A las siete y media, al llegar al restaurante, Elena escuchó que estaban en el reservado y se volteó para preguntar: —¿Qué tal si nos sentamos en el salón? ¡Esta noche hay que ver la segunda parte de En busca de la familia!

Adriana rápidamente agarró a Elena y le hizo una leve señal hacia Ángela, quien estaba sentada tranquilamente junto a Isabella, limpia y muy ordenada como siempre.

Los ojos de la niña, claros y brillantes como el agua, limpios y puros, hicieron que Elena se diera cuenta de que Isabella y la madre adoptiva fallecida de la niña eran participantes en el programa. Adriana estaba bastante preocupada de que la niña se sintiera incómoda si veía algo desagradable.

Con una sonrisa amable, Elena se disculpó con Isabella y preguntó: —¿En qué reservado estamos?

Ángela tiró del brazo de Isabella y le hizo varios gestos con las manos: —Hermana, quiero ver, en el programa hay una mamá.

La niña sonrió ligeramente, pero sus ojos ya estaban rojos.

Isabella acarició con ternura la cab