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CAPITULO III: ¿Samantha está loca?

Alyssa, al escuchar el estruendoso onda de choque, y ver como luces de la sala en la que esta se apagan de golpe, seguidas de un aura de tono morado sumamente poderoso que se desplaza y se dispersa atravesando las paredes de la casa de Samantha, se levanta con mucho esfuerzo tratando de llegar a la puerta corrediza del balcón, apartando las cortinas para ver como continua la onda expansiva dejando a su pasó un apagón masivo de esa zona de la Ciudad, abre los ojos de golpe al percatarse que se debió a que Samantha tocó la piedra mística que ella portaba consigo para abrir portales, confundida y preocupada por la mujer, cojea hasta la recamara de Samantha observando primero la piedra ahora en el suelo y a Samantha inconsciente en el piso, Alyssa está en un estado catatónico al percatarse que un simple humano ha activado su piedra mística, lo cual es muy raro, ya que sólo pueden hacerlo pocas personas en el mundo de dónde ella viene. Alyssa se deja caer al piso para levantar un poco el cuerpo de Samantha y colocarlo en su regazo, aun en estado de shock, por el inmensurable cantidad de energía despedida de esa piedra, que ahora está empezando a brillar intermitente, mientras que poco a poco deja de brillar, apagándose por completo, ahora Alyssa entra en pánico, porque no sabe qué hacer en este momento, su atención se coloca sobre Samantha ahora, la observa preocupada mientras empieza asegurarse que no haya tenido una contusión por el impacto contra la pared, suspira aliviada cuando comprueba que no está herida, luego de unos minutos Samantha recobra el conocimiento.

¿Qué es lo que pasó? ―Pregunta Samantha ahora tratando de incorporarse, pero se siente un poco adolorida. ―¿Qué fue esa luz brillante y esa onda de energía? ―Pregunta ella mientras toce cuando se da cuenta que está sobre el regazo de alguien, ella con los ojos entrecerrados levanta un poco la vista y observa que Alyssa la mira con cara preocupada.

Samantha se levanta, quedando sentada en el piso mientras se desliza hacia atrás para mantener lejos de Alyssa en señal de confusión e incomodidad.

―Me alegra que hayas despertado, querida. ―Le dice tratando de calmar a la chica que aún está aturdida por el acontecimiento que acaba de suceder. ―Yo misma, no entiendo lo que pasó, es raro ver que un ser humano sin habilidades mágicas haya activado mi piedra mágica y haya descargado una gran cantidad de maná.

―¿Piedra mágica? ¿Habilidades mágicas? ―Pregunta ella mientras se levanta del piso. ―¡¿Pero que tonterías dices?! ―Interroga Samantha con un tono de incredulidad, pues está cuestionándose si lo que dice Alyssa sea cierto.

―Si, piedra mágica, habilidades mágicas. ―Alyssa afirma lo que la joven escritora cuestiona sobre su cabeza, no son tonterías… del mundo del que yo provengo, existe la magia, ¿Ahora me crees que soy una princesa? ―Cuestiona ahora Alyssa a Samantha que la mira muy confundida cuando ella le afirma que todo lo que presenció es real.

Samantha la mira por varios segundos, mientras ella empieza a reírse histéricamente, ahora se cuestiona así misma, solo lo que ha pasado, sobre lo que dice esa intrusa en su casa, sobre la magia y sobre ser una princesa. Samantha hace un gesto de desesperación despeinando su cabello con sus dos manos. “¿Me estaré volviendo loca? O… ¿Estoy soñando?”―Se cuestiona Samantha mentalmente, mientras Alyssa la observa preocupada en silencio.

―Me sorprende que no hayas salido herida de ese poder despedido hace unos minutos, ¿Te sientes bien? ―Pregunta Alyssa acercándose cuidadosamente mientras pretende colocar una mano en el antebrazo de Samantha.

¡No me toques! ―Pide Samantha apartando bruscamente su ante brazo del alcance de Alyssa, el tono que utilizó la joven fue un tono amenazante y a la vez de confusión.

―¡Está bien! Pero cálmate por favor, solo pretendo ayudarte. ―Dice Alyssa queriendo calmarla pues entiende que es mucho que procesar para un simple humano ajeno a los conceptos de magia, mana y poderes místicos, puesto que Samantha no es del mundo de Alyssa y en cuanto a eso ella es paciente con la joven pelinegra. ―Se que es difícil para ti, creer todo, pero estoy siendo y fui honesta cuando me presenté a ti todo el tiempo. ―Admite Alyssa con sinceridad.

