Capítulo 4.

A veces creo que todos nos sentimos muy perdidos cuando cumplimos 18 años.

Cuando yo cumplí esa edad estaba en mis últimos meses antes de terminar la preparatoria, y creía que tenía mi vida planeada, con el pacto entre mis padres y los padres de Iván, preparándome para ir a la universidad, pensando en terminar mis exámenes y el baile de graduación… Todo eso se vino abajo cuando conocí a Peter.

Ah… Peter, como odio hablar o pensar en él, mi maldito ex esposo.

Conocí a Peter por accidente una tarde, me había olvidado en el salón de clases una tarjeta de San Valentín que estaba preparando para Iván, y siendo la última alumna caminando por los pasillos de la escuela me encontré con él, trayendo baldes de pintura y sus pinceles.

—Oh… Tú eres de la familia Mayers, ¿No es verdad? —dijo Peter cuando nos encontramos en ese pasillo— ¿Me recuerdas? Soy Peter Richie, nos conocimos en navidad en la cena de la familia Gold hace un par de años.

A pesar de lo que podrían pensar de Peter, él alguna vez también tuvo mí mismo estatus social, venia de una familia poderosa y había estudiado en mi misma escuela varios años antes que yo. Lo reconocí al momento, pero dude que él me recordara, así que lo salude tímidamente, entonces todo comenzó. Al pensar en eso ahora, hubiera deseado que él no me reconociera.

Entre todas las chicas ricas, Peter siempre había sido muy popular. Era un chico muy guapo, con un cabello castaño que le gustaba traer hasta los hombros, unos bonitos ojos verdes, y unas pecas en su rostro que eran encantadoras. Todos decían que era un artista, al ser el hijo menor de la familia Richie, Peter hacia lo que quería ya que sabía que contaba con el dinero de sus padres sin ningún deber de por medio, estudiando arte y teatro, viviendo una vida llena de libertad.

Tal vez eso me atrajo de él incluso antes de conocerlo, ver sus hermosas pinturas, escuchar a lo lejos sus inteligentes charlas, sentir su aura tan libre y llena de vida. Él y yo éramos muy diferentes, así que cuando comenzamos a encontrarnos después de la escuela mientras él hacia un trabajo para la clase de arte pintando un mural, fue inevitable para mí enamorarme de él.

Creo que todas las personas siempre me juzgan como si fuera una perra por haber abandonado a Iván para irme con Peter, pero nunca lo han juzgado a él por intentar conquistar a una chica de 18 años que ya tenía un matrimonio arreglado que él concia, ya que ambos nos coqueteamos mutuamente, no fui yo quien lo sedujo y se aferró a él como una idiota, los dos somos culpables de lo que pasó.

No sé en qué punto ambos empezamos a salir en serio, probablemente cuando terminó su trabajo en la escuela y me invito a salir a una cita real. Él siempre supo que yo tenía pareja, y aun así me invito a ver una película de cine independiente, para luego besarme antes de llevarme a casa. Peter era 5 años mayor que yo, y ante su aura hermosa e interesante, yo me perdí por completo.

Conocerlo e iniciar una relación con él abandonando a Iván fue un error, pero el peor error de mi vida fue dejarlo todo e irme con él a Nueva York, olvidando todo atrás… incluso a mí misma.

—Mi padre quiere que entre a una universidad para estudiar una carrera “de verdad”, después del fiasco que fue mi obra de teatro en el centro histórico, me dijo que debo dejar de perder el tiempo y en otoño me llevara a Londres para buscar una buena universidad —Peter me dijo la noche anterior a mi baile de graduación.

—Eso es terrible… ¿Qué harás ahora? —le pregunté preocupada.

—Voy a huir, tengo algunos amigos que viven en Nueva York cerca de un estudio de baile. No es grandioso pero tampoco terrible, estoy confiando en que mi obra con mejores actores será realmente buena, así que Nueva York será un nuevo y mejor comienzo.

—Pero si tú haces eso, tu y yo…

—No volveré jamás a San Francisco, Adele. Este es el final.

