El joven mira molesto a su sirviente, lo mira con ojos de enojo por no dejarlo seguir con la pelea, con el odio en su corazón mira fríamente a Samantha, por un momento tiene ganas de decirle una vez más "sucia humana"; sabe que si lo hace no sólo se avergonzará, sino que también se humillará en público, así que, con mucho odio e impotencia, de la rabia la cual está lleno grita lo siguiente:
¡Suertudo! —Dice Samantha con una cara de iracunda y un gesto de rabia, mientras se encoge de hombros actuando en señal de victoria, y Elyan pone una postura como si de un niño caprichoso, se tratará.Frodo, observa la aptitud e inmadurez visible de su rey, el Duque y príncipe Elyan.―Mi señor, debe disculparse con la joven doncella, usted le ha amargado su tarde al hacer semejante escandalo en un lugar público como este. ―Dice el mago druida, mientras se acerca al oído de Elyan y susurra. ―”Recuerde que no estamos en nuestro mundo, si no en el de ella, somos forasteros aquí, agradezca que ella no llamó a esos caballeros que andan montados en esos monstruos de metal sin vida.”Elyan a regañadientes se traga su enojo y orgullo, suspira por breves momentos cambiando su semblante a uno aparentemente tranquilo y benevolente.―Mis disculpas, señorita. Siento patear su bolso. Fue grosero de mi parte, permítame recompensarla. ―El misterio chico suelta finalmente la correa de su bolso, liberándolo completamente, y saca su billetera y le entrega unos monedas de oro de su mundo, en la mano de Samantha. ―Espero que esto sea suficiente. ―Dice mientras se sacude el polvo de su gabardina negra y del libro que estaba leyendo, y le sonríe falsamente a Sam, conteniéndose lo mejor que puede por tener su orgullo herido, se despide amargamente de Samantha y en silencio empieza a caminar, con el señor de mediana edad, alejándose ya de ella y dejando una confundida Samantha, con una expresión de cara de póker, con una mano sosteniendo su helado derritiéndose y en la otra sujetando la correa del bolso y apretando al mismo tiempo el dinero que le entregó.Frotándose la mejilla derecha con la manga izquierda de su camisa, Elyan no puede evitar mirar a Samantha mientras camina, por un momento se sonroja; el joven por una parte está muy molesta por la pelea del momento por su orgullo y porque lo llamaron "suertudo" ya que le molesta que menosprecian su esfuerzo, pero en la parte interior está muy feliz de haber conocido a Samantha, tiene ganas de volver a ver más tarde; en su corazón el sentimiento de odio y envidia es una mezcla compleja de sus emociones.―¿Qué fue todo eso? ―Alcanza decir Samantha luego de su enfrentamiento con ese raro chico por una banca, mira los monedas de oro, tiene un grabado que dice "Reino de Kycatrea", saca su celular inteligente ya que nunca ha conocido un país que se llame así en el mundo por lo que decide buscarlo en internet, se enfurece al percatarse que no es dinero de ningún país del planeta, levanta la vista buscando con la mirada a las dos personas extrañas, observando que van saliendo del parque. ―No importa voy a investigar con más detenimiento de que país es estas monedas de oro. ―De lo molesta que esta se sienta por un momento en la banca que originó la disputa y trata de comer su helado tanto como sea posible antes que se derrita completamente.El misterio chico frunce el ceño de forma muy coqueto y arrogante pensando que Samantha lo ve, no sabe qué sentir. Siente mucha molestia, pero a la vez se le hace muy interesante y le agrada Samantha. Si su plan era dejar en la confusión a Samantha, lo consiguió de lleno, ya que no sabe ni en qué está pensando ahora mismo Samantha, así que solo se sonríe y se va, mientras dice "Suerte" en forma de burla a Samantha, volviendo a hacer la misma gestura del dedo, pero ahora más