Mi corazón estaba latiendo de forma desesperada, sintiendo su penetrante mirada sobre mi cuerpo, mientras me mantenía de pie frente a él en esa mesa, sin saber si debía volver a huir o quedarme ahí.
—Por favor, siéntate —me pidió tras unos segundos de silencio incómodo.
Suspirando con algo de temor decidí obedecer, regresando a la mesa para sentarme frente a él en el sitio que antes ocupé. Ya no estaba pensando en el matrimonio arreglado o la petición de mis padres, decidí obedecerlo porque se lo debía, después de lo que le hice, él merecía que lo escuchara sin importar cuan doloroso fuera. Sentándome nuevamente frente a él, ambos olvidamos por completo el asunto de la cena, y solo nos miramos fijamente por un par de segundos, en completo silencio.
—¿Te sientes satisfecha? —me preguntó de pronto.
—¿Qué?
—Después de irte con el señor Richie, ¿Te sientes satisfecha?
Había empezado, no estaba preparada para enfrentar esto, así que bajé la cabeza, sabiendo que tendría que aguantarlo hasta que él se desquitara conmigo y me dejara ir.
—Siempre me pregunté si te sentías satisfecha después de casarte con él, todos estos años solo quería saber si estabas contenta con tu decisión —Iván continuó hablando.
—No, en realidad no estoy contenta con mi decisión.
—Sí, supongo que es obvio, porque estás aquí de nuevo, y él ahora es tu ex esposo.
Sorprendiéndome un poco, Iván se puso de pie y caminó en mi dirección, parándose a mi lado con una cercanía francamente insoportable. Si ya era difícil tener que aguantar todo esto, lo era aún mucho más con lo cerca que estaba de mí, esto iba a acabar conmigo si continuábamos así.
—¿Crees que hubieras estado satisfecha al casarte conmigo? —me preguntó.
—¿Solo me trajiste aquí para revivir fantasmas del pasado? —le reclamé.
—Si, por que tú y yo somos fantasmas atrapados en el pasado, gracias a errores que tú cometiste.
—Yo no…
—Eres egoísta y una hipócrita —Iván dijo tomando mi barbilla para levantar mi rostro y mirarme a los ojos—. Con tus decisiones nunca has pensado más allá de ti misma, de tus intereses, eres una niña mimada que nunca aprendió de las consecuencias de sus actos, y ahora te lamentas como si fueras la victima de todo lo que pasó hace cinco años, cuando aquí no hay ninguna víctima, y tú solo sufres las consecuencias de tus acciones.
—¿Crees que sabes todo sobre mi? Tú no me conoces, no sabes por lo que he pasado, así que no hables de mí como si supieras sobre las “consecuencias” de mis acciones.
Levantando una malo alejé sus dedos de mi barbilla, para volver a pararme de la silla y tratar de poner un poco de distancia entre nosotros.
—Se mucho más de ti de lo que crees, conozco el sucio departamento en el que visite en Nueva York, sobre tu trabajo de m****a en esa cafetería al lado del metro, todas las peleas que tenías con Peter antes de saber que te estaba engañando con esa bailarina. De nosotros dos, yo soy quien más sabe de ti y lo que pasó en Nueva York —Iván me dijo de pronto.
Eso era aterrador. ¿Acaso él me había estado vigilando todo este tiempo? ¿Cómo demonios podía saber sobre todas esas cosas si nosotros nunca habíamos hablado?
—¿Acaso tú me estabas siguiendo en Nueva York? —pregunté aterrada.
—Adele tu nunca huiste, durante estos cinco años yo siempre estuve a tu lado, incluso en esas frías noches cuando salías a llorar fuera de tu sucio departamento porque no soportabas al hombre al que elegiste amar, yo siempre estuve ahí.
Mirándolo asustada, vi como Iván se acercaba a mí lentamente, mientras yo hacía un esfuerzo por seguir retrocediendo, ya que no lo quería cerca.
—Y el día que te fuiste de San Francisco, en esa vieja camioneta de uno de los amigos de Peter, yo personalmente fui a buscarte, estaba en ese estacionamiento en el coche de al lado, mirándote —me confesó de pronto.
—¿Por qué? ¿Por qué siempre estabas…?
