—¿En verdad quieres saberlo? —me pregunta mirándome fijamente.Dudo un poco, pero finalmente tomo valor y respondo:—Si.Espero ansiosa su respuesta, pero él finalmente no me dice nada, girando su rostro para ver el camino, volviendo a conducir.¡Ah…! ¡Maldito! Creó toda esta expectativa para no decir nada al final, de verdad me desespera, me está volviendo loca con todas estupideces que dice y me hace sentir.Vuelvo a cruzarme de brazos y frunzo el ceño, girando mi rostro hacia una de las ventanas del coche, mientras observo como el coche avanza por la ciudad en dirección a Pacific Heights.—Yo te amo, Adele —dice de pronto.Esas palabras me quitan el aliento, girándome nuevamente en su dirección de inmediato.—¿Qué acabas de decir? —pregunto incrédula.—No me harás repetirlo —se niega mientras continúa conduciendo.—No, no puedes decirme eso y luego simplemente actuar como si nada, ¿Cómo que me amas?Al hacer esa pregunta mis mejillas se sonrojan, ya que jamás hubiera esperado tener
Cuando el ascensor se abre en el último piso de esa torre tan alta una vez más me encuentro con los fríos ojos azules de Iván Coscov, quien como cada noche me espera, para tomar mi cintura y llevarme a la habitación donde íbamos a “cenar”.Pero esta noche era algo especial, ya que me sentía un poco más avergonzada que de costumbre. No había podido dejar de pensar en él, en su extraña declaración de amor, en la forma en la yo había reaccionado, y como él parecía tener sentimientos por mí a pesar de seguir enfadado conmigo por todo el daño que le hice.—¿Ocurre algo, Adele? —me pregunta de pronto.—¿Eh? No… —respondo de inmediato.Me había quedado tan estupefacta que permanecí en el ascensor por varios segundos, mientras él y yo cruzábamos miradas. Recuperando la poca compostura que me quedaba, bajé del ascensor, dejando que él rodeara mi cintura con uno de sus brazos, caminando a su lado hasta la sala donde íbamos a cenar.Tomando el menú, en esta ocasión pedí un poco de comida italian
El fin de semana llegó, y también mis padres volvieron a casa.Desde que retorné a San Francisco me quedé sola en casa, ya que toda mi familia estaba en las Bahamas por el cumpleaños de mi madre. Como cada año, mi familia hacia una gran fiesta fuera de país, donde estaban invitadas estrellas de cine y empresarios tan famosos como los de la familia Coscov o los Goldfield. Pero este año era diferente, ya que yo regresé a casa y había una boda que planear, mis padres decidieron volver a San Francisco y hacer la fiesta aquí, algo que no ocurría desde hace… 20 años más o menos, ya que el ultimo cumpleaños que mi madre pasó en esta ciudad fue cuando ella descubrió que estaba embarazada de mi hermana y no quiso viajar.—Seguro mamá estará muy contenta de verse obligada a pasar su cumpleaños aquí por mi culpa —me lamento mientras me miro en el espejo de mi habitación.Uno pensaría que podrías llegar a acostumbrarte a ser una decepción para tus padres, pero después de tanto tiempo tristemente
¿Cómo creen que me enteré de mi embarazo?Fue cuando ya estaba separada de Peter y estaba en medio del divorcio, en ese periodo de incertidumbre, en el cual no sabía qué hacer con mi vida.Me negaba a regresar al departamento de Peter, porque solo podía pensar en él con esa mujer, me daba nauseas. Así que mientras decidía que hacer con mi vida, me quedé a dormir en la casa de mis únicas amigas en Nueva York, las chicas con las cuales trabajaba en la cafetería. Ellas me dijeron que podía quedarme cuanto quisiera, y por un momento vi una pequeña luz, creyendo que con mi trabajo duro en la cafetería y el divorcio podría rehacer mi vida sin ayuda de nadie.Fue entonces cuando iniciaron los síntomas del embarazo. Los vómitos, el cansancio, los mareos… Pensé que era una infección estomacal, pero cuando fui al hospital y me hicieron una prueba de sangre, me enteré de que estaba en mi tercera semana de embarazo. De inmediato llamé a mi padre, y el resto es historia.No es la primera vez que a
