Una incandescente luz blanca ciega mis ojos, no se donde estoy, parece un lugar atemporal, ¿Qué me sucedió? No puedo ver nada a mi alrededor, pero siento una calidez que hace imposible que pueda sentir miedo. Decido dar unos pasos cuando escucho una voz familiar que me embarga de emoción:
“Mi princesa, ven aquí”
Es la voz de mi abuela la que oigo a mis espaldas, al voltearme me doy cuenta que ambos están juntos, corro hacia ellos como niña de dos años que los ve regresar después de una eterna temporada sin verlos. Por más que me esfuerzo no puedo contener mis lágrimas, siento un enorme nudo en mi garganta, solo puedo pedir que esto sea real. Sentir nuevamente el calor de sus abrazos, lo tierno de los besos protectores de mi abuelo me llena de felicidad.
“¿A donde vas mi niña? Tu camino no es por allí”
Ambos me miran con dul
El amor, es un sentimiento difícil de explicar y comprender. Las cosas que somos capaces de hacer en su nombre, están fuera de la imaginación de muchos y, en dados caso, representan todo lo contrario a lo que la mayoría entiende por Amor.Dicen, que si es lo suficientemente fuerte puede trascender la distancia, incluso el tiempo, y ¿Si en realidad va más allá? debo decir con toda certeza que sus alcances están fuera de nuestro entendimiento. Mi experiencia, me demostró que puedes desear estar con una persona incluso por muchas vidas.En mi juventud me enamore perdidamente del hombre que con solo mirarme me deslumbró. Su presencia era tan imponente, que todo mi cuerpo vibraba por su efecto. Debo decir que no era deseado solo por mí, muchas se desvivían por pasar un rato a su lado y quien no, si parecía la encarnación de un dios griego en la tierra, alto fuerte, de rasgos cu
Hay una inmensa oscuridad en la vereda, no logro ver bien a mí alrededor, las luces son tenues y la lluvia no ayuda mucho; creo que estoy parada entre dos árboles grandes que baten sus hojas a un ritmo tempestuoso, gracias al fuerte viento que los golpea.El agua cae por mi rostro y la brisa que viaja en todas direcciones moja el resto de mi cuerpo. No entiendo que hago aquí, no parece el mejor lugar para estar sola en una tormenta. Estoy muy confundida, miro a los lados en busca de ayuda y me doy cuenta de mi vestimenta.Traigo un vestido casual, blanco con puntos rojos, muy típico de los años 50, en realidad todo mi atuendo es de la época. — ¿Qué está pasando?, ¡No entiendo nada! — Exclamo casi a punto de llorar.Empiezo a correr y lloro desconsolada como una niña pequeña, tengo demasiado miedo, nunca me ha gustado estar sola, menos en circunstancia
Entro al piso número 8 donde se encuentra mi oficina, voy caminando por el pasillo mientras saludo a mis compañeros. Frente a la puerta de mi oficina me espera Luz, Lucecita como le digo de cariño, ella es más que mi secretaria, mi amiga.— ¡Buenos días jefecita, aquí está su jugo de frutas tropicales bien frio como le gusta! — me dice con una gran sonrisa.—Buenos días Lucecita, yummmm ¡muchas gracias! Tú siempre complaciendo mis antojitos, cuéntame ¿está todo listo para la reunión de las 10 am? — bebo un sorbo del jugo que esta delicioso, es mi bebida favorita después del café, claro está.—Sí, todo listo, las carpetas están armadas con el expediente de cada becario, el departamento al que se integraran, el tutor al que van a apoyar y por su puesto la descripción del cargo por el cu
Salgo del auditorio con una enorme sonrisa, el inicio de proyecto fue todo un éxito, tanto los miembros de la directiva universitaria como los de la empresa se veían muy complacidos; estoy muy muy feliz, ver realizado el fruto de nuestros esfuerzos me llena de satisfacción.Suena el teléfono y es Luz, me comunica que la señora Gutiérrez quiere verme en su oficina, me arreglo un poco y voy directamente a verla, su secretaria me autoriza a entrar.—Buenas Tarde Sra. Gutiérrez, dígame en que puedo servirle— ella levanta la mirada y me indica que tome asiento.—Gracias por venir Iliana, quiero primero que nada felicitarte por la el éxito de la conferencia de hoy— yo me sonrojo un poco y recibo el cumplido con una sonrisa tímida.—Te hice venir porque el día de mañana tenemos que asistir a la cede la UCE a solicitud del rectorado— sus palabra
