Lo peor que me pudo pasar fue esa estúpida invitación, mi madre y la señorita Herlinda estaban empeñadas en que yo aprendiera en un par de días, lo que me había negado a aprender en años.
— debes sonreír todo el tiempo, y no mirar a los ojos al duque, eso es de mala educación — me dijo la señorita Herlinda.
Yo le di mi peor sonrisa fingida y mi madre se empezó a quejar.
— ¿madre, de verdad crees que ese hombre se va a fijar en mí? — le pregunte.
Ella me miro y lo pensó por un largo tiempo.
— por supuesto, tu eres hermosa, te pareces a tu padre — me dijo.
Yo la mire a los ojos. Eso significaba que no era linda, y yo lo sabia muy bien, lo único lindo que tenia eran el color de ojos, que obviamente eran de parte de mi madre.
— acepta que estoy mal hecha y que ningún hombre se va a fijar en mí, ahora si no se les ha ocurrido otra manera de torturarme, me voy — les dije y emprendí mi camino a la salida.
— ¡me vas a matar de un coraje Luisana! — me grito.
Yo seguí caminando, hasta que me topé a mi padre, hacia días que no lo veía, el estaba demasiado ocupado preocupándose del desastre que le habían heredado. Al principio pensaba que solo había heredado dinero, pero al pasar los años y también por que había escuchado a escondidas, me entere que el anterior marques debía muchísimo dinero y desgraciadamente mi padre también lo heredo.
— que bueno verte padre — le dije con emoción.
El se acero a mi y me dio un beso en la frente.
— estas mas grande el día de hoy — me dijo.
Yo le sonreí y lo abracé con fuerza, extrañaba estar cerca de él.
— ¿acaso no piensas en el escándalo? — pregunto mi madre a mi espalda.
Yo levante la cabeza y mire a mi padre que ahora tenía un semblante serio.
— ¿qué hiciste ahora Luisana? — me pregunto.
Yo me separe de el de mala gana y voltee a ver a mi madre, que obviamente estaba junto a la bruja de la señorita Herlinda.
— no me salen bien las cosas, ¿por qué no pueden comprender eso? — les pregunte.
Mi madre me agarro con fuerza del brazo y me arrastro con ella de vuelta a la habitación, ella me sentó en una de las sillas de las mesas y me entrego una taza vacía.
— recuerda que la cucharilla para revolver el té se debe agarrar con el dedo índice y el pulgar, extendiendo de manera elegante el meñique — me recordó mi madre.
Yo mire el interior de la taza y después mire a mi madre.
— la taza esta vacía — le dije.
Mi madre estuvo a punto de golpearme con la misma taza con la que me estaba enseñando, la señorita Herlinda me miraba con molestia.
— Luisana por favor, no te estoy pidiendo la gran cosa, solo quiero que te sepas comportar en esa cena — me dijo casi llorando.
Yo respire profundo.
— esta bien, me comportare bien, pero no quiero que me presentes a ningún hombre — le propuse.
Mi madre me miro sorprendida, pero después asintió con la cabeza.
— esta bien, si tu quieres ser una solterona, lo acepto, pero por favor, compórtate como una señorita educada en cada evento al que estemos — me dijo.
Yo me levante de la silla y la abrace con fuerza. Había ganado esta contienda.
— te lo juro madre, seré la señorita más educada de Londres — le dije sonriendo.
Mi madre que se veía muy frustrada solo asintió con la cabeza.
— solo espero que Catalina no salga con algo similar a lo tuyo cuando este mayor — dijo ella.
— no lo hará madre. A Catalina se le nota que le gustan estas cosas — le dije.
Yo miré a la señorita Herlinda y me despedí de ella con la mano, no iba a volver a ver mas a esa mujer desagradable.
Camine a la puerta y Sali, me sentía libre como una paloma.
— ¿Señorita a dónde va? — me pregunto Amelia alcanzándome.
— al fin soy libre de hacer lo que yo quiera — le Conte con una sonrisa.
Amelia me miro sin comprender.
— Madre ha aceptado no buscar ningún pretendiente para mi — le dije.
Amelia solo asintió con la cabeza, ella no comprendía lo importante que era la libertar para mí, ahora podía elegir lo que yo quisiera.
Días Después.
El día de la cena llego, mi madre entro a mi habitación desde temprano para ayudarme a elegir un vestido y para arreglar mi cabello.
— ¿Dónde está el corset? — pregunto mi madre.
Amelia le entrego esa prenda demoniaca a mi madre.
— Tenemos que ponerte esto, así tu cintura será mucho mas pequeña — me dijo con una enorme sonrisa.
Yo asentí con la cabeza y dejé que pusiera esa atrocidad sobre mi camisola, después ella apretó y apretó hasta que sentí como mis costillas se compactaron.
