CAPÍTULO 03

CAPÍTULO 03

Frunzo el entrecejo, aprieto los párpados de mis ojos y gruño despacio al sentir el ardor invadir todo mi cuerpo, los vellos de mi piel se erizan por completo y hasta puedo sentir mi espalda enfriarse cuando el alcohol hace contacto con la heridas de mi rodilla. Bajo la cabeza porque no soporto el contacto visual con el profesor Ford, el cual se encuentra tan concentrado en lo que está haciendo que ni siquiera se ha dado cuenta de la angustia que traigo. Sus ojos cristalinos se conectan con los míos, sus labios se ven gruesos, carnosos y tentadores a tal punto que siento como mis mejillas se van tornando calientes por el deseo lujurioso que se me ha atravesado por la mente. Lo escucho carraspear la garganta con su ceño levemente fruncido, puedo notar alguno de los tatuajes que sobresalen de su pecho gracias a los botones desechos en su camisa.

—¿Miras a todo el mundo así o solo soy yo?—me quejo al recibir de nuevo el algodón con medicamento sobre mi herida—¿Quién te hizo esto?—cambia rápidamente el tema al notar mi  incomodidad; niego porque no pienso hablar sobre esta situación. Papá se volverían loco y no sé qué sería capaz Dara si se entera de que alguien me hizo daño—Eres más tonta de lo que creí. ¿En serio vas a encubrir a las malditas que te hicieron esto?—uno las cejas por el ardor, Gabriel sujeta mi mano cuando ve la intención de alejarme de él—Te dije que necesitaba hablar contigo y me imagino que ya sabes de que se trata todo esto, no soy un hombre de rodeos, Sandara Smirnov, así que iré al puto grano; nunca me viste, no me conoces y no soy tu amigo por haberte curado y salvado de tu patética miseria.

Mi corazón late con tanta fuerza por sus venenosas palabras—En ningún momento he dicho que usted y yo seremos amigos por este falso gesto de amabilidad y por lo que a mí se refiere, es mucho mejor hacer de cuenta de que jamás le he visto, ya que estoy intentando borrar el desagradable hecho de haberle escuchado fornicar con aquella mujer…—lo empujo con mis manos ahora sí dispuesta a irme lejos de este ser tan detestable. ¿Es que se está creyendo para hablarme de esta manera? Coloco la tira de mi bolsa sobre mi hombro en busca de la salida, estoy cansada de que las personas me tomen como tonta o pasen por encima de mí solo por no tener el carácter de mi hermana. Lu alza la mano apenas me ve llegar a la cafetería y aunque quiero detenerme y no ir hasta su mesa al notar la presencia de Oliver García junto a ella con esa cara de zángano aparentando que no es un completo gilipollas.

Mi mejor amiga me da una botella con refresco que bebo de inmediato, mi mente está en todos lados y la cabeza me quiere explotar. Escucho las carcajadas de Mara y en ese instante en donde su mirada y la mía de conectan, sé que nada de esto aún a acabado.—¿Qué te dijo el profesor Ford? ¿Te colocó una anotación?—aprieto el plástico en mis manos y es que hubiese preferido mil veces eso a tener que aguantar su «No somos amigos» «No nos conocemos» y es que no comprendo porque estoy de tan mal humor o quizás solo sea recordar que las personas me tratan tan diferente a Dara porque lo más probable es que me vea débil ante ellos.

—¿Iremos a la fiesta de Logan?—y esas eran mis palabras mágicas para liberar la bestia que habita en el cuerpo de Lucrecia. Su rostro se ilumina mientras que en la cara de Oliver puedo ver un enorme letrero que dice: «Hoy voy a follar» la idea ante mis ojos es descabellada, no soy para nada sociable y aunque mis padres terminarán mirándome de una forma extraña cuando se lleguen a enterar, creo que es hora de volverme mas fuerte.

Paso por encima de Dara sin decirle nada, Chaina y Maya alzan la mano para saludarme y es que ella sabe que cuando está con Liam no me le voy a acercar aunque el mundo se esté cayendo a miles de pedazo. Me siento en el puesto del piloto en mi coche y cierro los ojos por un momento, no sé qué rumbo tendrá mi vida y es que ni siquiera puedo visualizar que será de mí en algunos años, solo quiero tener la libertad de decidir por mí misma que es lo que quiero hacer y que rumbo darle a las cosas. Aprieto el volante al recordar los ojos de Gabriel y es que nadie me creería que ese profesor con lengua afilada es el mismo que se folló a una chica en un baño de cafetería. Sacudo la cabeza, no puedo darle tantas vueltas a este asunto y lo mejor para mí será olvidar todo esto.

Pedro sale de la casa de mi abuelo junto a su nieto algunos años mayor que yo, le saludo con la mano mientras que sigo caminando hasta toparme con una Victoria cortando algunas flores en su bello y enorme jardín—¿Qué haces aquí, tesoro de Toria?—las carcajadas se me escapan de la boca y por más que intento disimular no puedo. Solía llamarle a la abuela de esa forma cuando aún era pequeña y no podía pronunciar su nombre bien, Miguel baja las escaleras del porche de la mansión Smirnov y aunque intentes ocultarle algo, con él jamás se puede.

—¿Quién te hizo eso?—alza la mano para llamar a uno de sus hombres y todo empeora cuando Akim junto a mi madre salen detrás del abuelo—¡¿Quién se atrevió a tocar a mi bebé?! ¿Dónde están Fabián y Jean? Victoria, llámalos ahora, nadie intimida a un miembro de mi familia y se queda sin su merecido…—y está es la razón por las que muchas veces me cohíbo de decirles las cosas. Intento calmar al abuelo, pero conociéndolo como lo hago es casi imposible lograr que se calme. Papá le dice algunas cosas que no entiendo y todo comienza a tornarse color hormiga al ver como Dara tira su bolso en el suelo y corre hasta donde estoy.

