Su declaración sumada al beso posterior que me dio hizo que todo mi mundo tambaleara.Después de eso y de mucho sexo en nuestra habitación, me tomé una pastilla del día después. Supuse que eso sí serviría, Acheron tuvo que hacer algo.Mi corazón late de prisa con un montón de pensamientos en los que incluyo cómo matar a mi maldito esposo lobo.—Maldita sea, compañera estás jodidamente sexy con ese vestido negro. ¿Sabes lo que quiero hacerte ahora mismo?Acheron me sorprende tomándome de la cintura tirándome hacia su cuerpo para meter su cara entre el hueco de mi cuello.No ha visto la prueba en mis manos y siempre utilizo el perfume de mi aroma para que nadie, sobre todo él, pueda olerme. Así que el bastardo no sabe lo que me hizo.—Aparta tus manos de mí —gruño apartándome de su agarre para girarme en su dirección.Mi ceño está fruncido al mirarlo y noto como el rostro de Acheron se desencaja en confusión.—¿Qué hice?—¡¿Qué hiciste?! ¡Esto fue lo que hiciste!Estampo la prueba en su
‘’Con el rostro cubierto de lágrimas te vi por primera vez, no me importó nadie a mí alrededor, ni siquiera el idiota que estaba a tu lado en ese preciso momento.Desde ahí supe que serías mía.El deseo nubló mi vista y tu olor quebró mi razón.Desataste mi lado animal, Verónica.’’Y con esas cinco líneas impresas en un papel negro fue que mi tormento comenzó.No entendía de qué se trataba todo eso, nunca nadie me había dado ni siquiera una carta, no me consideraba una chica linda para llamar la atención de nadie, no tenía grandes atributos y mi cara es bonita pero simple, sin embargo, recibía esa nota que lejos de gustarme me ponía los pelos de punta, sobre todo esa frase final contundente.Ni siquiera salía de casa y cuando lo hacía era para ir a la universidad, de allí de vuelta a mi dulce hogar, no sabía ni cómo ni dónde había despertado el interés de un chico del cual estaba segura no conocía pero no le di mucha importancia, en ese momento no lo sabía ni estaba preparada para tod
ACHERONCuando vi a Verónica por primera vez fue mucho antes de enviarle la primera carta, tenía que ser sigiloso, no podía dar a conocer mi identidad ante ella ni ante nadie, no en medio de una guerra donde caerían los más inocentes.La veía de lejos, sí, pero solo cuando encontraba un tiempo libre de resto enviaba a Kaden, mi beta para que este me contara todos sus movimientos y la protegiera de las amenazas. Aunque tan solo pensar que otro hombre que no fuera yo pudiera deleitarse con su belleza e inocencia me hace arder en celos.Si pudiera evitarlo lo haría, pero no había otra manera, así debe ser, mi luna debe estar absolutamente protegida, nada ni nadie podrá lastimarla. Pero esto no puede detener las inquietantes ganas de darme a conocer, de que Verónica sepa que es mía y no de nadie más.Sin saberlo, aquella mañana que la había visto junto con un idiota a su lado la furia me había dominado y de no ser por Kaden y Rakish me habría mostrado ante ella en una faceta que la hubier
Supe porque llorabas, ese idiota no te merece.Me contuve cuando le escuché gritándote, quería matarlo, lo juro, despellejar su piel sin remordimiento, él no merece si quiera mirarte, eres demasiado hermosa como para él.Él va a pagar, lo juro.Lo vi salir de la casa furioso pero no le di importancia porque mis ojos solo estaban puestos en ti y en tu piel expuesta.¿Buscas provocarme?Te desnudaste frente a la ventana cariño.Lo has hecho, me has conseguido.Desatas mi lado animal, Verónica.—Mierda… santa mierda.El día anterior no había prestado atención a que no me había llegado carta alguna, después de salir del baño llamé a las chicas y después de que ellas también se disculparan cenamos en un restaurante muy bonito antes de que Ana inventara hacer una pijamada, queriéndome olvidar de todo accedí.A la mañana siguiente pasé deprisa por la casa para llevarme mis cuadernos e ignoré el papel en el suelo pero al regresar efectivamente descubrí que se trataba de la tercera cartita, ne
