Me miro al espejo asegurándome que el corto vestido rojo que he escogido para mi primera noche en el crucero este perfectamente acomodado, y una vez que lo confirmo, voy por mi pequeño bolso, y salgo del camarote. No me voy a mentir, la verdad es que verme sola entre medio de tanta gente me resulta bastante incomodo, sobretodo cuando hay tantas parejas que de seguro la deben estar pasando de maravilla y disfrutando de la experiencia. Si tan solo hubiera venido con amigas, esto no sería tan raro, pero cuando todas están casadas y tienen hijos, estoy puede hacerse un poco complicado. Sus prioridades han cambiado y lo entiendo, pero siento que ya no hay nada más que les importe hasta el punto de que tengo la sensación de que se han olvidado de ellas mismas.
Trato de sacudir todos estos pensamientos de mi cabeza y sigo caminando. Estoy indecisa, no sé si ir al casino o aun espectáculo… trato de tomar una decisión rápidamente y me decido por la primera opción, después de todo soy bastante buena en el blackjack y la ruleta, asique ¿Por qué no probar suerte?
Una vez que llego al casino, veo a este grupo de hombres que estaban hoy por la tarde en la cubierta, y sonrió con pensar la vergüenza que me dio que nuestras miradas se encontraran. Trato de no prestarle más atención de la debida, aunque esa camisa le queda muy bien… 《Blackjack》Me recuerdo y sigo caminando, buscando una mesa donde haya un espacio libre y una vez que lo hago me siento, presento mi identificación y coloco el billete de cien sobre la mesa para que el crupier me de las fichas.
—¿De donde eres? — Me pregunta el hombre que esta sentado en el puesto final de la mesa.
—De Miami—
—Que bueno ¿y has venido sola? — Averigua y en este caso sus ojos café se fijan en mi.
—Creo que eso no importa ¿no? — Le respondo con seguridad y puedo ver como el crupier se sonríe.
Esta claro que los hombre reales no son como los de las películas, ellos no vendrán a decirte una frase romántica para que después suene esa música de fondo mientras que se miran fijamente y sonríen como dos idiotas, esto es la realidad, los hombres quieren saber si has venido sola para así saber si eres una de esas que lo invitara a su habitación después de decirse “hola”. La verdad es que es muy frustrante.
Comienzo a jugar mi primera mano intentando hacer cuentas mentales de que cartas podría tener el crupier, y al terminar la partida, termino ganándole con un hermoso 20 contra 18. Celebro internamente, pero si hay algo que aprendí durante mis muchos viajes a Las Vegas, es que no se debe celebrar exageradamente para no llamar la atención de los supervisores que están detrás de las mesas.
Continuo con otra mano y luego de perder sus ultimas fichas, un señor que estaba a mi lado se levanta y se va dejándome sola aquí con el hombre este que no deja de mirarme 《Si al menos fuera guapo》Pienso y rio por dentro, pero de pronto él se sienta a mi lado —¿Nos tomamos una copa? — Me ofrece y niego —Eres muy guapa—
—Gracias— Digo fríamente e intento seguir jugando, pero sin que yo me lo espere él mueve mi cabello a un costado, algo que realmente me molesta —No haga eso— Ordeno e intento mover mi cabeza, pero él sigue.
—¿Por qué? No veo que hayas venido con nadie, solo te estoy invitando a que nos divirtamos— Expresa.
—¡Que no!— Exclamo.
—¿Qué ocurre aquí? — Escucho una voz masculina bastante gruesa y al girarme veo al hombre que llevaba el traje hoy a la tarde —Creo que la señorita le ha dicho que no— Habla y me llama la atención de que se haya metido en esta situación.
—Ese no es su problema ¿acaso usted es algo de ella? — Le responde el tipo.
—Si, soy el hijo del dueño de los cruceros Tisaniz y la señorita es mi invitada especial— Sentencia y no doy crédito a lo que acabo de escuchar.
—Señor San Marín— Lo llama el crupier.