Samantha la mira por varios segundos tratándose de calmarse para así empezar bien con la cabeza fría.

―Necesito que me des explicaciones, sobre de dónde vienes, quien eres y que fue exactamente lo que pasó. ―Dice ella sentándose en su cama, mientras le ofrece con un ademán a Alyssa que se siente en el sillón que está en su dormitorio. Samantha cruza las piernas y su gesticulación transmite de estar impaciente por empezar la historia de la extraña mujer que se encuentra enfrente de ella.

―Bien… ―Suspira Alyssa pues tiene que empezar explicar desde el principio del porque se encuentra en el mundo de Samantha. ― Mí nombre como te lo dije anteriormente, es Alyssa Reinhart, soy la princesa del reino de Celeastein, soy la hija mayor del rey Darchris Reinhart, soy maga y hechicera; mi linaje es de una especie humana distinta a la tuya a pesar que tengamos las mismas características físicas, pues los humanos de mí mundo tienen desarrollado habilidades que en tu mundo han sido olvidadas por tu civilización actual, pues a diferencia con la tuya nosotros no hemos perdido el contacto con la naturaleza… las habilidades existentes son relacionada con los elementos, aunque claro esas habilidades son exclusivas para cierto número de humanos… no todos los humanos poseen habilidades mágicas o místicas; ya que no todos tienen el mana suficiente para desarrollarlas. ―Dice Alyssa, mientras habla un poco de su mundo. ―Además de existir espíritus místicos y criaturas que no existen en tu mundo, cómo Dragones, Grifos, Cíclopes, Ogros, Basilisco, Hadas, Elfos, Aves de Roc… ―Enumera con sus dedos mientras menciona algunas de las criaturas que habitan en su mundo, Samantha empieza a marearse con la mención de esos seres míticos en su mundo. Hace un gesto de que pare.

―Ve directo al grano… ¿Qué te trae a mí mundo? ¿Por qué has huido de tu mundo si eres una disque princesa en el tuyo? ―Pide Samantha mientras se agarra la cabeza para contener su mareo.

―Comprendo, perdóname si te agobié con lo que acabo decir, pero tú me pediste que te diga de dónde vengo… ―Dice Alyssa, pero asiente que lo mejor es ir al grano. ―Yo he venido a este mundo, huyendo de un compromiso que me ha impuesto mi padre, de contraer matrimonio con el príncipe Tristán Rhaegar, del reino de Silearem.

―Pero... ¿Cuál es el problema con eso? ―Cuestiona Samantha. ―Si yo estuviera en tu lugar, aceptaría sin objeción así no tendría la necesidad de trabajar para ganarme la vida. ―Dije con una grata sonrisa en su rostro al pensar que todos sus problemas se solucionarían al casarse con un príncipe, a pesar que ella no crea en el amor o nunca lo haya sentido en su vida, aparentemente

―El problema es que no quiero casarme, no después de enterarme de lo que hizo mi padre en secreto hace cinco años. ―Confiesa Alyssa mientras agarra su atuendo conteniendo el enojo, la ira y el dolor que siente al recordar que su padre ordenó asesinar secretamente a su amiga íntima a los Cuervos de la Muerte, un grupo de caballeros, guerreros y mercenarios, para evitar que se esparcieran rumores indecentes entre los ciudadanos de la capital de Celeastein, Krystalia sobre su primogénita y su orientación sexual.

―Entiendo… ―Comenta Samantha al ver que el semblante de Alyssa cambio a una expresión de enojo y dolor. ―¿Qué es lo que hizo tu padre en secreto hace cinco años? ―Pregunta con curiosidad e intriga Samantha. Alyssa mira hacia ella con un rostro afligido y niega con la cabeza.

―Es demasiado doloroso para mí, recordarlo… ―Dice ella mientras se abraza así misma agachando la vista. ―Prefiero no decírtelo, aun no por el momento, lo siento. ―Comenta severamente Alyssa con un tono quebrado pero severo. Samantha la mira confundida, ya que ahora estará con la intriga sobre que es lo que ha hecho el padre de esta chica pelirrubia de ojos verdes oliva. Ahora siente un poco de empatía mientras el ambiente está tornando en un silencio incomodo.

―Está por el momento es mejor que no me lo digas. ―Dice ella mientras recuerda que por qué había entrado su habitación, ella se levanta y recoge las tabletas de pastillas del piso y sale de la habitación para nuevamente regresar con un vaso de agua y se lo ofrece a Alyssa. ―Ten, estoy te ayudará a calmar tu dolor en el tobillo. ―Dice Samantha mientras le entrega las pastillas y sostiene el vaso con agua enfrente de ella.