‘’Al irme a casa anoche no pude dejar de pensar en ti.Y una cosa llevó a la otra, ya sabes.Imaginé que tú misma me tocabas como yo deseaba, con tus delicadas manos, que me tomabas en tu gloriosa boca.Solo la luna sabe todo lo que te deseo...Desatas mi lado animal, Verónica.’’Y leer esta carta fue lo que finalmente hizo que mi vómito saliera enseguida, maldita fueran las resacas, malditas fueran las cartas psicóticas y maldita yo por hacer caso a Ana, no recordaba absolutamente nada después del primer trago pero según Jaz estuve besuqueándome con un desconocido bastante sexy.Gruñí limpiando mi cara para luego ir a mi habitación y dejarme caer en mi cama.—Quisiera recordar al sexy desconocido en vez de las palabras sucias de mi acosador.Ana Alice había tenido razón después de todo, él había estado tanteando terreno para irme diciendo guarradas.—Cerdo —susurré levantándome de la cama.Después de tomar una aspirina Ana me llamó pidiéndome disculpas por abandonarme y rogándome que
Mi mirada viajó a cada centímetro de su cuerpo, su torso estaba cubierto por un pequeño crop top deportivo mientras que usaba un pantalón muy ceñido al cuerpo, mis ojos advirtieron que había un montón de hombres posando la vista en ella e inevitablemente gruñí posesivamente.Tenía que controlarme para no dar un espectáculo con ella ahí.¿Pero cómo podría controlarse cuando su compañera estaba a solo unos pasos de distancia?¿Cómo era posible que fuera tan bella?El ver su cuerpo me recordó a la noche anterior, había olido en ella una especie de droga y me enfurecí con quienes había asignado para protegerla, se suponía que no podían quitarle la vista de encima, entonces al volverme a ella otra vez la vi bailando descaradamente con un estúpido subordinado de Beowulf quien parecía muy feliz por su atención, furioso y fuera de sí lo aparté de ella haciéndole una seña a Rakish para que lo mantuviera cautivo, yo mismo lo castigaría por tocar lo que es mío y al sentir el característico aroma
Una vez que los policías llegaron le conté toda la situación antes de darles las cartas que por alguna razón no quería entregar, pero ellos se encargarían de buscar un indicio de quién podía ser mi acosador.—Por lo pronto debe mantenerse rodeada de personas señorita, aún él parece no haberse acercado lo suficiente a usted pero no sabemos cuánto dure ese sosiego, vamos a mantenerla informada sobre la investigación.—Muchas gracias oficial —dijo Ana Alice ya que yo no iba a decir nada más y mientras mi amiga los acompañaba a la puerta Jazmín se dedicaba a acariciar mi cabello tratando de calmarme.—No van a dejar a nadie cuidándome —susurré una vez que escuché la puerta cerrarse y los pasos de Ana caminar hacia donde estábamos.Enseguida Jazmín me abrazó y Ana se unió después sintiéndome más segura con ellas de mi lado.—Ellos se han ido pero nosotras nos quedamos ¿Vale? Somos chicas con garras —guiñó un ojo hacia mi haciéndome sonreír levemente—. No vamos a permitir que un psicópata m
La última carta había hecho que mi cuerpo se erizara por completo. ¿Hundirse en mí y hacerme gemir? ¡Ja! Como si pudiera ser posible. Nunca me enredaría con un psicótico que parece que está sobre mi culo todo el tiempo. Y eso había dicho cuando la leí entonces pasaron los días sin recibir más cartas cosa que me dejaba un sabor extraño en la boca y mi pecho dolía de vez en cuando haciéndome sentir extraña. Era como si una escondida parte de mi sistema… ¿Ansiara recibir más cartas? No lo sé. Todos los días me reprochaba cuan estúpida podía ser cuando ese pensamiento aparecía en mi cabeza. ¿Qué había pasado con él? ¿Me atraía este hombre que desconocía? ¡No, nunca! Entonces... ¿Por qué echaba de menos sus cartas? ¡Porque por Dios que lo hacía! Estoy loca, estoy muy loca. Ana había tenido razón, me gustaba el jueguito que tenía él con las cartas de una retorcida manera. —Necesito que alguien me lleve a un jodido manicomio —gemí dejándome caer en la cama hasta que abrí los o