Supe porque llorabas, ese idiota no te merece.
Me contuve cuando le escuché gritándote, quería matarlo, lo juro, despellejar su piel sin remordimiento, él no merece si quiera mirarte, eres demasiado hermosa como para él.
Él va a pagar, lo juro.
Lo vi salir de la casa furioso pero no le di importancia porque mis ojos solo estaban puestos en ti y en tu piel expuesta.
¿Buscas provocarme?
Te desnudaste frente a la ventana cariño.
Lo has hecho, me has conseguido.
Desatas mi lado animal, Verónica.
—Mierda… santa m****a.
El día anterior no había prestado atención a que no me había llegado carta alguna, después de salir del baño llamé a las chicas y después de que ellas también se disculparan cenamos en un restaurante muy bonito antes de que Ana inventara hacer una pijamada, queriéndome olvidar de todo accedí.
A la mañana siguiente pasé deprisa por la casa para llevarme mis cuadernos e ignoré el papel en el suelo pero al regresar efectivamente descubrí que se trataba de la tercera cartita, nerviosa me deshice del papel que la cubría entonces me di cuenta.
¿Cómo sabía mi psicópata amigo de las cartas todo aquello?
Era demasiado sospechoso.
Estaban acosándome y debía estar super asustada, pero por algún motivo no le daba demasiada importancia hasta que leí el juramento sobre hacer pagar a Dean además me fijé en lo estúpida que había sido para desnudarme frente a la ventana, bien, un loco psicótico me había pillado como Dios me trajo al mundo pero además de él, quién más habría disfrutado mi patético espectáculo.
Golpeé mi cabeza con la almohada repetidamente para después volver a tomar la carta y leerla una vez más.
Esta como las dos anteriores olía maravillosamente a hombre y a sándalo igualmente finalizaba contundentemente con su acostumbrada frase cliché desatas mi lado animal junto con mi nombre a un lado lo cual parecía ser su acartonado sello personal, sin embargo ¿Qué si no era cliché? ¿Debería estar asustada por la amenaza a Dean?
Era un cerdo, vale, que ya lo tenía claro pero tampoco le deseaba nada malo, ya la vida se encargaría de cobrárselas.
Estuve el resto del día esperando recibir alguna llamada o mensaje que me dijera que mi ex había tenido un accidente, sin embargo, nunca llegó así que dejé de preocuparme.
—Dime que no estás esperando una llamada del perro de Dean —Y esa fue la entrada triunfal de mi mejor amiga.
Lo que me recordaba a que algún día debía quitarle las llaves que estúpidamente le confié.
No había sido muy sensato de mi parte.
—No —dije levantando la cabeza del celular para verla—, ¿Y quién m****a te ha dicho que entres a mi casa así? No se te ha ocurrido pensar que pueda estar con alguien.
Arqueé una ceja cruzándome de brazos para ver a la rubia quien sonrió enseguida.
— ¿Está en el baño? Definitivamente quiero conocer al hombre que te…
— ¡Ni lo digas! —Exclamé sabiendo que no era nada bueno lo que estaba por soltar mientras que ella entornó los ojos—. De todas formas ¿Qué te hace invadir mi hogar?
—Una fiesta ¿Qué más sino? Voy a ponerte guapa y…
—Una vez más ¿Qué te hace pensar que voy a salir?
Ella llevó el dedo índice debajo de su barbilla como si estuviera pensando pero pronto su sonrisa hizo que bufara sabiendo que ya se le había ocurrido algo.
—Pues querida mejor amiga recuerdas que perdiste la apuesta en la que alegaste que Jaz iba a casarse primero que Tay, debes pagar.
—Ana estoy cansada.
—No seas floja, vamos.
Suspiré porque sabía que de una u otra forma Ana Alice lograría convencerme.
Amabas nos arreglamos mientras mi amiga no paraba de hablar sobre quienes estarían allí.
Más tarde al llegar a la dichosa fiesta de la fraternidad Ana me animaba a buscar un chico mientras yo le decía que no estaba de humor, comencé a beber hablando con Jaz quien acababa de llegar y de un momento a otro me sentí ligera, divertida y sensual.
Necesitaba bailar con un hombre… o hacer otra cosa.
— ¿A dónde vas? —gruñó Jazmín tomándola del brazo.
