‘’Al irme a casa anoche no pude dejar de pensar en ti.
Y una cosa llevó a la otra, ya sabes. Imaginé que tú misma me tocabas como yo deseaba, con tus delicadas manos, que me tomabas en tu gloriosa boca. Solo la luna sabe todo lo que te deseo... Desatas mi lado animal, Verónica.’’Y leer esta carta fue lo que finalmente hizo que mi vómito saliera enseguida, m*****a fueran las resacas, m*****as fueran las cartas psicóticas y m*****a yo por hacer caso a Ana, no recordaba absolutamente nada después del primer trago pero según Jaz estuve besuqueándome con un desconocido bastante sexy.
Gruñí limpiando mi cara para luego ir a mi habitación y dejarme caer en mi cama. —Quisiera recordar al sexy desconocido en vez de las palabras sucias de mi acosador. Ana Alice había tenido razón después de todo, él había estado tanteando terreno para irme diciendo guarradas. —Cerdo —susurré levantándome de la cama. Después de tomar una aspirina Ana me llamó pidiéndome disculpas por abandonarme y rogándome que fuera al gimnasio con ella lo cual accedí después de tanta súplica. Cuando estuve lista escuché la bocina del auto de mi mejor amiga y me apresuré a salir. — ¡Pero qué guapa vas! Estas causando una envidia increíble en mí. Yo entorné los ojos y me subí al auto. — ¿Qué tienes? —preguntó y yo tuve las ganas de contarle. —Yo… ¿Recuerdas al tipo de las cartitas? Ana sonrió lobunamente mostrándome que lo recordaba por completo. — ¡¿Lo has conocido?! —Chilló frenética—, ¿Te acostaste con él? ¿Cómo es? ¿Te gusto…? — ¡Detente! No lo he conocido loca, solo quería contarte sobre su nueva carta. Enseguida bufó fastidiada volviendo su atención al camino. —Espero que sea algo bueno o reserv… —Me ha escrito que se masturbó anoche pensando en mí —solté horrorizada. De inmediato Ana Alice volteó a mí con una sonrisa de desquiciada antes de reírse estruendosamente. Algo meramente típico de Ana. — ¡La vista en el volante! —chillé y ella obedeció sin dejar de reír. —Mm… lo sabía se había tardado. —Es asqueroso, tu… ¿Crees que deba temer de él y sus cartas insanas? —No lo sé, no le hizo daño a Dean y tampoco te lo ha hecho a ti. —Lo sé pero… —Me jode que solo te hable por cartas ¿Qué edad tenemos? ¿14? Maldición él debe buscarte y conocerte en persona pero no lo hace, lo que ocasiona que piense que es un gordo friki o un flaco lleno de acné. —Ana —la regañé, sin embargo, ella me censuró con la mirada. —Debe serlo ¡Dime que no lo has pensado! Yo me encogí en hombros sabiendo que tenía razón. Al levantar la vista vi que mi rubia amiga se estacionaba al fin en el gimnasio entonces ambas bajamos en silencio. Yo me sentí incómoda como siempre que venía al gimnasio pero fue peor cuando las miradas lascivas de los hombres se posaron en ambas como si fuéramos deliciosos filetes, esta vez había algo más, una de esas miradas me hizo estremecer por completo como si la conociera. Y mientras hacíamos los ejercicios me sentí sumamente expuesta en todos los sentidos.*
ACHERON
Tendría que estar concentrado en lo que el alfa Beowulf estaba diciendo pero mi mal humor no me dejaba, a pesar de que le había roto la cara al lobo de su manada por bailar con Verónica la noche anterior, sentía las irrefrenables ganas de matarlo, m*****a sea ella se había restregado contra él, eso me tenía a mí y a mi lobo histéricos, ella no podía tocar a alguien de esa forma, es mía y ningún hombre la tendría jamás. — ¡Tenemos que aliarnos alfa Acheron! Necesito proteger a mi esposa de toda esta m****a —soltó desesperado Beowulf—, Taylor no sabe absolutamente nada de esto, de que soy lobo… Yo lo miré con aburrimiento, conocía perfectamente lo que él me quería decir pero también sabía que Beowulf era traicionero y cuando consiguiera un trato mejor me daría una patada en el culo y se uniría a mis enemigos con tal de mantener su trasero a salvo. —No confió en ti Kasser. Me di la vuelta para entrar al gimnasio de nuevo aunque una vez más lo sentí seguirme, el olor de su preocupación esta vez golpeó más fuerte mis fosas nasales. — ¡Lo juro Alfa! ¡Haré lo que sea para mantener a mi esposa fuera de peligro! De eso estoy seguro. Entonces lo encaré otra vez y vi su tez palidecer aún más. —Estás vendiéndole tu alma al diablo —advertí porque este asunto ahora estaba divirtiéndome de verdad. Él se encogió en hombros y vi el desespero en su mirada. —Bien, te diré lo que haré para aliarnos como dices Alfa del sur, te unirás a mi manada y lucharemos juntos por la causa ¿Qué dices? Evidentemente podía