Ese fue el punto de quiebre, esa noche fuera de mi casa cuando nos encontramos a escondidas y él me dijo que iba a irse de la ciudad. Nunca me pidió ir con él, pero a la mañana siguiente mintiéndole a mis padres, fui a buscarlo y a decirle que iba a irme a Nueva York con él. Peter no se negó, y tomándome de la mano con fuerza, nos fuimos de la ciudad juntos.

6 meses después de abandonar a mi familia y a Iván, me case con Peter en el ayuntamiento de Nueva York, entre sus nuevos amigos artistas que nunca fueron realmente cercanos a mí. Y después de firmar los papeles del casamiento y convertirme en Adele Richie, pensé que ese día sería el más feliz de toda mi vida. No sabía cuan equivocada estaba.

***

—Necesito que acabes con el acuerdo para este matrimonio.

Esas fueron las primeras palabras que escaparon de mis labios cuando llamé a mi padre. Después de regresar a casa en medio de la madrugada sin poder dejar de llorar, esperé al día siguiente para llamar a mis padres, sintiéndome desesperada por su ayuda para deshacerme de Iván.

—Adele, no puedo hacer eso —respondió mi padre, con un tono de voz evidentemente cansado.

—Papá por favor, no puedo casarme con ese hombre, debiste decirme que fue él quien se ofreció para casarse conmigo.

—No fue Iván quien se ofreció para la boda, yo le pedí que se casara contigo.

¿Mi padre lo había hecho? No tenía palabas para explicar lo mucho que dolía saberlo…

—¿Por qué hiciste eso? ¿Porque a él? —pregunté dolida.

—No había nadie más. Todos los amigos de la familia saben lo que hiciste, y nadie quiere casarse con una mujer divorciada en tales circunstancias. Iván se mantuvo soltero después de que te fuiste, así que cuando me llamaste para decirme que ibas a separarte de Peter, fue la primera persona en la que pensé, y el único que aceptó casarse contigo a pesar de tu terrible reputación.

Baje la cabeza derrotada, mi padre tenía toda la jodida razón, ya que yo no esperaba que ningún hombre me quisiera a su lado, como si fuera alguna especie de criminal para personas de mi estatus social por haberme divorciado de un tipo como Peter Richie.

—Sé que no es fácil por la historia que tienen Iván y tú, pero si lo que me dijiste antes de divorciarte es cierto, debes casarte ahora más que nunca, porque si pasan nueve meses y tu… —dijo mi padre con voz severa.

—Si papá, lo sé, no tienes que mencionarlo —lo interrumpí avergonzada, presionando mi teléfono en una mano con fuerza.

—Decidimos suspender el viaje y volver a San Francisco en un par de días, vamos a celebrar el cumpleaños de tu madre en la mansión, y en su fiesta vamos a anunciar tu compromiso con Iván. Mientras más rápido te cases con él mejor será para ti, piensa en tu futuro antes de pedirme de nuevo rechazar la última oportunidad que tienes para seguir siendo una mujer respetable.

Después de decir esas crueles palabras, mi padre colgó el teléfono, dejándome desolada.

La única persona que sabía mi secreto era mi padre, y aunque me vi obligada a decirle la verdad para que me permitiera regresar, ahora estaba sufriendo las consecuencias de eso, ya que mi padre me rechazaba por lo que sabía…

—Esto no es justo para Iván… —susurré bajando mi teléfono, mirando mis manos llenas de culpa.

“¿Estas satisfecha con lo que obtuviste al casarte con el señor Richie?”

Maldito Iván, incluso sin que se lo dijera, como si leyera mi mente… Él sabía que yo solo había obtenido dos cosas en este maldito matrimonio.

Una vieja maleta llena de ropa barata y un bebé.

No soy una víctima, lo sé. Porque soy egoísta e hipócrita, y no pienso en el daño que hago con las acciones que tomo, algo que confirmo al aceptar este maldito matrimonio… Porque no solo me estoy casando con Iván para salvar la poca reputación que me queda y como un requisito para volver a ser admitida en mi familia, había otro pecado que estaba cometiendo con este acuerdo… Iba a hacer que Iván criara al hijo de Peter.

Él no se merece nada de esto… Yo de verdad soy lo peor de este mundo.

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