Finalmente había regresado con su novio a la barra pero ahora era yo la que quería divertirme, Ana Alice me había abandonado por un pelirrojo y Jazmín estaba ocupada con su Romeo cajún así que yo iría a buscar el mío propio.
— ¡A bailar!
La morena entornó los ojos pero antes de que hablara lo hizo Amos el novio de Jaz.
—Maldita sea chica ¿Aceptaste la bebida a alguien que no conoces?
Yo traté de hacer memoria pero lo único que quería hacer era bailar y divertirme, aburrida a la vez que mareada me encogí en hombros dándoles la espalda tratando de localizar un chico guapo aunque una vez más mi brazo fue atrapado desde atrás por Jaz quien lucía preocupada, sin embargo, yo no estaba demasiado razonable por lo que le gruñí soltándome de su agarre mientras que escuché a Amos murmurarle que no me perderían de vista por si me metía en problemas.
Dando dos pasos más un chico alto me interceptó y sonriéndome con coquetería comenzó a moverse contra mí.
Divertida le seguí el paso moviéndome seductora a la vez que le daba una sonrisa llena de coquetería que ni yo misma sabía de dónde venía.
El chico murmuró algo en mi oído para luego mordisquear el lóbulo de mi oreja y me sentía tan receptiva que no oculté el gemido que salió de mis labios.
Definitivamente debían haberme dado algo de beber en mi trago porque no estaba actuando como yo lo haría, opero ahora mismo eso no me importaba mucho.
Si hubiera estado en mis cinco sentidos lo hubiera golpeado y alejado de mí, pero como no era así le di la espalda moviendo sugerentemente mi trasero contra su ya notoria erección lo que me hizo reír como una estúpida.
—Me gusta cómo te mueves, preciosa.
Y esto me animó para ser más atrevida así que aun moviéndome contra él balanceé mi trasero aún más cerca de su entrepierna escuchándolo jadear reí victoriosa.
De pronto escuché una especie de gruñido por encima de la música que erizó mi cuerpo e hizo que mi corazón saltara sin entender qué me pasaba, pronto sentí que apartaba la mano que estaba peligrosamente cerca de mi trasero y se separaba de mi cuerpo, pero no por demasiado tiempo, solo que en esta ocasión se acercó aún más que antes a mí y cuando iba voltearme para verlo, él aferró una mano a mi cintura y otra se enrolló alrededor de mi vientre inmovilizándome por completo.
Su aliento chocó contra mi cuello desde atrás de mí, creando una tensión tan palpable entre los dos que simplemente me estremecí entre sus brazos musculosos.
No me parecía tan musculoso cundo me acerqué a él...
Mis pensamientos de repente desaparecieron cuando noté algo que en medio de este cúmulo de emociones.
¿Eran suposiciones mías o al tipo le había crecido más su…?
—Estas sobrepasando tus limites, estás matándome mujer —ronroneó en mi oído pero esta vez sonó diferente.
Su voz causó un escalofrío en mí de forma inexplicable.
El roce de sus manos fue el mejor de los placeres.
Quería tocarlo, tentarlo y llevarlo al límite salvo que ahora ese sentimiento no se debía a cualquier cosa extraña que me hubieran dado en la bebida, yo sentía que necesitaba hacerlo y de hecho me gustaba.
¿Quién era este hombre?
Por lo que no me detuve, seguí adelante sin importarme absolutamente nada, ni siquiera si alguien más estaba mirándonos, entonces sucedió.
Él misterioso extraño me giró el rostro y antes de que yo pudiera procesar algo, rápidamente estampó mis labios con los de él de una forma fascinante.
Cada parte de mi cuerpo vibró con este beso que sacudió mis ser entero.
Mis labios se aferraron a los suyos moviéndose con el mismo deleite y la misma pasión que él lo hacía y si de algo estaba segura es que jamás me habían besado como él lo estaba haciendo.
Por un momento me dejé llevar, tan eclipsada por las sensaciones que le trajo a mi cuerpo, mi alma gimió en mi interior porque de repente él se apartó y yo solo pude parpadear atontada, me giré para buscarlo una vez más porque aquel beso simplemente me dejó con ganas de más, sin embargo, al abrir los ojos él había desaparecido.
…Para mi desgracia.
No entendí qué fue lo que me pasó.
Pero por primera vez me sentí viva.
Y lo añoré de vuelta.
Sin saber que él sería mi perdición.