Alyssa toma el vaso de agua junto con las pastillas, luego observa como Samantha se dirige a la mesita de noche que esta junto a su cama y revuelve hasta que saca un pequeño botecito, se levanta y se agacha en cuclillas a la altura de las rodillas de Alyssa.

―Esto es un ungüento, a base de eucalipto y marihuana. Lo compré en la farmacia, pues sirve para dolores y golpes musculares, déjame aplicarte un poco sobre el tobillo, Alyssa. ―Comenta Samantha mientras levanta su vista y queda viendo a Alyssa por varios segundos, haciendo que Alyssa se sonroje un poco ante la penetrante mirada de esos ojos ámbar que ostenta la joven escritora.

―Es… esta bien. ―Dije ella tímidamente, pero manteniendo su tono natural de voz.

Dicho esto, Samantha agacha su mirada luego de tener permiso de Alyssa para aplicarle la pomada en su tobillo, luego de aplicarse se levanta mientras cierra el frasco y lo vuelve a guardar en el cajón de la mesita de noche. Se sienta nuevamente en la cama, queriendo seguir con el interrogatorio.

―Y bien… ―Comienza a decir Samantha.

―¿Y bien qué? ―Pregunta Alyssa mientras termina de tomarse el medicamento y tomar agua.

―¿Por qué elegiste venir aquí? ―Pregunta Samantha.

Alyssa la observa por varios segundos antes de responder.

―Pues sé por historias de tu mundo, que aquí es uno muy liberal en cuanto a libertades de la mujer se trata, en mi mundo como podrás haberte dado cuenta, no tengo elección sobre con quien estar, amar y casarnos… pues debido a mi estatus de princesa ciertos derechos me son restringidos por la imagen del rey y su reinado, sí tengo derecho a educarme, a instruirme como la futura gobernante y la primera en la línea sucesoria de la corona… pero, no tengo libertad para salir del palacio o de los dominios del reino sin una escolta… lo cual envidio mucho de eso de mi hermano. ―Menciona Samantha.

―Entiendo. ―Menciona Alyssa al escuchar la explicación, pues es comprensible para ella como mujer empatizar con la joven que tiene enfrente, pues incluso en su propio mundo existen aún lugares en el planeta dónde los derechos de la mujer no existen como tal o se encuentran limitados en cuanto a libertades y derechos básicos como todo ser humano debe tener, aunque encuentra un tanto normal el hecho que algunos padres organicen matrimonios arreglados entre sus hijos en su mundo, cuando se trata de situaciones de poder entre familias ricas y acaudalas, y/o dueños de empresas o conglomerados; además que también existe un tipo de realeza pero que ahora no tienen como un poder absoluto sobre sus países, ya que la mayoría de los países en la actualidad se rigen por constituciones emanadas por el pueblo, luego de la revolución francesa, el mundo fue dejando el antiguo sistema oligárquicos de la burguesía y los conceptos de imperialismo, ahora el mundo se rige por Republicas, Democráticas y Representativas, dónde se someten a votaciones cada cierto tiempo para elegir a su gobernantes.

―¿Hay otra pregunta más que quieras hacerme? ―Pregunta Alyssa mientras observa como Samantha está sumida en sus propios pensamientos.

―¿Eh? ―Pregunta ella ladeando un poco la cabeza en dirección de ella mientras dirige la vista a su interrogada. ―Oh, sí… esa piedra que resplandeció y despidió todo ese poder… ¿Qué es? ―Pregunta en curiosidad Samantha a Alyssa.

―Ah… ¿está piedra? ―Comenta Alyssa mientras se agacha para recoger su piedra mágica. ―Es una piedra, pero no cualquier piedra, es un jade chariota, tiene propiedades mágicas y solo los magos de altos rangos pueden poseerla y manipularla, además de ser muy abundante en mí mundo, pero… por lo visto en tu mundo sólo existe en una región llamada Siberia, Rusia.

Samantha se sorprende un poco al ver que Alyssa sabe de su mundo, más que ella misma.

―¿Y esa piedra para que la cargas contigo? ―Pregunta ella ahora saliendo de su asombro.

―Pues… ―Alyssa fija sus ojos en la piedra mientras la observa como si fuese un objeto desconocido para ella. ―Con esta piedra puedo canalizar mis poderes, y además gracias a está piedra tu y yo estamos teniendo una conversación en tu mundo. ―Dice Alyssa con una sonrisa de suficiencia, ahora se percata que Alyssa no sabe el nombre de la chica a la cual le está respondiendo todas y cada una de sus preguntas. ―Creo… ―Dice ella con una voz calmada y un poco grave. ―tú sabes mucho ahora sobre mí, pero yo no sé nada sobre ti. ¿Me podrías decir como te llamas? ―Pregunta Alyssa ahora sonriendo mientras saca a relucir su carisma, mezclado con una pizca de coqueteo sutil. ―Sí es que ahora tienes la confianza de decírmelo…. Por supuesto.

―Yo… ―Dice Samantha mientras agacha la mirada procesando todo lo que Alyssa le ha respondido, ¿Criaturas Mágicas? ¿Poderes Místicos? ¿Magia, Mana? ¿Reinos? ¿Piedras mágicas? ¿Portales? ¿Mundos paralelos? ―Se pregunta mentalmente Samantha, mientras observa a Alyssa mientras ella le pregunta su nombre. ―Mi nombre es Samantha, Samantha Seline Lafaille Gómez, así… Alyssa. Por favor dime, que estoy soñando. ―Dice Samantha mientras se pone de pie abruptamente. ―¡No! Golpéame en la cara para comprobar que no estoy soñando.

Alyssa abre sus ojos en par ante la petición de Samantha, después de todo lo que ella le ha dicho, Samantha cree que lo que dice ella no es cierto y que está soñando.

―Me rehusó a golpearte con justa causa. ―Confiesa Alyssa con tono severo.

Samantha la observa molesta al ver que Alyssa no quiere golpearla por lo que ella le ruega que lo haga.

―¡Por favor! Siento que estoy loqueciendo con todo lo que dices, y estoy creyendo que eres una alucinación de mí cabeza. ―Confiesa Samantha desesperada, Alyssa la mira por unos momentos, pero luego sonríe de lado.

―No puedo golpearte, pero si puedo hacer otra cosa en reemplazo. ―Dice Alyssa sin aprovechar su oportunidad, pues desde que se ha encontrado con está chica y el incidente del sofá ha tenido curiosidad sobre como sabrían sus labios.

Alyssa se acerca a Samantha despacio, mientras la joven escritora la ve un poco confundida y curiosa a lo que ha dicho Alyssa sobre hacer otra cosa en reemplazo de golpearla, Alyssa acorta la distancia entre ellas dos y la toma de ambos brazos a Samantha y ella empieza a inclinar un poco su cabeza en dirección a ella mientras cierra sus ojos, Samantha rápidamente reacción ante el contacto físico y se percata que Alyssa tiene intenciones de besarla. Por lo que rápidamente, la empuja y le da una cachetada tan fuerte que Samantha le arde intensamente su palma, y Alyssa por la fuerza del manotazo en su rostro aparta su cara mientras reacciona al golpe y marca de enrojecida en su mejilla, dicha acción ofendió de sobremanera a Alyssa.

―¿Por qué hiciste eso? ―Pregunta una aturdida y molesta Alyssa, pues sí ella es una persona amable y diplomática pero cuando alguien la golpea sin razón aparente se molesta y saca a relucir a veces su aptitud digna de una princesa.

Observa como Samantha se soba la mano ignorando la pregunta de Alyssa, mientras tiene una mueca de dólar muchos más intensa que la de ella, y luego ve que Samantha empieza a sonríe de oreja a oreja, mientras ríe de manera frenéticamente al percatarse que no está soñando o que está perdiendo la lucidez y suspira de satisfacción de que está loca como creía, pero ante los ojos de Alyssa empieza a dudar un poco sobre la cordura de la joven que se encuentra frente a ella, tan feliz y emocionada por golpearla mientras se ríe frenéticamente.

―¡Espera! Eso significa… ―Se detiene en seco Samantha al darse cuenta que no es un sueño, y que no está loca y que todo lo que ha dicho Alyssa es real. ―¡AAAAHHHHH! ―Grita mientras se cae abruptamente en su cama. Y mira a Alyssa con los ojos conmocionados. ―Tu eres real, si eres lo que dices y por lo tanto si existe tu mundo. ―Luego la mente de Samantha se ilumina mientras sonríe para si misma con una mirada perdida, ya que ahora ha encontrado la solución a sus problemas como bloque de escritora. ― Esto es… ¡Genial! ¡Llévame a tu mundo! ―Pide mientras se levanta y toma las manos de Alyssa.

―¿¡Qué!? ―Pregunta ahora una sorprendida y confundida Alyssa.

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