¿Cuánto estarías dispuesta a perder por amor? Bueno, yo… Lo perdí absolutamente todo.
Mientras subía en un avión barato en la clase turista, miré por la pequeña ventanilla a mi lado, despidiéndome de forma silenciosa de la ciudad de Nueva York, a la cual no planeaba volver jamás.
Supongo que nadie hubiera esperado verme en un avión barato, pero desde hace varios años que me había despedido del lujo que siempre caracterizó a mi familia, y si había alguna cosa buena que podía sacar de todo esto, era que me volví más humilde después de casarme, vivir en medio de la pobreza y solo con “amor” te vuelve de esa forma.
Mi nombre es Adele, hasta hace unas horas Adele Richie, y ahora nuevamente Adele Mayers, la hija bastarda de la familia Mayers, una de las familias más conocidas por su dinero y buena reputación…. Bueno, antigua buena reputación hasta que me casé y los llené de vergüenza, terminando en este estúpido resultado.
Después de un viaje incómodo y algo ruidoso rodeado de tantas personas, llegue a casa en San Francisco al amanecer, donde los recuerdos se amontonaban y me hacían sentir miserable. No sé si estoy preparada para afrontar todo esto, pero no tengo opción.
No esperaba un recibimiento con flores y vítores, pero fue un poco decepcionante saber que no había nadie fuera del aeropuerto esperando por mí, así que trayendo conmigo mi pequeña maleta, que era lo único que había obtenido de mi fallido matrimonio, salí del aeropuerto y tome un taxi que me llevara a Pacific Heights, donde estaba la mansión de mi familia.
La ciudad estaba cambiada pero a la vez seguía siendo la misma, supongo que ese es el encanto de San Francisco, tener tanta innovación, y a la vez mantener su esencia con su arquitectura victoriana y sus edificios antiguos. Todo había cambiado, y a la vez se sentía igual…
Llegué a casa después de un par de minutos, en Pacific Heights la mansión de mi familia era uno de los edificios más pequeños pero más antiguos, ya que este lugar fue construido en los años 20, y desde entonces no había recibido ningún cambio, solo renovaciones. Bajando mi maleta con cuidado, me acerque a la mansión por la puerta trasera, esa que estaba reservada para la servidumbre.
No había mucho personal en mi casa por estos días, ya que durante todo el mes de marzo mis padres salían de viaje a Las Bahamas, el lugar favorito de mi madre para celebrar su cumpleaños, así que toda la servidumbre tenía el mes libre, regresando pocos días a la mansión para mantener todo en orden y cuidar de las plantas de mi padre.
Aun así había una persona que siempre se quedaba en casa, el cuidador llamado Ramón, quien abrió para mí la puerta, y me saludo de forma calurosa. Él me conocía desde que yo era una niña, había estado aquí antes de que naciera, y probablemente se quedaría trabajando en casa hasta que no tuviera más fuerzas, era uno de los empleados más antiguos. Me sentí bien ser recibida de esa forma aunque sea por alguien, como si aunque sea una sola persona se alegrara de que estuviera de regreso.
Llevando mi equipaje por mí misma entré a la casa vacía, la cual estaba limpia, pero no había ni un solo ruido o luz en el interior, era aterrador. Según me habían dicho mi habitación estaba intacta, y al saber que iba a regresar mis padres le habían pedido a las mucamas que limpiaran todo para mí, así que subí las escaleras de la mansión y fui a la última puerta del pasillo a la izquierda.
Entrar en mi vieja habitación me hizo sentir como si volviera en el tiempo hace 5 años, cuando era una niña con esperanzas. Me senté en mi vieja cama con cansancio, mirando toda mi habitación en silencio, enfocando mi mirada en mi viejo escritorio, donde todavía estaban los libros de admisión a las universidades a las que pensaba aplicar cuando tenía 18 años. Aunque claro, eso nunca ocurrió.
A veces antes de dormir me preguntaba, ¿Qué hubiera pasado si nunca hubiera conocido a Peter? Probablemente mi vida hubiera sido mejor… O tal vez peor.
