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CAPITULO II: La misteriosa intrusa…, ¿¡Es una princesa!?

―¿Quién eres? ―Pregunta apuntándole nerviosamente a la joven.

Alyssa extiende sus ambas manos, tratando de calmar a la joven que está frente a sus ojos.

―Sé que es raro que una mujer que no conozcas viole tus aposentos, pero… ví esta puerta de cristal abierta y supuse no su dueño no estaba, pensé que era buena idea tomar tus atuendos prestados… ―Dice Alyssa aun manteniéndose alerta ante cualquier movimiento que haga la chica que está amenazadoramente apuntándole con un arma corto punzante. “Para mezclarme con los habitantes de este mundo” ―Pensó Alyssa, se sobresalta al ver que Samantha levanta un poco el cuchillo en dirección a ella.

―Eso no responde, mí pregunta. ―Dice ella respirando de manera inestable, mientras su mano que sostiene el cuchillo empieza a temblar. Alyssa, al percatarse que Samantha está en una posición desventajosa, decide realizar un movimiento rápido para neutralizar la amenaza principal, esto lo tiene que hacer sin utilizar ninguna de sus habilidades mágicas por miedo a la reacción de podría causar, Alyssa no pierde el tiempo más y realiza una patada hacia atrás con giro de cuerpo, haciendo que el cuchillo de cocina que sostenía Samantha salga volando lo suficientemente lejos, y a continuación Alyssa aprovecha para sostener la mano extendida de Samantha, coloca su una pierna a la par de la pierna de Samantha, empuja haciendo que ella pierda estabilidad, cayendo al suelo de espaldas, Alyssa en un movimiento rápido sostiene las dos manos de Samantha sobre las espalda de sí misma, Alyssa respira intensamente luego de realizar esa táctica de inmovilización de contrincante.

―Con gusto te diré quién soy… ―Empieza decir Alyssa mientras la sujeta aun mas contra el suelo, sin causarle daños en su muñecas. ― Siempre y cuando no me apuntes o me amenaces con un cuchillo u otro objeto que encuentres a la mano. ―Dice Alyssa manteniendo su agarre, esperando a que Samantha ceda a su petición, mientras esta última inútilmente forcejea debajo de ella, al ver que no tiene posibilidad de zafarse, desiste y respira hondo. ―Yo no pienso hacerte daño, ni nada por el estilo, otra persona que hubiera interrumpido en tu casa estuviera armado, mientras que yo sólo cargo este andrajoso bolso de cuero. Pero sí... quieres que lo haga, deje mis armas en tu dormitorio. ―Dice Alyssa bromeando un poco.

―Es…está bien, lo prometo. ―Dice Samantha en derrota, sin escuchar completamente lo que dijo por lo aturdida que estaba por la caída al piso. Alyssa suelta a Samantha aun con cautela, mientras observa como finalmente Samantha se incorpora del piso y la observa con indignación.

―Mi nombre es Alyssa, Alyssa Reinhart. ―Dice mientras hace una reverencia, doblando sus rodillas un poco, mientras simula sostener los pliegues de ambos lados de un vestido con las puntas de sus dedos. Samantha se queda con cara de póker al ver la rara presentación de la chica. ―Princesa de Celeastein. ―Dice ella finalizando. Samantha parpadea por varios segundos procesando lo que acaba de escuchar y suelta una carcajada sonoramente.

―¡Ja, Ja, ¡Ja! ―Ríe mientras se quita una lagrima imaginaria de sus ojos. ―¡Sí, claro! Y… yo soy la Mujer Maravilla. ―Dice con sarcasmo, mientras agrega hilarantemente. ―¡Qué buena broma, chica! Casi me la creo. ―Dice Samantha. ― Bueno, “Alyssa, Princesa de Cepillín” ―Comenta Sam, burlándose un poco de la chica peli castaña de ojos verdes. ―¿Qué haces con MÍ ropa? ¿Acaso no te enseñaron que robar es malo en tu “Reino Ficticio”? ―Pregunta con el semblante serio y usando una voz inexpresiva.

―¿Reino Ficticio? ―Pregunta Alyssa, dándose cuenta ahora que la chica no le ha creído nada, suspira en derrota, pero aun insiste un poco. ―Te estoy diciendo la verdad, joven doncella.

―Sí, si te creo… Descuida. ―Le dice Samantha mientras le da palmaditas en sus hombros luego de acercarse al darse cuenta que a lo mejor Alyssa se ha escapado de un centro psiquiátrico.

Samantha saca su celular, mientras que Alyssa se queda curiosa un poco al observar que saca ese aparato, que más o menos sabe que hace, ella entra en pánico.

―¿Q.… que h.… haces? ―Pregunta Alyssa mientras levanta sus manos indicándole que se espere. Samantha sonríe y ladea su cabeza un poco mientras sonríe ladinamente.

―¿Qué más? ― Pregunta Samantha con una sonrisa maliciosa.―Pues, llamando a la policía, para que te regresen al Centro Psiquiátrico, loca. ― Dice Samantha aprentando el botón de llamar, mientras empieza a sonar.