—¿Creías que yo no sabía sobre Peter Richie? Ustedes dos no eran demasiado disimulados si es lo que crees, hasta un ciego podría darse cuenta de lo que estaba ocurriendo. Yo siempre supe todo Adele, tú eres la única que siempre creyó ser tan inteligente como para engañar al diablo…
Finalmente mi espalda tocó una de las paredes de la habitación, y sin ser capaz de escapar más, me vi arrinconada por su cuerpo, con sus dos brazos a los lados de mi rostro, con nuestros cuerpos casi completamente pegados, y sus ojos azules… Mirando los míos en medio de la obscuridad.
—Lo siento… —aquellas palabras salieron de mis labios en un susurro, como una súplica, deseando que me dejara en paz.
—Tú no estás aquí para obtener perdón, solo por un castigo por todos tus pecados, yo nunca voy a perdonarte por lo que hiciste.
De todo lo que me había dicho, esas palabras fue lo más doloroso que pude escuchar, saber que Iván no me perdonaba, que durante todos estos años fue testigo de mi sufrimiento y nunca quiso hacer nada para salvarme, eso fue lo que rompió mi corazón en miles de pedazos.
—Así que ahora disfruta de las consecuencias de tus actos, todo el placer que obtuviste por tus pecados, es la deuda que tienes conmigo… —susurró Iván, acercando sus labios a los míos.
Estaba tan consternada que no pude resistirme cuando él me besó. A pesar de su aspecto frio, la piel y los labios de Iván estaban calientes como el fuego del infierno, y cuando una de sus manos bajó hasta mi cintura para abrazarme y pegarme por completo a su cuerpo, supe que debía parar esto antes de volver a cometer un error.
—E… Espera… —dije tratando de separarlo de mí.
Pero él no parecía escucharme, sosteniéndome con fuerza con uno de sus brazos, mientras que su otra mano se posicionó en mi nuca, enredado sus dedos entre mis cabellos con suavidad, forzándome a un nuevo beso, tan pasional y ardiente que me dejó temblando.
Sus labios se movían con maestría contra los míos, introduciendo su lengua en mi boca, recorriéndola hasta que me quede sin aliento, y tuve que volver a esforzarme para separarme de él y tratar de respirar, aunque no estaba segura de que recordara como respirar después de todo esto.
—Iván, por favor… —susurré suplicante.
Y a pesar de mis suplicas, sus labios no se detuvieron, sentí como besaba mi cuello causando estremecimientos por toda mi espalda, mientras el aroma de su fuerte perfume a pino llenaba todo a mi alrededor, sintiendo como con cada uno de sus toques me encontraba más perdida… como si me estuviera internado en el más obscuro de los abismos.
—Mi esposa, finalmente has regresado… —susurró contra mis labios, antes de darme un último beso, mucho más suave que los demás.
Sin entender nada lo que estaba ocurriendo, sin previo aviso sentí como Iván se alejaba de mí y soltaba mi cuerpo, cayendo de rodillas frente a él, con mi cuerpo temblando y sumamente débil después de lo que me había hecho. ¿Qué demonios? ¿Cómo pude terminar de esta forma solo con un par de besos?
—Quiero verte mañana aquí de nuevo a la media noche. Piensa en la respuesta a las preguntas que te hice Adele, ¿Estas satisfecha con lo que obtuviste al casarte con el señor Richie? No… En realidad la pregunta correcta es, ¿Obtuviste algo al casarte con Peter? —me preguntó Iván de forma cruel, alejándose de mi con pasos lentos.
—Por favor, solo rompe el compromiso, yo no puedo… —le supliqué desesperada.
—Mi querida Adele, temo que tú no tienes más opción que aceptar casarte conmigo, después de lo que has hecho, solo puedes volver aquí mañana, junto a mí a este infierno…
Mis ojos se llenaron de lágrimas por la vergüenza, mientras de reojo veía como él me daba la espalda y se iba de la habitación, dejándome hecha un desastre.
Y lo más triste es que él tenía razón, yo debía casarme con él, eso era lo único que pensaba mientras una de mis manos bajaba a mi abdomen acariciándolo suavemente.
Gracias a Peter Richie, no tengo más opción que afrontar mis pecados.