—No te preocupes, yo me encargo— Le responde el hombre al crupier —¿Va a dejar a la señorita en paz o debo hacer que lo bajen del crucero? La empresa no acepta el acoso— Le pregunta él y el tipo me mira de mala manera y luego toma sus fichas para levantarse de la mesa e irse.
Una vez que él se va, el hombre se acerca a mi y yo me pongo de pie —Gracias, se estaba poniendo bastante pesado— Comento y sonríe.
—Lo sé, lo vi… soy Franco San Marín ¿Y tú? — Me pregunta sin dejar de mirarme.
—Brisa Salazar— Respondo y estrechamos nuestras manos.
—¿Quieres acompañarme con mis amigos? —
—Eh si… claro, pero una pregunta ¿lo que le dijiste al tipo ese es verdad o solo lo has dicho para que se fuera? —
—Es cierto, soy el hijo del dueño, y como te imaginaras no hay nadie que conozca mejor los cruceros— Comenta haciéndome sonreír.
—Supongo que no, bueno vamos…— Accedo y debo decir que este hombre si que es guapo…
Decir que estoy nerviosa es poco, sigo sus pasos hasta llegar a la mesa de ruleta donde están todos sus amigos y de inmediato me miran como preguntándose de donde he salido y que hago aquí —Amigos, ella es Brisa— Dice y me mira —Brisa, ellos son Martin, Carlos, Ian, Emanuel y Diego— Me los presenta uno a uno y amablemente los saludo mientras que el crupier espera a que ellos hagan sus apuestas.—Un placer— Digo y los observo uno a uno, la verdad es que todos son muy guapos, pero a mi parecer, Franco es el más guapo de todos. Él es alto, con un cuerpo fornido, pero no exagerado, cabello negro corto, y unos ojos verdes resaltan increíblemente.—¿Sabes jugar a la ruleta? — Me pregunta él y asiento.—Si, de hecho, me encanta— Respondo segura y sin que me lo espere, él agarra una cuantas fichas de cien que tenia sobre la mesa y me las entrega.
«Inhala, exhala» Me repito una y otra vez mientras que vamos entrando al lujoso bar ubicado en el ultimo piso de este crucero de 18 piso y el cual esta en el centro del mismo —¿Sabes que hay un bar muy parecido en el hotel Cosmopolitan de Las Vegas? — Cuestiono al ver la inmensa cortina de cristales Swarvoski que cuelga por todo el bar y le da un toque único.—En realidad es el mismo diseñador— Me explica tomándome por sorpresa y debo mirarlo cuando nos sentamos en una de las butacas ubicadas bajo una de las cortinas o, mejor dicho, cascada de cristales.—¿De verdad? — Inquiero y se sonríe.—De verdad— Afirma.—¡Wow! ——¿Te gusta mucho Las Vegas? — Averigua mientras me alcanza uno de los menú y asiento.—Me encanta, es uno de mis lugares favoritos de Estados Unidos— Admito y por alguna
—Vino en mal momento ¿no?— Me pregunta una vez que el camarero se va y sonrió.—Parece— Me limito a responderle y bebo un sorbo del trago que de verdad esta increíble —¡Ufff! ¡Esta buenísimo!— Exclamo y me mira fijamente.—Te lo dije, pero no trates de desviarte de tema— Comenta y bebe un sorbo de su copa.—¿De que tema?— Averiguo inocente y realmente no puedo dejar de mirarlo, tiene unos ojos que son hipnóticos, nunca me paso algo así con nadie.Él no dice nada, deja su copa sobre la mesa y sin darme tiempo a reaccionar, se inclina hacia mi y toma la mía para evitar un accidente y la deja junto a la suya —No voy a robar un beso… no suelo hacerlo— Me susurra cuando escucho el sonido del pie de mi copa apoyándose sobre la mesa y sus ojos mirándome fijamente.—¿Ah no?&mdas
[FRANCO]Los labios de Brisa se me quedaron grabados a fuego en los míos y es que en verdad creía que nunca más en mi vida iba poder besar a alguien después de lo de Tamara, pero no, aquí esta ella demostrándome que la vida si te da segundas oportunidades, bueno al menos eso quiero pensar. La veo sonreír y me quedo enganchado a esa manera tan especial que tiene de ser y tengo miedo de ser el idiota que se enamora como un niño para que lo utilicen a su antojo y luego lo olviden —Es mejor que solo me acompañes hasta aquí— Me comenta cuando llegamos hasta la puerta de su camarote y reímos mientras lleva una de sus manos hacia mi pecho como deteniéndome.—No pensaba entrar, conozco este crucero a la perfección— Le dejo saber y vuelve a sonreír.—Claro… y supongo que te estás quedando en una de las mejores suites ¿no?&md