— Perfecto — dijo mi madre.
Ella me dio la vuelta rápidamente, y empezó a ayudarme a ponerme el resto de prendas.
— Esta será una gran oportunidad para tu padre, te pido por favor que no la arruines — me pidió.
— No la voy a arruinar, así que relájate, me comportare de maravilla — le dije con una sonrisa.
Ya que yo había obtenido lo que quería, lo mas justo era darle a mi madre lo que ella esperaba de mí.
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Había obligado a Arthur a venir conmigo, quería que el me ayudara a buscar a la mujer menos indicada, la más escandalosa, quería una a la que a mi madre le desagradara.
— ¿estás seguro de esto? — me pregunto Arthur a mi lado en la mesa donde estábamos bebiendo algo de coñac.
Mi madre estaba al fondo del salón hablando con algunas mujeres, ella me miraba de tanto en tanto, como para estar segura de que aun estábamos aquí.
— ¿cómo esta Natasha? — me pregunto Arthur.
Yo lo miré y le sonreí. Natasha estaba en una hermosa casa de mi propiedad a un par de horas de aquí, de hecho, yo había llegado esta mañana, ayer en la noche hicimos el amor por horas, recordar la suavidad de su piel hizo que esbozara una sonrisa aun mas grande.
— no me respondas nada, tu cara lo dice todo — me dijo.
La puerta de casa se abrió y entro una familia que yo jamás había visto, la mujer mas adulta era completamente rubia, tenia la piel como porcelana, la acompañaba un hombre que me imagino era su esposo, el tipo era algo bajo, se le notaba que estaba quedando calvo, y se veía muy cansado.
— ¿esa no es la chica del lago? — pregunto Arthur.
Yo mire a la pelirroja, y si, era ella.
Mi madre camino hacia a mí, ignorando por completo a la familia que había llegado y eso era algo demasiado raro, ya que mi madre era una excelente anfitriona.
Cuando estuvo lo suficientemente cerca, ella se sentó a mi lado y quedo mirando a las personas.
— no entiendo como le enviaron una invitación a esa gente tan vulgar — se quejó.
Arthur me quedo mirando y yo sonreí. Ya no tenia que averiguar a que familia mi madre desaprobaba, ella misma me había dado ese dato.
— ¿qué pasa con ellos? — le pregunte.
Mi madre los miro con asco y después me miro a mí.
— ese hombre no pertenece a nuestro circulo, es un intruso, y su familia es de lo peor, esa chica pelirroja es una vergüenza para la sociedad, no entiendo como tienen la desfachatez de traerla aquí — se quejó muy indignada.
Miré al pequeño duendecillo y sonreí, ella era perfecta para mi plan.
— debería acércame y saludarlos, o pasare como un mal educado — le dije a mi madre.
Ella solo gruño con molestia, pero no me dijo nada.
Yo me levante y camine a ellos, la señora se le iluminaron los ojos apenas me vio, yo la salude cordialmente, después salude al hombre que para mi sorpresa era el marques de Windshire. Había escuchado hablar mucho de él, y de lo endeudado que estaba su título. Y por ultimo la mire a ella, que tenía una expresión de terror mientras me saludaba.
— bienvenidos, será un placer compartir esta velada en su compañía — les dije.
La mujer no paraba de reír, y su hija solo me miraba con mucho miedo.
— déjeme decirle que tiene una hija preciosa — le comenté con una sonrisa.
Conquistarla iba a ser pan comido, este tipo de personas lo único que anhelaban era encontrar un rico que los ayudara a solventar sus deudas, y si ese hombre venia con un buen título era aún mejor.
— muchas gracias mi lord — respondio la madre con una sonrisa.
Yo miré a la pelirroja y le sonreí.
— ¿me regala su nombre mi lady? — le pregunte.
Ella me miro de arriba a bajo y enarco una muy roja ceja.
— no — me contesto.
Yo sonreí mas ampliamente, definitivamente ella era la indicada.
— por favor mi lord, perdónela — me dijo la mujer tomando mi mano y dándole un beso al dorso. Yo aparte la mano y la tranquilice.
— no se preocupe — le dije.
El marques estaba callado, como si no estuviera aquí, el pobre hombre se veía tan acabado, pobre infeliz, heredar un titulo que no vale nada.
— se llama Luisana — me dijo.
Yo volví a mirar a Luisana y le sonreí un poco.
— mucho gusto Luisana, puede llamarme Samuel — le dije.
Le dije cordialmente, ella me miro muy mal, como si mis palabras fueran peor que el estiércol.
— no me interesa saber su nombre, y no es por ser grosera, pero tampoco me interesa usted — me dijo.