A veces creo que todos nos sentimos muy perdidos cuando cumplimos 18 años.Cuando yo cumplí esa edad estaba en mis últimos meses antes de terminar la preparatoria, y creía que tenía mi vida planeada, con el pacto entre mis padres y los padres de Iván, preparándome para ir a la universidad, pensando en terminar mis exámenes y el baile de graduación… Todo eso se vino abajo cuando conocí a Peter.Ah… Peter, como odio hablar o pensar en él, mi maldito ex esposo.Conocí a Peter por accidente una tarde, me había olvidado en el salón de clases una tarjeta de San Valentín que estaba preparando para Iván, y siendo la última alumna caminando por los pasillos de la escuela me encontré con él, trayendo baldes de pintura y sus pinceles.—Oh… Tú eres de la familia Mayers, ¿No es verdad? —dijo Peter cuando nos encontramos en ese pasillo— ¿Me recuerdas? Soy Peter Richie, nos conocimos en navidad en la cena de la familia Gold hace un par de años.A pesar de lo que podrían pensar de Peter, él alguna ve
—… Peter, estoy embarazada —esas fueron las palabras que nunca dijeEn algún momento de mi vida creí que casarme con Peter fue el peor error de mi vida, pero en realidad no fue ese, el peor error de mi vida fue intentar embarazarme para salvar nuestro matrimonio.Mi matrimonio con Peter Richie nunca fue perfecto, los dos éramos muy jóvenes cuando afrontamos esta gran responsabilidad, y nos casamos en un momento de impulsividad. Así que cuando cumplimos 5 años de matrimonio, en nuestro aniversario, le dije a Peter que quería un bebé, la cosa más estúpida que se me pudo ocurrir.Y muchos se preguntaran: ¿Por qué demonios hiciste eso Adele? Porque estaba desesperada.Incluso antes de que me engañara con esa maldita bailarina de ballet, nuestro matrimonio se iba desmoronando poco a poco, las peleas cada día eran más frecuentes, y la falta de dinero siempre era un problema. Pero aun así pensaba que nos amábamos, y como mi última alternativa para tratar de mantenerlo a mi lado, quise tener
“¿Esta es la razón por la cual nunca pensaste en mis sentimientos, Adele?”Su maldita pregunta no dejaba de dar vueltas en mi cabeza sin cesar. ¿Qué pensaba ese idiota sobre mí?A veces creo que sobre pienso demasiado las cosas, así que cuando regresé a casa después de esa incomoda cena, no pude dejar de pensar en él y lo que me había dicho.¿Iván cree que lo dejé por Peter solo por el sexo?Bien, no voy a negarlo, perdí mi virginidad con Peter Richie, pero eso ocurrió en Nueva York cuando ya había huido de casa, nunca tuve sexo con Peter aquí, engañando a Iván de esa forma. Entonces no entiendo por qué él me tocó de esa forma, susurrando esas palabras tan cruelmente, como si me estuviera acusando.—“¿Esta es la razón por la cual nunca pensaste en mis sentimientos, Adele?” —me burlo en un susurro, mientras sujeto mi largo cabello castaño en una coleta alta— ¿Tu que mierda sabes? Tocando mi vagina de esa forma, maldito pervertido…No había dejado de refunfuñar todo el día, insultando a
—¿En verdad quieres saberlo? —me pregunta mirándome fijamente.Dudo un poco, pero finalmente tomo valor y respondo:—Si.Espero ansiosa su respuesta, pero él finalmente no me dice nada, girando su rostro para ver el camino, volviendo a conducir.¡Ah…! ¡Maldito! Creó toda esta expectativa para no decir nada al final, de verdad me desespera, me está volviendo loca con todas estupideces que dice y me hace sentir.Vuelvo a cruzarme de brazos y frunzo el ceño, girando mi rostro hacia una de las ventanas del coche, mientras observo como el coche avanza por la ciudad en dirección a Pacific Heights.—Yo te amo, Adele —dice de pronto.Esas palabras me quitan el aliento, girándome nuevamente en su dirección de inmediato.—¿Qué acabas de decir? —pregunto incrédula.—No me harás repetirlo —se niega mientras continúa conduciendo.—No, no puedes decirme eso y luego simplemente actuar como si nada, ¿Cómo que me amas?Al hacer esa pregunta mis mejillas se sonrojan, ya que jamás hubiera esperado tener