estar más pálido. Contuve una carcajada al verlo apretar los puños, lo tenía en mis manos y era absolutamente obvio. Si Beowulf se unía a mi manada perdería el liderazgo y simplemente ya no sería el Alfa sino un simple Omega, sin embargo, si quería que confiara en él, esta era la única manera, él y su manada no podrían traicionarme por ningún motivo, a menos que quisieran morir. Porque sí, Beowulf era tan débil por su hembra que sería capaz de traicionar al Alfa más poderoso por protegerla fueran cual fueran las consecuencias. — ¿Mantendrá a mi esposa a salvo? Yo sonreí obvio antes de girar otra vez al gimnasio. —Está hecho. —Entonces no hay nada que decir, la manada sur está en sus manos Alfa supremo. No dije nada y busqué con mi vista a Kaden, me había enfriado y ahora quería ir a casa o mejor aún a saber sobre mi dulce Verónica, sin embargo, un olor llegó a mis fosas nasales paralizándome por completo. Es ella. Gruñó mi lobo interior. ¿Qué demonios hacen ese par de humanas en un gimnasio que es para lobos? M*****a sea, Verónicas va a matarme.Mi mirada viajó a cada centímetro de su cuerpo, su torso estaba cubierto por un pequeño crop top deportivo mientras que usaba un pantalón muy ceñido al cuerpo, mis ojos advirtieron que había un montón de hombres posando la vista en ella e inevitablemente gruñí posesivamente.Tenía que controlarme para no dar un espectáculo con ella ahí.¿Pero cómo podría controlarse cuando su compañera estaba a solo unos pasos de distancia?¿Cómo era posible que fuera tan bella?El ver su cuerpo me recordó a la noche anterior, había olido en ella una especie de droga y me enfurecí con quienes había asignado para protegerla, se suponía que no podían quitarle la vista de encima, entonces al volverme a ella otra vez la vi bailando descaradamente con un estúpido subordinado de Beowulf quien parecía muy feliz por su atención, furioso y fuera de sí lo aparté de ella haciéndole una seña a Rakish para que lo mantuviera cautivo, yo mismo lo castigaría por tocar lo que es mío y al sentir el característico aroma
Una vez que los policías llegaron le conté toda la situación antes de darles las cartas que por alguna razón no quería entregar, pero ellos se encargarían de buscar un indicio de quién podía ser mi acosador.—Por lo pronto debe mantenerse rodeada de personas señorita, aún él parece no haberse acercado lo suficiente a usted pero no sabemos cuánto dure ese sosiego, vamos a mantenerla informada sobre la investigación.—Muchas gracias oficial —dijo Ana Alice ya que yo no iba a decir nada más y mientras mi amiga los acompañaba a la puerta Jazmín se dedicaba a acariciar mi cabello tratando de calmarme.—No van a dejar a nadie cuidándome —susurré una vez que escuché la puerta cerrarse y los pasos de Ana caminar hacia donde estábamos.Enseguida Jazmín me abrazó y Ana se unió después sintiéndome más segura con ellas de mi lado.—Ellos se han ido pero nosotras nos quedamos ¿Vale? Somos chicas con garras —guiñó un ojo hacia mi haciéndome sonreír levemente—. No vamos a permitir que un psicópata m
La última carta había hecho que mi cuerpo se erizara por completo. ¿Hundirse en mí y hacerme gemir? ¡Ja! Como si pudiera ser posible. Nunca me enredaría con un psicótico que parece que está sobre mi culo todo el tiempo. Y eso había dicho cuando la leí entonces pasaron los días sin recibir más cartas cosa que me dejaba un sabor extraño en la boca y mi pecho dolía de vez en cuando haciéndome sentir extraña. Era como si una escondida parte de mi sistema… ¿Ansiara recibir más cartas? No lo sé. Todos los días me reprochaba cuan estúpida podía ser cuando ese pensamiento aparecía en mi cabeza. ¿Qué había pasado con él? ¿Me atraía este hombre que desconocía? ¡No, nunca! Entonces... ¿Por qué echaba de menos sus cartas? ¡Porque por Dios que lo hacía! Estoy loca, estoy muy loca. Ana había tenido razón, me gustaba el jueguito que tenía él con las cartas de una retorcida manera. —Necesito que alguien me lleve a un jodido manicomio —gemí dejándome caer en la cama hasta que abrí los o
