«Inhala, exhala» Me repito una y otra vez mientras que vamos entrando al lujoso bar ubicado en el ultimo piso de este crucero de 18 piso y el cual esta en el centro del mismo —¿Sabes que hay un bar muy parecido en el hotel Cosmopolitan de Las Vegas? — Cuestiono al ver la inmensa cortina de cristales Swarvoski que cuelga por todo el bar y le da un toque único.
—En realidad es el mismo diseñador— Me explica tomándome por sorpresa y debo mirarlo cuando nos sentamos en una de las butacas ubicadas bajo una de las cortinas o, mejor dicho, cascada de cristales.
—¿De verdad? — Inquiero y se sonríe.
—De verdad— Afirma.
—¡Wow! —
—¿Te gusta mucho Las Vegas? — Averigua mientras me alcanza uno de los menú y asiento.
—Me encanta, es uno de mis lugares favoritos de Estados Unidos— Admito y por alguna razón una media sonrisa se dibuja en su rostro.
—Es bueno saberlo— Murmura.
—¿Por qué? — Cuestiono y él simplemente encoje sus hombros.
—Por nada, bueno, déjame recomendarte algo de aquí, el barman es increíble— Habla cambiando de tema y mira el menú —El “Valencia Peach Sunset” es buenísimo— Me informa.
—Confiare en ti entonces— Digo sin dejar de mirarlo y es que en verdad es guapísimo.
De pronto un hombre se acerca a nosotros con toda la intención de tratarnos como a dos clientes más, pero al ver a Franco, su cara se transforma de repente — Señor San Marín, no sabía que estaba en el crucero… ¿Cómo puedo ayudarle esta noche?— Pregunta siendo más cortes que supongo que lo es usualmente.
—Hola Mario, si, estoy aquí por negocios y de paso festejando la despedida de soltero de un amigo, aunque bueno, ahora me encontré con Brisa y la invite a tomar un trago— Explica y me mira con una sonrisa tatuada en su rostro para después volver a mirarlo a él —Nos traes dos “Valencia Peach Sunset” por favor— Le pide y él asiente.
—Por supuesto, ya mismo le digo al barman que se los prepare— Informa y sin decir una sola palabra más se retira.
Me quedo mirando a Franco y hay algo en él que me extraña mucho o tal vez es que no estoy acostumbrada a la gente que es tan “amable” por llamarlo así —¿Te sabes el nombre de todos los empleados del crucero?— Me atrevo a preguntar y él se sonríe.
—¿Hay algo malo en eso? — Averigua y niego con la cabeza.
—No, pero no es normal…—
—¿Por qué? — Cuestiona firme.
—No lo sé, es que, normalmente los jefes no le prestan atención a los empleados… bueno no sé, digo…— Murmuro un tanto nerviosa a causa de la manera en que me mira.
—Pero yo si— Se defiende haciéndome sonreír y no sé muy bien que decirle —Y dime ¿tú a que te dedicas Brisa? — Me pregunta y realmente me sorprende que me haya preguntado eso en vez de la típica pregunta de si tengo novio o no «al parecer él es diferente»
—Soy arquitecta comercial— Respondo con orgullo y se sonríe.
—Interesante, una mujer inteligente además de guapa— Comenta haciendo que deba esquivar su miranda ante la intensidad de esta.
Tomo valor para míralo y sus ojos verdes todavía siguen fijos en mi —¿Y tú? ¿Solo eres el hijo del dueño o hay un titulo que acompañe esa presentación? — Averiguo y ríe divertido.
—Soy gerente financiero— Me informa y definitivamente no esperaba esta respuesta.
—Guau… un hombre de números— Murmuro.
—Y de algunas otras cosas más— Rebate e inclina su cuerpo un poco hacia mi tomándome por sorpresa —¿Entonces que? ¿Ya confías un poco más en mi o seguís creyendo que solo te quiero conquistar con mi dinero? — Me pregunta con una media sonrisa tatuada en su rostro a la cual yo correspondo.