‘’Al irme a casa anoche no pude dejar de pensar en ti.Y una cosa llevó a la otra, ya sabes.Imaginé que tú misma me tocabas como yo deseaba, con tus delicadas manos, que me tomabas en tu gloriosa boca.Solo la luna sabe todo lo que te deseo...Desatas mi lado animal, Verónica.’’Y leer esta carta fue lo que finalmente hizo que mi vómito saliera enseguida, maldita fueran las resacas, malditas fueran las cartas psicóticas y maldita yo por hacer caso a Ana, no recordaba absolutamente nada después del primer trago pero según Jaz estuve besuqueándome con un desconocido bastante sexy.Gruñí limpiando mi cara para luego ir a mi habitación y dejarme caer en mi cama.—Quisiera recordar al sexy desconocido en vez de las palabras sucias de mi acosador.Ana Alice había tenido razón después de todo, él había estado tanteando terreno para irme diciendo guarradas.—Cerdo —susurré levantándome de la cama.Después de tomar una aspirina Ana me llamó pidiéndome disculpas por abandonarme y rogándome que
Mi mirada viajó a cada centímetro de su cuerpo, su torso estaba cubierto por un pequeño crop top deportivo mientras que usaba un pantalón muy ceñido al cuerpo, mis ojos advirtieron que había un montón de hombres posando la vista en ella e inevitablemente gruñí posesivamente.Tenía que controlarme para no dar un espectáculo con ella ahí.¿Pero cómo podría controlarse cuando su compañera estaba a solo unos pasos de distancia?¿Cómo era posible que fuera tan bella?El ver su cuerpo me recordó a la noche anterior, había olido en ella una especie de droga y me enfurecí con quienes había asignado para protegerla, se suponía que no podían quitarle la vista de encima, entonces al volverme a ella otra vez la vi bailando descaradamente con un estúpido subordinado de Beowulf quien parecía muy feliz por su atención, furioso y fuera de sí lo aparté de ella haciéndole una seña a Rakish para que lo mantuviera cautivo, yo mismo lo castigaría por tocar lo que es mío y al sentir el característico aroma
Una vez que los policías llegaron le conté toda la situación antes de darles las cartas que por alguna razón no quería entregar, pero ellos se encargarían de buscar un indicio de quién podía ser mi acosador.—Por lo pronto debe mantenerse rodeada de personas señorita, aún él parece no haberse acercado lo suficiente a usted pero no sabemos cuánto dure ese sosiego, vamos a mantenerla informada sobre la investigación.—Muchas gracias oficial —dijo Ana Alice ya que yo no iba a decir nada más y mientras mi amiga los acompañaba a la puerta Jazmín se dedicaba a acariciar mi cabello tratando de calmarme.—No van a dejar a nadie cuidándome —susurré una vez que escuché la puerta cerrarse y los pasos de Ana caminar hacia donde estábamos.Enseguida Jazmín me abrazó y Ana se unió después sintiéndome más segura con ellas de mi lado.—Ellos se han ido pero nosotras nos quedamos ¿Vale? Somos chicas con garras —guiñó un ojo hacia mi haciéndome sonreír levemente—. No vamos a permitir que un psicópata m
La última carta había hecho que mi cuerpo se erizara por completo. ¿Hundirse en mí y hacerme gemir? ¡Ja! Como si pudiera ser posible. Nunca me enredaría con un psicótico que parece que está sobre mi culo todo el tiempo. Y eso había dicho cuando la leí entonces pasaron los días sin recibir más cartas cosa que me dejaba un sabor extraño en la boca y mi pecho dolía de vez en cuando haciéndome sentir extraña. Era como si una escondida parte de mi sistema… ¿Ansiara recibir más cartas? No lo sé. Todos los días me reprochaba cuan estúpida podía ser cuando ese pensamiento aparecía en mi cabeza. ¿Qué había pasado con él? ¿Me atraía este hombre que desconocía? ¡No, nunca! Entonces... ¿Por qué echaba de menos sus cartas? ¡Porque por Dios que lo hacía! Estoy loca, estoy muy loca. Ana había tenido razón, me gustaba el jueguito que tenía él con las cartas de una retorcida manera. —Necesito que alguien me lleve a un jodido manicomio —gemí dejándome caer en la cama hasta que abrí los o