—No, definitivamente sería mejor —susurré cansada, acostándome en mi cama somnolienta.
Poniendo una mano en mi abdomen cerré los ojos, quedándome dormida en pocos minutos.
***
Volver a casa después de tanto tiempo tendría sus consecuencias obviamente, mis padres no habían aceptado que regresara así como si nada, habían puesto condiciones, y una de ellas era casarme con un buen hombre y terminar mis estudios.
Supongo que en mi familia no se toma a bien a las mujeres como yo, buenas para nada que no se han casado y ni siquiera terminaron correctamente la escuela, así que la condición de mis padres fue organizar otro matrimonio arreglado con un amigo de la familia, y casarme con él en tres meses, antes de volver a dar mis exámenes para la universidad y terminar mis estudios.
Así que ahora estaba en eso, sintiendo que no tenía otra opción, mientras me maquillaba y me ponía un vestido viejo que había sacado de mi armario.
¿Quién podría querer casarse conmigo? Supongo que esa es la verdadera pregunta importante aquí. Todas las personas que me conocían sabían lo que hice, que estoy divorciada, que abandone a mis padres y le di la espalda a mi familia, traicioné a mi primer novio y rompí el acuerdo de mi primer matrimonio arreglado, que trabaje como una chica pobre en Nueva York por casi 5 años… En serio, ¿Quién podría querer casarse conmigo?
Mientras esa idea se hacía en mi mente, llenándome de dudas sobre mi nuevo “prometido”, vi que un auto se había estacionado fuera de mi casa, esperándome para llevarme a mi destino. Después de darme un último vistazo en el espejo, salí de la mansión con rapidez.
De cierta forma me sentía obligada a aceptar esta cita, no por que verdaderamente estuviera interesada en casarme de nuevo, acababa de divorciarme hace tan solo un día, pero tenía que encontrar apoyo monetario ahora más que nunca, y al ser esta la única condición que pusieron mis padres para ayudarme, me sentía presionada para hacerlo.
Sin decir nada me subí al coche negro que me esperaba fuera de casa, el cual arrancó al instante y me llevó en dirección a Nob Hill. Era bastante tarde por la noche, así que había pocas personas en las calles, aun así me gustó mirar por la ventana los negocios cerrados y las calles ligeramente iluminadas por las farolas, todo estaba lleno de recuerdos aquí...
—Señorita Mayers, se encuentra en su destino, por favor suba hasta el último piso de la torre —me indico el chofer, parando frente a uno de los edificios más altos del lugar.
—Entendido, gracias.
Forzando una sonrisa nerviosa, bajo del coche y entro en el lujoso edificio, donde nadie pidió mi nombre o mi indicación, me dejaron pasar como si me estuvieran esperando. Hice mi camino hasta uno de los ascensores, el cual usé para subir al último piso como me habían indicado.
—Tranquila Adele, solo es una cita… —me dije a mi misma.
No solo estaba nerviosa por conocer a mi nuevo “prometido”, también me moría de miedo ya que era la primera cita que tenía en más cinco años. Mi vida amorosa había sido lamentablemente corta gracias a mi primer matrimonio arreglado y mi relación con mi ex marido, así que me sentía como una chica tonta asustada por conocer a un hombre.
Finalmente después de un silencioso viaje por el ascensor, escuché el sonido de una campana, y las puertas del ascensor se abrieron para mí. Levantando la mirada lentamente, me topé con unos fríos ojos azules, enmarcados en un rostro duro pero de facciones hermosas, con un hombre de cabello dorado peinado a la perfección.
Yo lo conocía bien...
—¿Iván? —pregunté casi sin aliento, sumamente sorprendida al verlo.
—Hola Adele —dijo él, con su voz tan ronca y seductora.
¿Qué está haciendo mi antiguo prometido aquí?
