- Debemos aceptar hermana. Es una buena oportunidad para protegerte, de lo contrario debemos irnos. – no quiero aceptar, pero tampoco quiero seguir huyendo.
- Necesito saber toda la historia. – habla después de mucho mi jefe. – Quiero escucharlo de tu boca. – Había salido junto a Paulo y cuando volvió tenía el rostro rojo, estaba furioso. En sus manos llevaba una carpeta, que estaba presionando hasta el punto de arrugarlo por la presión que ejercía. Su cuero estaba tenso.Inhalo una bocanada de aire. Recordar mi pasado y hablar de ello me poner realmente muy mal. Me pongo de pie y empiezo a caminar de un lado a otro, como muestra de lo incomoda y nerviosa que me encuentro.Si no quieres, no lo hagas. – dice mi hermano. Lo miro y le brido una sonrisa que no llega ni a los ojos.- Cuando tenía veintiún años, recién cumplidos, era aún estudiante universitariDalbert Brown ˃˃ Usado, prostituto ˂˂ - Pensaba seriamente, recordando las palabras de su amiga o quien sea que estuviese hablando con ella en ese momento. Nunca me puse a pensar en que dirían las personas, pues siempre intentaba cuidar mi imagen, pero ella sabía con exactitud lo que hacía, nunca lo vi de ese modo y por increíble que parezca, sentí vergüenza de que me tildara de esa manera. Normalmente a las mujeres se la menosprecia por tener un pensamiento diferente, tener la mente más abierta, incluso por disfrutar su vida de una manera libertina, pero a los hombres se los aplaude y eso me lleva el recuerdo de aquella noche que ofendí a Oli y me dijo que ya estaba acostumbrada. Me comporté como un machista, solo por vestirse con algo diferente.
Lo primero que hice cuando me enteré que la condenada mujer que me roba los suspiros se marchó sin sus guardaespaldas, fue llamarla. Pero no atendió. Obvio que no contestaría porque soy yo, pero,¡maldición! Hay un puto loco afuera acechándola y ella se hace la loca y huye.¿Es que acaso no es consciente del peligro que corre? Que existen personas que nos preocupamos. Que yo me preocupo. ¡Claro que no! A la gatita altanera se le ocurre huir por miedo, cuando el verdadero peligro está afuera.Salgo disparado de la empresa ya que en definitiva no contestaría mis llamadas, y eso es demasiado extraño viniendo de ella. Quiero creer que le intimido, pero antes igual contestaba, esta no es una excusa. Pido al chofer que me lleve hasta su casa y a medida que avanzamos por las calles de la ciudad insisto en comunicarme, pero nada, ahora ya me da a buzón.Fuimos interceptados por una camioneta. Al principio me alarmé, pues creí que fuese el tal Ilkai, pero al ver al sujeto bajar de su
No entablamos conversación, la lleve directo a mi casa para que pueda descansar de este traumático evento. Mi casa está totalmente custodiada y ya los hombres de Ronin se encuentra también.Nos estacionamos y cuando planeo bajar para posteriormente ayudarla a ella, sus manos me detienen. Su mirada está fija en los hombres de afuera y se le ve sumamente nerviosa.- ¿Qué hacemos aquí? – pregunta, y yo caigo rendido cuando sus ojos azules como el cielo se clavan en los míos. ¿Ahora entiendo porque Andréi la llama así?- Aquí estarás más segura. – le confieso, acariciando su cabello. - Mi hermano. - Ya lo saben y están de acuerdo. – solo asiente. Y con esta respuesta espero haber sido claro y no me arme alguna escena.- En serio no quiero incomodar.- Cariño, jamás me incomodarías. – susurro, adm
