—Oh, sí, —Isabella se sonrojó, —Son de un color extraño, si lo vieras en el día…
— ¡Ya sé que vestido resaltará esa belleza de ojos!—Niles dijo de repente interrumpiéndola, retomó su búsqueda en el estante, era como si le hubiesen dado un energizante de beber, al no encontrarlo, corrió por la otra línea de vestidos y siguió buscando como si el tiempo fuese acabarse.
—El que me ha mostrado al principio es...—comenzó a decir Isabella, pero Niles la interrumpió.
— ¡No! ¡No! Sé que debe de estar por aquí ese vestido es "Perfecto" Es de la nueva línea que enviaron hace una semana, es lo último que mandó Dolce Gabanna.
—Pero...—Isabella no siguió hablando ya que el jadeo eufórico que ha salido de boca lo evitó. Cubrió su boca con su mano al ver que Niles estiró en lo alto el vestido largo. La parte de arriba era dorado y la tela era de encaje, tenía un hermoso escote de corazón y de la cintura para abajo era color negro, lo llevó hacia a ella con todo el cuidado del mundo.
—Este es perfecto, resaltará su piel pálida y el cabello…—él lo miró, dudoso. — ¿Es una peluca? —Isabella asintió. —Bueno, tendremos que retirarla para que luzca su cabello natural con el resto del atuendo.
—Es...—Isabella hizo una breve pausa. —Es perfecto.
Niles asintió con una gran sonrisa.
—Es "Perfecto" y usted sabrá lucirlo impecablemente. Solo haré un recogido en su nuca y...—colgó el vestido en un tubo alto para que no tocara el suelo, se acercó a un mueble, Isabella escuchó cuando lo abrió y lo cerró, luego miró como se movió por el lugar con agilidad.
Isabella se acercó al vestido y con la yema de sus dedos acarició el encaje de la tela, Vio la etiqueta oculta y la sacó un poco para ver más, pero Niles la alejó del vestido y negó en silencio.
—No, no, no se vale mirar el precio, luego no querrá moverse de su lugar por no estropearlo, si el señor Beckett la ha elegido para ser su acompañante durante ésta noche, quiere decir qué ha visto algo en usted. Así que siéntase libre de disfrutar ésta noche, señorita Isabella.
Niles abrió otros cajones más al final de la habitación y cuándo llegó hasta a ella de nuevo, le entregó lo que tenía en sus manos.
—Tiene que estar lista en media hora, el baño está por esa puerta, la ayudaré a cambiarse y a peinarse en un cerrar y abrir de ojos, su ropa...—la miró discretamente y le extendió una bolsa. —Espero no le tenga aprecio…por qué se va a botar.
—Oh, no... Es....—Isabella se detuvo, no quería abrir su boca y decir algo más. —Solo será esta noche, así que no me haga irme desnuda cuando esto termine. —intentó bromear para calmar la ansiedad que estaba creciendo más en su interior.
—No tiene por qué preocuparse, antes de irse se le entregara por cortesía un pack de ropa de marca, incluye ropa informal y formal, calzado, accesorios y vestidos. Eso que trae no es nada comparado con lo que se le dará. Solo me dirá sus gustos y yo hare la elección... —Niles le volvió a extender la bolsa que tenía en sus manos, —y esos zapatos también.
Isabella suspiró, luego asintió al aceptar la bolsa.
Veinticinco minutos más, estaba Niles dando los últimos toques al cabello de Isabella. Se había sorprendido por el buen cuidado que tenía al ver que era bastante largo, negro y ondulado, había sido fácil hacerle un recogido para mostrar su largo cuello y hombros, así luciría el escote en todo su esplendor. Le extendió unos aretes de diamantes para que ella misma se los pusiera, Isabella quedó radiante y muy pero muy hermosa.
—Ya es hora—dijo Niles extendiendo su mano hacia a ella para ayudarle con el vestido, Isabella tomó un poco del vestido para levantarlo y caminar hasta dónde Niles le estaba llevando, era un espejo completo. Ella se quedó en silencio observándose.
— ¿Soy yo?—balbuceó y luego una risa nerviosa salió de su boca.
—Impecable y única. Disfrute su única noche señorita Isabella, baile y ría a más no poder. —Isabella se sintió extraña al sentirse conmovida por sus palabras, no quería llorar de la emoción, nunca se había visto así, mucho menos en un vestido de marca. Su ropa interior era impresionante y se sintió demasiado sexy en ella.
—Gracias Niles, fuiste el mejor. —Isabella se giró y lo sorprendió con un beso en la mejilla, la reacción de Niles fue de tensión, se llevó la mano al lugar dónde lo había dejado e intentó no sonrojarse. Puso una sonrisa y luego le señaló que tenían que irse en ese momento.
Niles e Isabella regresaron por el mismo camino por el que llegaron, tomó a lo último un desvío hasta llegar a unas puertas dobles de roble oscuro:
—Aquí termina mi trabajo, diviértase y fue un gusto haber ayudado.
Isabella asintió y le regaló una gran sonrisa.
—Gracias. —Niles desapareció por el pasillo, luego ella suspiró e intentó controlar sus nervios, miró la puerta y tocó con los nudillos dos veces.
—Adelante. —escuchó del otro lado de la puerta.
Cerró sus ojos, “¡Esta es tu noche, vamos por la renta y ese boleto de avión, Isabella!” se dijo a sí misma al abrirlos, giró el picaporte para entrar, empujó la puerta para asomarse, buscó con la mirada a Beckett, él estaba de pie frente a un mueble de libros, dejó un vaso de cristal en la mesa rústica dónde se encontraba una botella, sin mirar hacia a ella, habló:
—Cierra la puerta, tenemos que hablar, Isabella. —Isabella entró levantándose un poco el vestido para no tropezar y cerró la puerta detrás de ella, Beckett giró su rostro para mirarla y señalarle que tomara asiento, pero se quedó inmóvil y mudo al verla, él sintió como un fuerte escalofrío le recorrió de pies a cabeza, entreabrió sus labios para llevar aire a sus pulmones, abrió más sus ojos un poco más de lo normal y la recorrió con la mirada, “Niles ha hecho una excelente elección en vestido y accesorios.” Entonces finalmente reaccionó, se aclaró la garganta y volvió a tomar aire discretamente, se acercó hasta a ella para verla de cerca,
—Estás hermosa—arrugó su entrecejo, Isabella notó el cambio, era como si se estuviese regañándose mentalmente por haberlo dicho, se dio cuenta de que su mirada fría se instaló rápidamente así como el cuadrar sus hombros.
—Gracias. —susurró ella.
—Tenemos que irnos ahora. —miró el reloj de su muñeca.
—Espera, ¿Y si preguntan de dónde soy o a que me dedico?—Isabella preguntó de inmediato. —No quiero decir: "Llevo dos días de prostituta...ahí va empezando el negocio, ¿Y Wall Street que cuenta?" —Beckett soltó una carcajada haciendo que Isabella se quedara atónita en su lugar, era una risa sincera. “Hasta para reír exuda masculinidad y atractivo, tranquila, Isa.” Pensó ella.
— ¡Vaya, que ingenio! Di lo que quieras, no creo que la gente te pregunte, en su mayor caso nadie presta atención a mi acompañante, solo quieren saber de mis proyectos, mi empresa, mi familia...—hizo una breve pausa recordando de lo de esta mañana, la traición de su ex prometida aún le hacía rabiar, sabía que preguntarían por ella al no verla de su brazo, pero ya que llegase el momento, lo vería, salió de sus propios pensamientos y miró a Isabella. —Y si te preguntan, limítate. Solo será una noche, mañana por la noche regresarás a tu vida y no nos volveremos a ver nunca.
Isabella notó como cambió su postura, asintió a sus palabras, había pensado en el boleto de avión, en dónde estaba su visa y pasaporte guardados. Beckett metió una mano en el interior del saco de etiqueta y se lo extendió a ella.
Ella lo aceptó y se dio cuenta que era un cheque, levantó su mirada a él cuando se acercó más, cruzando la línea personal.
—Está en blanco—Isabella palideció, “Entonces es verdad…”
—Lo dije, Isabella. Tú pones el precio...
— ¿Seguro? ¿No temes a que pida una millonada?—dijo ella en tono de broma, pero en realidad, sus nervios aumentaron mucho más.
—Sé que valdrá cada centavo tu compañía esta noche. —Beckett tenía su mirada azulada demasiado intensa sobre ella, podían humedecer a cualquier mujer en este planeta, Isabella se aclaró la garganta al sentir que se había secado en segundos.
—Bien, al terminar el tiempo contigo, pondré la cantidad... ¿Nos vamos? —él se sorprendió a sus palabras, se sintió incomodo cuando la mirada de ella se quedó sobre la suya, tomó aire discretamente y lo soltó entre dientes.
— ¿Estás lista, Isabella?
Beckett la miró de manera desafiante y ella arqueó una ceja, intentando no mostrar que se sintió intimidada por como la miró.
—Nací lista, Beckett.
—Llegamos—anunció Beckett a Isabella, él se bajó y rodeó el auto antes de que el chófer de la limusina reaccionara, él se sorprendió ver a su propio jefe abriendo la puerta a la hermosa mujer que llevaba de acompañante, no había podido evitar no mirar hacia la parte trasera del auto dónde se encontraban ellos, los hermosos ojos de la mujer lo habían cautivado así como a su jefe Beckett, pero desafortunadamente se había dado cuenta él, y sin decir nada, su jefe subió la ventanilla polarizada para que dejará de hacerlo. El chófer torció los labios derrotado... Beckett tomó de la mano de su acompañante y subieron las escaleras con cuidado para que Isabella no tropezara con el largo del vestido, no había nadie afuera de la mansión, era algo tarde cuándo llegaron debido al fastidioso tráfico de la
—De nada preciosa, cuándo te aburras de Cameron Beckett, puedo estar disponible para ti…—Beckett le lanzó una mirada de "Hijo de..." Rody le guiñó el ojo divertido, y miró a Isabella—Puedes decirme Rody, —hizo una pausa y sonrió. —…para los amigos, soy Rody—y se marchó, se detuvo en un grupo de hombres vestidos de traje de etiqueta y un jeque muy importante. Apretó la mano de Isabella y se metieron al pasillo que estaba al final del salón. Ella se quejó al sentir el dolor que le ocasionó el agarre, tiró de su mano discretamente y se sobó la mano. —Estoy...—fue interrumpida cuándo Beckett tiro de ella y se dirigieron a la terraza, las cortinas blancas ondeaban por el aire que entraba. La ira lo estaba consumiendo, ahora su ex amigo estaba interesado en su acompañante, todo lo que Cameron tenía siempre Rody lo quería, primero a su ex prometida, pero Beckett luchó por ella, pero otro se la había robado en sus narices. ¿Ahora a su acompañante? ¡No, no y no! Él la encontr
Isabella miró detenidamente a Beckett que seguía en total silencio. Cuándo estuvo a punto de hablar y decirle que por favor regresaran al salón, la voz del ex-amigo de Beckett la interrumpió: — ¡Vaya, aquí están!—el cumpleañero camino hasta ellos que se encontraban cerca de las ventanas estilo francesas que daban a la terraza. Beckett levantó la mirada hacia el ex-amigo y tomó posesivamente la mano de Isabella quien no reaccionó a tiempo, puso una sonrisa en sus labios cuándo finalmente el cumpleañero se detuvo frente a ellos. — ¿Qué pasa?—preguntó Beckett al ver que su ex amigo ponía los ojos en su acompañante. —Quería saber algo, pero es a tu hermosa acompañante a quién quisiera preguntarle...claro si tú no estás ocupado podrías acompañarnos. —Beckett tiró sigilosamente del agarre de Isabella y el cuerpo de él es un escudo. — ¡Vaya! Solo quería saber cuándo estarían disponibles para invitarlos a cenar a mi restaurante, podrían conocer mi nuevo menú...
Eran las cuatro de la madrugada cuándo Beckett e Isabella estaban regresando a casa de él. Isabella estaba un poco mareada por la sexta copa de champagne que se había tomado después de haber regresado a la mesa con Beckett, la música, la comida, el baile y uno que otro anuncio por parte del cumpleañero, fue algo entretenido, ella y Beckett no volvieron a cruzar de nuevo una palabra, solo "Nos vamos" es lo que había salido de la boca de parte de él. La limusina se había estacionado enfrente de la casa de cristal, el chófer abrió la puerta de Isabella, ella le dio las gracias y le dio una sonrisa cálida al hombre, Beckett enfureció por no haber obtenido si quiera algo así para él mismo, no, solo Rody y su chófer habían tenido ese gesto. Tomó el brazo de Isabella y la guio al interior de la casa, en una hora más empezaría a aclararse el cielo para dar la bienvenida a la mañana, B
Cameron se levantó pacientemente sin despegar los labios de Isabella, sentía un hormigueo por cada centímetro de su piel, la electricidad que le provocó solo tocarla fue indescriptible, Isabella intentó separarse pero Cameron sintió un poco de miedo, ¿Qué tal si se había arrepentido? Intentó ser más rápido, cortó el beso, por un momento, se miraron a los ojos, pero en ellos pudo ver algo diferente, un verdadero deseo, no como el que estaba acostumbrado a saciar con otras mujeres o cuando lo hacía con su ex prometida. Ella realmente lo deseaba... —Yo...—susurró Isabella mientras sus miradas estuvieron conectadas—...creo...—su mirada se posó en los labios de Cameron, Isabella no entendió que le había llevado a reaccionar de esa manera, había roto la regla número uno impuesta por ella, claro, también por consejo de su mejor amiga, Stacey. Recordó todos los problemas que había acarreado a su amiga cuándo había besado por primera vez, el hombre le había aco
—Eres perfecta—susurró Cameron al reincorporarse mientras en su camino acarició cada centímetro de su espalda, luego se deslizó y dejó un camino de besos después por la nuca, sus manos fueron rápidas y cuidadosas al retirar el sostén de encaje. Cameron ya estaba a punto de explotar con solo hacer ese preliminar, era la primera vez que se daba tiempo para desvestir a una mujer, ya ni a su ex prometida, quien siempre en el momento se retiraba a gran velocidad las bragas o se levantaba la falda siempre que le apetecía. Retiró inmediatamente la imagen de su ex prometida cabalgando al modelo en la cama que hasta hace poco compartían. Un suspiro por parte de ella fue quien lo sacó de sus pensamientos, evitand
Después de varias horas de sexo intenso, de caricias, besos apasionados, finalmente Isabella se quedó dormida, Cameron no quería cerrar sus ojos, quería seguir degustando de ella, pero notó su respiración estable y dedujo que se había quedado dormida... Lanzó una mirada al reloj de su lado que se encontraba en la mesa de noche, el reloj marcó en ese momento la una de la tarde. Se dejó caer en su lado de la cama donde solía dormir, se pasó la mano por su cara, habían sido las mejores horas de sexo que había tenido en su vida. Una sonrisa se expandió por su rostro al recordar los labios húmedos de Isabella, la textura de cada centímetro de su piel, su fragancia a flores, el sabor de su interior era único, y no entendía tanta fascinación por la mujer que descansó a su lado. Le había mostrado lo que era tocar el cielo con la mano, el solo recordar cómo se retorcía cada vez que enc
—Eres perfecta, Isabella—la voz susurrante de Cameron le provocó que su piel se erizara. Isabella atrapó los labios de él, entregándose apasionadamente en un largo y apasionado beso. Sintió la pasión que por primera vez había sido descubierta, quería más, mucho más...—Isabella..." — ¿Isabella?—la voz de Stacey le hizo despertar de aquél sueño húmedo. Levantó la mirada y se encontró con su amiga debajo del marco de la puerta, la mano de ella sosteniendo el picaporte. — ¿Sí?—intentó reponerse ante su amiga. —Son las tres de la tarde, tienes que salir ya de esta habitación, tienes que salir al mundo...—la mirada de su mejor amiga se suavizó al ver la mirada perdida de Isabella. Entró y se dejó caer al lado de ella en la cama individual. —Sé qué no me has dicho algo, pero quiero que sepas que estoy aquí cuándo quieras hablarlo. El nudo en la garganta de Isabella se hizo presente, pensó que era una locura lo que estaba ocurriéndole