Yo la mire sorprendido, cualquier mujer en esta sala mataría por una interacción conmigo y ella la estaba despreciando de la peor manera.
— lo siento mucho mi lord, mi hija es un poco rebelde — me dijo su padre.
Uno de los criados se acerco a nosotros con una charola con dos vasos de coñac, yo iba a tomar uno, pero ella se adelantó y prácticamente me lo quito de la mano. Luisana bebió un sorbo y después puso mala cara.
— a puesto a que esta delicioso — le dije.
Ella mirándome desafiante se bebió el resto. yo voltee a ver a mi madre, y la mirada de repudio que le estaba dando a la chica era magnifica.
— muy delicioso — me dijo mientras levantaba la barbilla.
Yo la miré a los ojos y pude ver toda su rebeldía, ella definitivamente iba a ser un gran dolor de cabeza para mi madre.
Cuando llegamos a casa mi madre empezó a golpearme con la mano, yo empecé a retroceder para que sus golpes no terminaran en ningún lugar de mi cuerpo. — dile algo por favor — le grito mi madre a padre. El solo me miro y negó con la cabeza, se veía muy decepcionado. — No volverán a invitarnos a ningún lugar, y todo por tu culpa — me recrimino mi madre. Yo no dije nada, ver a mi padre de esa manera me partía el corazón. — lo siento — les dije. Mi madre se puso frente a mi y me dio una bofetada. Ella jamás me había golpeado de esa manera. — gracias a ti, tu padre quedo en ridículo, ninguno de esos hombres lo tomara enserio, ¿crees que esto es un juego? Tu padre debe tanto dinero que si no encuentra rápidamente alguien que quiera invertir, todos vamos a terminar en la calle, y todo será tu culpa — me recrimino mientras lloraba. — mañana iras con flores y algunos dulces a disculparte con ellos, quiero que al menos sepan que tenemos algo de vergüenza — me dijo. Yo agache la cabeza
Mi madre empezó a despotricar y a decirle una infinidad de palabras insultantes a Luisana, yo me acerque y con delicadeza agarre el brazo de mi madre y la aparte. — como puedes dejar entrar a esa mujer aquí — se quejó. Luisana se veía bastante alterada, y no era para menos, mi madre estaba insultando no solo a ella, sino a toda su familia. — ella llego a disculparse — le explique. Mi madre la miro con asco y después escupió hacia ella. — largo de aquí — le dijo. Luisana camino a ella y en un momento rápido lanzo su mano para alcanzar el cabello de mi madre, pero yo la agarre y la lleve hasta mi oficina. — la golpeare — grito Luisana con rabia. Era increíble ver como ella actuaba sin ningún temor. — lamento lo que paso — le dije sinceramente. — tu madre es horrible — me dijo aun alterada. Yo me acerque a ella y agarre sus manos, Luisana me miro a los ojos. — lo siento — le dije. Ella retiro sus manos y se apartó de mí. — me voy, y espero no volver a verle la cara a su mad
Después del supuesto rescate heroico que hizo Samuel, según la señorita Herlinda, mi madre no dejaba de hablar de lo buen hombre y guapo que era, eso lo repetía cada que me veía y yo ya me estaba cansando. Yo prefería pasar mis días encerrada en mi cuarto leyendo, así me distraía un poco y evitaba a mi madre y a la señorita Herlinda. — Mi lady, el duque quiere verle — me dijo Amelia entrando a mi habitación. Yo me senté en la cama y la quedé mirando con el ceño fruncido. — ¿para qué? — le pregunte. La puerta de mi habitación se abrió de golpe y mi madre entro, se le notaba lo emocionada en el rostro. — levántate — me ordeno. Yo me quede en la cama, ella se acerco a mi y de un jalón me bajo de la cama. — no te atrevas a arruinar esto — me advirtió. Yo camine con ella, o mas bien me arrastre mientras ella caminaba sosteniendo mi brazo. Cuando llegamos a la puerta del salón, mi madre me soltó y me miro a los ojos. — creo que le gustas, así que vamos a entrar y tu serás la muje
Había viajado por dos horas para ver a Natasha, quería sentir su suave piel, necesitaba ahogarme en ella, cuando llegue un par de mis sirvientes se acercaron. — bienvenido mi lord — me saludaron. — ¿dónde está lady Natasha? — pregunte. — en su habitación mi lord — me respondió uno de los criados Yo subí la escalera a prisa, quería darme un baño con ella. Cuando entre, ella esta frente al enorme espejo mirándose, yo la observe y sonreí, se veía hermosa. — que preciosa eres — le dije. Ella se dio la vuelta claramente sorprendida con mi visita. — te extrañé — le dije. Natasha se acerco a mi con la gracia de una gacela, paso sus manos por mi pecho y después empezó a desabrochar los botones de mi camisa de lino blanco. — también te extrañe — me dijo con su melodiosa voz. Pose mi mano sobre la curvatura de su cintura y la acerque más a mí. — quiero hacerte el amor — le dije. Bese su frente, bajando por su nariz, terminando en sus dulces labios, Natasha me respondió el beso de un