—Creo que ahora me quieres conquistar con tu impresionante carrera— Respondo y se inclina un poco más, algo a lo que no me niego, pero justo cuando creo que esos labios tan provocativos me van a besar, el camarero nos interrumpe entregándonos los tragos y haciendo que los dos riamos de la escena mientras que el hombre nos pide “disculpas” con la mirada.
«¿Qué es todo esto?» Es la primera vez que finalmente quiero que un hombre desconocido me bese y no sé si es porque realmente ha logrado impresionarme, o porque me ha parecido tan atractivo que no me importa absolutamente nada más, sea como sea, no puedo dejar de pensar en como será ese beso que no me dio.
—Vino en mal momento ¿no?— Me pregunta una vez que el camarero se va y sonrió.—Parece— Me limito a responderle y bebo un sorbo del trago que de verdad esta increíble —¡Ufff! ¡Esta buenísimo!— Exclamo y me mira fijamente.—Te lo dije, pero no trates de desviarte de tema— Comenta y bebe un sorbo de su copa.—¿De que tema?— Averiguo inocente y realmente no puedo dejar de mirarlo, tiene unos ojos que son hipnóticos, nunca me paso algo así con nadie.Él no dice nada, deja su copa sobre la mesa y sin darme tiempo a reaccionar, se inclina hacia mi y toma la mía para evitar un accidente y la deja junto a la suya —No voy a robar un beso… no suelo hacerlo— Me susurra cuando escucho el sonido del pie de mi copa apoyándose sobre la mesa y sus ojos mirándome fijamente.—¿Ah no?&mdas
[FRANCO]Los labios de Brisa se me quedaron grabados a fuego en los míos y es que en verdad creía que nunca más en mi vida iba poder besar a alguien después de lo de Tamara, pero no, aquí esta ella demostrándome que la vida si te da segundas oportunidades, bueno al menos eso quiero pensar. La veo sonreír y me quedo enganchado a esa manera tan especial que tiene de ser y tengo miedo de ser el idiota que se enamora como un niño para que lo utilicen a su antojo y luego lo olviden —Es mejor que solo me acompañes hasta aquí— Me comenta cuando llegamos hasta la puerta de su camarote y reímos mientras lleva una de sus manos hacia mi pecho como deteniéndome.—No pensaba entrar, conozco este crucero a la perfección— Le dejo saber y vuelve a sonreír.—Claro… y supongo que te estás quedando en una de las mejores suites ¿no?&md
[BRISA]Estar nerviosa ante su presencia pareciera haberse convertido en algo normal, pero no sé… Franco además de ser increíblemente guapo, es diferente al resto de los hombre que conocí, o al menos eso es lo que él me esta dando a entender esta noche. Me siento mal por haberme precipitado con él, no debe haber sido fácil perder a su esposa. —Cuidado— Escucho su voz y a los pocos segundos él acerca la bandeja con lo que hemos pedido al balcón.—Creía que dejarías que lo hiciera el camarero— Comento sorprendida y niega.—No se me caerán las manos por hacer esto, además, es mejor así, los chismes se corren muy rápido entre los empleados y no te quiero meter en problemas— Explica haciéndome sonreír.—Buen punto— Murmuro y observo cada movimiento que hace con gran detenimiento.&m
[BRISA]Al día siguiente: 15 de octubreAbrir mis ojos y encontrarme abrazada a quien sigue siendo un completo desconocido para mi por más que conozca su nombre y un poco de su vida, es una locura, pero que hermosa locura… me beso hasta altas horas de la madrugada, la punta de sus dedos acariciaron mis brazos con la delicadeza que nadie nunca lo hizo y si, ardí en llamas más de una vez, y sé que él también; lo note en su pantalón, pero no fuimos más allá de lo que acordamos y es que él es así, un caballero en toda la extensión de la palabra.Lo observo detenidamente aun dormido y me pierdo en sus detalles, sus pestañas largas son envidiables, sus cejas enmarcan perfectamente esos ojos que anoche tanto me miraron y me grabe a fuego… me encanta el detalle de su leve barba muy bien cuidada y ese cabello oscuro que fue victima de mis dedos, y ni hablar de