alejado de donde Samantha está.Luego de un rato de que Samantha haya disfrutado de un momento de paz, luego que el tonto y engreído chico se fuera el parque, decide regresar a su apartamento para procesar todo lo que ocurrió en esa tarde, se sacude la cabeza, llegando finalmente su hogar ella sube por el ascensor hasta el sexto piso del mismo, saluda a unos cuantos vecinos que entran y salen de los apartamentos vecinos, abre su puerta con cautela ya que aprovechó su camínate para ir al supermercado por víveres, entra ella dejando las compras en la mesita del recibidor y se sienta cansada por todos los sucesos de esa tarde.―¡Ese chico engreído, cuando lo vea le diré todo lo que me contuve de decirle por presencia de esos niños con sus madres! ―Dice ella mientras, se acomoda en el sofá de la sala, sin éxito por lo tensa que se encuentra por lo que decide que para aliviar sus ánimos lo ideal sería darse una ducha así que entra a la habitación de baño dispuesta hacerlo.Mientras tanto… en otro lugar.―Amo, debería de comportarse en este mundo. ¿Qué tal si descubren quienes somos realmente? ―Dice el señor de mediana edad preocupado por el enfrentamiento que tuvo con esa chica humana, que ahora camina junto al chico misterioso, dentro del bosque que se encuentra en las afueras de la pequeña ciudad, observando que el sol está empezando a ocultarse.Elyan mira hacia el cielo y se le hace un nudo en la garganta de la impaciencia que tiene, se le escapa a la mejilla un pequeño grito de frustración, le sigue una risa coqueto, arrogante y sádica mientras se tapa la boca, ya que sabe que en cualquier momento se podría toparse con Samantha de nuevo, ya sea ahora o dentro de unos días si es que la busca, porque ya la tiene en el corazón, y sus pensamientos ya no pueden sacarla de la cabeza.Ante esto, el druida se estremece por el grito que tiró al cielo su joven amo, mientras tiene una sonrisa desquiciada y sádica, y viendo que su señor ha ignorado por completo su pregunta, por lo que insiste en preguntar nuevamente.―Amo, debería de comportarse en este mundo. Se que esa doncella del parque lo ha dejado cautivado… pero ¿Qué tal si descubren quienes somos realmente? Sí, se dan cuenta que somos de un mundo paralelo al este, nuestra misión de encontrar a su hermana, la princesa Alyssa se suspendería.―Expresa el mago druida, preocupado por el enfrentamiento que tuvo con esa chica humana haya puesto en riesgo la búsqueda de la hermana del príncipe y Duque Elyan.―¡Por favor! ―Dice el chico, mientras lo mira. ―Cómo si pudieran entender de dónde venimos. A veces te preocupas demasiado, Frodo… ¿los años te han convertido en un viejo temeroso? ¿Dónde está ese intrépido guerrero mago que tanto alaba mi padre? ―Pregunta ahora el chico, mientras se asegura de pisar bien, y que nadie los observe.Elyan mira con furia y enojo al druida, con una expresión de reprobación, lo mira como si fuera a pegarle o golpearlo, pero solo se acerca y le grita de la siguiente forma:―¡Espero que estés muy orgulloso de ti mismo, has arruinado mi momento de decirle lo que siento a esa chica! ―Lo dice con una cara de enojo, furia y rabia por ser arruinado por su sirviente, así que se sienta y vuelve a ver hacia el cielo..A lo que el Gran Mago Druida le responde:¿Y que es lo que siente por esa chica? ―Pregunta en curiosidad revisando el lugar, el druida tiene casi toda su vida conociendo al joven Elyan, desde que el Duque y su hermana, entraron a la Academia de Magia y Hechicería del Reino de Celeastein, pero al final de un año el joven Duque no demostró tener demasiado poder como su hermana mayor Alyssa.