Desde que salimos de la empresa, Martha no ha hecho otra cosa que no sea alardear delante del resto de los miembros del comité directivo, sobre el éxito del proyecto que ella supervisa, bla, bla, bla, me da tanta rabia, porque ella posee un cargo de papel, y soy yo, quien hace todo el trabajo; respiro profundo y controlo mis impulsos de desmentirla, no me conviene hacer un show delante de los ejecutivos que pronto descubrirán quien hace en realidad el trabajo.Llegamos a las instalaciones de la UCE, quedo maravillada el campus es impresionante, hay jardines hermosamente diseñados a los alrededores, y la infraestructura sería un deleite para cualquier arquitecto. Al entrar, justo en el medio del enorme salón se encuentra una señorita con look estilo bibliotecaria, quien nos da la bienvenida.—Buenos días, mi nombre es Margaret Fuentes, soy la secretaria de la rectoría de la UCE, seré su gu&iacut
Voy caminado por los pasillos de la universidad, creo que estoy perdida, no recuerdo que Sergio dijera que me esperaría tan lejos. Doy un par de vueltas en círculos, cuando decido preguntarle a una amable chica, cual pasillo me lleva a la cafetería, ella noto mi vergüenza y con una sonrisa me señala con la mano la dirección correcta, yo la miro agradecida y me dirijo hacia allá.A lo lejos puedo ver a Sergio hablando con un hombre que esta de espaldas, parece importante, yo sigo caminado el pasillo es realmente largo, en eso el sujeto se marcha y Sergio camina hasta donde estoy para alcanzarme.—Disculpe Señor Maldonado, la universidad es tan grande que me perdí— le digo realmente apenada con mis mejillas rojas, y la mirada baja.—Tranquila, Iliana, no te preocupes, y por favor no me digas señor que me haces sentir viejo, dime Sergio— me dice con una dul
Hacia muchos días que no me levantaba con energía, a pesar de que soñé toda la noche, puede dormir más que otras veces durante el último mes, la identidad de ese hombre me tiene intrigada, porque vamos, tiene que ser alguien importante para mí, llevo días con ese sueño recurrente donde es protagonista.No dejo de pensar en el asusto mientras hago mis labores domésticas, hoy es Sábado, así que me dispongo ayudar a mi mami en todo lo que puedo mientras estoy en casa, oigo sonar mi celular, es un WhatsApp de Sergio, me desconcierta un poco, porque no recuerdo tener ningún pendiente con él.Abro el mensaje y leo:—Buenos días Iliana, espero hayas descansado y te deseo un bello día—Eso es todo lo que dice, me parece un bello gesto y después de mucho pensar encuentro una respuesta.—Buen día Sergio, muchas graci
El día está muy bonito, el sol no esta tan fuerte, la brisa es fresca, no está haciendo calor ni frio tampoco; así que podría decirse que es el domingo perfecto para salir a pasear. Camino lo más rápido que puedo porque se me hizo tarde esta mañana —¡Rayos no quiero que Sergio piense que soy una impuntual, qué pena! —Al llegar al parque central, me quedo maravillada por la inmensa cantidad de flores que pueden observarse, ¡Son hermosas! Y en tantos colores, inmediatamente me lleno de energía ante tanta naturaleza, simplemente ¡Me encanta! Mi andar se vuelve lento, en este punto no me importa ya llegar tarde, lo único que quiero hacer es disfrutar de la vista.Camino unos cuantos metros, y a lo lejos se puede mirar el restaurante al aire libre en el que Sergio me cito —tiene un lindo ambiente, espero la comida sea igual de buena— digo con una sonrisa.