Alyssa se abalanza hacia Samantha nerviosamente queriendo alcanzar el aparato, Samantha lo levanta por los aires impidiéndolo que se lo alcance, pues nuestra protagonista es un poco más alta que Alyssa.

―¡Detente! No es necesario que llames a los caballeros de tu mundo. ―Dice Alyssa desesperada mientras trata alcanzar en vano el teléfono.

En su último salto, Alyssa ejerció mucha fuerza en su impulso, no dándole tiempo para posicionar y equilibrar bien su peso sobre sus pies, haciendo que ella se tropiece con su pie izquierdo, doblándose el tobillo; por las leyes de física que rigen en el universo, Alyssa ejerce fuerza de peso muerto sobre Samantha, y como consecuencia; Samantha, pierde su propia estabilidad cayendo con los ojos cerrados anticipándose al golpe, pero para su suerte cae sobre el sofá de la sala amortiguándola de una fractura o golpe grave, junto con Alyssa sobre ella, después de sentir que está sobre algo suave, Samantha abre los ojos en par, percatándose que la chica loca, le apretó con una mano su pecho izquierdo sujetándose con fuerza y con la otra mano, tenía agarrada su muñeca que sostenía el celular.

―¿Hola? Este es 911... ¿Hola? ¿Hay alguien? ―Empieza a hablar un señor. ―Llamar a la policía por hostigamiento y broma es un delito penado por la… ―Cuándo dice esto, Alyssa ajena que tiene su mano en uno de los pechos de la chica sobre la que está encima, alcanza el teléfono celular y corta la llamada, suspira de alivio y tira el celular lejos del alcance de la joven que ahora se encuentra debajo de ella, se percata que Samantha la observa con su rostro a tan solo pocos centímetros de ella, teniendo un tono rojo brillante, de lo furiosa e incomoda que está al tener a Alyssa, tocando y apretando su pecho izquierdo, más aún ahora ha posicionado su rostro encima del suyo.

Alyssa abre los ojos por la sorpresa percatándose que está a solo centímetros de los labios de Samantha, y además que mantiene su otra mano encima del pecho de la joven, finalmente al tener un claro conocimiento de la situación, Alyssa se sonroja efusivamente, ocasionando que sus mejillas y orejas se tornen de un rojo carmesí.

―¡Aaaaaaah! ―Grita Samantha fuertemente, aturdiendo por varios segundos a Alyssa, ya que le gritó sobre su rostro, haciendo que Alyssa se levante rápidamente de Samantha. ―¡Estás locaaaa! ―Grita endemoniadamente Samantha, mientras se incorporá en el sofá controlando su respiración.

―¡Puedo explicarlo! ―Dice Alyssa levantando sus manos, para calmar la furia de la chica. ―No era mi intención en ponerte… ―Respira controlando sus emociones y reacciones corporales. ―En una posición incómoda… ―Comienza a decir aún sonrojada y su corazón latiendo a mil por minuto, mientras ella inconscientemente mira al piso sosteniendo sus mejillas mientras oculta su sonrojo.

Samantha, se sujeta su pecho intentado controlar su respiración, porque siente que ha sido la experiencia mas vergonzosa e incómoda con alguien de su mismo sexo.

― ¿Posición Incómoda? ―Pregunta con su voz avergonzada. ― ¡Tu invadiste mi espacio personal! ―Se levanta mientras camina dando vueltas sobre sus talones, mientras lleva su mano a su frente mientras se hace el cabello de su frente hacia atrás en señal de desesperación y poco paciencia. ―¡No sólo eso, me tocaste sin mi permiso! ―Le exclama ahora deteniéndose enfrente de Alyssa, con una distancia prudencial de un metro entre ambas. Samantha suspira, mientras cierra los ojos y la observa con una mirada fija a Alyssa.

Alyssa, se vuelve a sonrojar al ver que Samantha no llevaba sostén por debajo de su camiseta, por lo que se ahora no controla su sonrojo y desvía su rostro para no mirarla a los ojos, Samantha siente que ese gesto es un insulto para ella, así que se acerca agresivamente y le toma el rostro de Alyssa son su mano clavando un poco sus uñas, pero sin herirla ya que es consciente que si lastima a un paciente psiquiátrico puede ir a la cárcel, obligándola a verle a los ojos fijamente.

―¡Exijo que te disculpes, loca! ―Dice Samantha arrastrando las palabras. ―Y luego te ¡largas de mi casa! ―Le exige furiosa. ―Y no me importas, si sos un paciente que se escapó de un Centro Psiquiátrico, iba hablar a la policía para que tranquilamente te regresarán sana y salvo del lugar que saliste. ―Dice Samantha, mientras le suelta de un tirón el rostro y se voltea para así calmar su enojo, ya que no quiere tener antecedentes penales por un arrebato de ira, ya que le puede hundir su carrera como escritora.