La primera vez que vi a Iván yo tenía 7 años. Él era mayor que yo por tres años, y había venido a casa por un par de días tras el funeral de su madre. Me pareció muy cruel conocerlo en tales circunstancias, ya que incluso a esa edad consideraba que él debía estar con su familia en un momento tan delicado, pero poco sabía yo entonces la complicada realidad de Iván, y lo que significaba ser parte de la familia Coscov.No creo que Iván me haya gustado desde el primer momento que lo vi, no porque fuera un chico feo, incluso al ser pequeño siempre me pareció atractivo. Pero creo que cuando lo conocí yo también era muy joven, y pensar en el amor no era algo que estuviera muy presente en mí. Aun así siempre tuve la impresión de que yo le gusté a Iván desde la primera vez que nos vimos, y me aliviaba pensar que mi hermana Alicia y yo fuimos de ayuda para él en esos terribles momentos.Iván es el único hijo y heredero de Omar Coscov, un gigante de las importaciones de Europa a este país, con e
Mi corazón estaba latiendo de forma desesperada, sintiendo su penetrante mirada sobre mi cuerpo, mientras me mantenía de pie frente a él en esa mesa, sin saber si debía volver a huir o quedarme ahí.—Por favor, siéntate —me pidió tras unos segundos de silencio incómodo.Suspirando con algo de temor decidí obedecer, regresando a la mesa para sentarme frente a él en el sitio que antes ocupé. Ya no estaba pensando en el matrimonio arreglado o la petición de mis padres, decidí obedecerlo porque se lo debía, después de lo que le hice, él merecía que lo escuchara sin importar cuan doloroso fuera. Sentándome nuevamente frente a él, ambos olvidamos por completo el asunto de la cena, y solo nos miramos fijamente por un par de segundos, en completo silencio.—¿Te sientes satisfecha? —me preguntó de pronto.—¿Qué?—Después de irte con el señor Richie, ¿Te sientes satisfecha?Había empezado, no estaba preparada para enfrentar esto, así que bajé la cabeza, sabiendo que tendría que aguantarlo hasta
A veces creo que todos nos sentimos muy perdidos cuando cumplimos 18 años.Cuando yo cumplí esa edad estaba en mis últimos meses antes de terminar la preparatoria, y creía que tenía mi vida planeada, con el pacto entre mis padres y los padres de Iván, preparándome para ir a la universidad, pensando en terminar mis exámenes y el baile de graduación… Todo eso se vino abajo cuando conocí a Peter.Ah… Peter, como odio hablar o pensar en él, mi maldito ex esposo.Conocí a Peter por accidente una tarde, me había olvidado en el salón de clases una tarjeta de San Valentín que estaba preparando para Iván, y siendo la última alumna caminando por los pasillos de la escuela me encontré con él, trayendo baldes de pintura y sus pinceles.—Oh… Tú eres de la familia Mayers, ¿No es verdad? —dijo Peter cuando nos encontramos en ese pasillo— ¿Me recuerdas? Soy Peter Richie, nos conocimos en navidad en la cena de la familia Gold hace un par de años.A pesar de lo que podrían pensar de Peter, él alguna ve
—… Peter, estoy embarazada —esas fueron las palabras que nunca dijeEn algún momento de mi vida creí que casarme con Peter fue el peor error de mi vida, pero en realidad no fue ese, el peor error de mi vida fue intentar embarazarme para salvar nuestro matrimonio.Mi matrimonio con Peter Richie nunca fue perfecto, los dos éramos muy jóvenes cuando afrontamos esta gran responsabilidad, y nos casamos en un momento de impulsividad. Así que cuando cumplimos 5 años de matrimonio, en nuestro aniversario, le dije a Peter que quería un bebé, la cosa más estúpida que se me pudo ocurrir.Y muchos se preguntaran: ¿Por qué demonios hiciste eso Adele? Porque estaba desesperada.Incluso antes de que me engañara con esa maldita bailarina de ballet, nuestro matrimonio se iba desmoronando poco a poco, las peleas cada día eran más frecuentes, y la falta de dinero siempre era un problema. Pero aun así pensaba que nos amábamos, y como mi última alternativa para tratar de mantenerlo a mi lado, quise tener
