La doncella, Lirien y la caballera Elara entran en la habitación y se presentan con Samantha. Lirien, le explica que han sido enviadas por el duque para asegurarse de que esté a salvo y cuidada. Lirien es una mujer alta y delgada con una larga trenza rubia que cae por su espalda y unos ojos azules intensos. Samantha se siente un poco incómoda al principio, al ver a Elara, una mujer, musculosa de cabello rojizo mucho más alta que el odioso duque engreído, pero se calma cuando la trata con amabilidad al igual que la doncella Lirien. Las dos mujeres le aseguran que están allí para protegerla y ayudarla en lo que necesite. ―¿Cómo te sientes? ―pregunta Elara con una sonrisa cálida. ―Estoy bien, gracias. ―responde Samantha un poco sorprendida por la amabilidad de la doncella. ―Elyan me dijo que necesitas un poco de ayuda para cuidarte. ¿Hay algo que necesites? ¿Comida? ¿Agua? ―pregunta Lirien. Samantha se siente agradecida por la preocupación de Lirien y asiente con la cabeza. ―Un poco d
En el despacho privado del Duque Elyan… ―Me pregunto… amigo, ¿Porqué trajiste a esa mujer en vez de tu hermana Alyssa de regreso a Elyndor como lo había pedido tu padre el rey de Celeastein? ―Pregunta un joven alto, de tez bronceada y cabello castaño, con un semblante de intriga pero curioso sobre el porque el Duque regresó con una mujer de extraña vestimentas de ese mundo en el que se encontraba de Misión junto al mago Druida. ― Pues… esa mujer desafió mi autoridad, Axel. No solo eso desde que me la encontré por primera vez en ese parque, me trató con una prepotencia llamándome estúpido engreído. ―Dice mientras está revisando el papeleo del Reino con su semblante serio y expresando enojo, disgusto con su entrecejo al recordar que los sucesos de ese primer encuentro con Samantha. ―A mí… se me hace que la has traído por capricho… ―le dice honestamente su amigo y líder de los caballeros del reino de Kycatrea. Elyan se detiene de firmar autorizaciones comerciales de los ciudadanos de
Eran alrededor de las dos de la madrugada, Samantha abre un ojo, mientras esta acostada luego de haber escuchado a Lirien cerrar la puerta de la habitación luego de comprobar que aparentemente esta dormida la joven prisionera, quedando entre abierta debido a que la joven escritora una horas antes arrancó unas hojas de un libro que se encontraba en la pequeña estantería de la habitación/celda, e hizo como pudo para doblar dos hojas para colocarlas en las esquinas de la puerta, recordando el encantamiento está activo cuando la puerta está cerrada y se desactiva cuando Lirien y Elara entran a la habitación o cuando Elyan había entrado cuando ella se había quedado dormida durante la tarde. Sonríe para sus adentros al ver que la puerta no se cerró por completo, el truco había funcionado. Samantha se levanta silenciosamente de la cama y se acerca a la puerta para comprobar que está entreabierta, asegurándose de que no haga ruido al moverla. Con mucho cuidado, abre la puerta lo suficiente p
Samantha llega al gran y ostentoso salón comedor del Palacio de Kycatrea, esposada de manos y pies; Lirien la había reemplazado las prendas de traía puestas desde su mundo con un vestido holgado de color amarillo a petición del joven Duque, pues quería que su prisionera estuviera decente ante su presencia, había decidido sacarla de su habitación para tratar de sacarle información sobre sus presuntas habilidades ocultas con la magia por sugerencia del mago Druida, Frodo. ―Toma asiento. ―Le dice el mientras le da la espalda y observa a través de la gran ventana, con una sonrisa de suficiencia. Elyan se voltea para ver en la dirección dónde se encuentra su prisionera aun manteniendo su sonrisa, su expresión cambia al notar que esa mujer tenía la mirada y el rostro en dirección contraria con la intención de no verle a los ojos a él. Debido a la distancia entra Elyan y Samantha por la larga mesa que los separa, el duque no se percata que Samantha tiene las mejillas sonrojadas, recordando
