CAPÍTULO 32
Tiger mira a su primo y es allí cuando Gabriel se da cuenta del cuchillo que sostengo en una de mis manos, la mujer sentada cómodamente encima de sus piernas, me queda mirando por un par de segundos, pero al percatarse de lo que estoy a punto de hacer, intenta rápidamente colocarse en pie pero la empujo con fuerza sobre uno de sus hombros volviéndola a su posición inicial de nuevo, mi novio abre los ojos y sonríe sabiendo que aunque todos me griten que me detenga, no lo voy a hacer.
—¿Quién eres…?—suelto con mi voz más espesa de lo habitual, la chica que reconozco como la puta que se acostó con Gabriel el primer día que lo conocí, niega moviéndose como un asqueroso gusano sobre las piernas del hombre que ahora es mío, Lucrecia me toma de la mano pero la aniquilo con la mirada para que pare lo que esté i
CAPÍTULO 33Gabriel Ford Mis manos comenzaron a temblar al verla caer desplomado al suelo, mis ojos estaban tan pasmados a ver esa horrorosa escena donde por primera vez tuve miedo de perder a alguien, Tiger intentó controlarme cuando agarré salvajemente del brazo a la empleada que le había traído ese té a mi mujer y aunque la hubiese asesinado sin piedad allí mismo con mis propias manos, decidí mejor hacerla sufrir hasta que me dijera quien había solicitado este atroz crimen.Kira le tiró la taza a Lucrecia inmediatamente se dieron cuenta de lo que sucedía y al menos está situación gracias a ello no se había puesto peor, cargué a mi mujer hasta la oficina de Tiger hasta que un médico de la base militar viniera por ella, me arrodillé delante del sofá cómodo donde su fiebre sub&ia
CAPÍTULO 34Llevo mas de tres horas esperando a que Gabriel y Tiger regresen a la mansión Ford, las chicas toman el sol dentro de una piscina techada y aunque las estoy escuchando reír a carcajadas puedo ver el miedo reflejado en los ojos de mi mejor amiga. Llevamos tantos meses en este lugar que sé que ha comenzado a extrañar a su familia.Bajé la cabeza al recordar todo lo que le he hecho vivir, Lu es como ese pequeño destello de luz que te llega en toda la oscuridad que vive consumiéndote día tras días, es la hermana que a veces siento que no tengo con Dara y aunque mi gemela y yo nos amamos con un amor incondicional en algunas ocasiones esto no nos basta. Me levanto de la silla playera en donde estaba acostada y me doy un chapuzón en el agua intentando organizar mis pensamientos.He estado hablando con Dara por correo electrónico y me he enterado que
CAPÍTULO 35FinalQuiero pensar y creerme que todo lo que estoy viendo es mentira, Lucrecia, la mujer a la cual vi por tanto tiempo como mi hermana fue la persona que ha estado detrás de todas las cosas horribles que me han estado pasado durante los últimos años de mi vida. Ella convenció a Tine de que lo engañaba con uno de mis compañeros de la universidad y fue por eso que él cambió tanto conmigo al punto de amedantrarme y golpearme para que “Su única oportunidad de obtener poder en España no se le fuese”Me siento herida y tonta a la vez porque no solo he sido engañada por ella si no también por el hombre al cual le entregué mi corazón y hoy me doy cuenta que solo fue una farsa desde la primera vez que vio. Fue al restaurante de mi familia porque sabía que yo estaría en ese lugar
EPÍLOGO Cinco años después… Me duelen los pies por cada paso que doy hacia el panteón, Dara está a mi lado mientras sonríe para trasmitirme esa fuerza que necesito. Las flores en mis manos se sienten más pesadas que nunca y aunque ya han pasado tantos años veo que sigo sin acostumbrarme a esto. Miguel me dijo que debería de dejar de vinir hasta aquí cada día de su aniversario para conmemorar su muerte porque esto me estaba haciéndolo daño, pero por el amor incondicional que le tuve no puedo dejar hacerlo.Me arrodillo como puedo ya que en mi condición esta clase de posiciones son un poco complicada, cierro los ojos al recordar el día de su muerte y aunque intenté por todos los medios salvarle la vida fue imposible. Mamá me consoló durante los primeros meses de su partida y aunque el tío Ethan y el tío Alex me repetían una y otra vez que nada de esto merecía mis lágrimas, no pude evitar sentir este vacío en mi pecho por su partida.—¿Hasta cuando vas a hacer esto?—miro de soslayo a D