¡No te atrevas a decir ni una sola palabra! —Dice entre la rabia y el miedo. —Si dices algo que no debes, vas a pagar caro. ¿¡Entendiste!? —Le ordena furioso, de forma autoritaria, mientras se para y se pone frente a Frodo, quien tiene una expresión de terror y miedo de lo que pueda hacer Elyan.La cara de Elyan esta tan seria que por primera vez Frodo está seguro en ningún día de su vida, nunca lo había visto así. Frodo para tratar de cambiar el ambiente decide cambiar de tema de conversación.He entendido. ―Comenta condescendientemente, manteniéndose en estado de conmoción ante el temperamento de Elyan. ―No entiendo porque la señorita Alyssa haya decidido huir de la capital de Celeastein, Krystalia a este mundo, donde los humanos de aquí no tienen la menor idea de la magia...―Pregunta inocentemente Frodo a su amo. A lo que Elyan, gira su rostro noventa grados y bajando su vista a su escolta, Frodo. Que ha dicho algo importante y que no se ha puesto preguntar Elyan sobre la decisión de Alyssa.Unos cuantos segundos más de furia, mientras mira a Frodo, mientras se va calmando va bajando la voz de enojo. Lenta mente le responde:¡¿Mi hermana Alyssa?! —pregunta, ahora con un tono de asombro, ya que está molesto, ya ni siquiera le molesta el druida ni nada por el estilo, su atención ya no está ahí, sino en el nuevo tema que se ha planteado, en ese nuevo rompecabezas, como la atención de un cazador.―Debe ser… ―empieza decir Elyan. ―porque no quiere casarse, con el príncipe Tristán Rhaegar del reino de Silearem.―Dice con un deje de sarcasmo, pero con un tono serio entendiendo por que su hermana mayor siendo una maga y hechicera de primer rango haya decidido huir a esta dimensión dónde existen humanos comunes y corrientes; supone que decidió venir a este mundo para pasar desapercibida, ya que la mayoría de los humanos en este mundo no creen en la magia. ―Encontrar a mi hermana, será más difícil que encontrar un berilio rojo en los valles de Greedstorm… ―Expresa suspirando ante la tediosa y pesada tarea que le ha encomendado su imperioso padre el rey Drachris Reinhart, de la región de Celeastein y que Elyan aceptó a regañadientes.Se queda pensando un poco en lo que ha dicho y está a punto de hablar nuevamente, cuando en ese momento un pájaro enorme como un cuervo que va volando a una velocidad increíble, golpea en la cabeza a Frodo, dejándole la cabeza sangrando ocasionándole una ligera y confusa conmoción del impacto que tuvo en la cabeza, por lo que Elyan no se pone triste, solo mira a Frodo y se ríe a carcajadas, mirando la situación del druida. Frodo ignora la reacción de su amo, a pesar de que el mago druida le tiene mucho aprecio ya que lo considera como el hijo que nunca tuvo.Elyan termina de montar la carpa y se sienta dentro de la misma, para esperar a que Frodo, termine de hacer lo suyo, para poder seguir con lo que tiene que hacer luego; además de su carpa tiene varias cosas y accesorios, lo que lo hace muy peculiar; además tiene un pequeño y delgado cuaderno ya muy usado, al cual, en los momentos que está libre, usa para hacer diferentes dibujos y garabatos de los lugares en donde ha estado, además de tener dibujadas a algunas chicas de cada Reino.Y no sería tampoco un impedimento que dibujara aquella chica con la que había tenido una discusión muy tensa, por lo que Elyan decidió garabatear el rostro de aquella chica con la cual había tenido ese intercambio fuerte de palabras, aun sí conocer el nombre de ella, a que se dedique, cuáles son sus gustos y disgustos.Y no sería tampoco un impedimento que dibujara aquella chica con la que había tenido una discusión muy tensa, por lo que Elyan decidió garabatear el rostro de aquella chica con la cual había tenido ese intercambio fuerte de palabras, aun sí conocer el nombre de ella, a que se dedique, cuáles son sus gustos y disgustos. Muestra de eso, se puede ver un dibujo semi-realista de Samantha, con una gran precisión y atención