Hay cosas en este mundo que nunca voy a poder comprender… Y una de ellas es: ¿Cómo es posible que Ivan Coscov sea TAN ARDIENTE?Y no solo hablo por lo guapo que es, con su cuerpo musculoso pero sin llegar a ser desagradable, o ese rostro frio y esos ojos de hielo que te dejan paralizada, hablo de él por completo, ya que a pesar de su fría apariencia sus manos son tan calientes que me están volviendo un desastre.A penas puedo respirar, sintiendo los besos apasionados que él da sobre mis labios, mientras sus manos que parecen hechas de fuego recorren mi piel, haciéndome temblar del deseo.Ya ha bajado completamente los pantalones de mi pijama, y metiéndose entre mis piernas temblorosas, siento como una de sus manos sube peligrosamente desde mi muslo hasta mi sexo, haciéndome temblar por el deseo.—Ivan… —gimo su nombre, disfrutando de cada una de sus caricias.Por un momento olvidé que no tenía ropa interior debajo del pijama, así que cuando sus manos hábiles pasearon por mi sexo lenta
Fue por las hormonas del embarazo.Me había repetido eso sin cesar durante los últimos días, ya que no podía aceptar por la vergüenza que casi tengo sexo con él por gusto, quería poner excusas, como el embarazo o que estaba somnolienta. No, me niego a aceptar que tuve un orgasmo con Ivan Coscov de esa forma.¡Esto es tan vergonzoso!—Adele, ¿Estas escuchándome? —la voz severa de mi padre llega a mis oídos, y de inmediato regreso al mundo real.—Si papá, lo estoy haciendo —miento rápidamente.La verdad es que no, había estado perdida en los recuerdos de esa noche desde hace un par de días, repitiéndolos en mi mente con vergüenza, arrepentimiento, y algo de deseo. Demonios, debí dejar que Ivan continuara hasta el final, de haberlo hecho también me hubiera sentido culpable, pero por lo menos hubiera sabido cuan bueno es en la cama…—No creo que lo estés haciendo en realidad —me regaña mi padre, dándose cuenta de lo perdida que estoy en mis recuerdos.—Lo siento papá, es que me siento un
Sentía una incomodidad insoportable entre nosotros.Me mantenía con la cabeza baja, mientras su auto avanzaba por toda la ciudad, maldiciendo la hora del día, ya que al haber un ligero embotellamiento los autos avanzaban a mucha lentitud, lo cual termina alargando de forma insoportable este maldito momento incomodo en su coche.—¿A qué restaurante iremos? —me atrevo a preguntar de pronto, ya que me doy cuenta de que estamos abandonando el distrito comercial de San Francisco.—¿Quién hablo de un restaurante? —me cuestiona Iván.—Bueno, tú me invitaste a almorzar, así que yo…¿A dónde demonios me está llevando? Yo pensaba que iríamos a un restaurante, o a ese alto edificio donde tenemos nuestras reuniones a la media noche, pero ahora que nos estamos alejando y que él me acaba de aclarar que no íbamos a un restaurante… ¿Debería estar asustada?—¿A dónde me estas llevando? —le pregunto ya sin poder contenerme.—¿No disfrutas la expectativa? Dejémoslo en que es una sorpresa.Quiero darle u
—¿Entonces tu siempre supiste que estaba buscando un instituto? —le cuestioné con molestia.Después de que el profesor Stone acordara los días que nos veríamos para las clases y el temario de las sesiones, Iván y yo finalmente pudimos ir al comedor de su mansión, donde en una mesa más pequeña y al lado d la ventana, los empleados de su casa nos sirvieron una deliciosa ensalada como una entrada, mientras preparaban nuestros almuerzos.—Sí, tu padre me llamó ayer y me dijo al respecto —respondió Iván de forma seria.—¿Entonces es mi padre quien te ayuda a espiarme? —le pregunto en modo de queja.—Desde que volvimos a comprometernos a veces hablamos de ti en nuestras reuniones de negocios, no es algo raro, después de todo muy pronto te convertirás en mi esposa.Esto no me hace feliz.Ni siquiera estoy pensando en la ayuda que Iván me dio, solo pienso furiosa en la traición de mi padre, preguntándome como puede ser posible que él lo ayude en estas tonterías, dándole datos míos, y propicia