Olivia Campbell Llevo aproximadamente quince días viviendo aquí. Aquella noche fue un caos, no cabía en mi cabeza vivir bajo el mismo techo que mi jefe y mucho menos que mi hermano estuviese de acuerdo con tan idea descabellada. La incomodidad era demasiado, al menos para mí, la tensión sexual ni que decir. Viajar hasta la empresa era muy raro, del mismo modo regresar a la casa con él. Aunque el lado bueno es que no llegaba los cinco minutos tardes como antes. Los empleados nos observaban raro, igualmente Gabriella de vez en cuando lanza su ponzoña. No puedo fumar, así ya se imaginar mi ansiedad ante momentos de estrés e incomodidad.Es muy bonito todo, es muy atento y detallista. Todos los días siguen apareciendo rosas y chocolates sobre mi escritorio. Ha
Luego de aquel bebo, no volvimos a hablar, y es que en realidad no necesitábamos palabras para definir la atracción que sentíamos. Además, se mostró muy relajado, y sonreía al celular en todo momento mientras me observaba de vez en cuando.En estos momentos estamos frente a mi casa, solo paso a saludar y llevar algunas de mis pertenencias para poder cambiar un poco de trapos en mi trabajo. Milagrosamente no h**o tanto, sin embargo, eso no quiere decir que no me haya explotado. - Vuelvo enseguida. – es lo último que digo, para después salir del coche, al fin y al cabo, él es muy fino para ingresar en mi casa. Sin perder tiempo, entro a la casa y lo primero que ven mis ojos es a mi hermano tendido en el suelo jugando con Fiorella.- ¡Tía Oli! - grita mi sobrina, dando un salto para caer a mis brazos.- Princesa de Franci. – habla mi hermano, uniéndose al abrazo junto a su hija. Y, por último, de la cocina sale corriendo Cam, con el delantal y secándose las manos c
Los rayos de luz me empezaron a molestar, quería dormir un poco más. Al abrir mis ojos, vi un cuerpo a mi lado, empecé a levantar un poco más la mirada y lo encontré allí, acostado de un lado, sosteniendo su peso con el brazo y estaba sonriéndome. Ésta ha de ser una de las maravillas del mundo, porque estoy presente ante la sonrisa más hermosa, y mi cuerpo se estremece ante su cercanía.-Buenos días, gatita. – saluda, con esa voz ronca, de recién levantado.-Hola. – es lo único que sale de mí.-¿Cómo amaneciste? – dice sonriente, y estoy segura que es porque mi rostro esta roja de la vergüenza que siento en estos momentos. -¿Sucedió? – pregunto, mientras me cubría totalmente con las sabanas. -Si. – susurra, y de un momento a otro siento su peso sobre mí. – Oficialmente ere
Una vez liberada, me levanta en brazos y me encamina hasta el baño y cuando creo que nos daremos una ducha; me aprieta contra la pared.Lo escuche suspirar fuerte y su aliento en mi cuello. Escuche como abría el grifo de la ducha y el agua caía sobre nosotros perdiéndose entre nuestros cuerpos. - Me encantas. – susurra sobre mi hombro y yo me estremecí.Sentí su pecho pegado a mi espalda, sus caderas presionadas con mi espalda baja y una de sus manos metiéndose entre mis cabellos, enrollándolas y cerrando en puños. Su otra mano acariciaba mi vientre y bajaba de manera peligrosa. Tiro un poco de mi cabello y mi cuello quedo expuesto.- Eres hermosa. –musito casi inaudible, se sintió como algo tácito entre nosotros y después de eso, su mano comenzó a moverse de forma brutal. Sus benditas caderas comenzaron a imitar los movimientos de su mano y la pres
Dalbert BrownObservarla dormir es muy simpático. Ella es tan hermosa, tan inocente, tan tierna que hasta parece ingenua. Incluso hasta dormida hace esos gestos con la nariz que muchas veces me hacen querer sonreír.No le hice el amor, le demostré lo que me gusta, lo que soy y pude ver que eso la encendió. Fui posesivo, fui dominante, fui brusco e intenso, fui todo eso menos suave que hasta sentí temor de partirla por la mitad. Pero mi gatita se acoplo perfectamente a mí, a mi tamaño y a mis toques. Consumí hasta el mínimo detalle de su cuerpo, como si lo necesitara, como si fuese esa droga que mi cuerpo anhela a cada hora. Y es que efectivamente, lo es, porque el simple hecho de