Enseguida Kaden asintió.Cuando se marchó caminé con decisión hasta ella, al entrar en su habitación su olor me golpeó dulcemente y me contuve para no soltar un gemido vergonzoso como si me tratara de un maldito adolescente humano. La verdad era que lo que despertaba mi compañera en mí era algo sublime, ¿Cuánto más lo sería si estuviéramos juntos?Era lo que más anhelaba en mi vida, era débil ante ella, sin embargo, no podía arriesgarme a perderla, había pasado muchísimo tiempo después de haberla visto, no tuve tiempo para escribirle cartas , aunque mi corazón, mente y alma estaban con ella siempre.Todo lo que hacía era por tenerla conmigo para siempre y no solo por un rato.A pesar de ser el alfa más fuerte de todas las manadas la arriesgaría trayéndola conmigo, tengo enemigos rastreros que no les importaría tomar a mi compañera para hacerme más débil.Era difícil mantenerme centrado cuando mi mente y cuerpo clamaban por mi alma gemela, caminé hasta estar al lado de su cama.Ella do
- ¡Enfermo pervertido!Me había tocado sin mi consentimiento ¿Y lo peor?¡Fui receptiva a su toque!Sí, sé que fue una reacción inconsciente pero sea como sea fui débil ante sus caricias impuras, además de que... mierda, ni puedo mentirme a mí misma, sentí algo extraño tras leer su carta.¡Y eso era lo que me enfurecía verdaderamente!-Soy una zorra -murmuré atormentada con mis pensamientos-, soy una maldita zorra.Él tiene la culpa.Aparté las lágrimas que caían por mi rostro, histérica y me levanté la cara, no podía permitir esta sensación en mi cuerpo, necesitaba desahogarme así que tomé el teléfono con rapidez y llamé a Ana Alice, sin embargo, ella no contestó.La siguiente en llamar fue a Jazmín, pero obtuve el mismo resultado.¿Qué podía hacer una chica como yo cuando sus amigas estaban ocupadas y necesitaba consuelo?No tenía a nadie más así que ¿Por qué no hacer lo que tenía pensado?¿Quizás por qué te trató como una mierda la última vez?Sí, eso podía ser una buena excusa.Cu
¿Y qué quería yo?En este momentos ser follada por él, en esos instantes no era yo, mi cuerpo no me pertenecía, se había apoderado de un súcubo impetuoso que buscaba no drenar energía sino meramente el placer carnal.Anhelé en secreto a un hombre que me hiciera delirar en ese mundo de lujuria, en el reino de la pasión aún más cuando mi sexo se contrajo en un pequeño orgasmo que supe que no sería suficiente para calmar mi ímpetu.Tan rápido como la sensación acabó la vergüenza me golpeó y de inmediato me envolví entre las sabanas, incrédula de que hubiera hecho aquello aún peor, pensando en mi acosador.*ACHERONFuera de sí corrí en dirección de mi compañera por suerte la pelea no se alargó demasiado, sin embargo, las palabras dichas por el Alfa de la tercera manada más fuerte del mundo, quien me había declarado la guerra abiertamente, me tenían en vilo, no porque le temiera, sino porque me aterrorizaba que alguien pudiera hacerle daño a mi compañera y que yo no esté ahí para salvarla
Ayer te vi furiosa al leer mi carta, dijiste que era un enfermo pervertido y luego llamaste al maldito de tu ex pero yo no dejé que fuera a por ti, eres mía aunque no lo quieras.Luego lo entendí.Leíste la nota una vez más pero él nunca llegó.Furiosa la arrojaste al suelo y apagaste la luz.Querías que yo no viera, sin embargo, poco sirvió, mujer.Te vi caminar desnuda hasta tu cama.Allí abriste tus piernas como una invitación silenciosa a mí.Introdujiste tus dedos en tu centro caliente y gemiste hasta encontrar tu placer.¿Quieres enloquecerme?Quería follarte tan duro que no pudieras caminar sin que recordaras que yo estuve dentro de ti.Pero lo que finalmente me alegró fue que te gustaran mis cartas, porque ahora sé que te gustan.No vuelvas a llamar a tu maldito ex para que calme las necesidades que yo he desatado.Pon en tu puerta un pañuelo rojo y yo entenderé tu invitación.- ¡¿Estás loca?! Yo nunca haría eso con un completo desconocido y menos desquiciado como ese sujeto.
No pude continuar leyendo, la libido me estaba subiendo por la cabeza y eso no era nada bueno.Este hombre está consiguiendo que me vuelva tan loca como él.— ¡Cerdo! —grité por si acaso me oía tratando de calmar los frenéticos latidos de mi corazón.Sin embargo trataba de engañarme a mí misma.Desatas mi instinto animal, Verónica.Negué con la cabeza arrugando el papel y arrojándolos la basura, me tomé de golpe el vaso de vodka dispuesta a irme a dormir, fue cuando las luces se apagaron por completo al igual que la música.—Mierda —susurré.De pronto recordé dónde había colocado mi teléfono, fue a por él pero en el camino trastabillé y casi caí al suelo no obstante un par de manos grandes me sujetaron deteniendo la caída, sentí una caliente respiración al oído seguida de una gruesa voz que hizo que mi vello se erizara por completo.Solo esas dos palabras bastaban para dejar helado a cualquiera.— Te tengo.De inmediato mi respiración se cortó, sentí el miedo alcanzarme pero a la vez