Cuando llegamos a la enorme mansión del duque, mi madre me miro, y en sus ojos había una advertencia, que yo capte de inmediato. Después mi padre bajo junto a mis hermanos, para ayudarnos a bajar, yo le ofrecí mi mano a mi hermano y bajé, ignorando por completo a mi padre.— esto es tan irreal — dijo mi madre con emoción.Yo la mire, a ella le brillaban los ojos, estaba por completo deslumbrada.— vamos rápido, no quiero que parezcamos groseros — nos dijo.Amelia se acercó a mí, yo la miré y le sonreí, ella se veía un poco asustada, pero yo tenia la certeza de que todo iba a salir muy bien.Cuando llegamos a la puerta uno de los sirvientes nos impidió pasar.— sus nombres por favor — nos pidió.Mi madre hizo a un lado a mi padre y con orgullo dijo que éramos la familia del marqués de Windshire, el sirviente miro la lista, tomándose su tiempo en buscar.— lo siento mi lady, pero no tengo sus nombres en la lista — nos informó.Mi madre agacho la cabeza con vergüenza, y después la levant
Apenas llegamos a casa mi madre me arrastro dentro, yo sabia muy bien lo que vendría después, y si, me dolía saber que por defender a mi familia iba a ser castigada, pero lo haría mil veces más.— eres una vergüenza para mi — me grito mientras me golpeaba, yo me tape la cara con ambos brazos.— ¿cómo pudiste hacer eso, acaso eres una inconsciente? — me pregunto con furia.Madre me agarro del cabello y yo baje ambos brazos.— esto me dolerá mas a mi que a ti, pero tu necesitas aprender una enorme lección — me dijo.Yo la mire a los ojos desafiante, aunque me moría del miedo.— llévenla al cuarto — ordenó mi madre.Mis dos hermanos se acercaron a mi y me agarraron uno de cada brazo, yo empecé a luchar con ellos, pero mi lucha era inútil.— ¡solo quería defenderlos! — les dije casi gritando.Mi hermano Benjamín me miro con algo de pena, de los dos él era el más bueno conmigo.— no debiste hacer algo así — me dijo el mirándome.Mis hermanos me metieron a la habitación, después me dejaron
Entre a casa, estaba furiosa y muy frustrada, quería golpear a Samuel por ser tan atrevido y golpearme a mi por responderle ese beso.— ¿señorita que paso? — me pregunto Amelia con preocupación. yo voltee a verle sin dejar de caminar.— que debi golpearlo mas fuerte ayer — le respondi. Mi madre que estaba pasando por allí, se detuvo y me quedo mirando, yo frene mis pies de golpe.— ¿donde esta el duque? — me pregunto. No me dió tiempo de responder, cuando poco a poco la cara de mi madre se fue poniendo blanca, madre abrió la boca de par a par, yo no tuve que mirar hacia atrás para saber que era eso que la había aterrado. — ¿ya me ha traído la toalla mi lady? — pregunto Samuel. Yo me voltee y lo quede mirando, el me estaba sonriendo, ¿por qué sonreía tanto?— iba a por ella — le dije. Mi madre me aparto de un empujón, quedando frente a Samuel.— ¿que le ha pasado mi lord? — le pregunto mi madre. Samuel la miró con tranquilidad. — he caido en el bebedero de los caballos, no se c
Entre a mi cuarto, sentia como mi corazón estaba martillando demasiado rápido, y mis manos estaban temblando. camine hasta la cama y me senté en el borde, me lleve la mano a los labios y los acaricie por un momento, aún podía sentir el hormigueante roce de sus labios sobre los míos.— ¿Está bien señorita? — Me preguntó Amelia.Yo la voltee a verla y no hice gesto alguno.— ¿Quiere que llame al médico? — Me preguntó con preocupación.— No es necesario, solo estoy un poco confundida — Le dije.Me tire de espaldas a la cama y mire al techo, baje mi mano lentamente hasta dejarla en mi abdomen, era tan ridículo que de la nada empezará a sentir como cientos de mariposas revoloteaban en mi estómago.— El me ha besado — Le dije.Sentí como el colchón se hundió a mi lado, yo ladee mi cabeza en dirección a Amelia que me miraba con una enorme sonrisa.— El lord me agrada, creo que es muy bueno, así como usted — Me dijo.Yo me volví a sentar y mire a Amelia a los ojos.— ¿Y si lo hace solo por qu