―¿Qué? ―Pregunta Alyssa ahora empezando a hablar temblorosamente al punto de quiebre. ―¡Por favor! ―Dice ella tirándose al suelo mientras abraza desesperadamente una pantorrilla de Samantha. ―No tengo a dónde, ir… ―Empieza hablar derramando sus lágrimas mientras su voz empieza a entrecortarse. ―mi padre, me está obligando a casarme con una persona que no amo, para evitar que se levanten rumores que puedan afectar su imagen como rey. ―Dije ella llorando ahora, a lo que Samantha observa un poco aturdida, y no entiende nada, pero debido al estado alterado y el fuerte llanto que tiene Alyssa, se pone ansiosa porque hasta estás alturas los vecinos pueden estar escuchando.

Samantha suspira, mientras se agacha a la altura de la chica que esta sentado en el suelo, por la forma que Alyssa acaba reaccionar a lo dicho por Samantha sobre echarla de su casa, pudo empatizar un poco con la joven, aun creyendo que tiene un grave problema psicológico, cuando menciona eso de su padre es un rey.

―Te dejaré quedarte, solo si dejas de llorar. ¿Está bien? ―Le dice Samantha, con voz tranquilizadora mientras le da una palmaditas en el hombro de la chica, a pesar que a Samantha, odio y detesta el contacto físico.

Alyssa la mira fijamente, mientras sus lagrimas le empañan la visión, empieza a limpiarlas cuando deja de chillar, y finalmente asiente en señal de estar de acuerdo con su petición.

―Es… snif está bien… ―Dice ella con la voz un poco apagada pero un poco feliz que la chica que tiene enfrente le ha permitido quedarse en su casa. ―Yo… lo siento, por tocarte sin tu permiso, no era mi intención, yo tropecé con mis pies tratando de impedir que llamaras a los caballeros que le llamas policías… ―Dice Alyssa ahora pidiendo disculpas sinceras con un leve rubor en sus mejillas. Samantha por lo muy increíble que parezca, lo deja pasar por esta vez y suspira en derrota.

―Acepto tus disculpas, Alyssa… ―Dice ella dejando su orgullo de lado, para así lograr vencer su lado temperamental. Recordando que su psicóloga le dijo que debería de ser empática con los demás y no dejarse llevar por su temperamento o por las cosas que los demás hacen ya que la mayoría de las veces es sin intención de dañarla o perjudicarla.

Samantha, mira los ojos llorosos de Alyssa, y en un gesto de empatía, coloca las yemas de dos de sus dedos sobre las mejillas de Alyssa, limpiando las lagrimas que se deslizan por su rostro.

Alyssa parpadea un poco al sentir el tacto de los dedos de Sam sobre su rostro, haciendo que su atención se dirija al rostro de Samantha mientras ahora lo observa con más detenimiento, percatándose que tiene unos hermosos ojos color avellana, adornados con una largas y encrespadas pestañas naturales, una nariz no perfecta, pero si pequeña, y lo que más resalta es sus pecas a la altura de sus mejillas, levemente observa los labios de Samantha, percatándose que son pequeños pero carnosos con un tono rosáceo natural, vuelve a dirigir la mirada a los ojos de Samantha que ahora la mira un tanto preocupada, para disimular un poco Alyssa finge que parpadea muchas veces como en señal que está ajustando su vista para enfocar bien, a pesar que sus lagrimas de detuvieron.

―¿Estás bien? ―Pregunta Samantha, ahora genuinamente preocupada. ―Te noto un poco pálida. ―Dice mientras se percata que Alyssa está sudando mucho y observa gotas de sudor en su frente.

Alyssa niega tratando de incorporarse y dar un paso hacia atrás, pero se queja de dolor por que se torció su tobillo cuando intentaba impedir que Samantha llamará a la policía. Samantha se percata que Alyssa, tiene problemas para apoyarse y la guía hacia el sofá para que se siente ahí. Rápidamente, Samantha coloca su mano sobre su frente, y siente que tiene un poco de fiebre.

―Creo que tengo unos medicamentos para la fiebre y el dolor muscular en mi habitación. ―Espérame aquí. ―Le pide Samantha como si Alyssa tuviera el animo de hacerlo.

Samantha llega a su habitación, se dirigen en la penumbra del cuarto hacia la mesita de noche, abre un cajón y saca varios medicamentos básicos cómo ibuprofeno y acetaminofén ya que esto es lo único que recetan en los hospitales públicos de la mayoría de los países latinoamericanos, y como es muy enfermiza tiene muchas medicamentos que le han dado los centros hospitalarios.

Samantha con su mirada periférica observa que algo brilla en la esquina pegada a la pared, bajo de una tela; ella con cautela se acerca al misterioso brillo que tintinea de un tono púrpura, temerosa pero con mucha curiosidad extiende su mano, hasta sacar el misterioso objeto brillante, al tenerlo en su mano, lo observa percatándose que se trata de una especie de piedra de cuarzo y lo mira detenidamente por varios segundos hasta que deja de brillar, cuando de pronto una luz y fuerza de color morado intenso aparece sin previo aviso, ocasionando que por la fuerza y onda de choque; Samantha sea propulsada hacia la otra pared contraria de su cuarto, dicha onda de choque, ocasiona un apagón por esa zona de la ciudad, mientras una adolorida Samantha, trata de incorporarse del piso pero es en vano, Samantha observa y escucha unos pasos hacia ella antes de desmayarse.

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