[FRANCO]Salir de su camarote para venir a mi suite a cambiarme y después irnos a desayunar ha sido todo un reto, de verdad no quería separarme de ella. Lo que me pasa con Brisa es inexplicable, tanto que me da pánico… no sé como reaccionar y si no estuviéramos en un crucero, probablemente ya hubiera salido huyendo del miedo que tengo. La puerta de una de las otras suites ubicada en este mismo pasillo se abre y de allí salen Martin e Ian —¡Miren quien regreso!— Exclaman al unísono como si fueran dos adolecentes y al parecer todo estaban esperando esta señal para salir de sus habitaciones ya que las puertas de donde se quedan Carlos, Emanuel y Diego también se abren.—¿Quieren anunciarlo con todos los pasajeros?— Pregunto sarcásticamente, pero Martin no me hace caso y simplemente me agarra del brazo para hacerme entrar a su suite y todos los demás nos
[BRISA]Estoy muy nerviosa, lo que estoy viviendo con Franco me da mucho miedo y la vez me hace sentir más segura que nunca, no sé si es la manera que él me mira, como me habla, o esta sensación de respeto que él me da y que nunca sentí con nadie más. La verdad, no estoy segura, pero aquí estoy con un mono de color blanco, y sandalias negras con accesorios que combinan esperándolo hasta que, al escuchar el golpe en la puerta, mi corazón se acelera como nunca «Tranquila» me digo e intento respirar con calma, pero es inútil, me tiemblan las manos. Camino hacia la puerta y al abrir allí esta él con unos pantalones cortos color azul y una camisa se manga corta color gris que lo hacen ver muy relajado —Te ves hermosa— Me dice con esa manera tan suya de ser y no puedo evitar sonreírme.—Gracias, tú también te ves muy bien— Le hal
[FRANCO]Me da exactamente lo mismo lo que la gente hable de mi, sé perfectamente que los empleados deben estar murmurando y preguntándose ¿Quién es la chica que me acompaña? Tal vez algunos piensen que es mi chica del momento, o simplemente mi distracción, pero prefiero no hacerle caso a nada de todo eso y centrarme en lo que me pasa a mi, y eso es que cuando miro a Brisa a los ojos, me olvido de todo.El océano atlántico se hace presente a través de los increíbles cristales que nos rodean mientras que estamos sentados en esta mesa paralela a uno de ellos y yo solo me concentro en lo que me cuenta, sonrió ante sus ocurrencias y me doy cuenta de que quiero saberlo todo de ella —¿En donde naciste?— Es la primera pregunta que se me ocurre hacerle y me sonríe.—En Miami, pero mi madre es italiana y mi padre español ¿y tú?— Cuestion
[FRANCO]Brisa me dijo que tenia sus trucos para hacerme un poquito feliz y la verdad es que no tengo ni idea a que pueda referirse. Hoy es un día de navegación antes de llegar a Ocho Ríos, Jamaica, mañana temprano, y después de haber desayunado juntos, ella solo me ha pedido que fuéramos a ponernos nuestros trajes de baño, asique acá estoy esperándola afuera su camarote para ver que sorpresa me tiene preparada.Observo las parejas que salen de sus camarotes y no puedo evitar pensar en la noche que pudieron haber pasado y sé que esta mal, que no debería meterme en sus vidas, pero muchas veces me veo reflejado en ellos. Esas risas las conozco a la perfección, son esas después de haber estado toda la noche con la persona que más amas en tu vida y de saber que seguiras disfrutando del dia junto a ella… sin tan solo ellos supieran darle el valor que se merece a estos mo