ANTES DE LEER:Libro con escenas sexuales explícitas. Violencia. Trastornos psicológicos. Posesivo y sexy protagonista.Bienvenidos. PRÓLOGOBrinco al escuchar el escritorio de mi profesor rodearse cuando mi cuerpo golpea contra él. Miro hacia el suelo al sentir como la mano del rubio delante de mí, intenta tocarme. Observo hacia la puerta principal intentando bloquear esta idea loca que se me ha cruzado por la mente. ¿Quién es en realidad Gabriel Ford? Aprieto mis párpados al recordar la escena de anoche. Había salido tan tarde de mi última clase. Dara la habían expulsado de la universidad así que irme con ella era algo imposible y la lluvia hizo que casi todos los alumnos de Hilton huyeran hacia sus hogares y fue allí donde lo vi.Cuando conocí a mi profesor de Artes nunca me imaginé que esa mirada dulce y sonrisa contagiosa sería el mismo que asesinaría a aquel sujeto en ese callejón oscuro y lo peor de todo es que sé que sabe que lo había descubierto.Tiemblo por completo—¿Por
CAPÍTULO 01Arrastro la cobija que se encuentra a la mitad de mi cintura y me tapo con ella el rostro al escuchar los gritos de Dara, no puedo creer que se haya ido de fiesta casi toda la noche con el tarado y bueno para nada de su novio, Liam. Ruedo los ojos porque en definitiva no voy a poder dormir y termino maldiciendo al ver en el despertador que está encima de nochero a un lado de mi cama que apenas y está amaneciendo. Paso mis manos por mi rostro cuando aún tengo los ojos cerrados; el dolor de cabeza me esta matando y las ganas de matar a mi hermana gemela me están ganando ventaja.Como puedo me levanto de la cama, siendo honesta y si no fuera por la presión de papá para que vaya a la universidad y de mi madre para que tome el camino que deseo tener, desde hace mucho tiempo lo hubiese abandonado todo. Y cuando digo todo eso incluye mi aburrida carrera, pero como una vez dijo el abuelo Miguel «Es administración como tu hermana para encargarte de la empresa de la familia o haz lo
CAPÍTULO 02Creo que todos nosotros tenemos días de días y créeme este no es mío. Mis compañeros me quedan viendo, sabiendo de que soy de las personas que no hablan mucho, así que ver sus rostros sorprendidos al escuchar semejante acusación, los han dejado perplejos. Lu mueve las cejas y señala con sus ojos al nuevo jodido profesor y es que aún no puedo salir de mi trance. No sólo me ha dañado la mañana si no la poca castidad que tengo al escucharle gemir como un cerdo cuando estaba teniendo sexo con aquella mujer. Gabriel relaja el rostro como si acabase de reconocerme y más perdida no puedo estar.—Acabo de hacerle una pregunta, ¿Cuál es su nombre, alumna? Por favor, levántese y preséntese ante mí…—y es que ya estoy sudando frío, este tío tiene cara de que le van las cosas pesadas y si no me mantengo a raya mi carrera y mi posición en esta universidad se van a ir a la fregada.Organizo mis libros sobre mi puesto, la verdad es que ni siquiera tengo fuerzas para mantenerme en pie, resp
CAPÍTULO 03Frunzo el entrecejo, aprieto los párpados de mis ojos y gruño despacio al sentir el ardor invadir todo mi cuerpo, los vellos de mi piel se erizan por completo y hasta puedo sentir mi espalda enfriarse cuando el alcohol hace contacto con la heridas de mi rodilla. Bajo la cabeza porque no soporto el contacto visual con el profesor Ford, el cual se encuentra tan concentrado en lo que está haciendo que ni siquiera se ha dado cuenta de la angustia que traigo. Sus ojos cristalinos se conectan con los míos, sus labios se ven gruesos, carnosos y tentadores a tal punto que siento como mis mejillas se van tornando calientes por el deseo lujurioso que se me ha atravesado por la mente. Lo escucho carraspear la garganta con su ceño levemente fruncido, puedo notar alguno de los tatuajes que sobresalen de su pecho gracias a los botones desechos en su camisa.—¿Miras a todo el mundo así o solo soy yo?—me quejo al recibir de nuevo el algodón con medicamento sobre mi herida—¿Quién te hizo e