Ha pasado una semana desde que Samantha se había convertido en la prisionera del Duque Elyan Reinhart, al menos agradece que no ha vuelto a tener un sueño como ese desde esa única vez. Para su suerte, el duque no la ha ido visitar muy a menudo y si lo hacía solo era por un breve momento, ella se sorprendió que durante esas veces el no le haya dicho algo insultante e hiriente a diferencia de ella, que siempre le decía tonto, engreído, egocéntrico. Samantha no era ciega, siempre observada el semblante serio, molesto o enojado del joven duque, pero trataba la manera de no insultar de regreso a los intentos de hostigarlo para que le insultará, le preocupa más ahora este hecho que el estar aprisionada en un mundo totalmente desconocido. ―¿Qué deberíamos hacer con las quimeras que están en el vale? Han atacado a dos de nuestros ciudadanos en las afueras de Kycatrea, Elyan. ―Le comenta Axel, su mano derecha. ―No podemos hacer nada Axel, más que pedir que no invadan su territorios en esta é
Luego de haber aceptado el trato con el Duque, Samantha suspira aliviada de respirar aire fresco luego de una semana encarcelada en esa habitación, a pesar de que tuviera todas las comodidades, no era lo mismo que respirar aire fresco afuera que desde la ventana de su habitación.Samantha, junto a sus dos amigas y escoltas, caminan por los jardines del palacio conversando y riéndose, disfrutando de la tarde fresca y de las coloridas flores de su alrededor.Un poco lejos de ellas, están unos caballeros entrenando en un pequeño campo de combate, y Lirien reconoce a uno de ellos y le saluda con la mano, este en respuesta saluda a las chicas y se acerca a ellas.―Buenas tardes, Caballera, Elara, Doncella, Lirien… ―Le comenta con una sonrisa Axel a las dos, luego voltea a ver a Samantha, haciendo que esta desvié la mirada con un leve sonrojo. ―¿Y usted es la señorita Samantha? ―Pregunta caballerosamente A
Samantha, sigue en silencio a Frodo luego de su pequeño paseo por primera vez en el castillo de Elyan.―Así… que, ―Empieza a preguntar Samantha detrás del mago druida mientras él está enfrente de la puerta del salón, biblioteca y alquimia. ―Sospechan… ¿Qué tengo habilidades mágicas? ―Pregunta un poco incrédula.―Eso pensamos, según lo que me dijo a mí Alyssa, el día que usted noqueó al joven Duque… y este en venganza se la trajo a Elyndor. ―Le comenta amablemente el mago. ―Es sorprendente que una joven, como usted, haya noqueado con un solo golpe a Elyan, a pesar de su estatura. ―La elogia mientras le da una fraternal sonrisa.―Ah… es que realmente se lo merecía, no tengo nada en contra de usted Gran Mago Druida. ―Le llama por su honorífico.―Oh, jovencita… dime solamente Frodo. Siento que me haces más viejo de lo que soy cuando me dices Gran Mago Druida. ―Le dice mientras le indica que entre al salón.Samantha al llegar al Salón, siendo una gran biblioteca, ella al ser una fanática e
Elyan se queda en la biblioteca, suelta un suspiro en frustración, no entiendo exactamente porque se está comportándose así con ella últimamente, todo este sentimiento de intriga que siente por Samantha empezó desde que la observó dormir esa tarde y su cabeza es un nudo al pensar en las palabras de Axel sobre si él, esté empezando a enamorarse de esa mujer que le sacó de quicio cuando la conoció en esa tarde en el parque de ese mundo.Se sacude la cabeza, concluye que si empieza a desarrollar sentimientos por la joven, esa sería su debilidad y si sus enemigos se enteran podrían usarlo en su contra. Después de todo, Elyan es conocido por ser todo, desde un engreído, egocéntrico, maquiavélico y sobre todo portador de la maldición de los hombres Reinhart, pero él tiene una gran fama sobre ser un carismático y seductor hombre con las mujeres de su reino y en su antiguo hogar en Krystalia.Mientras tanto, en el cuarto de alquimia, Samantha se sienta frente a una mesa llena de frascos y her