“¿Esta es la razón por la cual nunca pensaste en mis sentimientos, Adele?”Su maldita pregunta no dejaba de dar vueltas en mi cabeza sin cesar. ¿Qué pensaba ese idiota sobre mí?A veces creo que sobre pienso demasiado las cosas, así que cuando regresé a casa después de esa incomoda cena, no pude dejar de pensar en él y lo que me había dicho.¿Iván cree que lo dejé por Peter solo por el sexo?Bien, no voy a negarlo, perdí mi virginidad con Peter Richie, pero eso ocurrió en Nueva York cuando ya había huido de casa, nunca tuve sexo con Peter aquí, engañando a Iván de esa forma. Entonces no entiendo por qué él me tocó de esa forma, susurrando esas palabras tan cruelmente, como si me estuviera acusando.—“¿Esta es la razón por la cual nunca pensaste en mis sentimientos, Adele?” —me burlo en un susurro, mientras sujeto mi largo cabello castaño en una coleta alta— ¿Tu que mierda sabes? Tocando mi vagina de esa forma, maldito pervertido…No había dejado de refunfuñar todo el día, insultando a
—¿En verdad quieres saberlo? —me pregunta mirándome fijamente.Dudo un poco, pero finalmente tomo valor y respondo:—Si.Espero ansiosa su respuesta, pero él finalmente no me dice nada, girando su rostro para ver el camino, volviendo a conducir.¡Ah…! ¡Maldito! Creó toda esta expectativa para no decir nada al final, de verdad me desespera, me está volviendo loca con todas estupideces que dice y me hace sentir.Vuelvo a cruzarme de brazos y frunzo el ceño, girando mi rostro hacia una de las ventanas del coche, mientras observo como el coche avanza por la ciudad en dirección a Pacific Heights.—Yo te amo, Adele —dice de pronto.Esas palabras me quitan el aliento, girándome nuevamente en su dirección de inmediato.—¿Qué acabas de decir? —pregunto incrédula.—No me harás repetirlo —se niega mientras continúa conduciendo.—No, no puedes decirme eso y luego simplemente actuar como si nada, ¿Cómo que me amas?Al hacer esa pregunta mis mejillas se sonrojan, ya que jamás hubiera esperado tener
Cuando el ascensor se abre en el último piso de esa torre tan alta una vez más me encuentro con los fríos ojos azules de Iván Coscov, quien como cada noche me espera, para tomar mi cintura y llevarme a la habitación donde íbamos a “cenar”.Pero esta noche era algo especial, ya que me sentía un poco más avergonzada que de costumbre. No había podido dejar de pensar en él, en su extraña declaración de amor, en la forma en la yo había reaccionado, y como él parecía tener sentimientos por mí a pesar de seguir enfadado conmigo por todo el daño que le hice.—¿Ocurre algo, Adele? —me pregunta de pronto.—¿Eh? No… —respondo de inmediato.Me había quedado tan estupefacta que permanecí en el ascensor por varios segundos, mientras él y yo cruzábamos miradas. Recuperando la poca compostura que me quedaba, bajé del ascensor, dejando que él rodeara mi cintura con uno de sus brazos, caminando a su lado hasta la sala donde íbamos a cenar.Tomando el menú, en esta ocasión pedí un poco de comida italian
El fin de semana llegó, y también mis padres volvieron a casa.Desde que retorné a San Francisco me quedé sola en casa, ya que toda mi familia estaba en las Bahamas por el cumpleaños de mi madre. Como cada año, mi familia hacia una gran fiesta fuera de país, donde estaban invitadas estrellas de cine y empresarios tan famosos como los de la familia Coscov o los Goldfield. Pero este año era diferente, ya que yo regresé a casa y había una boda que planear, mis padres decidieron volver a San Francisco y hacer la fiesta aquí, algo que no ocurría desde hace… 20 años más o menos, ya que el ultimo cumpleaños que mi madre pasó en esta ciudad fue cuando ella descubrió que estaba embarazada de mi hermana y no quiso viajar.—Seguro mamá estará muy contenta de verse obligada a pasar su cumpleaños aquí por mi culpa —me lamento mientras me miro en el espejo de mi habitación.Uno pensaría que podrías llegar a acostumbrarte a ser una decepción para tus padres, pero después de tanto tiempo tristemente