba acostumbrada al mundo exterior, ni a las maldades a las cuales podía estar expuesta una persona inocente, por eso caminó con confianza sin sospechar que sería objeto de ese ataque.Por más gritos emitidos, nadie acudió en su ayuda para evitarle ser despojada de sus pertenencias, incluso sus zapatos también les fueron arrebatados, por ello quedó descalza, sin dinero, estaba aún sufriendo de la impresión, cuando un hombre apareció, con el susto no lo reconoció al momento, y empezó a correr pidiendo auxilio, creyó que se trataba de otro de los atracadores quien quizás se había regresado para causarle daño, él la alcanzó y la sostuvo en sus brazos, entretanto pronunciaba palabras tranquilizadoras.La jovencita se relajó entre sus brazos, con su voz, su aroma, sus mejillas se sonrojaron, sentía su cuerpo arder
Calliope sintió la mano del hombre en su sex0 y pegó un pequeño brinco, una parte de ella quería salir corriendo, no le parecía correcto lo que estaba sucediendo, pero otra parte de ella, la curiosa, la que de cierta manera se sentía falta de afecto, añoraba sentirse querida, sentía su cuerpo arder, pero al mismo tiempo no pudo dejar de visualizar a la madre superiora."—Calli nunca dejes a un muchacho tocarte allí, si no es tu esposo, porque eso solo está reservado para cuando te unas en matrimonio con el hombre a quien amas.".Recordar esas palabras, fueron como una especie de balde de agua fría para ella, le sostuvo la mano para evitar sus caricias y con la otra mano lo empujó para apartarlo de ella.—No, por favor para esto no está bien... Apenas si lo conozco y la madre superiora siempre me ha dicho…—¿No tienes criterio? ¿Debes invocar las palabras de otra persona y dejarte influenciar por ella? Creí que eras una mujer, no una niña.La voz del hombre era dura, al mismo tiempo d
Calli no pudo evitar sus nervios ante las agresivas palabras del hombre, al punto de que producto de sus nervios terminó haciendo un desastre, sintió su corazón paralizarse súbitamente, sobre todo cuando lo vio acercarse con violencia, la tomó del brazo, la haló con fuerza y la arrojó hacia un lado, sin la mínima consideración.La joven cayó de bruces encima de una mesa, por reflejo ella quiso arrodillarse y sostenerse, pero con el impulso que llevaba, terminó partiendo también el cristal, se cortó las palmas y la muñeca de su mano derecha donde un vidrio se le clavó y la sangre comenzó a surgir a borbotones.Intentó levantarse mas era tan torpe que perdió el equilibrio y se cortó también las rodillas, la sangre empezó a surgir ahora de sus manos y piernas, cuando ella vio que estaba herida, un gemido se ahogó en su garganta.—Estoy herida —balbuceó en voz baja.No obstante, Ares no estaba interesado en Calli en ese momento, sino en las fotografías de su pequeña tiradas en el piso por
Por un momento un atisbo de culpa se abrió paso en el interior de Ares, se dio cuenta de que ella era demasiado joven, y aunque era mayor a Basha, su rostro denotaba más inocencia al de su hija.Sacó un pañuelo de su traje y lo ató con fuerza en su muñeca para evitar que la sangre siguiera fluyendo.—Hades, llama a emergencias, esto requiere de atención médica inmediata —ordenó sin ninguna expresión en su rostro.Mientras su hermano salía, se quedó viéndola por unos segundos, la alzó con cuidado y la llevó a la antigua habitación de Basha, no pudo resistir la tentación y terminó acariciándola, pasando sus nudillos con cuidado por sus mejillas, era tan suave que le daba la impresión de estar tocando copos de algodón.—Siento mucho que seas un daño colateral, en esta guerra entre los Kyriakidis y los Markou. Lamentablemente, Calli, no puedo dejarte ir, debo destruirte como Dorian lo hizo con mi hija y luego de eso, voltear para jamás volver a ver. Terminando de decir esas palabras, en
Calli mordió su labio inferior con una expresión de timidez, tomó un mechón de su cabello y se lo acomodó detrás de la oreja, estaba cohibida, sentía su rostro arder de la vergüenza, su corazón golpeaba con violencia en su pecho, porque nunca imaginó que un hombre como él pudiera fijarse en ella, aunque no sabía si era muy pronto, no tenía idea de cómo se daban las relaciones de pareja, al final se dejó llevar por la atracción y esas sensaciones que el hombre la hacía sentir.—Sí, acepto ser su n-novia —expresó con una sonrisa que iluminó su rostro, mientras Ares sonrió con satisfacción, no por la respuesta en sí, sino porque significaba el inicio de su venganza.—Empieza entonces por tutearme, llámame Ares —con esas palabras acercó su boca a la de ella, unió sus labios a los suyos en un suave beso, el cual interrumpió, alejándose de inmediato al sentir una especie de corriente recorrerlo.—Lo siento Ares ¿Hice algo malo? —preguntó preocupada porque a él le haya desagradado el beso.
Calli sintió su corazón palpitar con fuerza en su pecho, sus piernas parecían como hojas que estuviesen siendo mecidas por la acción del viento, se puso pálida, después de un tiempo, no supo calcular cuánto, se obligó a abrir los ojos y un pequeño grito salió de su boca, mas antes de poder detallar bien la imagen, se abrió la puerta y la figura imponente de Ares llenó la habitación.La vio palidecer y se acercó a ella, tomándola del brazo, no contaba con que la joven se apartara y se dirigiera a las enfermeras.—Por favor enfermera… —titubeó sintiéndose nerviosa por lo que haría—. No deseo recibir ninguna visita.Mientras ella hablaba con la enfermera, Ares vio el teléfono celular en la mano, se lo arrebató y vio las imágenes suyas con Elora. Apretó los dientes con rabia.“Maldita mujer, con su putería va a destruir mis planes”.Calli miró la expresión en el rostro del hombre y se dio cuenta de que es verdad.—Salgan todos, quiero estar sola —susurró percibiendo sus lágrimas las cuale
Ares decidió llevar a Calli de nuevo al apartamento, luego que la dieron de alta, subieron al auto e hicieron el recorrido tomado de las manos, pero en completo silencio, sin embargo, él no dejaba de verla por el rabillo del ojo, no se perdía detalle de sus expresiones, ella sonreía feliz y de repente se sintió atraído por esa sonrisa, si la hubiese conocido en otras circunstancias, quizás se habría enamorado.La ayudó a bajar del auto, le tomó la mano y juntos caminaron al ascensor.Apenas se cerró la puerta, tomó su rostro la vio por unos segundos y unió su boca con la de ella, se introdujo con su lengua en la boca, y succionó su lengua, fue un contacto avasallador, profundo, la devoró como un hambriento, al mismo tiempo la alzó un poco y se retorció contra ella, haciéndola sentir la fuerza de su excitación.—Te deseo, aquí y ahora —le dijo y la chica se sintió nerviosa.—No. Yo quiero ser tu esposa antes de dar ese paso, es fornicación hacerlo sin antes casarnos, eso me dijo la mad