a los detalles, aunque no lo parece, ya que su dibujo se nota que le puso mucho énfasis en sus ojos, son tan hipnotizante que si uno las mira puede sentirse como si Samantha lo estuviera mirando a los ojos, se nota que Elyan le ha dibujado con las cejas levemente inclinadas hacia abajo haciendo parecer que está enojada, se toma su tiempo y hace un dibujo sumamente increíblemente hermoso, en donde no falta ni lo más mínimo, hasta el cabello, los ojos, la nariz, las orejas, etc. Todo con muchos detalles, lo cual ya casi está por terminarlo, solo le falta un toque final, per
―¿Quién eres? ―Pregunta apuntándole nerviosamente a la joven. Alyssa extiende sus ambas manos, tratando de calmar a la joven que está frente a sus ojos. ―Sé que es raro que una mujer que no conozcas viole tus aposentos, pero… ví esta puerta de cristal abierta y supuse no su dueño no estaba, pensé que era buena idea tomar tus atuendos prestados… ―Dice Alyssa aun manteniéndose alerta ante cualquier movimiento que haga la chica que está amenazadoramente apuntándole con un arma corto punzante. “Para mezclarme con los habitantes de este mundo” ―Pensó Alyssa, se sobresalta al ver que Samantha levanta un poco el cuchillo en dirección a ella. ―Eso no responde, mí pregunta. ―Dice ella respirando de manera inestable, mientras su mano que sostiene el cuchillo empieza a temblar. Alyssa, al percatarse que Samantha está en una posición desventajosa, decide realizar un movimiento rápido para neutralizar la amenaza principal, esto lo tiene que hacer sin utilizar ninguna de sus habilidades mágicas
Alyssa, al escuchar el estruendoso onda de choque, y ver como luces de la sala en la que esta se apagan de golpe, seguidas de un aura de tono morado sumamente poderoso que se desplaza y se dispersa atravesando las paredes de la casa de Samantha, se levanta con mucho esfuerzo tratando de llegar a la puerta corrediza del balcón, apartando las cortinas para ver como continua la onda expansiva dejando a su pasó un apagón masivo de esa zona de la Ciudad, abre los ojos de golpe al percatarse que se debió a que Samantha tocó la piedra mística que ella portaba consigo para abrir portales, confundida y preocupada por la mujer, cojea hasta la recamara de Samantha observando primero la piedra ahora en el suelo y a Samantha inconsciente en el piso, Alyssa está en un estado catatónico al percatarse que un simple humano ha activado su piedra mística, lo cual es muy raro, ya que sólo pueden hacerlo pocas personas en el mundo de dónde ella viene. Alyssa se deja caer al piso para levantar un poco el cu
Mientras Elyan duerme apaciblemente, y el druida hace guardia fuera de la carpa de Elyan. Este último empieza a tener un sueño. (Que no es ninguna pesadilla, sino más bien una especie de sueño húmedo.) Elyan empieza a sonreír de manera pícara en sus sueños, mientras se ve que, en ellos, Samantha esta ante él y están hablando, al mismo tiempo que un dragón lo ve y está cerca de él para darle su apoyo en su sueño. (Es raro e impresionante lo que ocurre; al parecer lo que ve en su sueño es como una realidad alterna, una en donde él y Samantha se conocen, se gustan y se enamoran, como una historia de la vida real, y no es una pesadilla que está viendo.) En ese sueño, el Duque de Elyan aparecía frente a Samantha en el parque, mientras ambos se enojaban y pelearon en el parque, de la misma forma que fueron en su vida real, pero ahora en ese sueño, el duque al estar enfrente de Samantha; se le acerco, sin más, a su cara, para besarla apasionadamente. De pronto, Elyan se levanta en medio de