Aprieto el borde de mi falda, me creen débil y quizás eso es lo que soy para todos ellos. No me creen capaz de cuidarme sola y eso… Eso me hace dudar de mí, de mis capacidades. De todo lo que soy—¿Pueden parar?—los ojos verdes de mi gemela me miran expectantes por mis palabras agresivas. Me zafo del agarre de papá alejándome de todos ellos—Me hacen sentir inservible ¿Saben?—Miguel deja su bastón a un lado y vuelvo a retroceder—Ya de por sí me siento estúpida al no ser como ustedes ¿Podrían por favor no recordármelo todos los días? Es…Es difícil vivir de esta forma. Nadie me hizo nada. Me caí sola, no tienen porque cuidarme porque…—no puedo hablar—Puedo hacerlo, puedo cuidarme…

Victoria bloquea a su esposo cuando este intenta detenerme al observar como me estoy yendo de la propiedad de la familia. Las lágrimas se quieren escapar de mis ojos y debo apretar las piernas para que esto no suceda. Ellos son el centro de todo lo que tengo pero ya es difícil ser comparada con Dara en cada aspecto de mi existencia. Manejo a toda velocidad hacia Blue Sky, el edificio que hace parte de las adquisiciones de mi padre y en donde mi hermana y yo tenemos un apartamento que compartimos desde hace algún tiempo, le marco a Lu para que esté lista en media hora y así poder irnos hacia el condominio en donde vive Logan Russo.

Mi móvil no deja de vibrar, limpio mi rostro con un toalla de papel que he sacado de la parte trasera de mi coche. Subo rápidamente hacia mi habitación apenas llego, tiro del espaldar de la silla aún lado de la isla de la cocina para subirme en esta y sacar un par de latas de jugo de tomate que guardo en el estante de la habitación, mi estómago ruge con tanta fuerza por el hambre, pero debo guardarlas de nuevo al escuchar el sonido del timbre de la puerta anunciando de que alguien ha llegado.

Debo agarrarme del mármol de la mesa cuando mis piernas tropiezan, Lu me sonríe apenas me visualiza y frunzo el ceño porque habíamos acordado de que pasaría por ella en algunos minutos—¿No iría a tu casa por ti?—mi mejor amiga desliza su mano por mi brazo para acto seguido hacerme a un lado y así poder entrar a mi casa, la observo dejar algunos paquetes sobre el sofá blanco en medio de mi sala y algo confusa camino hasta ella para obtener alguna explicación sobre esto.

—¿Por qué me miras así? Vamos tía, ponte el vestido que está dentro de la caja rosa, no tenemos mucho tiempo…—y es que cuando algo se le metía en la cabeza a Lucrecia no había poder alguno de hacerla desfallecer de su locura. Agarro las bolsas y camino hacia mi habitación, está haciendo demasiado frío en Barcelona y este pedazo de tela que he sacado de su envoltura ni muerta me lo voy a poner.

—¿Tú estás loca?—los brillos del vestido se me pegan en las manos, el corte es recto con tirantes de agarre delgados y un escote en «U»—No sé si voy para una fiesta o para un prostíbulo, Lucrecia…—Lu me jala del brazo y aunque intento detenerla cuando me saca del apartamento intentando bloquearme para a que así me vea forzada a hacerlo, verle la sonrisa amplia sobre sus labios me hace pensar que esta clase de cosas que para mí son completamente triviales, a ella le dan felicidad. Me coloco el abrigo que he logrado agarrar antes de salir de casa porque si no lo hago lo más probable es que termine con gripa.

La residencia de Logan queda a las afueras de la ciudad y todo apunta a que Dara y su desagradable novio no estarán con nosotros en el día de hoy. Apenas me detengo en el estacionamiento del condominio ya me quiero devolver para mi casa, pero Lu sale corriente o prácticamente se ha aventado del coche apenas ha visto a Oliver.

Levanto mi mano en señal de saludo, hay un par de tipos acompañando a este gilipollas que me dan tan mala espina cuando pillo a uno de ellos mirándome las piernas de una forma tan asquerosa y desagradable.—¿Es Dara?—abro los ojos al escuchar la pregunta del crush de Lu.

Me escondo detrás de mi mejor amiga—Es Sandara ¿No se ve preciosa?—los tipos se miran entre ellos y asienten como si pudieran comunicarse con la mirada. Algo no está bien con esto y siento que es así cuando uno de ellos me agarra de la mano para que vaya con él a una de las mesas.—¿Y sí jugamos con shots?

Huye de aquí, huye ahora Sandara Smirnov, me grita mi subconsciente.

—Ella no es ese tipo de mujeres, mejor tráiganle un jugo de piña o algo…—declara el tipo moreno a un lado de Oliver.

—¿Empezamos el juego…?—suelto arqueando una ceja; me giro al escuchar una risa sonora de una chica que coquetea con un tipo rubio alto, Lu me agarra de las mejillas para embutirme una copa de tequila pero termino tosiendo por el picor en mi garganta, alguien pasa por mi lado desequilibrando mi cuerpo y debo agarrarme de una de las mesas para no caer. El alcohol calienta mi cuerpo y he empezado a ver alucinaciones porque estoy viendo a Gabriel Ford entrar por la puerta principal de la residencia de Logan.

Esperen…

¡Sí es él!

M****a…

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo