¿Qué les pareció este capitulo? ¿Realmente se trata de un recuerdo olvidado de Samantha? o... ¿Se trata simplemente de un sueño? ¡Por favor, no olvides darle una calificación de estrellas, una "suscribida" y un me "gusteada" a la historia! Eso me indicaría a mi que esta historia es de su agrado. ¡Nos vemos hasta la próxima actualización! ¡Besitos, chao, chao!
Samantha decide no prestarle atención a su vivido sueño y decide levantarse para ducharse y comenzar el día con la aptitud más positiva. ¡Hoy será un gran día! ―se dice a sí misma, mientras entra al baño y se mira en el espejo con una sonrisa, empieza a lavarse la cara, y mira su rostro más detalladamente observando el paso del tiempo. Ya no es esa pequeña niña de cinco años del sueño que tuvo. Samantha suspira para sus adentros y decide entrar de un solo a darse una ducha. Alyssa siente la luz de los primeros rayos de sol golpearle el rostro a través de la puerta de vidrio del balcón del apartamento de Samantha, ella abre sus ojos, y siente que su estómago ruge, por lo que decide ir a la zona de la cocina, observando que es muy diferente a las cocinas de su mundo, ya que no encuentra un horno de leña, ni mucho menos ocote, para usarla como combustible para encender el fuego, ella observa una caja metálica, con cuatro ruedas de metal encima, y además de cuatro roscas o interruptores,
En el centro de la ciudad… Elyan y el mago Druida iban caminado por la calle principal de la ciudad, viendo los edificios altos que se encontraban por esa zona, ve un edificio de 125 metros de altura al que le dicen Plaza Milenio, maravillado con las habilidades arquitectónicas de los humanos de ese mundo. ―¿Acaso no es increíble el ingenio que tiene los humanos de este mundo de crear estos castillos altos e inmensos? ―Pregunta Elyan a su druida y compañero de misión Frodo, se asombra mucho por su tamaño. ¡Es increíble, no puedo creer lo alto que son estos edificios! El ingenio humano que han tenido para hacer edificios tan altos, nunca lo olvidaré en mi vida y nunca dejaré de asombrarme por estos edificios, es increíble! ―Comenta el mago druida al ver esta plaza de las alturas, el joven duque asiente, ambos se quedan muy asombrados por las alturas que tiene las cinco torres de la zona, solamente la de torre de 125 metros de altura. ―¡Vaya, sí que es una buena obra de ingeniería! ―
Elyan deja a una confundida y perpleja Samantha, mientras sube las escaleras para llegar a encontrar su hermana, necesita encontrarla y llevarla de nuevo a su mundo, el siente un poco de empatía por su hermana, pues ella ha huido sin razón aparente a un mundo desconocido, el joven duque corre con todas sus fuerzas acelerando el paso sobre las escaleras cuando está a punto de ir un piso más, mira que Alyssa está saliendo del ascensor, y sin más corre para esta vez atraparla una vez por todas. Alyssa sale del ascensor dos pisos arriba, se cierra el ascensor tras de ella, pero ahora ve que su hermano está corriendo directamente hacía ella se gira y empieza apretar los botones del ascensor, mientras ve en la dirección su hermano, cuando finalmente está a punto de abrir, Elyan se tira deslizándose por el piso mientras alcanza y sujeta a Alyssa de los pies haciendo que está pierda el equilibrio y caiga. ¡Te tengo, hermanita! ―Le dice Elyan respirando profundamente pero con un agarra firme
Elyan despertó sobre un cómodo y suave sofá, y gradualmente fue tomando conciencia de su entorno. Lo primero que enfocó fue a su mago druida, Frodo. ―¡Mi señor, finalmente despierta! ―exclamó Frodo en regocijo al ver que el duque de Kycatrea recuperaba la consciencia. ―¿Qué ha pasado? ―preguntó Elyan mientras se incorporaba del sofá. ―¿Dónde estoy? ―añadió, confundido al ver que se encontraba dentro de una casa. ―Estamos... en la casa de la señorita Samantha, mi señor ―respondió Frodo, sacando de su bolsa un plato con comida. ―Tome, mi señor, usted no ha desayunado ―añadió el mago, sintiéndose culpable por haber dejado a Elyan solo en aquella plaza durante cinco minutos. ―¿¡Cómo!? ―exclamó Elyan asombrado, observando todo a su alrededor. ―¿¡Estoy en la casa de Samantha!? ―dijo el joven duque, muy sorprendido. ―¿Qué ha sucedido? ¿Por qué estoy aquí? ―se preguntó Elyan. ―¡Oh, al fin despertaste, hermanito! ―dijo Alyssa al entrar en la habitación. ―Bueno, verás... ya que tú empezast
Elyan sale del portal que se había abierto desde el otro mundo, Frodo sostiene suavemente a la joven escritora de cabello negro, para no lastimarla sintiéndose culpable por haberla traído aquí, en contra de su voluntad. ¡Suéltenme! ―Pide ella entrando en pánico, mientras forcejea pero es en vano, ya que cada vez que ella intenta zafarse el mago druida ejerce magia mística sobre ella conteniendo sus movimientos pero siempre procurando no utilizar mucho para no lastimarla. ―¿Por qué me ha traído aquí, tonto duque? ―Le grita exigiendo una respuesta. Te he traído aquí, humana sucia y malcriada, para mantenerte bajo vigilancia, tranquila no te voy a tratar “inhumanamente” ―Le comenta el joven duque, mientras se percata que aun trae puesto la ropa del mundo de Samantha. ―Me iré a cambiar… tú también deberías cambiarte Frodo. ―Le comenta mientras les hace un gesto a los guardias su castillo para que tomen a la chica y la lleven a una celda. ―Bienvenida a mi mundo… Elyndor. Este es mi cast
La doncella, Lirien y la caballera Elara entran en la habitación y se presentan con Samantha. Lirien, le explica que han sido enviadas por el duque para asegurarse de que esté a salvo y cuidada. Lirien es una mujer alta y delgada con una larga trenza rubia que cae por su espalda y unos ojos azules intensos. Samantha se siente un poco incómoda al principio, al ver a Elara, una mujer, musculosa de cabello rojizo mucho más alta que el odioso duque engreído, pero se calma cuando la trata con amabilidad al igual que la doncella Lirien. Las dos mujeres le aseguran que están allí para protegerla y ayudarla en lo que necesite. ―¿Cómo te sientes? ―pregunta Elara con una sonrisa cálida. ―Estoy bien, gracias. ―responde Samantha un poco sorprendida por la amabilidad de la doncella. ―Elyan me dijo que necesitas un poco de ayuda para cuidarte. ¿Hay algo que necesites? ¿Comida? ¿Agua? ―pregunta Lirien. Samantha se siente agradecida por la preocupación de Lirien y asiente con la cabeza. ―Un poco d
En el despacho privado del Duque Elyan… ―Me pregunto… amigo, ¿Porqué trajiste a esa mujer en vez de tu hermana Alyssa de regreso a Elyndor como lo había pedido tu padre el rey de Celeastein? ―Pregunta un joven alto, de tez bronceada y cabello castaño, con un semblante de intriga pero curioso sobre el porque el Duque regresó con una mujer de extraña vestimentas de ese mundo en el que se encontraba de Misión junto al mago Druida. ― Pues… esa mujer desafió mi autoridad, Axel. No solo eso desde que me la encontré por primera vez en ese parque, me trató con una prepotencia llamándome estúpido engreído. ―Dice mientras está revisando el papeleo del Reino con su semblante serio y expresando enojo, disgusto con su entrecejo al recordar que los sucesos de ese primer encuentro con Samantha. ―A mí… se me hace que la has traído por capricho… ―le dice honestamente su amigo y líder de los caballeros del reino de Kycatrea. Elyan se detiene de firmar autorizaciones comerciales de los ciudadanos de
Eran alrededor de las dos de la madrugada, Samantha abre un ojo, mientras esta acostada luego de haber escuchado a Lirien cerrar la puerta de la habitación luego de comprobar que aparentemente esta dormida la joven prisionera, quedando entre abierta debido a que la joven escritora una horas antes arrancó unas hojas de un libro que se encontraba en la pequeña estantería de la habitación/celda, e hizo como pudo para doblar dos hojas para colocarlas en las esquinas de la puerta, recordando el encantamiento está activo cuando la puerta está cerrada y se desactiva cuando Lirien y Elara entran a la habitación o cuando Elyan había entrado cuando ella se había quedado dormida durante la tarde. Sonríe para sus adentros al ver que la puerta no se cerró por completo, el truco había funcionado. Samantha se levanta silenciosamente de la cama y se acerca a la puerta para comprobar que está entreabierta, asegurándose de que no haga ruido al moverla. Con mucho cuidado, abre la puerta lo suficiente p