Samantha decide no prestarle atención a su vivido sueño y decide levantarse para ducharse y comenzar el día con la aptitud más positiva. ¡Hoy será un gran día! ―se dice a sí misma, mientras entra al baño y se mira en el espejo con una sonrisa, empieza a lavarse la cara, y mira su rostro más detalladamente observando el paso del tiempo. Ya no es esa pequeña niña de cinco años del sueño que tuvo. Samantha suspira para sus adentros y decide entrar de un solo a darse una ducha. Alyssa siente la luz de los primeros rayos de sol golpearle el rostro a través de la puerta de vidrio del balcón del apartamento de Samantha, ella abre sus ojos, y siente que su estómago ruge, por lo que decide ir a la zona de la cocina, observando que es muy diferente a las cocinas de su mundo, ya que no encuentra un horno de leña, ni mucho menos ocote, para usarla como combustible para encender el fuego, ella observa una caja metálica, con cuatro ruedas de metal encima, y además de cuatro roscas o interruptores,
En el centro de la ciudad… Elyan y el mago Druida iban caminado por la calle principal de la ciudad, viendo los edificios altos que se encontraban por esa zona, ve un edificio de 125 metros de altura al que le dicen Plaza Milenio, maravillado con las habilidades arquitectónicas de los humanos de ese mundo. ―¿Acaso no es increíble el ingenio que tiene los humanos de este mundo de crear estos castillos altos e inmensos? ―Pregunta Elyan a su druida y compañero de misión Frodo, se asombra mucho por su tamaño. ¡Es increíble, no puedo creer lo alto que son estos edificios! El ingenio humano que han tenido para hacer edificios tan altos, nunca lo olvidaré en mi vida y nunca dejaré de asombrarme por estos edificios, es increíble! ―Comenta el mago druida al ver esta plaza de las alturas, el joven duque asiente, ambos se quedan muy asombrados por las alturas que tiene las cinco torres de la zona, solamente la de torre de 125 metros de altura. ―¡Vaya, sí que es una buena obra de ingeniería! ―
Elyan deja a una confundida y perpleja Samantha, mientras sube las escaleras para llegar a encontrar su hermana, necesita encontrarla y llevarla de nuevo a su mundo, el siente un poco de empatía por su hermana, pues ella ha huido sin razón aparente a un mundo desconocido, el joven duque corre con todas sus fuerzas acelerando el paso sobre las escaleras cuando está a punto de ir un piso más, mira que Alyssa está saliendo del ascensor, y sin más corre para esta vez atraparla una vez por todas. Alyssa sale del ascensor dos pisos arriba, se cierra el ascensor tras de ella, pero ahora ve que su hermano está corriendo directamente hacía ella se gira y empieza apretar los botones del ascensor, mientras ve en la dirección su hermano, cuando finalmente está a punto de abrir, Elyan se tira deslizándose por el piso mientras alcanza y sujeta a Alyssa de los pies haciendo que está pierda el equilibrio y caiga. ¡Te tengo, hermanita! ―Le dice Elyan respirando profundamente pero con un agarra firme
Elyan despertó sobre un cómodo y suave sofá, y gradualmente fue tomando conciencia de su entorno. Lo primero que enfocó fue a su mago druida, Frodo. ―¡Mi señor, finalmente despierta! ―exclamó Frodo en regocijo al ver que el duque de Kycatrea recuperaba la consciencia. ―¿Qué ha pasado? ―preguntó Elyan mientras se incorporaba del sofá. ―¿Dónde estoy? ―añadió, confundido al ver que se encontraba dentro de una casa. ―Estamos... en la casa de la señorita Samantha, mi señor ―respondió Frodo, sacando de su bolsa un plato con comida. ―Tome, mi señor, usted no ha desayunado ―añadió el mago, sintiéndose culpable por haber dejado a Elyan solo en aquella plaza durante cinco minutos. ―¿¡Cómo!? ―exclamó Elyan asombrado, observando todo a su alrededor. ―¿¡Estoy en la casa de Samantha!? ―dijo el joven duque, muy sorprendido. ―¿Qué ha sucedido? ¿Por qué estoy aquí? ―se preguntó Elyan. ―¡Oh, al fin despertaste, hermanito! ―dijo Alyssa al entrar en la habitación. ―Bueno, verás... ya que tú empezast