Cuando el ascensor se abre en el último piso de esa torre tan alta una vez más me encuentro con los fríos ojos azules de Iván Coscov, quien como cada noche me espera, para tomar mi cintura y llevarme a la habitación donde íbamos a “cenar”.Pero esta noche era algo especial, ya que me sentía un poco más avergonzada que de costumbre. No había podido dejar de pensar en él, en su extraña declaración de amor, en la forma en la yo había reaccionado, y como él parecía tener sentimientos por mí a pesar de seguir enfadado conmigo por todo el daño que le hice.—¿Ocurre algo, Adele? —me pregunta de pronto.—¿Eh? No… —respondo de inmediato.Me había quedado tan estupefacta que permanecí en el ascensor por varios segundos, mientras él y yo cruzábamos miradas. Recuperando la poca compostura que me quedaba, bajé del ascensor, dejando que él rodeara mi cintura con uno de sus brazos, caminando a su lado hasta la sala donde íbamos a cenar.Tomando el menú, en esta ocasión pedí un poco de comida italian
El fin de semana llegó, y también mis padres volvieron a casa.Desde que retorné a San Francisco me quedé sola en casa, ya que toda mi familia estaba en las Bahamas por el cumpleaños de mi madre. Como cada año, mi familia hacia una gran fiesta fuera de país, donde estaban invitadas estrellas de cine y empresarios tan famosos como los de la familia Coscov o los Goldfield. Pero este año era diferente, ya que yo regresé a casa y había una boda que planear, mis padres decidieron volver a San Francisco y hacer la fiesta aquí, algo que no ocurría desde hace… 20 años más o menos, ya que el ultimo cumpleaños que mi madre pasó en esta ciudad fue cuando ella descubrió que estaba embarazada de mi hermana y no quiso viajar.—Seguro mamá estará muy contenta de verse obligada a pasar su cumpleaños aquí por mi culpa —me lamento mientras me miro en el espejo de mi habitación.Uno pensaría que podrías llegar a acostumbrarte a ser una decepción para tus padres, pero después de tanto tiempo tristemente
¿Cómo creen que me enteré de mi embarazo?Fue cuando ya estaba separada de Peter y estaba en medio del divorcio, en ese periodo de incertidumbre, en el cual no sabía qué hacer con mi vida.Me negaba a regresar al departamento de Peter, porque solo podía pensar en él con esa mujer, me daba nauseas. Así que mientras decidía que hacer con mi vida, me quedé a dormir en la casa de mis únicas amigas en Nueva York, las chicas con las cuales trabajaba en la cafetería. Ellas me dijeron que podía quedarme cuanto quisiera, y por un momento vi una pequeña luz, creyendo que con mi trabajo duro en la cafetería y el divorcio podría rehacer mi vida sin ayuda de nadie.Fue entonces cuando iniciaron los síntomas del embarazo. Los vómitos, el cansancio, los mareos… Pensé que era una infección estomacal, pero cuando fui al hospital y me hicieron una prueba de sangre, me enteré de que estaba en mi tercera semana de embarazo. De inmediato llamé a mi padre, y el resto es historia.No es la primera vez que a
Hay cosas en este mundo que nunca voy a poder comprender… Y una de ellas es: ¿Cómo es posible que Ivan Coscov sea TAN ARDIENTE?Y no solo hablo por lo guapo que es, con su cuerpo musculoso pero sin llegar a ser desagradable, o ese rostro frio y esos ojos de hielo que te dejan paralizada, hablo de él por completo, ya que a pesar de su fría apariencia sus manos son tan calientes que me están volviendo un desastre.A penas puedo respirar, sintiendo los besos apasionados que él da sobre mis labios, mientras sus manos que parecen hechas de fuego recorren mi piel, haciéndome temblar del deseo.Ya ha bajado completamente los pantalones de mi pijama, y metiéndose entre mis piernas temblorosas, siento como una de sus manos sube peligrosamente desde mi muslo hasta mi sexo, haciéndome temblar por el deseo.—Ivan… —gimo su nombre, disfrutando de cada una de sus caricias.Por un momento olvidé que no tenía ropa interior debajo del pijama, así que cuando sus manos hábiles pasearon por mi sexo lenta