Enseguida Kaden asintió.Cuando se marchó caminé con decisión hasta ella, al entrar en su habitación su olor me golpeó dulcemente y me contuve para no soltar un gemido vergonzoso como si me tratara de un maldito adolescente humano. La verdad era que lo que despertaba mi compañera en mí era algo sublime, ¿Cuánto más lo sería si estuviéramos juntos?Era lo que más anhelaba en mi vida, era débil ante ella, sin embargo, no podía arriesgarme a perderla, había pasado muchísimo tiempo después de haberla visto, no tuve tiempo para escribirle cartas , aunque mi corazón, mente y alma estaban con ella siempre.Todo lo que hacía era por tenerla conmigo para siempre y no solo por un rato.A pesar de ser el alfa más fuerte de todas las manadas la arriesgaría trayéndola conmigo, tengo enemigos rastreros que no les importaría tomar a mi compañera para hacerme más débil.Era difícil mantenerme centrado cuando mi mente y cuerpo clamaban por mi alma gemela, caminé hasta estar al lado de su cama.Ella do
- ¡Enfermo pervertido!Me había tocado sin mi consentimiento ¿Y lo peor?¡Fui receptiva a su toque!Sí, sé que fue una reacción inconsciente pero sea como sea fui débil ante sus caricias impuras, además de que... mierda, ni puedo mentirme a mí misma, sentí algo extraño tras leer su carta.¡Y eso era lo que me enfurecía verdaderamente!-Soy una zorra -murmuré atormentada con mis pensamientos-, soy una maldita zorra.Él tiene la culpa.Aparté las lágrimas que caían por mi rostro, histérica y me levanté la cara, no podía permitir esta sensación en mi cuerpo, necesitaba desahogarme así que tomé el teléfono con rapidez y llamé a Ana Alice, sin embargo, ella no contestó.La siguiente en llamar fue a Jazmín, pero obtuve el mismo resultado.¿Qué podía hacer una chica como yo cuando sus amigas estaban ocupadas y necesitaba consuelo?No tenía a nadie más así que ¿Por qué no hacer lo que tenía pensado?¿Quizás por qué te trató como una mierda la última vez?Sí, eso podía ser una buena excusa.Cu
¿Y qué quería yo?En este momentos ser follada por él, en esos instantes no era yo, mi cuerpo no me pertenecía, se había apoderado de un súcubo impetuoso que buscaba no drenar energía sino meramente el placer carnal.Anhelé en secreto a un hombre que me hiciera delirar en ese mundo de lujuria, en el reino de la pasión aún más cuando mi sexo se contrajo en un pequeño orgasmo que supe que no sería suficiente para calmar mi ímpetu.Tan rápido como la sensación acabó la vergüenza me golpeó y de inmediato me envolví entre las sabanas, incrédula de que hubiera hecho aquello aún peor, pensando en mi acosador.*ACHERONFuera de sí corrí en dirección de mi compañera por suerte la pelea no se alargó demasiado, sin embargo, las palabras dichas por el Alfa de la tercera manada más fuerte del mundo, quien me había declarado la guerra abiertamente, me tenían en vilo, no porque le temiera, sino porque me aterrorizaba que alguien pudiera hacerle daño a mi compañera y que yo no esté ahí para salvarla
Ayer te vi furiosa al leer mi carta, dijiste que era un enfermo pervertido y luego llamaste al maldito de tu ex pero yo no dejé que fuera a por ti, eres mía aunque no lo quieras.Luego lo entendí.Leíste la nota una vez más pero él nunca llegó.Furiosa la arrojaste al suelo y apagaste la luz.Querías que yo no viera, sin embargo, poco sirvió, mujer.Te vi caminar desnuda hasta tu cama.Allí abriste tus piernas como una invitación silenciosa a mí.Introdujiste tus dedos en tu centro caliente y gemiste hasta encontrar tu placer.¿Quieres enloquecerme?Quería follarte tan duro que no pudieras caminar sin que recordaras que yo estuve dentro de ti.Pero lo que finalmente me alegró fue que te gustaran mis cartas, porque ahora sé que te gustan.No vuelvas a llamar a tu maldito ex para que calme las necesidades que yo he desatado.Pon en tu puerta un pañuelo rojo y yo entenderé tu invitación.- ¡¿Estás loca?! Yo nunca haría eso con un completo desconocido y menos desquiciado como ese sujeto.