[BRISA]Estar nerviosa ante su presencia pareciera haberse convertido en algo normal, pero no sé… Franco además de ser increíblemente guapo, es diferente al resto de los hombre que conocí, o al menos eso es lo que él me esta dando a entender esta noche. Me siento mal por haberme precipitado con él, no debe haber sido fácil perder a su esposa. —Cuidado— Escucho su voz y a los pocos segundos él acerca la bandeja con lo que hemos pedido al balcón.—Creía que dejarías que lo hiciera el camarero— Comento sorprendida y niega.—No se me caerán las manos por hacer esto, además, es mejor así, los chismes se corren muy rápido entre los empleados y no te quiero meter en problemas— Explica haciéndome sonreír.—Buen punto— Murmuro y observo cada movimiento que hace con gran detenimiento.&m
[BRISA]Al día siguiente: 15 de octubreAbrir mis ojos y encontrarme abrazada a quien sigue siendo un completo desconocido para mi por más que conozca su nombre y un poco de su vida, es una locura, pero que hermosa locura… me beso hasta altas horas de la madrugada, la punta de sus dedos acariciaron mis brazos con la delicadeza que nadie nunca lo hizo y si, ardí en llamas más de una vez, y sé que él también; lo note en su pantalón, pero no fuimos más allá de lo que acordamos y es que él es así, un caballero en toda la extensión de la palabra.Lo observo detenidamente aun dormido y me pierdo en sus detalles, sus pestañas largas son envidiables, sus cejas enmarcan perfectamente esos ojos que anoche tanto me miraron y me grabe a fuego… me encanta el detalle de su leve barba muy bien cuidada y ese cabello oscuro que fue victima de mis dedos, y ni hablar de
[FRANCO]Salir de su camarote para venir a mi suite a cambiarme y después irnos a desayunar ha sido todo un reto, de verdad no quería separarme de ella. Lo que me pasa con Brisa es inexplicable, tanto que me da pánico… no sé como reaccionar y si no estuviéramos en un crucero, probablemente ya hubiera salido huyendo del miedo que tengo. La puerta de una de las otras suites ubicada en este mismo pasillo se abre y de allí salen Martin e Ian —¡Miren quien regreso!— Exclaman al unísono como si fueran dos adolecentes y al parecer todo estaban esperando esta señal para salir de sus habitaciones ya que las puertas de donde se quedan Carlos, Emanuel y Diego también se abren.—¿Quieren anunciarlo con todos los pasajeros?— Pregunto sarcásticamente, pero Martin no me hace caso y simplemente me agarra del brazo para hacerme entrar a su suite y todos los demás nos
[BRISA]Estoy muy nerviosa, lo que estoy viviendo con Franco me da mucho miedo y la vez me hace sentir más segura que nunca, no sé si es la manera que él me mira, como me habla, o esta sensación de respeto que él me da y que nunca sentí con nadie más. La verdad, no estoy segura, pero aquí estoy con un mono de color blanco, y sandalias negras con accesorios que combinan esperándolo hasta que, al escuchar el golpe en la puerta, mi corazón se acelera como nunca «Tranquila» me digo e intento respirar con calma, pero es inútil, me tiemblan las manos. Camino hacia la puerta y al abrir allí esta él con unos pantalones cortos color azul y una camisa se manga corta color gris que lo hacen ver muy relajado —Te ves hermosa— Me dice con esa manera tan suya de ser y no puedo evitar sonreírme.—Gracias, tú también te ves muy bien— Le hal